Tenía que ser una broma, una de muy mal gusto ¿éstos eran los uniformes? ¡Pero si eran de Mujer! ¿Acaso tendrían que trabajar travestidos? Ciertamente era algo que no estaba dispuesto a aceptar.
Agarró con rabia la caja y vio sorprendido que sólo 3 personas habían salido dispuestos a hablar con el Jefe ¿Qué pasaba con el resto de los chicos? Definitivamente no podían estar de acuerdo con esta locura.
Se acercó a Saito quien explicaba a los demás chicos algo y al ver que no lo tomó en cuenta le alzó la voz
-No voy a aceptar esto, ¿Acaso, está demente? Si hubiese sabido que se trataba de un café maid no habría aceptado venir a la entrevista- dijo alterado. No era que tuviese algún tipo de prejuicio con el tema, el mismo incluso conocía gente que trabajaba en ese tipo de establecimientos. Pero, ¿él vestido de mujer? Eso era algo que estaba fuera de su alcance.
-Mmm… veo que no estás conforme. Claro, todos son libres de irse, mientras paguen el uniforme que no usarán y todo el resto de la indumentaria que se utilizó- concluyó Saito- Aún no han firmado contrato, pero si no leíste la “famosa letra pequeña” del anuncio no es mi problema, ahí especificaba CLARAMENTE que después de recibir el material de trabajo, si decidían NO aceptar debían pagar el total de los insumos- Aclaró su voz ronca- Tráeme el costo total de la persona llamada Kuroko Tetsuya- le pidió a su ayudante personal
-Por supuesto que prefiero pagar pero es injusto, nadie nos explicó de que trataba este trabajo y me sorprende que nadie más este tan alterado como yo, en mi caso, vine ya que un amigo me recomendó.
-Otros tres se negaron pero al darle la cuenta tranquilamente aceptaron trabajar con nosotros- la sonrisa del tipo era socarrona y burlona, irritó a Kuroko de sobre manera-toma cariño aquí está tu boleta- le estiró el papel a lo que el peliceleste lo recibió alterado.
Kuroko quiso saltar al tren al ver lo costoso que era el total del traje.
-¡¿Debe estar bromeando?! No pagaré semejante cantidad, es ilógico, que táctica tan sucia para obligarnos a trabajar.
-Oh por favor, los vestidos de este tipo son muy caros, “Moi Meme Moitie”* no es una tienda barata ¿Sabes chiquito?
-¿Para qué alguien que intenta montar un negocio compra los trajes de sus empleados en una tienda tan cara? En serio no tendrá ganancia alguna señor- se bufó
-Digamos que este negocio, es un gusto algo fetichista que me estoy dando, quiero renombre, que mi café sea el mejor de Akihabara, seremos uno de los pocos cafés Otokonoko que hay por aquí, a demás de mis ganancias me ocupo yo, así que ni te apures cariño.
Era bastante dinero y no se podía dar el gusto de pagarlo. Se volteó a ver al resto de los chicos, la gran mayoría ya estaba vestido con los extraños atuendos, todos en diferentes colores, jamás hubiese imaginado que esas bellezas que estaban ante sus ojos eran varones.
-Y… Tetsuya Kuroko ¿Te unes a ellos? O ¿Prefieres pagar?- lo miró ansioso
-¡¡ ¿QUE PASA CON USTEDES?!! ¿Están de acuerdo con esto?- les levantó la voz
-jajajaja, a mí no me molesta, el trabajo es bien remunerado- dijo un pelinegro vestido con un traje naranjo, se veía muy bien, su falda entallada perfecta, las adorables medias que cubrían sus piernas Kuroko estaba boquiabierto, pudo reconocer al que alguna vez fue Takao dentro de ese “disfraz”, aunque estaba usando una peluca con el cabello negro que le llegaba hasta los hombros, -Wow- dijo por lo bajo, cualquier hombre querría salir con semejante chica hermosa ¿En qué rayos estaba pensando? ¡! Era Kazunari!! El ojo de halcón de Shutoku, no una preciosa jovencita como sus ojos y cerebro percibían.
-Ya veo, ya veo. ¿No te molesta Takao-kun?- habló ya más calmado, casi embobado-… Y tú ¿Qué dices Akashi-kun?- se dirigió al pelirrojo que para su sorpresa estaba vestido igual con todos los implementos.
