Byun BeakHyun, 26 años, Profesor, Pasante medio tiempo.
Un fin de semana tranquilo, eso es lo que BaekHyun al fin obtiene luego de algunas ajetreadas semanas de trabajo. Es su primer año trabajando en la Universidad Nacional de Seúl como pasante gracias a la ayuda de KyungSoo que lo recomendó, el castaño está profundamente agradecido de su amigo que lucho incesantemente para que él pudiera dar algunas clases en la facultad.
La vida de BaekHyun no es nada del otro mundo; titulado de la carrera de Pedagogía de Artes Musicales, trabaja en una universidad medio tiempo, tiene un novio unos meses menor que mide casi quince centímetros más que él y que tiene tanta energía como altura. Ah sí, y convive en un departamento a diario con su mejor amigo que tiene ciertos problemas de sexualidad.
Si le preguntaran a BaekHyun cuantas han sido las veces que ha discutido con KyungSoo por su inestabilidad emocional al castaño le faltarían dedos, no es que sea un puritano ni nada, respeta la decisión del pelinegro de conocer gente y quizás buscar el o la indicada. Pero indagar en los pantalones y en las faldas de las personas no es precisamente buscar una relación perdurable.
Estabilidad es lo que BaekHyun a buscando durante años, por eso aquella vez que ChanYeol lo beso con ternura a las afuera de la universidad y tomo su mano aclarando que sería un hasta siempre, y no un hasta mañana, el corazón del castaño ha dado brincos siempre que ve al alto. BaekHyun sabe que la inestabilidad emocional de KyungSoo es debido al temor que tiene que indaguen en él, que sepan quién es y que descubran que en los días de invierno toma chocolate caliente amarrado a su almohada viendo caricaturas. El verdadero KyungSoo jamás permitiría que alguien aparte de Baek vea y conozca ese lado infantil que tiene, o al menos es lo que hasta ahora ha ocurrido.
BaekHyun abría sus adormilados ojos mientras los rayos solares ingresaban a su alcoba por medio de las cortinas que se movían al compás del viento, comenzó a estirar perezosamente sus brazos mientras se retorcía en sus sabanas. Cuando ya su cuerpo respondía a cada estímulo se levantó ariscamente de su cama, miró el reloj que estaba en su pared y observó como las manecillas apuntaban las once am, el castaño sonrió de medio lado y salió al pasillo del departamento camino al baño.
Mientras caminaba lentamente por el pasillo dando pequeños bostezos cayendo una pequeña lagrima seca por la comisura de sus ojos, BaekHyun llegó a la puerta de su baño, se sobo un poco su espalda baja levantando la polera blanca enorme que era de su novio y escuchó como las gotas de agua caían por la regadera, sin darle mucha importancia entro pensando que KyungSoo se estaría duchando. Ya adentro del lugar tomo perezosamente su cepillo de dientes y se estiro nuevamente en su sitio.
—Soo, puedes detener el agua un segundo después, voy a dar la llave—balbuceó el castaño mientras movía de arriba para abajo su cepillo de dientes dentro de su cavidad bucal. Las gotas de agua seguían cayendo por la regadera pero nadie contesto, hizo de cuentas que KyungSoo no lo escucho así que prosiguió con su limpieza. Cuando botó la espuma de su boca al lava manos e iba agarrar su toalla para secar su rostro, notó de reojo como encima del escusado se encontraban unas bragas color rosa y al lado un sostén que hacia juego, BaekHyun abrió sus ojos en sorpresa y se atraganto con su propia saliva.
—¿N-no eres KyungSoo cierto?—preguntó nervioso el castaño alejándose un poco a la puerta.
—No compañero de KyungSoo, ¿Aún quieres que detenga un poco el agua?—preguntó tímida la voz femenina proveniente de la ducha, Baek trago despacio y murmuro algo como “maldito enano” entre dientes.
—N-no, disculpa, sigue con tu ducha—espetó Baek saliendo de su baño cerrando casi de un manotazo la puerta.
