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Inseguridad [KaiSoo] por SoolSan

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Notas del capitulo:

Omo pensé que demoraría menos en subir este cap >_< pero le di como 92345 reviciones y no me quedaba conforme :c 

Al final creo que quedo algo decente (?) jiji ~

Bueno sin más que aportar espero que les guste, o no lo odien, mi cabeza en un lio ultimamente y__y 

Gracias a las personas que comentan

 

Puede que haya algo de violencia ... pero no se alarmen, es algo leve :3 todo sea por el amor ~

Capítulo 9

 

El tiempo casi se detuvo al deletrear aquellas últimas palabras. JongIn acomodándose en la cama y colocándose su bóxer ignorando todo a su alrededor, es el recordatorio de que el tiempo no se ha detenido. Olvidando el semen que le cubre, o el viscoso lubricante sobre su anatomía, la pesadez del aire, el sofocante ambiente que existe en esa habitación, el sonido de las bocinas retumbando en el cemento, el oscuro Seúl cubierto de metal.

Los segundos pasaron a ser minutos, y los minutos se sienten horas en la piel del menor. El tic tac chocando en sus oídos, haciéndolo hundirse cada vez más en los cubrecamas que le envuelven, su garganta seca por la lujuria desbordada hace minutas atrás, su boca con un sabor amargo es el tormento innecesario según JongIn.

No necesita que KyungSoo le sonría con misericordia en esos labios dulcemente venenosos. No necesita esa mierda. Ojalá no hubiera preguntado nada.

 

—He estado con personas realmente muy importantes, me marcaron. Siendo sincero creo que una vez—KyungSoo se colocó su ropa interior y se recostó nuevamente contra un JongIn tumbado de medio lado sobándose la espalda baja—. Supongo que me enamoré, es raro, pero nunca quise estar con esa persona—sonrió. 

 

—¿Aún hablas con él?—murmuró el canelo, sintiendo la euforia convertirse en desconsuelo. 

 

—Hmm sí, pero ya no es lo mismo. Yo no soy de enamorarme—repentinamente el mayor toma las hebras del cabello de JongIn entre sus dedos y el menor siente que va explotar por todas las emociones acumuladas—. Perdón si no soy lo que buscas.

 

—Ah—JongIn niega y aleja las manos del pelinegro sobre su pelo. El mayor fija su vista en las gotas de sudor que caen en los costados del menor y no quita el amarre—, No es que quiera encadenarte ni nada, sólo quería conocer más de ti.

 

—¿Crees en el amor?

 

—Vale la pena intentarlo.

 

KyungSoo respira casi mecánicamente mientras coloca más de su peso sobre la cama, su pecho sube y baja al sentir la respiración de JongIn chocar contra su rostro. Los orbes marrones del menor se incrustan en su sien y cree que morirá de cólera si no quita esa mirada del frente.  Definitivamente Kim JongIn es la causa de que su corazón se acelere de forma anormal, de qué sus manos acomodadas perfectamente en las hembras pegajosas de cabello color oro del menor  provoquen que se retuerza en distractora alegría; quizás el tiempo incrustado en su piel puede detenerse con JongIn, pueden seguir sumergidos en este aire asfixiante lleno de esperanzas y sueños rotos por años. Tan sólo quizás, JongIn es lo que KyungSoo necesita.  

 

—Me tengo que ir.

 

—¿Qué?

 

Pero a veces el tiempo incrustado en la piel se puede deshacer como el azúcar en el té, rápida y sigilosamente, imperceptible a los ojos humanos. Quizás KyungSoo se dio cuenta muy tarde que JongIn es especial.

 

—No puedo seguir así—JongIn saltó de las sábanas, y haciendo muecas de dolor mientras recogía las ropas del suelo le brindo una sonrisa de lamento al mayor—. Perdí.

 

—¿Qué perdiste?—los ojos de KyungSoo se están saliendo de sus cuencas mientras mantiene afirmado la muñeca del menor aplicando toda la fuerza posible.

 

JongIn no se puede ir hoy. No hoy. 

 

—Me voy hyung, tomaré una ducha y me voy.

 

—Espera—pusó más presión—. ¿Qué te pasa?

 

—Nada—colocó su rostro serio—. Sólo estoy cansando.

 

—No hay problema en que te quedes.

 

—KyungSoo—la voz de JongIn se escucha ronca y un poco más severa, si se escucha bien, se percibe dolida—. ¿Nunca has pensando en cuantas personas has dañado?

 

—¿Cómo?