-Es Akibaraha, aquí conviven los más grandes Frikis , Otakus y demáses, si lo analizas fríamente no ibas a pensar que venir a una entrevista en este lugar sería para un empleo normal, era obvio que saldrían con algo como esto, así pude notarlo desde que pasamos la excéntrica entrevista, a mí no en realidad no me importa- Se veía como una hermosa pelirroja, con un traje del mismo color que la larga peluca que traía, el cabello le llegaba hasta la cintura, Akashi era realmente hermoso, su rasgos finos pero a la vez agresivos, su figura resaltaba de forma provocativa, la falda era aun más corta que la que estaba utilizando Kazunari, sus lindas y largas piernas, las recorrió con su mirada queriendo perderse bajo su falda, Kuroko se vio tentado en ir y subírsela aunque sabía que bajo de ella traía *bloomers. Se golpeó mentalmente por su pensamiento perverso, pero después de todo él era un chico y tenía necesidades y ver tanta belleza junta le estaba afectando.
-También necesito el trabajo Kuroko, mi situación no es nada buena, además trabajo es trabajo-irrumpió Izuki vestido con un traje Negro y Blanco como los típico de Maid, se veía tan hermoso y adorable, el largo cabello artificial caía grácil por sus hombros y espalda, cada vez que Kuroko los miraba se sentía un maldito fetichista, sabía que eran chicos , algunos de ellos sus amigos pero no podía dejar de comérselos con la mirada ¿Eso era lo que sentiría la clientela al ser atendidos por uno de ellos? No quería eso para su vida, además el estaba muy lejos de ser una de esas bellezas.
Pero por otro lado todos decían que el sueldo era bueno, además no tenía dinero para pagar el traje.
-Lo haré- dijo en un tono bajo, casi imperceptible
-¿Perdón?- preguntó Saito
-Trabajaré aquí, seré un travestí, necesito el dinero- se sonrojó y se dirigió a los camarines para cambiarse
-Jajaja. No serás un travesti, serás un hermoso Otokonoko, me alegro, el resto pasen a firmar sus contratos definitivos y quiero aclararles a todos que se ven muy bien
Entró al probador sacando de nuevo el vestidito, comenzó a desvestirse, algo torpe se puso las medias, eran realmente adorables, llegaban hasta sus muslos y al final unos lindos lazos de color celeste, mierda debía usar un liguero, luego se puso los Blomeers, que no eran nada largos, dejaba ver parte de sus blancas piernas desnudas, se colocó los zapatos celestes y por último la peluca del mismo color que su cabello, no podía creerlo… Se miró al espejo dudando que fuera su reflejo, una perfecta muñeca, hermosa, ahora entendía porque la selección se había dado bajo ciertos patrones, se hallaba muy complacido y no tenía nada que envidiarle a los otros.
Salió del cubículo y se encontró con la fascinada mirada de sus compañeros.
-Kuroko te ves genial, no pareces tú- dijo animado Izuki
-Vaya, vaya, así hasta me dan ganas de salir contigo- Takao lo miraba divertido con cierta lascivia
-Muy bien, te ves genial, acércate y oficialicemos el contrato Kuroko, no puedo creer lo lindo que te ves, de seguro a Ryota le gustaría verte así
Kise ¿él sabía todo esto? Si así era de seguro lo castraría por haberlo metido en semejante embrollo.
Así fue como los cuatro chicos, fueron contratados, sus jornadas laborales eran distintas y a base de turnos pero los cuatro coincidían en algunos horarios, Kuroko era el único que llegaba en la tarde debido a que estudiaba durante la mañana mientras que los demás entraban una o dos horas antes que él.
- Bien ahora que estamos listos en los aspectos formales, quiero decirles que se ven muy bien y que son muy dignos empleados del Café “Rainbows”, desafortunadamente uno de ustedes nos ha dejado por lo que sólo son catorce, pronto llegará su reemplazo, ahora iremos a ver el local, si gustan pasen a cambiarse para que conozcan el lugar donde cumplirán funciones.
-Tengo una pregunta… ¿Sólo seremos camareros verdad? pregunto porque no me quiero ver envuelto en algún tema algo turbio, usted sabe a lo que me refiero.- dijo Kazunari, ya sabía cómo era el mundo y varias veces se había topado con situaciones extrañas en cafés maids de mujeres donde las chicas eran acosadas, muchas veces forzadas por sus empleadores a “una atención más personalizada”
-Por supuesto, sólo atención de público no se preocupen, tendremos personal de seguridad quien velará por la integridad de ustedes.