Ya afuera de su baño, el castaño dio un suspiro ahogado mientras se apoyaba de espalda a la puerta, abrió sus ojos con lentitud luego de su intromisión al baño de la desconocida que se encontraba en su ducha y se encontró con KyungSoo parado frente a él vestido con una polera blanca holgada y solo su bóxer color rojo puesto. El pelinegro estaba bostezando pesadamente mientras se removía sus cabellos revueltos, era tan adorable aquella visión que nadie creería que la mujer que está en la ducha se acostó con él anoche.
—Buenos días Baekie—dijo KyungSoo con los ojos adormilados mientras se estiraba de brazos.
— ¿Quién diablos es la que está en la ducha?—alzó las voz el castaño tratando de mantenerse en calma.
—Se llama MinAh—sonrió ladino KyungSoo, Baek levantó una ceja en duda.
— ¿Qué hace acá? ¿Cuándo diablos entro? ¡Es una jodida mujer!—gritó ahora ultimo el castaño perdiendo su poca paciencia, el pelinegro se carcajeó y paso por al lado del castaño quedándose inmóvil en la puerta del baño.
—Anoche cuando salí con JongDae se me pasaron un poco las copas, ella era bastante linda y simpática—se encogió de hombros—. Una cosa llevo a la otra y la invite anoche, no es para tanto Baek, tampoco metí mucha bulla—dijo divertido el más bajo mientras abría la puerta del baño con delicadeza y asomaba su cabeza—. ¿Estás bien? ¿No necesitas nada?—preguntó servicial el pelinegro a la chica de la ducha.
—No Soo, gracias—dijo delicadamente la chica, KyungSoo asintió y cerró la puerta.
BaekHyun rodó los ojos y comenzó a caminar hacia el comedor, el pelinegro se río para sus adentros al ver la reacción de su amigo. El castaño iba todo sonrojado por qué al parecer vio a MinAh vestida sólo en ropa interior.
Luego de un silencio incomodo en el comedor y lleno de miradas frívolas por parte de BaekHyun hacía la chica llamada MinAh, que tomaba su taza de té casi sin poder respirar por la mirada que el compañero de KyungSoo le estaba lanzando, el pelinegro salió de la ducha vestido e impecable y saludo con una alegre sonrisa a las dos personas que estaban sentadas en la mesa del comedor. KyungSoo se acercó por detrás de la muchacha de cabellos largos color negro, sacudió las hebras de cabello divertidamente y le sacó una galleta de su mano.
— ¿Te voy a dejar al paradero?—preguntó tranquilamente KyungSoo sonriéndole de medio lado mientras ella fruncía el ceño por el hecho de haberle quitado su galleta.
—Esta bien, esa era mi última galleta de todos modos— se encogió de hombros la pequeña chica mientras se levantaba de su puesto y le daba un beso en las mejilla al pelinegro, BaekHyun rodo los ojos y el pelinegro se rio por lo bajo—. Adiós BaekHyun oppa—dijo la muchacha tomando su bolso mientras daba pasos hacía la salida con KyungSoo tras ella.
—Adiós— dijo casi en un susurro el castaño. Luego de eso sólo se escuchó el sonido de la puerta cerrarse entre las paredes.
Caminaban lentamente hacía el paradero que estaba a sólo algunas cuadras del edificio de KyungSoo, pasos firmes y delicados son los que el pelinegro nota de reojo mientras ve a la muchacha que camina a su lado con una pequeña sonrisa en el rostro. Nota como algunas marcas rojizas se ven el cuello de la chica y el pelinegro sonríe para sus adentros – las chicas son encantadoras – fue el fugaz pensamiento que paso tras ver su marca.
Parados esperando a que el bus que la joven debe tomar pase, KyungSoo se soba su cuello un poco nervioso mientras ella lo mira amistosamente, ¿Qué debería decir?
— ¿En verdad eres gay Soo?—habló sin titubear la chica y a KyungSoo se le abrieron los ojos de la sorpresa.
— ¿Cómo…?—Preguntó dudoso, la muchacha sonrió de medio lado—. ¿BaekHyun te dijo eso cierto?—Ella afirmó con la cabeza haciendo que al pelinegro se le escape una carcajada de los labios—. ¿Te parecí gay anoche?—dijo KyungSoo poniendo un rostro sugerente, ella se carcajeó.