 

—Vas por la calle, ofreciéndote, dando esa sonrisa de esperanza al mundo. De que te importa una mierda el resto, de que el jodido universo debe rendirse a tus pies—JongIn quitó el amarre de sus muñecas y lanzó una mirada de furia al mayor—. Escúchate, ¿no te has enamorado nunca? No tiene sentido. 

 

—JongIn no te vayas. 

 

—Me duele el culo ¿ok?—Gruñó aún más enfadado—. ¡Me estás volviendo loco!

 

—Puedo besarlo para que se te quite si quieres—puchereó el mayor, ignorando el veneno de las palabras del rubio—. JongIn ¿Por qué te enojaste? ¿No te gustó?

 

—¡Te odio Do Kyung Soo!—gritó mientras salía de la habitación—.  Eres el demonio en persona.

 

El sonido de la puerta del baño cerrarse dio un grito de alerta en las neuronas atontadas de KyungSoo. Aún semi sentando en su cama se revuelve su cabello con furia pensando en qué carajos había acabado de pasar. De un segundo a otro las sábanas queman, comienzan a pesarle sobre el cuerpo, a recordarle que JongIn está a minutos de irse corriendo por la puerta principal, el hueco en el espacio de su cama le da entender lo solo que se va a quedar.

Da una última mirada a la puerta, pensando seriamente en que está realmente jodido por lo que va a hacer. Saca su pie afuera de la cama y siente el frio del suelo hundirse en su piel. Ya cerca de la puerta del baño, golpea incesantemente la madera, mientras de fondo se escucha el agua de la regadera caer en la baldosa. 

 

—JongIn abre la puerta—gritó el mayor girando el pomo—. ¡Abre la jodida puerta!—refunfuñó ahora golpeando con más fuerza.

  

Pero como JongIn es un hombre grande y maduro, hizo lo que todo hombre de veintiún años haría en un caso como éste. Comenzar a cantar mientras se hecha jabón sobre su cuerpo. KyungSoo grito maldiciones al aire al escuchar el irritante sonido de alguna canción pegajosa salir de la boca del menor y dio una última patada en la madera, la sonrisa de JongIn se amplió y siguió diligentemente con su limpieza y con su contagiosa canción salir de su garganta.

El sonido estridente de la puerta chocando con la muralla saco de su fascinante baño de espuma al menor, con los ojos demasiado abierto nota como KyungSoo lo mira con furia y casi lo está ahorcando con los ojos, el menor trago y se pegó a la fría pared con terror de por medio cuando vio como el pelinegro se acercaba a la ducha.

KyungSoo dio un pequeño empujón a los hombros del canelo y lo arrincono aún más a la pared, dejando a un JongIn confuso, que muerde su labio inferior por la vista del pelinegro mojándose por la regadera y su bóxer sucio pasar a ser más oscuro, remarcando su entrepierna demasiado para su gusto. 

 

—No vuelvas a hacer esa mierda—amenazó con los ojos el mayor.

 

—¿Cómo entraste?—preguntó altanero el rubio alejando la pequeña silueta de KyungSoo frente a él.

 

—¿Se te olvida que es mi casa idiota?—gruñó. Muy bien Kim JongIn eres un genio—. ¿Qué te pasa a ti?

 

—Nada—ignoró al mayor empujándolo hacía a un lado y tomando en sus manos el shampoo con olor a almendras que le encanta.

 

—Si no me dices qué te pasa, ten por seguro Kim que no tendré compasión con tu culo follado—la mirada del mayor se puso tan densa que hace al pelirrubio rectificar que ese enano en verdad es el diablo en persona—. Habla.

 

—¡Maldición, nada!—Chilló con su masculina voz cuando KyungSoo lo arrinconó con sus manos sobre su mandíbula, tirándolo con algo de bestialidad sobre la fría baldosa—. Do KyungSoo no ocupes esa fuerza enfermamente rara que sale de tu cuerpo conmigo.

 

—Si no dices por qué diablos te quieres ir—el más bajo colocó su mano sobre la entrepierna desnuda del menor haciéndolo chillar nuevamente y, apretó con más fuerza la mandíbula de éste—. Ya sabes …—Susurró en su oído malévolamente.

 

—No pasa nada—quitó con delicadeza la mano de KyungSoo sobre su mandíbula—. Eso pasa—KyungSoo se cruzó de brazos y alzó una ceja; la imprudencia de sus actos daba alertas de su miedo a quedarse sin JongIn.

  

—Completa la frase por favor.

