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El color del mar por OlivierCash

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Notas del capitulo:

Antes que nada recordar que la obra original fue escrita y dibujada por Masami Kurumada y el Lost Canvas por Shiori Teshirogi

Asmita se despertó más pronto de lo normal ese día,en un principio pensó en que simplemente se daría la vuelta y dormiría hasta la hora de siempre. Hasta que se dio cuenta de que era muy pronto y que si hacía las mismas cosas que de costumbre,saldría de casa antes de que Aspros le llamará para ver como estaba. Así que inmediatamente se levantó,no quería soportar otra llamada de Aspros,ya vería en que dedicaba el tiempo que le sobraba,pero de momento,se evitaba la llamada.

 

Así que aunque fuera más temprano,Asmita hizo exactamente lo mismo que todas las mañanas y cuando salió por la puerta,era por lo menos una hora antes de lo que solía hacer. Al salir a la calle lo primero que notó fue el viento frio,casi parecía que estaban en invierno con el mal tiempo que hacía,por fortuna llevaba una chaqueta. Era otro día nublado y ventoso,el suelo estaba mojado de todo lo que había llovido a la noche y la verdad,tenía pinta de que volvería a llover pronto,el ambiente estaba muy húmedo.

 

Mientras caminaba por el paseo marítimo se preguntaba que podría hacer en esa hora que tenía. En ese instante,escuchó las campanillas de una puerta. Reconoció esas campanillas y se quedó parado frente a esa tienda.

 

Era una librería pequeña,se encontraba en el bajo de un edificio de dos pisos. La fachada de la librería estaba cubierta de madera pintada,a la cual por cierto le hacía falta una mano de pintura. Asmita se preguntó si el dueño de la librería estaría,generalmente se encontraba una joven a la que tenía contratada y él salía de pesca. Pero ese día dudaba que saliera nadie a pescar y como tenía tiempo,no perdía nada por ver si estaba un viejo amigo. Así que entró.

 

— ¡oh! Buenos días,¿qué desea?

 

Era la chica que estaba contratada,Asmita creía recordar que se llamaba Fluorite,no llegaba ni a los diecisiete años,era bajita y pecosa. Siempre se había preguntado de donde había salido esa criá y como había acabado trabajando ahí,pero le parecía algo inapropiado de preguntar.

 

— Buenas,¿esta Degel?—preguntó Asmita,el que la reconociera,no era sinónimo de que entablaría una conversación mucho más larga con ella.

 

—¡Ah si! Esta por el fondo—le respondió alegremente— ¡Ey! A ti te conozco,¿eres amigo del señor Degel no?

 

— Gracias y si,soy amigo de Degel.

 

Asmita caminó hacía el fondo de la tienda,tras golpearse con varias pilas de libros,recordó porque no solía ir mucho. Degel era una persona muy muy organizada y en su casa estaba todo ordenado al milímetro,tarea muy complicada teniendo en cuenta de que vivía con Kardia,pero en esa librería,todo estaba muy desordenado. Los pasillos eran muy estrechos y no se veía ninguna pared,todo estaba cubierto de estantería con libros,de todos los colores y tamaños. Incluso había algunos apilados en el suelo,esos eran los que más dolores de cabeza le daban a Asmita.

 

Fluorite no era ni mucho menos tan ordenada como Degel. Este antes se encargaba de la librería,pero lo dejó hace unos cuatro años y contrató a esa chica para que se encargara de ella. Esa librería había pertenecido a su familia y le tenía mucho cariño.

 

Tras golpearse con varias pilas de libros,tirar otras tantas y tener que andar pegado a las estanterías, logró llegar hasta donde Degel estaba leyendo. La tienda era pequeña y un tanto agobiante,pero el camino a Asmita se le hizo eterno.

 

Degel estaba sentado en un sofá rojo brillante pegado a la pared,rodeado de varias pilas de libros y con sus gafas puestas. A un lateral había una caja,probablemente llena de libros con varios vasos de plástico,que antes había llevado café,como lo delataba también el olor. Frente a Degel había una banqueta con la que se chocó Asmita y en la que finalmente se sentó.

 

—Hola Degel,¿Cómo estas?—Asmita no sabía casi ni por donde empezar.

 

Degel levantó la vista del libro,para luego colocar un marcapáginas que le indicara hasta donde había leído y por último colocarlo sobre una de las pilas de libros.

 

—He estado mejor,¿y tú?—se quitó las gafas y las dejó sobre la caja de cartón— Ha pasado mucho tiempo,desde que no nos veíamos.

 

— Estoy bien,bueno,más o menos...— hizo una pequeña pausa,se sentía algo culpable por no haber ido a visitarlo antes—¿Qué te ocurre? El ambiente esta muy cargado y huele mucho a café,en serio,mucho,no quiero imaginar cuantos te has tomado con lo pronto que es todavía. También esta el detalle de que no paras de moverte inquieto por todo el café que te has tomado,en serio,¿que te pasa?

