Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Hobbit Una Travesía Inesperada por LadyRed

[Reviews - 72]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He aquí la continuación, espero que la disfruten!

Capítulo 8 – Fili y Kili.


 


1.Camas.


 


Desde que tenían memoria compartían cama. Era una ley establecida, no importaba en que, o a quien se aplicaba, pero Fili y Kili lo compartían todo. Cosa que les puso el alma en un hilo tanto a sus padres como a Thorin cuando alguno de los dos conseguía alguna novia. Si, era incómodo, pero podían vivir con eso. Por ende cuando Bilbo entró hacia unas noches a su cuarto para cambiar las sábanas y los encontró ambos hechos una mesa indeleble de piel y huesos, tan juntos que ni se distinguía por donde empezaba uno y terminaba el otro, ni se inmutaron. Y como lo harían, si el Hobbit tuvo que despertarlos para poder trabajar. Claro, con lo que no contaba era que a la vivora vivora de la mar por aquí pueden pasar los de alante corren mucho y los de atrás se quedaran al parecer el menor de los hermanos no estaba dispuesto a levantarse.


 


Apenas tuvo tiempo de quejarse cuando Kili ya lo había arrastrado entre el y Fili haciéndole una especie de emparedado de Hobbit - ¿qué...? oigan suéltenme, todavía tengo que cambiar las sábanas de su tío... - se quejó el castaño, aun sabiendo que seria inútil hablar con esos dos. En esos Fili acomodo su cabeza de tal forma que su quijada quedase sobre la cabeza del castaño para que este pudiese acomodarse entre el espacio de su cuello y hombro. Sintió como Kili se acomodaba a su espalda y le pasaba los brazos por el pecho, pegándose a ambos.


 




  • tómese un descanso Maestro Bilbo, luego cambie las sábanas si quiere – murmuró el menor de los hermanos medio amodorrado. El castaño suspiró, pensando que de nada valía discutir con esos dos, por lo que se preparó para dormir. Aun así no pudo evitar sonreír, pensando que después de todo aquello era bastante agradable.




 


2.Comida.


 




  • me he dado cuenta de que tu hermano no come tanto como los demás – comentó un día Bilbo mientras Fili le ayudaba en la cocina pasándole los ingredientes que iba agregando al pollo - ¿no le gusta mi comida? - preguntó un poco preocupado.




 


El rubio le miró con media hogaza, llena de salsa y carne metida en la boca – ¿quhe...? nwo... - le contestó de manera rara por tener la boca llena, a lo que se ganó un golpe de cucharón en la cabeza - ¡aunch! - se quejó, mirándole sorprendido. El castaño sonrió con picardía antes de seguir aderezando la comida – habla bien – le reprendió mientras jalaba ligeramente la oreja del rubio.


 


El heredero de Durin le miró con una sonrisa mientras terminaba de tragar – dije, que no. A Kili le encanta su comida Maestro Bilbo, solo que el nunca a comido tanto como los demás, no se preocupe. - el castaño pareció meditar el asunto por un momento - ¿seguro que no hay que preocuparse? Puede ser algún desorden alimenticio, de donde yo vengo que alguien no quiera comer sería...


 


Aunque a Fili le costó entender toda la verborrea que salía de boca del castaño, pero entendió, por algún milagro, que se preocupaba por la salud de su hermano y eso lo agradecía mucho. Kili siempre fue el consentido de la familia, por más que otros insistiesen en que su falta de vello era antinatural, y que alguien que no tenía nada que ver con la familia se preocupase por el lo hacía sentir tranquilo. Sonrió un poco mientras se recostaba del hombro del castaño, pensando que ni siquiera los compañeros de su tío habían sido tan dedicados con su hermano, pues en la mente de Fili el mismo no importaba, solo Kili.


 


3.Celos.


 


No es que Kili fuese celoso, es que desde pequeño tuvo que soportar el perder casi todo lo que le importaba por la estupidez de la gente y por eso se aferraba, con uñas y dientes a su familia, lo único que jamás dejaría que fuese alejado de su lado. Sabía que era muy probable que Fili se casaría algún día y entonces tendría que irse de casa, pero como por el momento eso no había pasado significaba que Fili era legamente suyo (comprobado por un contado hecho a creyones de cera cuando tenía cinco años y Fili nueve, y firmado). Por eso cuando vio a su hermano recostado de esa forma tan confianzuda de la espalda del Hobbit no pudo evitar sentir molesto (ejem... ejem... celoso).


 


Cuando su madre el encontró estaba hecho una bolita sobre el sofá. Dis apretó los labios en una linea delgada, tenía la sensación de que su hijo no iba a hablar y vaya que tenía razón, pero no le importaba, simplemente se sentó junto a su hijo y acaricio su cabello con todo el cuidado del mundo, el chico estaba que echaba humo, por lo que ni se molestó en preguntarle cualquier cosa pues sabía que lo mejor que podía pasar era que su hijo corriera a su habitación y se encerrase.


