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LOVE ON SCHOOL DAYS por Caroshii

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Notas del capitulo:

¡Siento la demora!

Muchas pruebas en el liceo T^T Soy la que más siente demorarme pero estuve aprovechando mis ratos libres para escribir de a poquitito.

 

Ojalá les guste~

                Finalmente después de una extensa caminata en la que ambos charlamos de bastantes cosas, por supuesto él comenzando los temas ya que yo no era de lo más hablador, logramos llegar al colegio de mi hermana. Afuera en la entrada había muchos globos y adornos, además de un gran letrero que decía “Bienvenidos” en letras mayúsculas y todas de distinto color, con brillos y destacando bastante. Ya sabía yo que todo iba a estar así de ornamentado, la delegada principal siempre se preocupaba hasta del más mínimo detalle en cuanto a festivales, actos o lo que sea que haya pero que sea organizado por los alumnos.

­­­­

—Está tan bonito — eso fue lo único que pude decir. Maximiliano y yo mirábamos todo completamente embelesados ya que a medida que avanzábamos por los pasillos, la decoración se hacía más detallada y brillante, definitivamente hacer todo esto debió haberle costado muchas semanas y varios voluntarios, ya sabía yo que era así, más de alguna vez me habían hecho participar en las decoraciones de la escuela y a pesar de ser agotador, el esfuerzo siempre valía la pena.

—Sí, es un trabajo bastante organizado el llegar a lograr algo así —yo solo me limité a asentir con la cabeza, no tenía nada más que debatirle, tenía toda la razón.

 

Caminamos por un par de minutos más hasta que finalmente llegamos al pasillo donde los cursos organizaban su propio puesto de cualquier cosa que se les ocurriese para vender o participar. Aún faltaba un poco de tiempo para que empiece la actuación así que mi acompañante propuso que nos acerquemos a algunos puestos. Primero pasamos por un puesto de comida y después pasamos por los juegos para ver si lográbamos ganar algún premio.

 

— ¡Esto no sirve!— no había podido darles a los patos con el rifle así que completamente rendido dejé el juguete en el mesón. Mi acompañante solo se rió al verme hacer berrinche.

—Es que no apuntas bien— pagó por otros tres tiros y apuntó a los patos. Miré con los ojos como platos al ver que lograba apuntar acertadamente a tres de los patos que se movían de lado a lado para dificultar las cosas.

 

Miré con un puchero completamente receloso al chico que estaba encargado de repartir los premios sacar un gran oso de peluche que debía medir por lo menos un metro de alto. Seguimos caminando conmigo a un lado aun emberrinchado.

 

— ¿Lo quieres?— esa pregunta me pilló completamente de sorpresa así que me detuve y él me quedó mirando expectante.

— ¿Hablas enserio? ¿Me lo das? Pero si es tu premio, tú te lo ganaste— Comencé a excusarme completamente sonrojado, Maximiliano me estaba dando un regalo así porque sí, era algo difícil de racionar.

—Sí, de todos modos a mí no me gustan mucho estas cosas, prefiero las cosas duras como las figuras de acción y eso— Me extendió el peluche que yo aferré delicadamente contra mi cuerpo, era muy lindo y tenía un pequeño moño de cinta a la altura del cuello.

—Gracias.

 

Continuamos caminando y mirando los puestos, estuvimos así hasta que me encontré el puesto de Jennifer donde ella estaba junto a un compañerito. En ese juego se debía tirar unas pelotas hasta los aros en las paredes.

 

— ¡Hola, Allan!— se dio la vuelta del puesto y me saludó con un gran abrazo— que bueno que viniste.

—Sí, no me podía perder tu punto artístico— comenté con una gran sonrisa, adoraba a mi hermana.

—Allan… ¿Quién es él?— Cuando me apuntó a Maximiliano me di cuenta del gran detalle de que aún no los presentaba.