 

Degel se le quedo mirando unos instantes,creyendo que estaba quieto. Pero al mencionar Asmita lo inquieto que estaba,se percató de que varias partes de su cuerpo,como las piernas o las manos,no se quedaban quietas.

 

— Si,me he tomado ya como...seis cafés o algo así— admitió Degel.

 

— ¿Sabes que hay un número mínimo de cafés que una persona puede tomar en un determinado tiempo y si lo sobrepasas mueres?— preguntó Asmita con cierto tono de broma.

 

— Asmita,deja de meterte conmigo,ya lo he pillado— se defendió Degel moviendo los brazos,de una manera más exagerada a lo que estaba acostumbrado— Es que esta noche no he pegado ojo y ahora estoy que me caigo de sueño.

 

— Ah bien,y no se...¿por qué no te vas a dormir?.

 

Degel suspiró y se llevó las manos a la cara para frotarse un poco los ojos,tenía unas ojeras horribles.

 

— Kardia ha pasado mala noche— contestó Degel algo apenado— y he estado toda la noche en vela ocupándome de él.

 

Asmita se sintió un poco mal por haberse metido con Degel,siendo que estaba así por ese tema. Kardia era el gran punto débil de Degel y era el único que le hacía verse como una persona cálida. Incluso con él y aunque eran amigos desde hace mucho tiempo,tendía a ser alguien un poco frio y distante.

 

— Vaya,lo siento— se disculpó— ¿Cómo se encuentra ahora?

 

— Mejor...lo he dejado durmiendo en casa...

 

— ¿Por qué no te has quedado con él? No es por meterme donde no me llaman,pero así podrías descansar y lo tendría vigilado...— hizo un pequeña pausa— ¿ O es que habéis discutido?

 

Degel volvió a frotarse los ojos y lanzo un suspiro largo.

 

— No,no hemos discutido,increíblemente discutimos mucho menos de lo que la gente piensa — suspiró de nuevo— Perdón,siempre me preguntan si hemos discutido cuando se dan estas cosas,pero no,no es eso...Es que Kardia es demasiado Kardia y le molesta que le este curando más de lo que él considera oportuno,además,si me quedo se empeña en hacer cosas para las que ni mucho menos,esta en buenas condiciones de hacer...

 

Asmita le escuchó atentamente. Le sorprendió que le contará todo eso,Degel nunca solía decir ni pio de ciertas cosas de su relación con Kardia.

 

— Por eso lo mejor es cuando se le ha pasado lo gordo y cuando estoy seguro de que no va a recaer,lo dejo descansando y durmiendo hasta que se encuentra mejor. Pero el muy maldito debe tener un radar o algo,porque me detecta con una facilidad apabullante cuando estoy en casa,por eso me voy. Y como no tenía donde dormir,pues me he venido aquí a leer un rato,para ver si aguanto despierto y en unas horas,cuando Kardia se encuentre ya bien,poder ir a dormir a casa.

 

Asmita extendió su mano hacia donde estaba la de Degel apoyada,la puso en encima y luego la apretó un poco. Fue su manera de darle ánimos y sin duda,una manera no muy propia de él.

 

— ¿Me lees algo? Como en los viejos tiempos— pidió Asmita con una sonrisa.

 

Degel se quedó mirando a Asmita un poco sorprendido,pero asintió,cosa que a Asmita no le sirvió mucho como respuesta.

 

— Claro,¿qué quieres que te lea?.

 

— Lo que creas que me pueda gustar,conoces muy bien mis gustos— pausa— Oye,¿has desayunado?

 

— Em,no la verdad— admitió Degel.

 

— Pues hoy voy muy bien de tiempo al trabajo,así que te invito a desayunar.

 

Asmita se levantó y comenzó a andar por la tienda,esa vez ya más o menos le sonaba por donde debía de ir,pero eso no evitó que se diera algún que otro golpe. Hasta que Degel se levantó y lo ayudó a salir cogiéndole del brazo. Así,ambos salieron de la tienda y en la puerta Degel le soltó el brazo a Asmita. Se despidieron de Fluorite y salieron.

 

— ¿Tiene tanta pinta de que va a llover como creo?— preguntó Asmita mirando hacia el cielo.

 

— Si,creo que debería de haberme cogido el paraguas antes de salir.

 

— No te preocupes,a una mala,yo llevo uno en la mochila.

 

De repente,la conversación se vio cortada por una llamada al móvil de Asmita. Asmita reconoció inmediatamente que era Aspros quien llamaba. Para poder saber quien le llamaba al móvil,le ponía una música diferente a cada contacto. Por un momento pensó en contestar e incluso se llevó la mano al bolsillo para hacerlo,pero luego se le ocurrió que se podía librar de esa llamada con la excusa de que no la había oído. No respondió.