 


Estuvieron un rato así hasta que el menor murmuró un quedo – quiero agua – la mujer enana sonrió antes de levantarse a buscarle un vaso, sabía que lo más seguro es que en cuanto volviese su hijo ya no estaría allí, pero por esta vez le dejaría ser.


 


En eso salió Bilbo, secándose las manos y completamente realizado en su labor. Miró al sofá y frunció el ceño al ver la bolita azul sobre los cojines, alzó una ceja y se acercó, divertido vio como Kili se hacia cada vez más pequeño sobre si mismo antes de decidirse por hablarle – ¿cariño, te pasa algo? - al escuchar su voz el moreno frunció el ceño, apretando los labios – vete – murmuró sin destapar su rostro. Aquello le hizo fruncir el ceño - ¿Kili? - preguntó preocupado mientras se arrodillaba junto a el. El moreno apenas y dejó asomar sus ojos por entre sus brazos. Bilbo le miró un rato antes de apoyar su frente de la del chico – cariño, dime que te pasa – le pidió todo lo tranquilo posible. En esos momentos Kili se le hacia más parecido a un pequeño animal indefenso que a un enano.


 


Cuando Fili salió de la cocina se encontró a Bilbo susurrando algo que no pudo entender al oído de Kili, este se limitó a asentir antes de volver a recluirse en si mismo, como siempre hacía, solo que esta vez con una pequeña sonrisa. Abrió la boca para decir algo cuando Bilbo se llevó el indice a la boca, advirtiéndole que guardase silencio. La curiosidad pudo más con el rubio y en cuanto el Hobbit cruzó al pasillo le siguió, cuidando de no perturbar a su hermano.


 




  • ¿que le pasa a Kili? - le preguntó un tanto más brusco de lo que quiso pero es que era Kili, no había excusas (recuérdese el contrato de los creyones de cera, ambos se lo toman muy en serio).




 


Bilbo simplemente meneó su mano, restándole importancia – no es nada, cosas de tu hermano, le prometí no decirte - Aquella afirmación dejó al rubio de piedra ¿¡como que le había prometido no decirle!? ¿acaso su hermano confiaba más en Bilbo que en el? Frunció el ceño mientras caminaba a su cuarto, definitivamente, no entendía a Kili. Oh, pero eso, si, se enteraría.


 


4.Peleas.


 


A pesar de todo lo dicho anteriormente, para nadie era un secreto que Fili y Kili peleaban como perros y gatos, ya fuese por comida, por una chica, por su madre, por su tío, por quien iba a la mina primero, quien usaba cual herramienta y pare de contar tonterías que les hacían explotar con la mayor facilidad del mundo. Algo que notó Bilbo en su primera semana en Erebor fue que, aun después de cada pelea ellos seguían juntos, odiándose con la mirada, gruñéndose, gritándose, pero juntos al fin y al cabo. Cuando pensaba en eso le daba por sonreír un poco pues se daba cuenta de que los niños en verdad se llevaban bien y entonces no podía evitar fantasear con tener hijos tan fuertes e inteligentes como ellos dos, que eran un encanto.


 


Dis, por su parte, a veces se preocupaba por la actitud de sus hijos pero sabía que nada que ella hiciese podría separarlos y que tanto Fili como Kili irían al fin del mundo el uno por el otro. Aunque, de cierta forma, eso la hacía sentir orgullosa. Thorin había optado por no prestarles atención, ni a sus peleas, ni a sus constantes arrumacos ni a nada que hicieran que estuviese fuera de lugar a los ojos de los demás, por más escandalizados que estuviesen, no les exentaba de una buena reprimenda cuando metían la pata pero a la larga sabía que no podría contra ese par de cachorros arrimados a su espalda. Aunque jamás lo admitiría en voz alta.


 


Cuando tenían una pelea lo suficientemente fuerte como para que Kili decidiese hacer dormir a su hermano en el sofá no pasaba mucho tiempo hasta que Fili le tenía arrimado sobre su espalda y adiós discusión, tan fácil como eso. Una vez, hacia muchos años, su padre les había dicho que desearía poder hacer eso con su madre cuando se molestaba con el, y ellos no llegaron a... entender, el trasfondo de ese comentario ni el mensaje de aliento que su padre les dio desde el fondo de su alma.


 


5.Miedos.


 


Kili había visto a su padre morir, y por más que dijese lo contrarío Fili sabía que eso le había dejado una profunda cicatriz. Al principio había comenzado con la inquietud en medio de la noche,al moreno le costaba un poco más de media hora lograr conciliar el sueño y después se revolvía inquieto durante su inconsciencia. Después había depurado en pesadillas, sueños horribles que le hacían levantarse asustado en medio de la noche, cuando eso pasaba el simplemente también se levantaba y lo acunaba entre sus brazos hasta que volvía a dormir.