 

—Eres tan ridículamente molesto—lo agarró de las muñecas y lo lanzó ahora él con fuerza a la pared—. ¿Quién te crees para engatusarme así? ¿Ah? Si no piensas corresponderme, al menos hazme creer que tienes corazón.  

 

—No busco engatusarte. Esto es lo que somos—el más bajo traga saliva, su garganta es un complejo de nudos y la mirada del menor quema sobre su cuerpo.

 

—Lo haces, todo el tiempo—hizo más firme el amarre de las muñecas del mayor. Ignoró la falta de oxígeno en sus pulmones y colocó más peso sobre KyungSoo—. Eres odiosamente lindo, coges, te sonrojas y luego me besas. Sacas lo peor y lo mejor de mí, te colocas al frente mío y me sonríes. Te das el tiempo de ayudarme pero me ignoras hyung, ignoras todas las veces que quiero amarrarme a ti. 

 

—¿Te gusto?—La frecuencia cardíaca del mayor incrementó y de a poco siente como su boca se comienza a secar, nuevamente.

 

—Sí—dijo casi en un susurro el menor—. Pero a ti te importa una mierda eso ¿cierto?—suspiró soltando las muñecas del mayor, y aun sintiendo la calidez del agua caer por  sus hombros—. Por eso me voy antes que de que la cague más.

 

El agua cayendo sobre sus cuerpos indica que ya es hora de llegar a alguna conclusión, y pronto, ya que la tensión es demasiada y KyungSoo necesita pulmones nuevos, y al parecer una operación de urgencia para qué le extirpen el corazón por el dolor que siente en su pecho con las últimas palabras pronunciadas por JongIn. Comienza a sentir un malestar en la boca de su estómago y siente como sus entrañas se revuelven con solo sentir la respiración del menor cerca de él.

Pero ahora la respiración de JongIn se está alejando, se está yendo de encima de su cuerpo y ahora escapa lejos de las baldosas, una mirada quebrada nota cuando el menor se aleja y no da brincos de querer quedarse. Una última estocada en el corazón derriba a KyungSoo cuando JongIn le sonríe mostrando sus dientes, así como le encanta que lo haga, y luego susurra “nos vemos hyung” tan despacio y lastimoso que siente el cuerpo de ambos desplomarse; las baldosas romperse, el agua quemarle la piel.

Un último impulso por parte del mayor toma por sorpresa a un JongIn que no esperaba respuesta alguna. No la esperaba porque la mirada de KyungSoo dice que no es lo que el necesita, que KyungSoo no quiere su compañía y no existen respuestas buenas en esos labios venenosos, o la que quiere escuchar, y en verdad prefiere huir que afrontar la realidad. Pero cuando sintió las manos temblorosas del más bajo apoderándose de su muñeca; un contacto superficial que JongIn espera demencialmente pero que prefiere creer que es una ilusión, su respiración se agita y siente el fervor de la mirada del mayor densa.

 

«KyungSoo no lo hagas, KyungSoo no lo hagas, KyungSoo no lo hagas»

 

Y como si le hubieran inyectado adrenalina con una aguja directo a sus venas, sintiendo de a poco la angustia y la furia poseer su cuerpo, Kyungsoo le dio un puñetazo en el perfecto pómulo derecho del menor. JongIn se quedó perplejo al ver la sangre correr por la comisura de su labio y miro con pánico al más bajo que empezaba a darle pequeños golpes con su puño en los hombros.

 

—¡No me importa una mierda!—gritó el mayor golpeando el ya adolorido cuerpo del menor— ¡Estúpido! ¡Estúpido JongIn! 

 

—¡¿Qué?!

 

—¡Cállate!—el menor abrió más sus ojos y miró fijamente al mayor que ya le comenzaba a temblar su mandíbula—. Escucha. Sí, no me gustan las cosas cursis y andar diciéndote lo encantador que eres y tomarte de la mano y esas cosas—golpeó de nuevo su pecho—. La detestó, odio todo lo que me haga sentirme así; débil como un crío de secundaria—el mayor hizo una pausa y JongIn suelta una bocanada de aire que no sabía que estaba aguantando. Fija su vista en su hyung, que le tiemblan las manos y traga saliva, ahora acompañada con un gustoso sabor a sangre—. Pero ahora es distinto, no quiero que te vayas.

 

—Kyung…

 

—No te vayas—arqueó sus labios con tristeza—. Te fui a buscar al trabajo, no haría eso si no me importaras. Me siento estúpido porque sé cosas de ti—apretó sus manos—. Sé cuánto odias la leche de frutilla. Sé que ese día que follamos por primera vez me acurrucaste toda la noche y en la mañana quitaste el amarre por miedo… Sé que BaekHyun te habló de alguien que he estado estúpido por él, y para peor me he imaginado tú rostro de odio ¡¿Escuchaste?! ¡Te vi en mi cabeza maldición!

