Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

T'HY'LA por KeepKhanAndKlingOn

[Reviews - 264]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ares anda muy inquieto por la nave oscura... el dios de la guerra, el destructor de hombres, el manchado de sangre, como los mortales solían llamarle, resulta que se aburre.

Por otro lado Khan y Pavel empiezan a hacerse preguntas.

 

 

Preguntas

 

 

   - Primero que si a Kronos a recoger a Dionisio, el muy idiota de tu amigo aún no ha resucitado. ¡Ahí le tenemos en su camarote... espatarrado sobre la cama y sin pulso! Quirón le vigila. Luego echamos a correr al cuadrante Delta para ver que los kazon han disparado al Enterprise y cómo el pervertido de Sulu, me encanta ese tipo..., se queda inconsciente y pierde la memoria. ¡Puñeteras Moiras! ¡Nunca se sabe con ellas! Y con las mismas a correr otra vez, camino del cuadrante Beta para encontrarnos con la Excelsior... y mira tú por dónde que llegan las amazonas de mi hermana, la klingon y la romulana que, dicho sea de paso, Pan, tienen un morbazo juntas que... - Sacudió la mano al decir aquellas palabras. - ¡Y venga otra vez a cruzar media Galaxia de vuelta al cuadrante Delta! ¿Y todo para qué? Para que este Maje conserve a ese efebo amancebado suyo... Y el imbécil de Khan, que cada día me cae peor, resulta que se ofrece voluntario para ayudarle a superar su prueba de madurez. ¡Parece mentira! ¡Con lo que ha sido ese hombre! Príncipe entre los príncipes, guerrero feroz, asesino implacable... y ahora es una florecilla silvestre, una “violeta”, como le llama Sulu... ¡Te lo digo en serio, Pan! O hay una guerra o el que se muere aquí soy yo, no Dionisio... pero de puro aburrimiento. ¡Y venga a dar vueltas por el espacio de un cuadrante a otro, estoy hasta las mismísimas pelotas...!

 

       Pan, en la nave oscura, limpiaba su flauta con una caña de junco mientras escuchaba a Ares despotricando sin parar. El dios de la guerra no estaba nada de acuerdo en cómo su hermano Apolo gestionaba la situación.

   - Míralo por el lado bueno... - Le comentaba el de la cabeza astada y pezuñas hendidas. - ¡Si todo sale bien haremos otra fiesta!

   - ¡Bah! - Protestó Ares. - Las ninfas ya no me hacen ni caso, Pan.

   - Eso es en el fondo lo que te molesta, que no mojaste con ninguna... - El fauno se echó a reír.

   - Si Afrodita estuviera aquí... - El dios dejó volar su imaginación hacia los recuerdos de las preciosas nalgas de su hermana.

   - ¡Ares, sube al puente ahora mismo! - La voz de Apolo resonó por su fíbula. ¿Habría estado escuchando? El dios se incomodó, por olvido había dejado el canal abierto tras la última comunicación. - ¡Ya voooooy! - Respondió encogiéndose de hombros y dejando a Pan revolcándose por el suelo retorcido entre carcajadas.

 

       El dios de rubios cabellos miró con severidad a su hermano nada más entrar al puente de mando. Señalándole con el dedo la consola de artillería le ordenó que tomase asiento. Ares agachó la cabeza y obedeció. A su izquierda Hércules reprimía una risa floja entre los labios cerrados.

   - Será mejor que te quedes en tu lugar, Ares. - Le dijo Apolo casi en tono de sermón. - Al menos hasta que las cosas estén controladas entre los humanos y los kazon. No quiero alborotos, ¿me has oído?

   - ¿Y para qué tengo que estar en el puesto de artillero? ¡Si no puedo disparar, no me dejas...! - Se cruzó de brazos dándole la espalda a su hermano mayor.

   - Tú haz lo que digo. - Apolo se levantó para acercarse a él, tirándole de los rizos castaños con suavidad se inclinó a darle un beso en la coronilla. - Ese Maje, Jal Valek, solamente quiere proteger a aquél a quien ama, no es tan diferente de todos nosotros.