 


Luego vinieron los terrores nocturnos y un Kili envuelto en la desesperación y el terror total, la primera vez que despertó a su tío y a su madre con sus gritos les había tomado alrededor de una hora lograr calmarlo, después había entrado Bilbo, vistiendo nada más que sus enaguas y un manto blanco, ligero y semitraslucido, con una tasa de té en las mano y una mirada llena de dolor. Kili se había arrojado a llorar en sus brazos y, después de beber obedientemente su té, cayó profundamente dormido. Luego vino el insomnio y un Kili horriblemente desmadejado y destruido que no quería dormir por temor a lo que podría atacarlo en sus sueños.


 


Nunca supieron cuanto tardaron en curarse sus terrores nocturnos, parecieron meses antes de la primera noche que el moreno durmió perfectamente, si se le podía decir así, con todos en la habitación, muy juntos y muy preocupados por el enano menor, todos acoplados en la misma cama. Kili entre Fili y Dis con Bilbo y Thorin a los pies de la cama, se había dormido por eso de las tres de la mañana, y cuando se despertó ya era más de medio día.


 


Hubo una ocasión en la que Fili le escuchó llamar a su padre, y eso le destrozó el alma, cuando le había dicho a Bilbo una sombra llena de dolor y fatiga cruzó por sus ojos color esmeralda – mi niño – había murmurado lleno de amargura y al borde de las lágrimas. Todo ese tiempo que pasaron tratando de ayudar a Kili los había, en cambio, destrozado a todos.


 


6.Retratos.


 


Era como una especie de mito familiar que Thorin les había hecho un retrato a Fili y Kili cuando no tenían más de seis y dos años, en una ocasión Bilbo les pregunto si esto era verdad y ellos afirmaron un escueto.


 




  • no lo recordamos




 


Sin embargo su padre, por lo que le dijo Dis, decía creer que el mismo estaba guardado en la habitación de Thorin en algún recoveco oculto. Paranoico le había llamado ella, pues por esa época llegó a dudar que su hermano supiera siquiera sostener un pincel. Después de la muerte de su esposo Thorin le había regalado un retrato de ella con Vili tan hermoso que no pudo si no empezar a creer también en ese mito. Sin embargo, no estuvo ni cerca de sacarle nada a Thorin, por lo que optó por dejar el tema así.


 


Luego de unos meses el mismo Hobbit que ahora vivía allí, pese a las protestas, en calidad de empleado, pues así mismo insistía en comportarse, había entrado a la habitación del Rey de Erebor para limpiarla, en un momento dado en medio de una barrida, se tropezó con un libro que no había divisado y al momento de caer de broces al suelo se dio cuenta de que una de las maderas estaba suelta, curioso, la había levantando descubriendo que entre el suelo se hallaba escondido un cuadro de considerable tamaño, pero no lo suficientemente exagerado como para no poder sacarlo o siquiera levantarlo.


 


En el estaba impresas las imágenes de los niños más hermosos que había visto hasta el momento, uno de por lo menos siete años, de cabello rubio trenzado de forma de diversas formas, con una naricita sonrosada y llena de pequeñas pecas que de seguro desaparecerían con el tiempo, de enormes ojos azules como turmalinas, iba junto a un pequeño moreno, mucho más joven, de corto cabello listo hermosos ojos color chocolate, le tomo un minuto darse cuenta de que dichos niños eran Fili y Kili, pero al hacerlo un sentimiento de sobrecogimiento le invadió al ser consciente de lo mucho que esos dos habían crecido.


 




  • ¿te gusta?




 


Escuchó una voz a sus espaldas y se sobresaltó, entonces se dio cuenta de que solo era Thorin y logró calmarse – lo pinté cuando tenían dos y seis años, no se lo digas a Dis, si lo ve de seguro querrá quitármelo, y no es precisamente sencillo conseguir pintura por aquí – le pidió el enano mientras se sentaba en el suelo a su lado.


 


Bilbo sonrió – lo siento, no quería sacarlo – murmuró, quedito mientras volvia a guardar la pintura bajo la madera suelta – no importa, no es como si fuese la gran cosa, simplemente quería temer algo con que poder recordar que ya son hombres y que no importa que suceda, estoy orgulloso de ellos – le explicó el moreno aunque no tuviese un motivo como tal.


 


El Hobbit alzó una ceja a lo que una sonrisa picara se asomaba en sus labios - ¿para recordarlo? - repitió, divertido. Thorin le miró a los ojos intentando esconder la chispa de diversión que amenazaba con cruzarse por su rostro – le sorprendería saber lo cabeza dura que puedo ser cuando estoy enojado señor saqueador.


 


Ante aquello el “saqueador” no pudo si no reírse, preguntandose de donde sacaba tantas ocurrencias ese rey.

Notas finales:

Diganme en los reviews de que les gustaría que fuese el próximo capítulo, así tendre idea y podre actualizar más pronto


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).