 

—Ya es suficiente hyung … te estas lastimando la mano—agarró los puños del mayor sobre sus manos y vio como habían marcas blanquísimas y violáceas. Comenzó a separar sus dedos de a poco—. Pero tú no saldrías conmigo.

 

—Sé que tu color de pelo fue una forma de culminar tu etapa con TaeMin.

 

En ese momento JongIn sintió su pecho comprimirse, miles de puñales aparecieron por su espalda y sólo KyungSoo está ahí para mantenerlo de pie. Porque es verdad, todo lo que KyungSoo a lanzado es verdad, y es dolorosamente triste, y a la vez bendito, saber que su hyung si a escuchado sus lamentos. De verdad amar es doloroso, y maldición, KyungSoo lo dejo claro, su lado derecho del rostro arde como los mil demonios.

 

—¿Cómo lo sabes? 

 

—Siempres que hablas de tu etapa escolar, hay un cambio, un JongIn bulnerable y un Kim JongIn fuerte y seguro. Siempre que hablas de tu nueva etapa, esta tu cambio de color de cabello, y luego TaeMin. 

 

Si escuchaste hyung.

 

Como si el tiempo se hubiera detenido, por quinta vez en el día, y olvidando el dolor en su culo, el agua tibia inundando el lugar, la enorme cuentas de gas que va a salir este mes, la sangre que sale a borbotones de su labio, JongIn agarra entre sus manos la cara de KyungSoo. Sus labios se movieron con ternura y delicadeza por cada centímetro del tejido, la respiración del mayor aumento y JongIn decide abrazarlo para que sus pieles se acoplen. Olviden la sangre que conecta aquel beso, la dulzura al fin inunda sus bocas y cuando conectan sus lenguas toda pizca de amargura se transforma en almíbar de felicidad. 

Sus bocas se separaron y se miraron con vergüenza de por medio, KyungSoo  se sonroja a más no poder ya que dijo cosas innecesarias, demasiado claras y sinceras que lo dejan endeble para que JongIn manipule sus emociones; pero al menos consiguió que se quedara con él esta noche.

 

Su JongIn.

 

—Perdón.

 

—Gracias por no dejarme ir. 

 

KyungSoo retomó los labios de JongIn y acopló sus brazos alrededor de su cuello. No niega que esta sensación es diferente, mil veces mejor que los besos que la montonera de amantes le ha dado. La forma en que los labios de JongIn se conectan con los suyos, en que sus lenguas danzan con amabilidad, en como el menor coloca a la perfección sus manos en su cintura, en que la calidez del agua cayendo por sus hombros es asombrosa, el cómo todo comienza a conectarse de una manera simple.   

 

—¡Qué mierda ustedes dos!—Se escuchó un grito agudo desde la puerta, que a un enojado KyungSoo se le olvidó cerrar—¿Cuánto llevan ahí?

 

—Hola Baek—sonrió distraído separando los brazos del cuello del menor para luego cerrar la llave de la regadera—. Hola Chan, ¿JongDae?

 

—¡Hola KyungSoo!—gritaron los dos últimos asomando sus cabezas detrás del umbral de la puerta.

 

—¡Responde!—Gritó eufórico Baekhyun—. JongIn, por favor  tapate —el menor chilló masculinamente y se puso tras el cuerpo del mayor, cubriendo lo poco y nada de dignidad que le quedaba mientras KyungSoo le sonría y le pasaba una toalla.

 

—Sólo estábamos hablando—se encogió de hombros el más bajo.

 

—KyungSoo—trató de decir lo más relajado posible el castaño—. Mira el suelo de la regadera, luego la cara de JongIn—el pelinegro hizo caso a su amigo, y abrió sus ojos ampliamplente cuando notó charcos de sangre provenir de los hermosos labios del canelo—. ¿Así hablan ustedes?

 

—Eh … Baekkie, yo creo que es mejor que los dejemos solos. JongIn está incomodo, Chen y yo igual…— dijo con serenidad el más alto mientras sobaba el brazo rígido de su novio.

 

—¿Qué?—preguntó entusiasmado el moreno con sonrisa burlona y sus pómulos exagerados recalcando sus intenciones—. Esto está buenísimo, 50.000 wons  a que KyungSoo convenció al mocoso de una sesión sadomaso de sexo. 