—Para nada—negó con alegría—. Es sólo que sería un desperdició que un hombre se lleve tu cuerpo—dijo confiada la chica acercándose a KyungSoo y dándole un pequeño beso en los labios, lo cual tomo un poco en sorpresa al pelinegro—. Adiós oppa, fue una linda noche—finalizó la chica subiendo ahora un pie al bus.
KyungSoo observaba como el bus comenzaba su marcha y dio un suspiro. Se quedó un rato estático en el lugar que estaba mirando al piso desconcentradamente, hundiéndose cada vez más en sí mismo. En sus pensamientos torpes sobre cómo alguien podría creer en cosas del amor o idioteces así. No aborrece la palabra amor, ni lo que eso conlleva, pero a veces las personas creen que aquella simple palabra de cuatro letras es su salvación, y eso es lamentable.
Mientras mira perdido la avenida principal, completamente gris y apagada, renaciente por vivaces rayos solares revotando sobre éste, recuerda de alguna forma las palabras de BaekHyun hacer eco en sus oídos. ¿Nunca vas a tener algo serio con alguien? Las palabras retumban casi tortuosamente, niega con efusiva su cabeza No puedo ser débil le responde a un BaekHyun nubloso que desaparece rápidamente cuando siente como alguien coloca su mano sobre su cuello y comienza a darle pequeños toques. El pelinegro dio un salto por el susto y levanto su vista para notar a cierto hombre parado al lado de él sonriéndole seductoramente.
—Casi me matas del susto—gruñó KyungSoo colocando su mano sobre su pecho dramáticamente.
— ¡Ya! Sólo es un saludo—dijo entre dientes el rubio aguantándose la risa por ver a su maestro asustado como un cachorro.
—Eres bastante confiado Kim—dijo KyungSoo relajando un poco su expresión—. ¿Vas al trabajo?—preguntó con tranquilidad mirando con simpatía al menor, éste asintió y coloco sus brazos tras su cabeza.
— ¿Era tu novia?—preguntó dudoso el rubio tratando de no sonar interesado. KyungSoo miró de reojo el rostro de su alumno y noto como mordía su labio inferior.
—No—habló el mayor comenzando a caminar en dirección a su departamento—. Sólo una chica agradable—JongIn comenzó a seguir los pasos de KyungSoo y levanto una ceja.
—Sinceramente, no te ves de las personas que anda revolcándose por ahí con cualquiera—KyungSoo miró por el rabillo del ojo a JongIn seguirlo y sonrió entretenido—. Te ves más bien, de los que buscan a alguien para estar con él de por vida—expresó relajadamente el moreno.
— ¿Eso crees?—JongIn afirmó—. Tú precisamente no te ves de los que les gustan amarrarse a alguien—el moreno se carcajeó y siguió a paso firme la pequeña silueta que tenía al frente—. JongIn ¿tú trabajo es para la otra dirección sabes?
—Qué aburrido profesor Do, sólo quería acompañarlo, como su alumno favorito que soy—KyungSoo comenzó a reírse con fuerza mientras JongIn le sonreía coqueteando.
—Tú de verdad estas tentándome mocoso—finalizó KyungSoo relamiendo sus labios y dirigiéndole una última mirada a JongIn.
Entre carcajadas extinguidas ambos siguieron caminando con tranquilidad, KyungSoo sentía los pasos del menor tras los suyos y sonreía internamente "Este crío en verdad es terco y presuntuoso" pensó mientras arreglaba su flequillo que había sido revuelto por la leve brisa que corrió. JongIn no adelantó en ningún segundo al mayor, observaba en detalle cada curva, vaivén y rastros de piel que su maestro le dejaba admirar, su sonrisa de lado a lado daba a entender que estaba complacido.
— ¿Alguna vez te has enamorado Kim?—Preguntó al aire el mayor, casi sin demasiada importancia en sus palabras, ignorando el hecho de que JongIn y él casi ni se conocen.
— ¿Esto es una declaración?—alzó una ceja el menor riéndose entre dientes—. ¿Tan rápido y ya te enamoraste de mí?
