Terminaron las compras muy temprano, más de lo que pensaban, pasaron a comprar unas golosinas para ver películas en casa, Luhan los había dejado para ir a ver a Sehun a la escuela y juntarse son sus amigos.
- Estoy exhausto – dijo Suho acostado en el sofá.
- Ahora descansaremos amor – dijo Lay quien caminaba en dirección a la cocina para buscar algunas golosinas que Suho dejo en la cocina.
- Lay ¿qué película quieres ver? – grito Suho
- La que tú quieras amor – dijo suavemente en el oído de su novio y este tembló – y no grites que ya estoy aquí – se sentó junto a su novio para así compartir las papas fritas que tenía Lay.
- Veremos esta – dijo señalando una película llamada “nunca me abandones”.
- Amo esa película – dijo Lay muy animado – aunque me hace llorar, es hermosa.
- No tanto como tu amor.
- Eres tan dulce – dijo Lay besando a su novio en la mejilla.
“Nunca me abandones”. Comenzó la película y Lay de solo escuchar el nombre comenzó a sollozar, la habían visto miles de veces y sabían perfectamente que era una historia de amor muy triste y con un final para llorar.
(…) hace dos semanas que lo perdí.
Hoy me dieron aviso, mi primera donación será dentro de un mes.
Vengo aquí y me imagino que todo lo que he perdido desde que era niña termino en este lugar, pienso que si eso fuera cierto y esperara lo suficiente, aparecería una silueta en el horizonte del otro lado del campo, se haría cada vez más grande, y entonces vería que era Tommy, saludaría con la mano, tal vez me llamaría, no permito que mi fantasía llegue más halla, no puedo, me recuerda que tuve suerte de haber podido pasado más tiempo con él, de lo que no estoy segura, es de que si nuestras vidas son muy diferentes a la de las personas que salvamos, todos completamos, tal vez ninguno entendamos lo que hemos vividos, ni sintamos que tuvimos bastante tiempo…
- me encanta esta película – dijo Lay mirando a Suho con los ojos llenos de lágrimas.
- a mí también, nunca me canso de verla- dijo Suho apegando a Lay a si cuerpo.
- ¿te imaginas nos pasara eso? – dijo Lay quien lloraba y miraba aun la TV.
- Eso nunca nos pasara – dijo Suho acariciando a su bello unicornio.
- ¿Cómo lo sabes? – dijo ahora mirándolo con ojos cristalizados por el llanto.
- Lo sé, simplemente eso, sé que no hay nada en este mundo que nos pueda separar, sé que nunca te dejare, siempre estaremos juntos así lo quiera el destino o no, y si alguna vez decides irte y dejarme sé que seguirás conmigo porque yo siempre te tendré en mi corazón y tú siempre estarás conmigo porque la mitad de mi corazón lo tienes tú, te amo y lo sabes, eres vital en mi vida, eres mi aire y mi agua, contigo sé que lo tengo todo y que mi vida está completa si te tengo a mi lado – dijo Suho acariciando cada centímetro del rostro de su novio.
- no me hagas llorar – dijo Lay con sus ojos llorosos aun.
- No quiero hacerte llorar, solo quiero que sepas lo mucho que te amo – no se necesitaban palabras para describir la escena tan romántica que vivían en ese momento.
Lay comenzó a besas a su novio, Suho no tardó en responder a aquel beso que desde que llegaron estaba esperando, tomo a su novio de la cintura, las luces apagadas, la noche había llegado sin previo aviso y solo entraba un leve destello de luz que desprecia la luna, Lay comenzó a recorrer lentamente con sus manos el cuerpo de su novio sin tocar más que la ropa que llevaba este, Suho seguía intensificando el beso y sobre su pantalón comenzó a notarse un pequeño bulto.
Comenzaron a deshacerse de la ropa, Lay podía ser muy tierno, cariñoso y maternal, pero cuando estaba a punto de tener sexo con Suho, se volvía diferente, egoísta porque solo quería que Suho lo mirase a él, egocéntrico porque amaba que Suho le dijera lo lindo y apetecible que se encontraba, malcriado porque si Suho no hacia lo que él quería todo acababa.
Lay paso sus manos por debajo de la polera que traía Suho, para así tocar el abdomen de su novio y tener un mejor acceso a su cuerpo, consiguió zafarse del beso para deshacerse de la ropa de Suho y luego sacarse la suya, el abdomen descubierto de Lay era como tener su comida preferida en frente, su novio era deseable en muchos sentidos. Se levantaron del Sofá y Suho cargo a Lay para llevarlo a la habitación, ahí tendrían más privacidad, subieron las escaleras y Lay depositaba un montón de besos en los hombros y rostro de su novio, además dejando miles de marcas en el cuello de Suho.