—Ah, lo siento. Él es mi compañero de curso Maximiliano— Apunté hacia quien instantes atrás me había dado ese oso de peluche que llevaba en mis manos.— y ella es mi hermana Jennifer — ahora había apuntado hacia mi hermanita.

—Es un gusto, Jennifer— La saludó muy educado regalándole una hermosa sonrisa.

— ¿Van estar mucho acá? Yo me presento en 20 minutos. Estaría bien si vieras a la chica de la que te hablé. —me codeó guiñándome el ojo y poniéndome un poco nervioso.

—No creo que esté bien, no la conozco y, bueno… — miré fugazmente a Maximiliano— tengo compañía. Tal vez para la próxima.

— ¡JEEENNI!—volteamos todos a ver a quién había llamado tan efusivamente y descubrimos a una chica muy linda, de estatura baja y bastante ajustada yendo hasta nosotros. —Hola— saludó con una gran sonrisa y Jennifer volvió a codearme el brazo. Comprendí enseguida que era ella de la que me habló.

—Hola— saludamos todos al unísono.

—Yo… bueno, soy Emily. Un gusto— agachó la mirada al verme, completamente sonrojada, se me antojaba una monada.

—Un gusto… soy Allan, hermano de Jenny— le sonreí para calmarla, pero no me vio al estar mirando al suelo, no la culpo, me sudaban las manos pero era yo quien tenía que ser valiente ahí y no ponerme nervioso en algún momento.

—Sí, ya te conocía de vista pero no pude hablarte porque cuando llegué, te cambiaste de colegio— eso explicaba por qué no la conocía, no podría olvidarla con lo linda y mona que era.

—Sí, no recuerdo haberte visto alguna vez. Por cierto, él es Maximiliano— presenté a Max, quien seguía parado ahí con la vista fija en mí y en la chica.

—Un gusto, amigo de Allan— había levantado un poco la vista y pudo ver a mi compañero sonreírle.

—El gusto es mío—le restó importancia.

—Bueno, bueno. Ya váyanse, me espantan a la clientela— mi hermanita nos echó a todos a empujones y terminamos caminando camino a la sala de actos.

 

—Escuché mucho de ti, a pesar de no seguir aquí eres muy popular.  Además pude verte un par de veces en los recesos. —Parecía haber tomado confianza y yo hacía lo mismo. La verdad es que no daba tanto miedo como me lo había pintado mi hermanita.

—Vaya, no hablaba con muchas personas aquí, no entiendo cómo puedo ser popular.

—También escuché que no eras muy conversador, pero la verdad es que ahora que te veo de cerca entiendo por qué hablaban tanto de ti— se volvió a sonrojar notablemente.

— ¿Por qué?— Ese fue Maximiliano, quien interrumpió, de seguro estaba tan curioso como yo.

—Bueno, no hay que ser muy inteligente para saber… Digo, Allan tiene un aspecto muy agradable de ver.

 

Me detuve en seco y ella al notarlo se sonrojó por lo menos dos tonos más. Mi otro acompañante se volteó extrañado de mi acción y yo estaba casi tan nervioso como Emily. Ella había dicho que era lindo, porque eso dijo, ¿Cierto? Por lo menos indirectamente. No me esperaba escuchar eso, ese fue el motivo de mi reacción.

 

—Tranquila, no eres la única que lo piensa. Hasta yo lo encuentro lindo— trató de restarle importancia él, de seguro la pobre pensó que yo la estaba desechando o algo por el estilo.

—Sí, yo… no me lo esperaba—murmuré ahora con las mejillas algo encendidas.

—Deberíamos avanzar, la actuación debe estar por comenzar.

 

Seguimos avanzando, ahora en silencio, hasta que llegamos a las gradas del salón. Elegimos unas de donde se podía apreciar una buena vista y nos sentamos: Primero Max, después yo y a mi lado Emily.

 

—Voy por algo para beber, ¿Ustedes quieren?— Mi ingrato compañero se puso de pie sonriendo amable. Claro, me iba a dejar a solas con la chica.

—No, gracias. —dijo ella.