—Claro que no. Sólo pregunto—sonrió—. Responde sin ataduras.
Una ráfaga de viento se atravesó entre ambos cuerpos, y el pelinegro observa de reojo el cómo JongIn se va colocando cada vez más serio. Ninguna pizca de su brillante sonrisa se asoma. Por un segundo todo se volvió bocinas y murmuros de fondo.
—Una vez—la voz de JongIn sonó como un murmullo y KyungSoo se dio medio vuelta—. Un bailarín, mi mejor amigo. Sin tanto melodrama en verdad, un día me dijo que estaba enamorado de alguien y yo le sonreí, me pidió disculpas y me mostro una foto, yo sólo conteste con otra sonrisa—el mayor escuchaba las palabras del rubio entrar como lamentos por sus oídos, no puede creer que de verdad le esté contando. Le está cayendo bastante bien éste mocoso—. En la foto salía mi hermana, ese día dijeron que estaban saliendo—se adentraron en miradas de comprensión y JongIn sonrió nervioso—. No fue tan dramático.
— ¿No hubiera dolido tanto si no hubiera sido tú hermana?—Preguntó relajado el mayor, el rostro de JongIn es toda tristeza.
—Dolería de todas formas—sonrió con tristeza.
— ¿Le dijiste alguna vez que te gustaba?—Jongin negó con la cabeza—. ¿Tu hermana sigue con él? digo, ¿al menos valió la pena que te lo quitara?
—Siguen juntos, después de 4 años. TaeMin sigue siendo mi mejor amigo, y yo ya lo superé.
—Creo que eres muy lindo. Cediste algo tan frágil como tu corazón, de verdad eres un encanto—sonrió con dulzura el mayor.
— ¿Esto es una forma de tenerme más vulnerable?—Las manos de JongIn arreglaron su cabellera rubia en forma tímida y fija su mirada en KyungSoo—. Gracias por lo de lindo.
El cuerpo de ambos detenidos en la mitad de la vereda mirándose a los ojos aturden un poco al mayor, la sonrisa de JongIn es tan abierta y sincera que cree que se le ocurrió la peor pregunta para saber más del menor. El no quiso decir que JongIn era lindo, pero de todas formas ya lo dijo. Está condenado, su apetito aumenta exponencialmente por sus venas inyectadas de adrenalina y deseo teniendo a un moreno vulnerable frente a él, se ramifican por su cuerpo viendo cada expresión lasciva del rubio sobre su cuerpo. En definitiva, quiere a Kim JongIn en su cama.
—Tengo una pregunta KyungSoo—habló relajado el moreno, el mayor levanto una ceja—. ¿Por qué sólo una vez?— el pelinegro sonrió satisfecho. Se acercó con lentitud y gracia al oído de su alumno y susurro con una voz ronca que a JongIn se le erizaron los bellos de la nuca con sólo escuchar la primera silaba.
—Será excitante—JongIn cerró sus ojos y se dejó llevar por la provocadora voz del más bajo, bloqueó el recuerdo amargo y dejo fluir todo en aquel susurro—. Verte en frenesí mientras yo dictamino clases y ansías poder follarme—el pelinegro dio un pequeño beso en el lóbulo de la oreja del moreno y éste casi siente como está mojando su ropa interior por tan sensual que KyungSoo le está hablando. La respiración del rubio comenzó a flaquear y suspiraba pesadamente, el pelinegro sonrió y se alejó del rostro del menor, comenzó a caminar dejando a JongIn estático—. Además así no pierdo mi trabajo—finalizó con su voz serena el mayor sonriendo burlescamente.
—Estas desquiciado—hablo el rubio relamiendo sus labios mientras observaba el cuerpo de KyungSoo alejarse haciendo ese vaivén de caderas que lo están enloqueciendo.
—¡Que tengas un buen día en el trabajo Kim! Controla el problema en tus pantalones al llegar allá—gritó ahora último el mayor mientras desaparecía de la vista del rubio.
JongIn hizo un chasquido con su lengua y dio media vuelta en dirección hacia su trabajo bastante frustrado.
Ese maestro lo volvería loco de aquí a final de semestre.