Al llegar a la habitación Suho deposito a Lay en la cama con delicadeza, se quitó los pantalones y Lay los suyos, estaban en bóxer solos, amándose, deseándose, Lay mordía su labio inferior y luego saboreaba el superior, deseaba a su novio sobre él ahora, lo necesitaba con locura y podía notar en los bóxer de su novio que él también lo necesitaba.
Suho poso sus piernas a los lados de Lay y depositaba pequeños besos en todo el cuerpo de su novio, primero en su rostro, luego en su cuello, bajando hasta llegar a sus pezones y poseerlos con su boca, después de juguetear un rato siguió depositando pequeños besos hasta llegar a los bóxer de Lay, con sus dientes comenzó a sacarle lentamente aquella única prenda que tenía puesta hasta quedar completamente desnudo.
Lay se levantó un poco, apoyado en sus codos para poder besas a su novio y susurrarle “aun tienes mucha ropa” y volvió a recostarse, un escalofrió recorrió el cuerpo de Suho ante las palabras de su novio y rápidamente se retiró la última prenda que le quedaba, busco el lubricante, él no quería herir a su hermoso novio, pero Lay ya lo tenía en sus manos y lo movía de un lado a otro en frente de la cara de Suho, este lo tomo y puso una cantidad abundante en sus dedos para comenzar a introducirlos en Lay quien al sentir los dedos fríos de Suho arqueo la espalda y soltó un gemido que solo éxito más a su novio.
Ya preparado Suho quiso juguetear un momento antes de introducir su miembro en Lay quien se veía más necesitado que hace un rato. Suho puso la punta de su miembro en la entrada de Lay, comenzó a acariciar su trasero tiernamente pero todo el romanticismo se fue cuando…
- Entra de una maldita vez Suho –grito Lay, estaba desesperado por ser llenado completamente por su novio.
- Cálmate bebé solo buscare un preservativo y…- fue detenido por Lay.
- No, solo entra, no pasara nada, solo entra YA.
Y Suho solo obedeció a su tentador novio quien estaba debajo de su cuerpo, nuevamente poso la punta de su miembro en la entrada de Lay, y entro de una sola estocada, la habitación fue llenada por un gran gemido de Lay, del cual no se distinguía si era placer o dolor. Suho acaricio el cuerpo de Lay y este tomo sus manos para dirigirlas a su miembro, el cual Suho comenzó a masajear para que el placer fuera doble, Lay encorvaba su espalda, tiraba su cabeza hacia atrás, su novio lo había llenado con solo introducirse en él, su frente sudaba.
- Muévete – le ordeno a Suho
- ¿ya no duele? – pregunto retirando el cabello pegado a la frente de Lay por el sudor.
- Solo hazlo, no aguanto más – su cara de deseo también estaba matando a Suho.
- mmm, aaah, más más – arqueaba la espalda y gemía de placer.
- Estás, apretado, me encanta – dijo Suho sin soltar el miembro de Lay, quería darme más placer, que gimiera más, que lo envolviera en gritos de placer.
- Su-Suho – Lay gemía el nombre de su novio y este de solo escucharlo podía sentir ese cosquilleo en todo su cuerpo.
Suho comenzó a moverse, lento, con gracia, “me encanta” pensaba Lay, aumento la intensidad, más fuerte, cada vez con más fuerza, los gemidos de ambos no solo llenaban la habitación, sino también la casa entera, eran gemidos ensordecedores, para Suho los gemidos de Lay eran música para sus oídos, se amaban, se deseaban y cuando estaba juntos no podían controlar todos esos sentimientos que los envolvían. Estando en la cama juntos, besándose, tocándose y haciendo el amor, eran felices, se sentían completos y realizados.
- Más, Suho más fuerte, dime que soy tuyo –gemía, bueno prácticamente estaba gritando.
- Eres mío bebe, tú y tu hermoso trasero son solo míos – y Lay mordía su labio inferíos de la excitación que le traía escuchar aquellas palabras de parte de su novio
Durante un segundo todo era gemidos y placer, pero un grito de Lay nuevamente interrumpió.
- Más... Más fuerte, ahí – BUM, Suho había dado con la próstata de Lay, quien solo gemía cada vez más fuerte y Suho sonreía orgulloso de hacerle sentir tanto placer a su novio. Cuando sintió su mano húmeda, era la esencia de Lay recorriendo du mano, su pecho y el de él, sintió una sensación extraña y se vino dentro de Lay, arqueo su espalda y Lay tocaba su abdomen.