Kuroko suspiró con alivio, tenía miedo en cierto modo, esto sería una experiencia muy extrema para alguien que había vivido protegido desde siempre, primero por sus padres y ahora por su posesivo novio… ¿Cómo le explicaría a Kagami-kun que trabajaría en un café maid para chicos? De seguro a Taiga le daría un ataque, verlo vestido así bajó la perversa mirada de sus futuros clientes, definitivamente era algo que no le contaría. No le gustaba ocultarle cosas pero era por el bien de ambos, necesitaba el dinero para poder mudarse junto a él.
Salieron y caminaron por las ruidosas calles de Akihabara.
-Akashi-kun ¿Podemos hablar?- se acercó al pelirrojo
-Tetsu, si me vas a preguntar sobre mí, te digo que no diré nada más de lo que ya he dicho
-Pero ha sido tanto tiempo, cuatro años preguntándonos si estabas bien, ¿Qué pasó? ¿Por qué desaparecer así de nuestras vidas?
-¿Qué sentido tenía atarme a un pasado que no volvería? Tetsuya, ahora seremos compañeros de trabajo, te pido que por favor no me acoses con tus preguntas, tuve que salir de mi casa, vine a vivir a Tokio para obtener mi libertad, pude mantenerme un tiempo con los ahorros que tenía pero ya se me acabaron, arriendo un pequeño cuarto cerca en Chiyoda y necesito el trabajo y punto, no ahondaré en detalles ni nada
Esa fue la respuesta, que pese a todo le pareció bastante larga tratándose de su ex capitán de Teiko.
Al llegar al local donde trabajarían, se dieron cuenta que este era espacioso, sus mesas y sillas bien ordenadas, inspiradas en el estilo occidental casi Barroco, todo hermosamente decorado, había mesas afuera y en el interior.
Saito se les acercó y les habló.
-Atención empleados, desde mañana esté será su lugar de trabajo , espero todo se lleve a cabo óptimamente, deberán tratar a los clientes de la mejor manera posible, estos no tendrán derecho a tocarlos, ni a tomar fotografías, las reglas están especificadas en esos letreros de la entrada, el uso del uniforme es obligatorio, los puestos de trabajo son rotativos, se dividen en atención de camareros, caja y promotor, que es el que debe salir a la calle y repartir volantes, espero que todos nos llevemos excelentemente bien y que no haya problemas entre ustedes ni con los clientes, mantengamos un buen ambiente laboral.
-Si señor- respondieron al unísono
-En esa puerta están sus casilleros y el cuarto donde pueden cambiarse, por allá los baños, y lo demás ya lo irán viendo a medida que empiecen a trabajar. Eso es todo por hoy mañana nos vemos y conocerán al nuevo chico que se integrará, yo no estaré siempre ya que tengo otros negocios que atender pero alguien administrará esto por mí, claro que cualquier problema pueden ubicarme y hablar.
Se despidieron y salieron del local, Akihabara era una Lugar muy particular, desde mañana sus vidas cambiarían, sobre todo para Kuroko quien empezaría a llevar una pseudo doble vida, ya que sí o sí su nuevo trabajo debía ser un secreto para Kagami.
-Hey chicos ¿Que les parece si pasamos a tomar algo a algún café Maid para ver como son?- dijo animado Izuki a Takao y Kuroko.
-Me parece genial ¿Qué dices Kuroko?
-Akashi– kun por favor acompáñanos
-Está bien, accederé está vez sólo porque quiero ver cómo funciona el negocio.
Entraron a un “Maid café” el local era más pequeño que el de ellos, varias chicas atendían a los clientes.
-Bienvenidos “mis Amos”, pasen y siéntense los atenderé enseguida- una linda chica vestida de Maid les dio la bienvenida, muy “Moe”* su amable trato les sorprendió de sobremanera, así que esa era la forma correcta de tratar al cliente ¿Qué era eso de mi “amo”?
Los cuatro asintieron y se ubicaron en una pequeña mesa, la chica les entrego un “menú”
Pidieron un café cada uno y una gran tarta para compartir, la linda chica les dejó las cuatro tazas para ir por el otro pedido, una tarta de manzana grande, la posó sobre la mesa y saco una salsa de chocolate con la que dibujo un lindo corazón.
-Wow muchas gracias cariño- dijo Takao admirado por la habilidad de la muchacha
Mientras los otros tres se preguntaban cómo iban a obtener la coquetería y buen trato de esas preciosas chicas.
