Kim Jong In, 21 años, Estudiante, Trabajador medio tiempo en un café
JongIn estaba en los vestidores de su local de trabajo colocándose su uniforme tranquilamente; abotonaba botón por botón su camisa blanca cuando una voz conocida lo saco de su mundo. El rubio levanto la mirada y notó a SeHun parado al lado suyo cambiándose la polera que llevaba, dejando su blanco pecho al descubierto, comenzó a colocarse el uniforme diligentemente y le sonrió de medio lado al moreno.
—Así que tu maestro te hizo ojitos—dijo con el típico rostro serió el menor mientras se apoyaba en el casillero que tenía al frente, cruzándose de brazos mientras miraba a su amigo cambiarse de ropa.
—Algo así—contestó tranquilo el moreno—. Es una monada, pero tiene un carácter algo difícil –sonrió de medio lado JongIn mientras amarraba su delantal negro por las espalda.
— ¿Quién es una monada?—interrumpió Yixing mientras empezaba a sacar su cosas del casillero.
—El maestro de Kai—dijo en tono de burla el de cabellos grisáceos—. ¿Te acuerdas el que dejo tonto a Kai como una semana? Ese chico bajito de ojos grande y pelo negro—Yixing puso su mano en su barbilla y se colocó a pensar unos segundos.
— ¡Ah!—Expresó emocionado Yixing—. El chico “hermoso”—atacó burlescamente Lay riéndose despacio—. ¿De verdad es tu maestro?
— Sí, y no sólo eso. Me dijo que no tomaba café en verano, es decir que aclaro que me estaba coqueteando—sentenció pensativamente el moreno. Ambos chicos lo miraron entretenidos y tomaron por los hombros a su amigo.
—Sabes que es lo que te espera ¿cierto?—expresó Yixing con una cara sonriente y de compasión a la vez, JongIn levantó una ceja y negó con la cabeza.
—Que el profesor Do ya no te tomara en cuenta como candidato—el moreno miro serio a sus dos amigos que lo observaban con misericordia—. En resumen, tú chico “hermoso” no te prestara el culo JongIn—sentenció finalmente SeHun. JongIn abrió sus ojos en amplitud y cayó en la cuenta que sus amigos tenían razón.
Trabajar en las tardes era jodidamente agotador. JongIn lleva casi cuatro horas atendiendo gente en la caja registradora y sus parpados casi se caen por si solos. Tomar los cursos por la mañana y trabajar en el café por las tardes los fines de semanas más los temerarios lunes de principio de mes sería algo difícil, pero es algo que JongIn debe hacer para así poder alimentarse en su ahora, vida como universitario independiente.
Sus padres le dijeron solo dos cosas cuando JongIn les dijo que quería irse al centro de Seúl solo y arrendar a medias un piso con SeHun. Lo primero fue que ellos se ofrecerían a pagar su parte del arriendo del piso si él se alimentaba, pagaba los gastos del lugar y de transporte, a lo cual el moreno no dudo en decir que sí. Lo segundo que le advirtieron es que si reprobaba algún ramo su estadía en el centro de la ciudad estarían contados, y su independencia llegaría hasta ahí.
Así que trabajar y estudiar no debe ser una tortura para el moreno, ya que gracias a él puede vivir tranquilamente en la ciudad. Sin ataduras ni reglas hogareñas, si bien vivir con SeHun no implicaba tener un departamento de lo más ordenado, JongIn no se queja.
Cuando al fin estaban cerrando el café y el moreno ya contabilizo todo el dinero que había en la caja registradora, los tres chicos se cambiaron rápidamente de ropa y salieron del lugar gritando un «¡Hasta el sábado!» a la dueña del local.
Caminaban a paso lento, casi sintiendo el pavimento en sus pies, ya era de noche y las luces adornaban las calles intransigentemente. El sonido estridente de la multitud a su alrededor, acompañado del abundante olor a comida callejera, acentuaba a la perfección un atareado Seúl de día Lunes. Hablaban de trivialidades poco importantes, cuando SeHun se detuvo en un minimarcket a comprar algunas cosas para el departamento y Yixing con JongIn lo esperaron tranquilamente a fuera del lugar.
