Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dos son pareja, tres son manada y cinco son problemas por vura5

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Iruka era un feliz delfín cambia forma. El encuentro con un cazador de cambia formas le había dejado una cicatriz arriba de su nariz. Los delfines eran una especie de suma inteligencia y al igual que esta especie, él venía de la Tierra. Las últimas décadas habían visto emigrar muchos habitantes del planeta hacia otros con mejores climas y menos contaminación.

Actualmente era profesor en una escuela para niños shinobis en Kamabakka. Trabajo que le encantaba. Tal vez algún día tendría la oportunidad de tener sus propios hijos. Afortunadamente la tecnología actual le permitía desarrollarse profesionalmente durante más tiempo pues las personas vivían más, ni hablar de los cambia formas que habían duplicado su longevidad. Cien años era alguien joven, muy joven en su especie. Y si no encontraba con quien reproducirse, los costos para acceder a las tecnologías de la reproducción eran muy accesibles.

Ese día asistía a la apertura del nuevo ciclo escolar. Había muchas caras nuevas entre los pequeños estudiantes. Él tenía el orgullo de impartir en la mejor escuela del área. Cuando la presentación empezó se dio cuenta de que había un nuevo profesor. Kakashi Uzumaki. Su cara se sonrojo. Según los rumores era uno de los grandes shinobis, hijo de la Gran Reina Tsunade. Se había imaginado a una persona tosca y horrible… en realidad, lo dejo encandilado…

Horas después, cuando el sol de Kamabakka seguía en camino hacia el cenit, Iruka despedía a sus nuevos alumnos cuando Kakashi se acercó.

-       Hola… - extendió su mano hacia la del delfín – ¿Iruka, cierto?

-       Si

-       Ya que soy nuevo, me preguntaba si me podías dar un recorrido por la escuela… - le dijo algo nervioso rascándose una mejilla con un dedo

Una gotita caía por la frente de Iruka. Al parecer el nuevo profesor no se andaba con rodeos. Era clara su intención e Iruka con gusto acepto.

Un delfín y un zorro no tenían mucho en común. Y menos si sus especies eran de distintos planetas. Eso no impidió que Kakashi invitara a comer a Iruka con frecuencia. Poco a poco se fueron conociendo y en más de una ocasión la cita termino en la cama de uno de los dos.

-       ¿Qué mierda acabas de hacer?

-       Te acabo de reclamar – dijo un alegre Kakashi.

-       No sé cómo se apareen ustedes, pero en la Tierra se pide permiso – chillo Iruka…

-       ¡Lamento decirte que no estás en la Tierra!

Iruka solo pudo llorar. Si, quería a Kakashi, pero no estaba listo para un compromiso como aquel. No tenía caso, un apareamiento era indisoluble. Debió haberlo visto venir. Los zorros de Kamabakka tenían fama de engatusar a sus parejas hasta que obtenían lo que querían.

Los días pasaron e Iruka no tuvo más que mudarse al departamento de Kakashi. No se había acabado de acostumbrar a su nuevo hogar cuando una noche Kakashi abrió su buzón de voz recibiendo noticias de la villa del Remolino. Había asuntos internos de urgencia que debían ser atendidos por el príncipe en persona.

Kakashi no sabía cuánto tiempo tardaría regresar así que le propuso a Iruka irse con él al palacio. Le aseguro que podía seguir creciendo profesionalmente pues había escuelas que le abrirían sus puertas en seguida debido a su influencia y su curriculum.

-       ¿Quién es él? – pregunto Tsunade una vez que Kakashi se encontró en el despacho de la Reina.

-       Iruka, mi primer esposo.

Iruka no contesto. Aquel comentario lo incómodo. Sabía que en Kamabakka la monogamia era mal vista y el sistema social se había inclinado históricamente a la poliandria y poligamia en amplios sentidos en los diversos extractos sociales, incluso la idea de monogamia traía entre los habitantes la idea de personas antisociales y con problemas para relacionarse… la estabilidad que la reina Tsunade tenía con sus esposos era comidilla en las bajas esferas por esta razón. Sin embargo, Iruka había tenido esperanza…

La reina se levantó y fue hacia Iruka. Lo abrazo y le dijo - ¡Bienvenido a la familia! Pareces un chico sencillo y honesto, me alegro que escogieras a mi hijo.

-       Y ¿mis padres aún no han regresado? – cambio de tema Kakashi sin éxito

-       ¿Ya está embarazado? – pregunto alegremente Tsunade a un colorado Iruka mientras Kakashi se atragantaba…

-       ¡mamá! – reprocho al final. La reina dejo escapar una estridente risa

-       ¿Me acompañarías a beber Iruka - kun?

