Amor(?) por RosaSalvaje

Un buen día antes de que Minos fuera a su prisión entro a la alcoba donde Albafika dormía, se quedaba viendo sus finas facciones y con sutileza delineaba sus labios con su pulgar. Era su costumbre admirar la belleza, y desde que ambos estaban allí sentía algo más que la atracción por el caballero, algo muy distinto y que provocaba que sus sentimientos escasos renacieran en su frío corazón. Albafika nunca se dio cuenta de lo que aquel hombre hacia cada mañana, y Minos lo prefería así, sabía que seguramente el pisciano le propinaría un fuerte golpe seguido de algo como “¡¡espectro pervertido sal de aquí!!!”. Cuando el juez se marchó el joven se levantó para asear el lugar, transcurrió su día sin mayor novedad. Cuando se hallaba descansando en la sala sintió que alguien se acercaba detrás suyo y suponiendo que se trataba de Minos ni se inmutó, pero lo tomaron del cuello y le lamieron la mejilla de forma lasciva, sintiendo escalofríos el joven y viendo de reojo – que rayos haces? Déjame Minos -. El juez soltó una carcajada y le habló en tono lujurioso – no soy Minos, soy mucho mejor, acaso no me recuerdas florecita- Aiacos le dejaba ver su rostro con una sonrisa sádica, Albafika hacia lo que podía y le dio un puñetazo en el rostro corriendo hacia la habitación y encerrarse allí. Aiacos recibió el golpe y con su sonrisa lo siguió con calma y tras la puerta le decía - será mejor que abras y pongas de tu parte, Minos no está para salvarte, lo han mandado de misión, así que abre la puerta y prometo que no te dolerá tanto-. Albafika escuchaba aterrado aquellas palabras ni Minos lo había tocado aun y aquel hombre quería hacerlo. La sola idea lo hacía querer salir de ahí por primera vez en mucho tiempo, cuando menos acordó la puerta se  abrió ver la figura del juez que no tenía su sapuri puesto, se abalanzo sobre el joven y lo inmovilizo en la cama. – ahora si serás mío, no puedo creer que Minos te reclamara de premio, ni siquiera sabe cómo complacerte- decía el juez que se abalanzó sobre sus labios, saboreándolo prolongadamente, su erección era muy notoria y el pisciano forcejeaba mientras gritaba de manera fuerte – déjame, nadie tiene derecho sobre mí. Esto me lo pagaras caro, idiota suéltame! -. El juez se carcajeaba y lamia ahora su cuello desvistiéndolo para su disfrute personal, quitando su playera y su pantalón mientras aquel muchacho le propinaba fuertes golpes a la cara, hasta que por fin le pudo romper la nariz y se liberó de aquel hombre que tanto le repugnaba. Siguió dándole lucha, pues cuando Minos se iba siempre se encontraba entrenando y mantenía su fuerza. Su mirada decidida e inquebrantable como su espíritu estaba allí desafiando al juez de Garuda que se atrevió a tocarlo. – Maldito espectro, aléjate de mí basura!!! -. Aiacos no podía más que reír ante el hecho de que un dorado sin cosmo le  diera órdenes así, solo se acercó y lo azoto de lleno con la pared dejando semiinconsciente al joven pisciano. - Vaya te reconozco la valentía que tienes al decirme así pero recuerda que en el reino de Hades tú no eres nada. Y sabes qué?, me encanta que te me resistas. Veo que a ti también te viene la onda sado, que te parece si primero rompemos los huesos de tu cuerpo o mejor aún. Lo hago mientras te poseo como nadie lo ha hecho jamás jaja- Garuda podía ver que una chispa desafiante brotaba de los ojos de su víctima potencial, mientras se decía a sí mismo – ahora veo porque Minos no te deja salir de aquí-