—Y ¿qué harás con tu maestro?—preguntó relajadamente Lay sonriéndole al moreno mostrando sus hoyuelos burlonamente.
—Ni idea—suspiró el rubio pasando su mano sobre su cabello—. Espero no me torture en el semestre, tengo que pasar el curso—dijo el canelo mientras se apoyaba en una muralla.
—Ya quisieras que te torturara—contestó entre risas Yixing haciendo una mueca de picardía, JongIn observó a su amigo y comenzó a reírse.
—¿De qué se ríen?—preguntó un entrometido SeHun mientras llevaba un caramelo en la boca y varias bolsas en la mano.
—Kai quiere que su maestro lo castigue, mencionó algo de usar cuero y de estar amordazado—dijo serio Lay mientras comenzaba a caminar.
—¿Enserio?—Enarco una ceja el menor—. Sabía que te gustaba rudo pero…
— ¡Ya! Nunca dije eso—gimoteó el moreno golpeando el hombro de su amigo.
—En el fondo eso quieres—dijo divertido el de cabellos claros, la risa de SeHun se intensificó y JongIn molesto roto los ojos haciendo un chasquido con su lengua.
— ¿Por qué lo niegas? Te encantaría que te montara—SeHun se apegó a la muralla y agudizo su tono de voz tratando de imitar en burla la voz de JongIn—. Profesor Do azóteme ¡Por favor!—Lay casi se atraganta de la risa por la escena mientras que el canelo le pego una patada en las piernas al menor para seguir caminando adelante, solo.
—Nunca debí contarles—murmuró el moreno mientras pasaba la correa de su mochila por el hombro que le faltaba.
—Fue tu peor error JongIn—dijeron en conjunto sus dos amigos.
~*~
La semana pasó casi volando, KyungSoo no se dio ni cuenta cuando ya era viernes y su última clase ya se estaba retirando del salón, el pelinegro dio un suspiro al ver el salón vacío y comenzó a tomar sus cosas que estaban sobre la mesa. Tomo su maletín y salió del salón a paso apresurado, al fin era viernes y quería descansar plácidamente en su cama, amarrándose eternamente a sus sábanas.
Mientras caminaba por el pasillo distraídamente, una mano en su hombro interrumpió su marcha, el pelinegro dio media vuelta para ver quién atrasaba su encuentro con su cama, cuando noto unos penetrantes ojos marrones mirarlo fijamente. El moreno lleva una sonrisa en el rostro y acomoda su cabello rubio, que esta levantado en la frente seductoramente mientras relame sus labios.
—Hola—saludó el moreno mientras le sonreía al más bajo.
—Buenas tardes señor Kim—hablo cordialmente el pelinegro mirando fijamente a JongIn—. ¿Ya salió de clases?—JongIn frunció el ceño y comenzó a caminar a la par con el mayor.
—Sí—contestó alegre el rubio—. Estoy libre ¿Qué tal si le invitó un té helado?—hablo con una sonrisa amplia dándose media vuelta para mirar a KyungSoo, éste levantó una ceja en respuesta y sonrió de medio lado.
—No sé si pueda aceptarlo, digo, eres mi alumno, puedo tomarlo como persuasión—respondió divertido el mayor para luego morder su labio inferior con fuerza. JongIn nuevamente lleva una de esas sudaderas que no dejan nada a la imaginación y KyungSoo tiene que tragarse las ganas que tiene de lanzarlo a la pared y violárselo ahí mismo.
—Tómelo como una invitación amistosa—dijo el moreno sonriendo con picardía, acercó su rostro al del pelinegro y le susurro en el oído—. Para conocernos a fondo, bien a fondo.
KyungSoo se estremeció cuando sintió el aliento de JongIn chocar en su oreja y mordió nuevamente su labio inferior "Piensa en BaekHyun, piensa en tu trabajo KyungSoo" se decía mentalmente, mientras JongIn se alejaba triunfal cuando observo la cara de exaltación de su maestro.
— ¿Así que quieres que nos conozcamos a fondo?—sonrió ladino el más bajo retomando su marcha con JongIn—. Eso suena sucio si lo dices así sin más. Es confuso si recuerdo tu mensaje en mi té.