   - Tres días, Apolo... - Se quejó agarrando al dios por la cintura. - ¡Me muero de aburrimiento! - Dejó la cabeza apoyada en el vientre de su hermano, sintiendo sus dedos desenredarle el pelo. - ¿Crees que podría bajar a Talos IV? Igual Khan necesita mi ayuda allí.

   - Que el sobrehumano cumpla él solo con su misión voluntaria. - Apolo volvió a besarle, esta vez en los labios. - Ocúpate de controlar nuestro mecanismo de ocultación, si a alguno de ellos le da por mirar a esta parte del espacio y observa que no hay estrellas, sólo oscuridad, puede que se pregunten el porqué.

       Ares asintió. La dulce boca de su hermano le supo a fruta fresca. Una sonrisa se le dibujó en el rostro. Esperaría, los tres días que Khan iba a pasar en Talos IV podrían dar para mucho a bordo de la nave oscura.

 

 

                                                                  Cuando sus moléculas se materializaron Khan vio al chico kazon y le pareció hermoso, su cuerpo de muchacho le recordó al Pavel que conoció en el Enterprise y que le enamoró. Miró al cielo y comprobó que Jal Valek sería exacto hasta la nausea: acababa de amanecer sobre aquel área de terreno árido e inhóspito donde les había abandonado, les tendría allí tres días completos. Se acercó a su desconocido compañero de sufrimientos y éste retrocedió un paso.

   - ¿Cómo te llamas, chico? - Le preguntó con su voz más grave.

   - Lorah... - respondió echando mano a su cuchillo.

   - No temas, ¿por qué iba a hacerte daño? - Khan se sonrió, el chaval estaba muy asustado aunque pretendía disimularlo bajo una capa de agresividad. - Puedes llamarme Donald. Oye, estamos juntos en esto. Si no logro que salgas de aquí con vida los míos lo pagarán ahí arriba. - Dijo señalando al cielo sobre sus cabezas.

       Lorah asintió y dejó el cuchillo en su cinturón.

   - Aún no hace demasiado calor. Busquemos algo que comer. - El muchacho echó a andar haciendo que Khan le siguiera, orgulloso de tomar la iniciativa.

   - ¿Hay algo que cazar por aquí? - El moreno se sorprendió. - No vimos nada con vida cuando nos quedamos atrapados en este maldito infierno.

   - No sabes mirar... - Estiró el brazo mostrándole un rastro sobre la arena, unas pequeñas pisadas de animal se extendían hacia las rocas en la distancia.

   - ¿Qué es? ¿Algún tipo de roedor? - El chico no contestó y Khan se encogió de hombros. - Bueno, proteínas al fin y al cabo. Por lo menos no tendré que comer pescado.

   - ¿Pescado? ¿Qué es eso? - El kazon nunca había oído hablar de semejante alimento.

   - Peces, ya sabes, se pescan. - Murmuró Khan con cara de asco. - Viven en el agua y...

   - ¿En el agua? - Repitió Lorah volviéndose hacia él. - ¡El agua es sagrada, ninguna criatura vive en ella!

   - ¡Vaya! - Exclamó Khan. - Creo que tenemos mucho que aprender el uno del otro, chico. - Le regaló su mejor sonrisa, los hoyuelos hicieron que Lorah ladease la cabeza al verlos.

 

       Siguieron las huellas del animalito hasta que Lorah lo detectó a lo lejos. Khan comprobó que efectivamente se trataba de un roedor, no más grande que un gato, apoyado en sus patas traseras olisqueaba el aire en su dirección.

   - No podremos acercarnos más sin que nos huela. - Musitó el sobrehumano agachándose. - ¿Vas a lanzarle el cuchillo desde aquí?

   - No. - Respondió parcamente. Parecía que los kazon realmente no eran muy habladores.

       El chico se quitó la banda de tela que le cruzaba el pecho y recogió del suelo una piedra del tamaño de su puño. Colocándola en mitad de la cinta que estiró con ambas manos, la hizo girar con su brazo derecho alzándola sobre su cabeza. Cuando la piedra alcanzó velocidad la dejó ir y simplemente sonrió al ver al animal abatido por el golpe de su honda.

   - ¡Eso ha estado muy bien! - Aplaudió Khan. - ¡Eres todo un David, chico!

   - No te entiendo. - Lorah volvió a ladear la cabeza, los ojos azul hielo de aquel ser le tenían hipnotizado.