 

—50.000 wons a que JongIn pidió porque KyungSoo lo golpeara—chocó las manos con JongDae el más alto. BaekHyun rodó los ojos y le lanzó una toalla en la cara al pelinegro, que estaba parado como si nada sonriendo por la estúpida apuesta de ChanYeol con Chen.

 

—En el comedor, en 15 minutos—apunto con su pulgar hacia el pasillo—. No crean tarados que dejare que se golpeen y salgan victoriosos de esto ¿Qué mierda les pasa?—BaekHyun observó cómo JongIn tomo por la cintura a su amigo para pasar por al lado y éste no rechisto, quiso gritar por la linda escena, un poco enfermizo y violento, pero en fin—Park ChanYeol—apuntó con su dedo índice–, 50.000 wons a que JongIn le dijo que le gustaba KyungSoo y por eso corrió sangre.

 

—¡BaekHyun!—gritó el pelinegro con las mejillas sonrojadas. Si tan sólo JongIn no tuviera espectadores se comería a KyungSoo a besos.

 

—Hecho—le dio un beso a su novio, mientras Chen hacía una mueca de disgusto.

 

Los tres intrusos se fueron al comedor mientras JongIn y KyungSoo se vestían en la habitación del mayor. De espaldas, JongIn observa frente a un espejo su fea herida sobre sus labios, y luego sonríe cuando recuerda que KyungSoo –a su manera –le dijo que estaba interesado en él.

 

—Oye Do—dijo sigiloso el rubio.

 

—¿Qué pasa Kim?—preguntó tímido el mayor mientras se subía el pantalón de su pijama. Jodido JongIn que lo hace sentirse ridículo.

 

—¿No has pensado en ir a terapia?—Sonrió de medio lado—. Esta mierda sí que me dolió—apuntó su labio—, me dejas cojeando y además con marcas de golpes en la cara, ¿acaso tan malo es que te guste?

 

—Perdón—respondió tranquilo. Pasó su mano por la mandíbula del menor con delicadeza y sobó con su dedo la piel—. Fui un poco bruto.

 

—¿Un poco?—frunció el ceño el rubio, sacando una carcajada del mayor.

 

—Bueno bastante. Baek dice que tengo problemas de ira—se revolvió su cabello—. JongIn.

 

—¿Sí?

 

—Soy un poco tonto con esto—balbuceó—, p-pero me…

 

—¿Me…?—interrumpió con duda.

 

—Me… gus… —su garganta se secó, y dio un último trago de saliva.

 

—…

 

—…

 

—Me caes bien.  

 

—Woow—dio un pequeño beso en las manos de KyungSoo, que aún estaban en su barbilla, y notó el sonrojo del mayor—. Te costó—JongIn lo atrajó con sus brazos y colocó alrededor de su cuello sus manos, le dio un fugaz beso en los labios y sonrió—. Hyung.

 

—¿Qué-e?—dudo el mayor, sintiéndose sofocado por el calor del cuerpo del rubio.

 

—Estuviste grandioso—susurró en su oído—, quiero hacerlo de nuevo…

 

—¡NO ME JODAS!—Abrió sus ojos —. ¿Enserio?... Por un segundo creí…—el menor negó con la cabeza, le dio una última sonrisa sincera para luego abalanzarse sobre los labios del pelinegro. Siendo permitido sin ninguna queja.

 

—¡DO KYUNG SOO, KIM JONG IN!—grito aún más alterado Baek ingresando a la habitación—. Dejen eso y vamos al comedor, quiero explicaciones.

 

—¡Bueno Baek!—dijeron al alucino los dos mientras eran arrastrados al comedor por el castaño.

 

 

En el preciso momento en que KyungSoo sintió la mano de JongIn aferrarse a la suya, y se descubrió a él mismo articulando sus dedos para no soltar la mano del menor, en ese preciso instante donde los murmullos se vuelven zumbidos en sus oídos y respiraciones entrecortadas saliendo por su boca, dando el toque misericordioso a la sublime sensación de estar completo. De sentirse útil y no seguir lastimando a quién de verdad siente cosas; Do KyungSoo se dio cuenta que en realidad necesita la mano de Kim JongIn para poder mantenerse en pie.  

 

 

Notas finales:

Acepto que me lancen cosas D: 

¿Esperaban más drama? les digo que no soy QueenDrama, y hago mi mejor esfuerzo en cosas así ~soy muy romántica, en el sentido literario de la palabra.

Ojalá no lo odien >____< 

 

 


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