—Puede que quiera que suene sucio—la mirada del menor se centró en los labios de KyungSoo y luego subieron a los enormes ojos de éste, un brillo salen de ellos y el canelo cada vez sentía la euforia adentrarse en sus venas—. Supongo que no hay nada de malo en que nos conozcamos más.
— ¿Qué quieres conocer de mí?—Se carcajeó—. No hay mucho en verdad, soy tu maestro de cálculo, no necesitas saber mucho—la boca del mayor decía una cosa, pero su mirada denotaban otra. JongIn se siente confundido, jura que KyungSoo le está desnudando con la mirada.
—Quizá quiera, no sé, conocer tú yo no profesional—el menor noto la sonrisa del mayor y supo que no iba mal encaminado—. Tú faceta descontrolada.
KyungSoo se detuvo en seco y observo por un segundo las largas pierna de éste amoldarse a la perfección en esos jeans claros, se relamió los labios por casi cuarta vez y maldijo mentalmente a la humanidad por qué el jodido de Kim JongIn estaba demasiado bueno para ser su alumno.
El rubio enfoco su mirada en un estático KyungSoo y sonrió nuevamente. El silencio abismante del pasillo acompañaba a ambos hombres, dictándoles lo solo y sugerente que era aquel lugar. Miradas cómplices se intersectan como chispa entre ambos, casi se puede sentir la tensión existente y JongIn cree que es hasta asfixiante. Cada sonido que se produce en la lejanía de aquella infraestructura retumba en las paredes del lugar, ensimismando cada vez más, a un KyungSoo que siente como se va poniendo duro con lo insinuante que el canelo está siendo.
—JongIn—dijo serio el mayor mientras miraba para ambos lados del pasillo.
—¿Sí?—preguntó curioso el rubio con un tono entretenido.
—Escucha con atención esto—JongIn sonrió de medio lado y se acomodó en la muralla—. Estoy controlándome para no lanzarte al baño y desnudarte ahí mismo—dijo sin titubear el mayor—. Pero las cosas son así—expresó frustrado. El moreno abrió sus ojos cuando sintió la mano de KyungSoo apretarle con fuerza su brazo y lo comenzaba a arrastrar adentro de una sala.
Adentro del salón los dos hombres se miran y JongIn no sabe si arrinconar a KyungSoo contra la pared porque se ve malditamente provocador con esa polera blanca ceñida a su pequeño torso, o salir corriendo para no cagarla.
—Deja de mirarme así, me siento desnudo—atacó el mayor lanzándole una mirada seria al rubio.
—¿Qué quieres que haga? Te ves provocador y además acabas de decir que me quieres desnudar en el baño—respondió JongIn acercándose un poco al pelinegro.
—Está bien, soy algo arrebatado—se justificó KyungSoo –pero escucha con atención, como la tensión sexual entre nosotros es evidente vamos a dejar claro algo—JongIn escuchaba con atención lo que su atractivo maestro decía con esos apetitosos labios e intentaba controlar las ganas que tenía de callarlos con un beso que lo deje sin aliento.
—Kim JongIn. Escucha atentamente, si tenemos sexo será una sola vez—dijo con demasiada seriedad el mayor. JongIn abrió sus ojos, parpadeó algo confundido y vio como KyungSoo lo observaba de pies a cabeza.
—¿Estás seguro de lo que estás hablando?—cuestionó JongIn incrédulo acercándose un poco más al mayor casi arrinconándolo en la pared.
—Un polvo y nada más, lo tomas o lo dejas—sentenció el mayor mientras miraba a JongIn con sus enormes ojos con el rostro serio, como si realmente no estuviera hablando de follar con su alumno.
— ¿Qué pasa si no te aguantas a estar una sola vez conmigo?—dijo entre dientes el menor, KyungSoo alzo una ceja y rio sonoramente.
—Se tiene confianza joven Kim—comentó divertido el pelinegro—. Tome en consideración que soy su profesor, así que dudo que yo sea el que falle a aquella regla—KyungSoo se distancio del cuerpo del moreno llegando a la puerta del salón y la abrió casi ignorando al menor—. No desperdicie su única oportunidad joven Kim, nos vemos el lunes por la mañana.
