-Sebastian, ven a mi oficina…-Era ya de noche, los sirvientes habían vuelto a la mansión y todo seguía su curso normal, mas había aun algo que preocupaba al joven conde. En cuanto el mayor entró a la oficina Ciel le puso seguro a la puerta y volteo a ver a su mayordomo.
-¿Necesita algo, bocchan?
-Si… necesito que me digas que te ocurre…- La voz de ambos era fría, pero en los ojos del menor se podía apreciar la preocupación. Ambos cuerpos estaban cada vez más cerca, tanto que podían sentir la respiración del otro.
-No es nada bocchan, por favor no se preocupe por mí…- Sebastian abrazó al fin a su pequeño amante y besó tiernamente sus labios. Al separarse hablo de nuevo, esta vez en un susurro- No te preocupes Ciel. No me pasa nada, estoy bien…
-Te amo, no me cansaré de repetirlo… Te amo Sebastian Michaelis- El oji-azul se aferraba al mayor, no quería soltarlo jamás- En verdad te amo…
-Y yo te amo a ti, te amo más que a nada Ciel Phantomhive- Sebastian se dedicaba a besar tiernamente el rostro de Ciel para después besar dulcemente sus labios- En verdad te amo…
Todo era perfecto de nuevo, la presencia del otro lograba volver todo perfecto. Pero la calma se convertiría en tempestad pronto ya que no se dieron cuenta de un pequeño detalle… alguien los observaba…
POV: Elizabeth
-¡E-espera! ¡Paula! ¿A dónde vamos?- dije mientras Paula me jalaba del brazo, pude notar que estaba alterada.
-Guarde silencio por favor mi lady… ya estamos aquí… antes de que vea esto quiero que sepa que la apoyaré siempre, pase lo que pase…
-¿A qué te refieres Paula?
-Mire…
Paula me hizo acercarme a la ventana de la oficina de Ciel. Estaba cerrada al igual que las cortinas, me pareció muy extraño ya que él siempre las dejaba abiertas pero aun así pude ver un poco al interior. En cuanto logre ver a mi Ciel me quedé totalmente sorprendida. Él besaba apasionadamente a Sebastian mientras este lo abrazaba por la cintura apegándolo cada vez más a la pared. Esperaba que todo fuese una especie de malentendido, que estuviera viéndolo desde un ángulo que distorsionara lo que de verdad sucedía, pero entonces escuche esas palabras…
-Te amo, no me cansaré de repetirlo… Te amo Sebastian Michaelis-Esa era la voz de Ciel, no había duda. Un par de lágrimas cayeron por mi rostro - En verdad te amo…
No pude resistirlo y salí corriendo de ahí mientras Paula me rogaba que me detuviera y la esperara, pero yo ya no la escuchaba. No quería estar con nadie, no quería ver a nadie, sólo quería despertar y darme cuenta de que todo aquello había sido un sueño…
Él nunca me había dicho que me amaba, casi nunca me besaba ni me abrazaba como lo hizo con Sebastian, lo más lindo que me dijo fue “te quiero mucho Lizzy”… debí sospecharlo antes, él nunca me ha amado… pero lo hará… así tenga que eliminar a quien se interponga…