   - Y hablando de entender... - Khan se rascó el flequillo. - ¿Cuándo aprendiste mi lengua?

   - ¿Cómo? - Lorah sacudió los hombros. - Estamos hablando la lengua kazon, no la tuya...

   - Imposible, los humanos no conocemos vuestro idioma. - El moreno se echó a reír. - ¡Esto sí que es desconcertante! Dime, este planeta vuestro... ¿qué otras habilidades tiene además de la de traductor simultáneo?

   - Ridículo, no es el campo de fuerza que rodea Talos IV... - El chico se acercó al humano y le olisqueó. - En el cuadrante Beta también nos entendimos, ¿no?

   - ¡Mierda! ¿Cómo he podido ser tan estúpido? - Alzó la voz golpeándose la frente. - ¡Hay alguien más ahí fuera! - Cerrando los ojos intentó comunicarse con Pavel, debía advertirle, él tampoco se habría dado cuenta.

 

 

                                                                  Sulu se despertó al notar que Pavel se levantaba. Encendió la luz de la mesita de noche y retuvo a su amigo en la cama.

   - ¿Dónde vas? ¿Qué pasa? ¿Es Khan... está bien? - Todo eran preguntas, los ojos aguamarina abiertos como platos le inquietaron.

   - Él está bien, pero... - Se volvió hacia su amante para acariciarle la cara. - ¿No te has preguntado cómo pudimos entendernos con ese Maje Kasson si no conossemos su lengua?

   - Pues... no sé, Pavel... - Sulu le cogió la mano con la suya, retirándosela de la mejilla y sujetándola con ternura. - Yo no estaba en el puente, tú hablaste con él. ¿No usasteis un traductor universal?

   - Ni me acordé de solisitar que lo activaran. - Su labio inferior asomó con gesto de duda.

   - Tal vez Milla lo hizo sin que se lo pidieras. - Comentó el japonés pensando en la eficiencia de su oficial de comunicaciones.

   - Dirás la teniente Sjare. La alféress Milla fue trasladada al Exselsior después de la boda de Peter y Alex. - Pavel le miró con tristeza, los huecos en la memoria de Sulu le hacían apenarse, parecía que no recordase los mejores momentos.

       Entonces le besó. Abrazándole, Pavel se le echó encima y devoró su boca con ansia. Deseaba hacerle el amor... dudando si Sulu recordaría siquiera haber estado con él, empezó a desnudarse.

   - Rosa mía... - El japonés se excitaba al ver su pecho al descubierto. - Mi preciosa rosa blanca... - Murmuraba lamiendo ya sus pezones sonrosados.

   - ¿Recuerdas esto, moy drug? *(amigo mío) - Esperaba que sí, que no hubiera olvidado lo maravilloso que era el sexo entre los dos.

   - ¡Aaaah Pavel...! - Gimió de gusto al sentir la mano grande del ruso sobre su duro miembro. - ¡Oh, sí... sí... lo recuerdo...!

 

      La mente se le llenó de imágenes lujuriosas en las que el cuerpo desnudo de Pavel se le ofrecía retorciéndose por la anticipación del placer que llegó luego. Sentía la presencia de Khan a su espalda, observándolo todo desde su butaca de espectador en el apartamento de Peter en San Francisco... Más flashes invadieron su cabeza, aturdiéndole con las sensaciones tan increíbles... cuando Khan le abrió como una fruta madura y se introdujo en él por vez primera... cuando Pavel le arrancó de encima del moreno para tenderle y tomarlo repitiendo aquellas palabras en ruso...

   - Da... da... ty moya, moya! *(Sí, si, eres mío, mío) – Sulu las dijo en voz alta dejándose llevar por la excitación de tener entre los brazos a Pavel ya sin ropa alguna.

   - Hikaru... aishiteru! *(te quiero) – Susurró quitándole los pantalones y hundiendo la boca en la entrepierna de su amante.

   - ¡Y yo a ti, mi vida! - Agarrándole del pelo le levantó la cabeza para mirarle a los brillantes ojos aguamarina. - ¡Siempre te he amado y siempre te amaré!

 

Notas finales:

Gracias por leer, gracias por comentar.

Así de breve, sí, que tengo que seguir escribiendo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).