KyungSoo salió del salón dejando a JongIn solo entre las cuatros paredes, desconcertado, el moreno puso su cuerpo en la muralla y se mordió su labio inferior.
Una jodida vez, tenía una única oportunidad JongIn para poder tocar la blanca piel de KyungSoo y poder llevarlo al éxtasis máximo y demostrarle que valía la pena, aclararle de que Kim JongIn no era un alumno más.
En la soledad del salón JongIn se adentró en pensamientos sucios, y comprometedores, el solo hecho de pensar en el rostro que tendría su maestro teniendo sexo JongIn casi se corre.
Le esperaba un largo semestre.
~*~
— ¡¿Qué hiciste qué?!—gritó eufórico BaekHyun mientras estaban sentados en la mesa del comedor cenando.
—Le dije que si íbamos a tener sexo sería solo una vez—respondió tranquilo KyungSoo mientras tomaba su vaso de leche casi inocentemente.
—¡Estás demente! Jodidamente enfermo, ¿es que acaso no puedes controlarte aunque se una puta vez?—dijo el castaño casi entrando en pánico, KyungSoo frunció el ceño.
— ¿De qué hablas? Siempre me controlo—contestó serio el pelinegro, Baek bufó y frunció aún más su ceño—. ¿De qué diablos hablas Byun BaekHyun?
— ¿Es necesario recordártelo?—KyungSoo asintió dudoso, no sabía por qué su amigo lo trataba como un maníaco sexual.
—Haber, empecemos con mmm…—el castaño puso su mano en su mentón y comenzó a pensar—. ¡Ah sí! JoonMyeon.
— ¿Qué pasa con SuHo?
—Pensemos KyungSoo. Ocho meses saliendo con JoonMyeon, diez meses fallándotelo, finalización de la relación—KyungSoo entre cerro los ojos y se carcajeó por los recuerdos—SuHo usando falda para complacerte.
— ¿Vas a negarme que se veía hermoso?—dijo KyungSoo con algo de brillo en los ojos recordando a JoonMyeon con falda sobre su regazo, Baek rodó los ojos.
—Aún los veo a los dos en mi sofá cogiendo—el castaño hizo una mueca de asco y KyungSoo se carcajeó.
— ¿El punto es?—preguntó confuso.
— ¿Aún no lo captas?— KyungSoo negó con la cabeza—. Sigamos entonces. Kris, cinco meses follando, cero saliendo, finalización de sus encuentros –KyungSoo mordió su labio inferior—. Se fue con un chico chino que hacia artes marciales.
—Esa sí que fue una perdida. Se movía bien. Qué buenos tiempos— dijo el pelinegro haciendo un puchero, notó el rostro de BaekHyun ya casi explotando de furia y sonrió inocentemente—. Pero Baek, no encuentro tu punto.
—Ninguna jodida vez te has establecido con alguien sin antes tener sexo, ¿es que acaso no piensas tener algo serio con alguien nunca?—expresó tratando de relajarse un poco el castaño llevando su tasa de té a la boca.
—Si a serio te refieres llevarle rosas, salir a comer y tener esas cosas llamadas citas, pues no—dijo encogiéndose de hombros—. Te lo pongo de una manera sencilla Baekkie—el castaño alzó una ceja mientras KyungSoo lo miraba serio—. ¿Con cuantas personas te has acostado antes de ChanYeol?
—Con una.
— ¿Quién lo hace mejor?
—Pues Chan claro.
— ¿Quieres comprobarlo?—sentenció KyungSoo mordiendo su labio inferior sugerentemente, y con ese brillo en los ojos que el castaño sabe que no es puro e inocente. Baek abrió sus ojos de la sorpresa, casi siente como la mirada de su compañero penetra en su cien.
—Estás enfermo—expresó BaekHyun serio mientras se levantaba de su puesto—. Pero ya entendí, disfruta de tu revolcón con tu alumno KyungSoo—finalizó el castaño dejando su taza en el lavadero para luego desaparecer.
— ¡Te quiero Baek!—gritó KyungSoo sonriendo de lado.