— Sí, por favor.

 

Se fue y Emily y yo quedamos solos. Se formó un pequeño silencio incómodo.

 

—Yo tenía ganas de hablar contigo— Fue ella quien rompió el silencio.

—Sí, te escucho.

—Es que… tú a mí…— asentí con la cabeza para darle un poco más de confianza. —ME GUSTAS— y ahí sí que me sonrojé hasta más no poder. Lo dijo algo fuerte por lo que la escucharon todos a nuestro alrededor. Obviamente la curiosa naturaleza humana los obligó a mirarnos para ver qué estaba pasando y por qué una chica se declaraba en un lugar tan público.

— Eh… yo, es muy repentino— me rasqué la nuca tratando de buscar una buena respuesta o alguna solución a lo que estaba aconteciendo en esos momentos, pero estaba tan bloqueado que no se me ocurrió nada decente para decirle.

—Sí… lo siento. No pude evitarlo, me gustas desde hace algún tiempo— me enterneció verla con la cabeza gacha y tan sonrojada por la vergüenza que no pude evitar sonreír entre medio de todo ese nerviosismo. Lo sé, díganme débil.

—L-la verdad es que estoy alagado por tus sentimientos, pero necesito pensarlo un poco.

— ¡Sí!— carraspeó disimulando al darse cuenta de que se había mostrado demasiado ilusionada y que todas las vistas seguían posadas en nosotros— Digo… te dejo mi número. Esto… para que me llames, sí, para eso—me tendió una pequeña tarjetita donde tenía su nombre y un número de teléfono.

 

Después de eso salió escopetada hacia la salida, había quedado como un tomatito maduro después de todo lo ocurrido así que supongo que salió por vergüenza. Yo me quedé mirando el papelito con curiosidad, enserio era una chica muy valiente por haberse declarado a un completo desconocido y en un lugar público y atestado de personas.

 

—Llegué—di un respingo al escuchar la voz de Maximiliano al lado mío, estaba tan absorto en mis pensamientos que ni cuenta me había dado.

—Sí, el show está por comenzar.

— ¿Qué te pasa?

— ¿A mí? —De pronto me sentí más nervioso, eso cuando había creído que más nervioso era imposible estar —No, nada—Fingí que nada había pasado, pero algo me decía que no me iba a librar de las preguntas.

— ¿Y Emily?

— ¿Emily? Ella… dijo que tenía cosas por hacer así que se fue— Me encogí de hombros para restarle importancia al asunto y gracias al cielo él pareció notarlo.

—Está bien, traje tu bebida— me extendió la latita y ambos comenzamos a beber en silencio.

 

Comenzó el show y todos los cursos empezaron a mostrar sus habilidades; ya sea en la danza, las piruetas, canto, trucos de magia y por supuesto otros más. Jennifer se presentó junto a un par de compañeras y prepararon una coreografía muy elaborada, ya me decía yo que escucharla saltar por toda su pieza durante un mes daría frutos.

 

Finalmente mi ex director les dedicó unas palabras a todos los presentes y al terminar toda la gente comenzó a salir por los enormes portones.

 

— ¡Allan!— Jennifer había llegado hasta nosotros ya cambiada y con una gran sonrisa en el rostro, yo sabía que a ella siempre le había gustado que yo la apoye en todo lo que hace, no es que diga que mamá no se preocupe por ella pero como pasa todo el día trabajando no tiene tiempo para venir a este tipo de actividades y mi hermanita tampoco la molesta porque también comprende que gracias a su esfuerzo es que nosotros comemos.

— ¡Felicidades, Jenny! Estuvo muy linda tu coreografía, se nota bastante que se esforzaron mucho— La abracé y me separé, ella lucía una hermosa sonrisa en el rostro, ella siempre me había parecido muy linda, por eso me extrañaba que aún no tuviera pretendientes.

— Estuvo muy entretenido— ahora se había acercado mi compañero a felicitarla revolviéndole el pelo.