-       ¡Ah!... eto…

-       Creo que será mejor que nos instalemos… ha sido un largo viaje – dijo Kakashi con el fin de alejar a Iruka de su madre… Nadie podía con ella, ni en la vida familiar ni en el campo de batalla. Solo a dos locos se les pudo haber ocurrido aparearse con ella.

Iruka veía el pueblo desde la ventana. No imagino que algún día visitaría la aldea del Remolino. Famosa por que la mayoría de sus habitantes eran parientes y porque de ella salían los mejores shinobis. Además de que la mayoría de los Reyes que Darkness había visto pasar provenían de la misma aldea. Y ahora estaba allí en medio de esa gran familia… alguien toco a su puerta. Se asomó con cautela. Todo era tan tranquilo en el castillo que incluso podía escuchar su respiración. No sabía si se acostumbraría a esa quietud.

-       La comida está servida. Su esposo le espera en el comedor.  – Salió sin hacer preguntas. La sirvienta satisfecha camino delante de él mostrándole el camino.

Cuando llego encontró en la cabecera de la mesa a la Reina Tsunade, a su lado Kakashi y del otro un joven rubio, además de otras personas. Todos platicaban animadamente, comían sin modales, sin tiempo… cuando Kakashi lo vio se paró a recibirlo sacando la silla para él.

-       Iruka, deja te presento a mi familia. Ya iras conociendo a los que no están…

-       Mucho gusto – dijo el rubio de ojos azules extendiéndole una sonrisa amable – soy Minato, tu cuñado.

-       ¡Hola! – una adolescente de pelo negro y ojos grises se presentó – Soy Anko, hermana de Kakashi.

-       Yo soy… Kimimaro… - dijo un poco intimidado un niño de pelo blanco y ojos verdes.

-       Bien, bien… ya que todos se conocen – hablo la Reina – les informo que sus padres y Kabuto estarán aquí en tres días.

-       ¿Quién es Kabuto? – pregunto un curioso Iruka en voz baja

-       Mi hermano mayor – contesto Kakashi – está muy apegado a papá… quizás porque ambos son serpientes… - la piel de Iruka se erizo al escuchar esto último… si tenían hijos, esperaba que ninguno fuera serpiente.

-       Yo soy una rana – protesto animada Anko – y no por eso tengo papitis como Kabuto – le discutió

-       Nadie está hablando de ti – le repelió con fastidio Kakashi. Cuando estuvo distraído, Anko puso un poco de papa en la cuchara y cual catapulta le disparo a la cara. Aquello hizo que Iruka riera a carcajadas.

-       No creas que te voy a respetar solo porque estés casado… - le dijo Anko a Kakashi.

-       ¡Anko! – Le reprendió Tsunade.

-       El empezó mamá

-       No me importa quien empezara…

Los tres días en Kamabakka pasaron rápidamente. Iruka se sentía cómodo con la familia de Kakashi. Él había perdido a sus padres cuando tenía apenas 16 años, había sido el mismo cazador que le había dejado la marca arriba de la nariz del cual apenas y pudo escapar. Así que no tenía hermanos ni conocía el calor de una familia hasta que se mudó con Kakashi al castillo.

Era un día tranquilo. Un sol se acercaba al cenit mientras que él se levantaba perezosamente en el cielo matutino. Iruka fue despertado repentinamente. Corrió al baño y deposito todo lo que había comido antes de irse a dormir. - ¿pero qué…?

A las veinticuatro horas se repitió nuevamente durante varios días. Eso era algo de lo que no acababa de acostumbrarse en Kamabakka. Su día eran tres días terrestres. Los habitantes de Kamabakka habían evolucionado para estar despiertos durante este periodo de tiempo, pero Iruka tenía la necesidad de volver a dormir cada dieciséis horas. Los días en Kamabakka a veces parecían interminables… Antes de llegar con el doctor, su suegra, Tsunade lo alcanzo.

-       Hueles algo diferente – le dijo  mientras seguía olfateando a su alrededor.

-       ¿Te apareaste con alguien más?

-       ¡No! ¡No soy su hijo! – contesto irritado Iruka

-       Ya veo, ya veo… cambios de humor y de olor… - una sonrisa pícara atravesó la cara de Tsunade mientras que un alegre Jiraya y Orochimaru se acercaban platicando.

-       ¡Vamos a ser abuelooooos! – les grito Tsunade ante un impactado Iruka.  


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).