 

— ¿No vas a contestar?— preguntó Degel,todavía se podía escuchar el móvil sonando.

 

— No,no es importante.

 

Caminaron hacía una cafetería cercana que Degel conocía. En ella trabajaba una vieja amiga suya de la infancia,se llamaba Seraphine. Era una cafetería pequeña y estrecha,en el interior no había mas que dos mesas con sillas,todo lo demás estaba en la terraza. Pero en ese sitio hacía ellas la repostería y los dulces,así que estaban muy buenos. También vendían prensa. Se sentaron en una de las mesas que había dentro,el bar estaba solo. Seraphine les atendió y tras servirles la comida,se salió fuera para limpiar algunas mesas.

 

— Oye Asmita...Hay una cosa,sobre la que no te he preguntado— comenzó Degel,Asmita no tenía ninguna duda sobre lo que le iba a preguntar— Tú y Aspros...¿en serio?

 

Si,le preguntó exactamente lo que sabía que le preguntaría. Tomó un sorbo de su café con leche y se preparó para responderle.

 

— Si,nos vamos a casar ¡ah! Y no eres el primero que reacciona así— a este paso Asmita sentía que llegaría un momento en el que su gran paciencia se acabaría y mandaría a alguien a la mierda — Se que es extraño y un poco inesperado...pero así es.

 

— ¿Y cuando os...?— Degel estaba sorprendido,tanto que casi parecía incapaz de pronunciar la palabra “casáis” o similares.

 

— No hay fecha,pero es algo a la larga— Asmita levantó la mano para que pudiera ver el anillo— Solo que le hacía ilusión pedírmelo.

 

Degel comió una de las rosquillas que se había pedido,no se había pedido café como Asmita,en su lugar se estaba tomando leche con cola cao,llevaba ya mucho café en sangre.

 

— Es que Asmita,comprende...que es algo que no te ves venir— se le notaba algo reticente— Es más,yo pensaba que no lo aguantabas...más aun después de algunas conversaciones que tuvimos.

 

— Bueno,parece que del odio al amor,hay también un paso— Asmita no sabía ya que escusas poner para que no se le notara que era el primero al que la boda no le hacía ninguna gracia.

 

El silencio reinó durante unos minutos. Solo se escuchaba de fondo a Seraphine moviendo las mesas de la calle. Degel tomó un sorbo de su leche con cola cao y luego se quedó mirando fijamente a Asmita,como queriéndose creer lo que le estaba contando.

 

— Pues si,parece que solo hay un paso...pero tú ya sabes,que no es alguien que me caiga del todo bien — comentó teniendo cuidado de sus palabras para no molestarlo— Curiosamente,con su hermano me llevo bastante bien.

 

— ¿Tiene un hermano?— preguntó Asmita un poco sorprendido,Aspros nunca le había mencionado nada de ningún hermano.

 

— Em,pues si,tiene un hermano— dijo Degel un poco extrañado— ¿No te ha contado sobre él?— Asmita negó— Bueno,no se porqué,pero si,tiene un hermano pequeño y además son gemelos.

 

El tema del hermano intrigó bastante a Asmita,no se había enterado de que Aspros tuviera un hermano gemelo y eso le molestaba. Tanto que Aspros se le ponía en plan novio y ni siquiera le había hablado sobre su familia.

 

— Bueno,él verá lo que hace...a lo mejor esta esperando para presentármelo en el momento que él considere oportuno.

 

Degel negó indicando que él no tenía ni idea y que a saber porqué sería. Todavía se movía mucho,pero ya estaba más tranquilo que cuando había estado en la librería.

 

— Bueno,es majo,aunque un poco bruto. Nos conocimos de casualidad,yo tampoco sabía que Aspros tenía un hermano,es más,la primera vez que nos cruzamos lo confundí con él. Al principio me mostré un poco reticente a creerme lo del hermano gemelo— mojó una de las rosquillas en la leche y se la comió— Pero bueno,al final estuvimos hablando y demás,nos llevamos bien,pero nuestro gustos son bastante diferentes. Pero como a ambos nos gusta pescar,solemos ir algunas noches a pescar a la playa. A lo noche en la playa se esta muy bien,esta todo muy tranquilo y solo estamos los pescadores. Algunos días hacemos cenas ahí.

 

Asmita le escuchó atentamente,le sonaba de haber escuchado a alguien hablar sobre lo de ir a pescar a las noches. Haciendo memoria se acordó de un amigo de Hasgard y Aspros,que de vez en cuando se pasaba por la panadería. Eran los tres bastante amigos desde la infancia,así que siempre que podía,iba a ver a Hasgard. Y si no le fallaba la memoria,un día mencionó que lo que estaba comprando era para su pareja,que también pescaba a las noches y que iban a hacer una cena. ¡Ah si! El amigo se llamaba Sísifo.

 


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