—Gracias— la pequeña nos sonreía contenta de recibir los halagos que le dábamos, era normal a su edad pero yo nunca fui así. A diferencia de ella yo nunca busqué hacerme notar de entre la gente y prefería estar en el anonimato— ¿Nos vamos?

—Sí, vamos. Pero primero tengo que buscar a mi vecina para llevarla a casa.

 

Caminamos un rato más deambulando por los puestos hasta que dimos con la vecinita, la cual me parecía más que conocida; descubrí con sorpresa que esa vecinita era la que vivía a tres casas de la mía y con la que Jennifer a veces jugaba.

 

— ¡Allan!— corrió a abrazarme, la conocía desde que era una bebé y era prácticamente mi segunda hermanita ya que pasaba mucho tiempo en mi casa, incluso llegábamos a dormir juntos algunos días cuando su madre salía a otras ciudades por trabajo y no la podía llevar. La esperé con los brazos abiertos y la alcé dándole una vuelta y un sonoro beso en la mejilla por lo que ella me devolvió una hermosa sonrisa.

 

Saludó a mi hermana y a Maximiliano y después nos fuimos rumbo a nuestras casas, por lo que gracias a eso también supe que mi compañero vivía a una cuadra de mi casa. Gran sorpresa, no tenía ni idea. Nos despedimos fuera de mi casa y Jenny y yo entramos a la casa.

 

Pasó todo un mes donde Max, porque me pidió que le llame así, se iba conmigo a casa todos los días, días en los que yo le fui tomando más confianza y ya podía mantener conversaciones banales con él sin titubear o estar nervioso, aunque debo de decir que siempre me causaba un leve cosquilleo al cual no le tomaba mucha importancia ya que daba por sentado que en un tiempo más esa sensación desaparecería.

 

En todo ese tiempo salí unas dos veces con Emily, era una chica muy animada y atrevida con la cual podía reír por horas. Aunque era una verdadera lástima porque en esas salidas yo no la podía ver más que como una buena amiga en el futuro.

 

—Y entonces…. ¿Eso quiere decir que no me vas a comprar un helado si te gano en una carrera? —Max y yo íbamos caminando camino a nuestras casas mientras charlábamos muy animadamente.

—No, no es justo porque sabes que me vas a ganar— Refunfuñaba inconscientemente, no podía evitar ponerme algo infantil cuando estaba con él—Tú juegas fútbol y pasas todo el día corriendo de aquí para allá, yo no hago ningún deporte así que no tengo la misma resistencia que tú.

—No es eso, son tus piernas que son como las de un bebé de cortas— lo miré fingidamente ofendido abriendo la boca para demostrar mi incredulidad.

— ¡Mentira! Son tus piernas las que son tan largas como los árboles— las apunté para hacer énfasis a mis palabras.

 

Lo siguiente que hizo me dejó con el corazón latiendo extrañamente acelerado; se había inclinado y había palpado toda una pierna por sobre el uniforme escolar apretando a ratos sus manos, yo había quedado estático y tenso.

 

—No, creí que serían más blandas. No tienes tan mala condición, de seguro con un poco de práctica tendrías un muy buen estado físico, lo que te falta es practicar algún deporte. No sé, tal vez podrías jugar fútbol —Echó a andar y yo había quedado estático, aún sorprendido al haber sido abordado con tanta facilidad y sin poder controlar lo acelerado que estaba mi corazón— ¿Qué pasa? ¿Te vas a quedar allí?— asentí mientras comenzaba a caminar nuevamente tratando de comprender por qué había quedado en estado de sopor por una cosa así.

 

Lo sabía: Maximiliano me ponía muy nervioso.

 

Notas finales:

¿Y? ¿Qué dicen?

¿Les gustó? ¿Falta acción? ¿El pasivo es un mojigato?

Espero que les haya gustado, espero sus reviews con quejas, mejoras, felicitaciones, caritas felices y tristes, insultos... ¡todo sirve!

 

¡Nos leemos!


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