Se recostaron uno al lado del otro, Suho depositaba pequeños besos en la frente de su novio, Lay apegado a Suho, apoyando su rostro en el cuello de su novio, se sentía completo, lleno y amado, con eso en su cabeza cerró los ojos y se quedó dormido. Suho estaba sumido en sus pensamientos, recordando como había conocido a Lay y lo feliz que nunca pensó ser junto a él.
Suho estaba sentado afuera de su casa leyendo un libro que le gustaba cuando un chico de cabellera negra se acercó.
- hola, disculpa ¿tú eres mi vecino? – Pregunto el chico – soy nuevo, me he mudado hoy con mi familia, mi nombre es Yixing, pero puedes llamarme Lay – dijo el chico haciendo una pequeña reverencia
- Bi-bienvenido- dijo Suho con algo de rubor en sus mejillas.
- Gracias…
-Suho – dijo – mi nombre es Jun Myeon, pero me puedes decir Suho- dijo haciendo una reverencia al igual que Lay.
- Es un placer, Suho – dijo sonriendo.
Desde ese día, desde que lo vio, Suho se propuso conquistar a aquel chico de cabellera negra y linda sonrisa, Suho se percataba de cada detalle, era muy atento y pasaban mucho tiempo juntos. Salían repetidas veces por la cuidad para que Lay la conociera, el venia de China y no conocía muy bien el lugar, a Suho no me molestaba en nada pasar tiempo con la persona de la que creía estar enamora. Cada noche Suho se preguntaba ¿llegare a gustarle? ¿El me gusta realmente?
¿Debería decírselo? ¿Me mirara con asco? ¿Me dejara de hablar? ¿Se alejara de mí? ¿Lo amo? ¿Estará pensando en mí?, miles de preguntas invadían su cabeza hasta quedarse dormido.
- Me gustas – dijo Suho sin filtro alguno, el solo quería confesar lo que sentía, el chico enfrente de él lo miraba como si no lo conociera, aquello le dolió a Suho más de lo que pensó que podía llegar a doler.
-Y-Yo – apenas podía hablar de la impresión.
- no es necesario que me digas nada, solo quería que lo supieras, bueno me tengo que ir Sehun está por llegar – dijo dándose la vuelta, esperando que Lay dijera algo, pero eso no paso.
Pasaron 2 días en los cuales no había visto a Lay por ninguna parte y la verdad era que parecía mejor no verlo, olvidarlo sería más fácil teniéndolo lejos, aunque su corazón dolía ¿Cómo me llego a gustar tan pronto? ¿Amor a primera vista? ¿Desde cuándo eso es real?, su cabeza llena de interrogaciones que no podía contestar. El golpeteo de la puerta lo saco de su examen de interrogaciones así mismo.
- Un minuto por favor – grito Suho corriendo hacia la entrada, al abrir la puerta las palabras no salían de su boca, no podía creer quien estaba en su puerta llorando – Lay – dijo como un susurro que el viento envolvió para llevárselo.
- ¿Por qué Suho? – Pregunto entre lágrimas - ¿primero me dices que te gusto y ahora no me hablas, no me llamas, no me miras? ¿Qué hice? Respóndeme – cayó al piso siendo envuelto por los brazos de Suho, quien solo pedia perdón por lo sucedido.
- No pensé que…
- Nada, solo dime ¿aun te gusto? – pregunto poniendo ojos de perrito entristecido.
- Más que ayer y menos que mañana – dijo mirándolo a los ojos y Lay solo lo abrazo y seguía llorando como un niño pequeño.
- tú también me gustas Suho – dijo Lay, ambos se miraban, el aire apenas tenía espacio para pasar por en medio de sus bocas, y Suho avanzo para besar a Lay, besarlo, eso era lo que necesitaba para saber que sentía por Lay, y en ese entonces entendió que esta era la oportunidad de ser feliz con una persona a la cual amar.
- Yixing ¿quieres ser mi novio? – dijo separando el beso.
- ¿me quieres?
- demasiado.
- ¿No importa que seamos hombres?
- en lo absoluto, eso no me importa.
- ¿ahora somos novios?
- Si me dices que sí, lo seremos.
- ¿durara?
- te dejare ir de mi lado el día que venga una carta desde Howard y me diga que fui aceptado en la escuela de magia y hechicería- ambos rieron.
- SI, si quiero ser tu novio – fueron las palabras de Lay y volvieron a besarse como si no hubiera un mañana en la puerta de la casa de Suho.
- Suho – dijo Lay un poco dormido - ¿pasa algo? ¿No puedes dormir?
- No, no es nada, solo recordaba lo hermoso que fue conocernos – dijo besando la frente de su novio.
- que hermoso recuerdo, te amo.
- Yo te amo más – y se besaron nuevamente, Lay se acurruco en el pecho de su novio y se quedaron profundamente dormidos.