Cap.4 atracción
Prov. Ritsu
Me levante muy temprano, el día de hoy iría con Akihiko-san a comprar el anillo de compromiso, no había podido dormir en toda la noche por la emoción, estoy tan emocionado que este día no puede ser mejor, me dispuse a preparar el desayuno algo ligero lo más seguro era que iríamos a desayunar algún restaurante
- Buenos días – Saludo mi madre entrando a la cocina
- Buenos días madre – Respondí a su saludo
- Hijo tienes una sonrisa enorme ¿A qué se debe? – Pregunto mi madre curiosa
- Es que… voy a salir con Akihiko-san
- ¿En verdad?
- Si… me pidió que lo acompañara a compra el anillo de compromiso
- Que alegría hijo – Dijo mi madre abrazándome – Por fin todo lo que había deseado se está cumpliendo
- Lo sé, eh esperado tanto tiempo para esto
- Es verdad, pero dime ¿A qué hora pasa por ti? – Al momento de preguntar se escuchó un claxon afuera de la casa – Creo que ya no debo de preguntar
Le di un beso a mi madre, tome mi chamarra, paraguas por si llovía y mi cartera, justamente hoy había escogido mi mejor ropa, un pantalón de mezclilla, camisa blanca y un chaleco negro con zapatos negros, era una ocasión especial y lo valía, salí y ahí se encontraba el de pie junto a su auto deportivo, vestía también casual pero elegante algo que siempre me había gustado de él.
- Buenos días – Me saludo dándome un beso en la mejilla
- Bue… bueno días – Me puse nervioso aunque siempre fue costumbre saludarnos de esa manera cuando éramos niños, aun me poner nervioso
- Disculpa por pedirte que me acompañaras
- No, no hay problema hoy no tenía nada que hacer – Respondí rápido
- Me alegro, bien vamos sube
Me subí a su cómodo auto e inicio el camino, primero fuimos a desayunar al mismo restaurante en donde hacía dos días habíamos conversado, desayunamos tranquilos, hablábamos de cosas triviales, estuvimos tres horas en el restaurante hasta que decidimos que ya era hora de que fuéramos hacer lo que se había planeado. Salimos del lugar y unas cuadras más adelante entramos, al estacionamiento de un centro comercial, bajamos y nos adentramos.
Comenzamos a caminar, entrabamos en diferentes joyerías pero ninguno de los anillos que habíamos visto fue suficientemente bueno.
- Jamás pensé que el buscar un anillo fuera tan difícil – Dijo Akihiko-san sentándose en un banca que habíamos encontrado
- Lo mismo digo - Respondí
- Eres muy especial para escoger
- Hay muchos anillos muy bonitos pero… hay algo que les falta
- Y se puede saber ¿Qué es ese algo?
- Lo sabré cuando lo tenga – Respondí
- Bien hay que seguir buscando
Nuevamente nos levantamos y caminamos, llegamos hasta una joyería que claramente era cara, trate de llevarlo a otro lado, no quería hacer gastar tanto Akihiko pero el insistió en entrar a ver. Cuando entramos la chica del mostrador nos atendió de inmediato
- Buenas tardes bienvenidos
- Buenas tardes – Saludamos en unísono, es verdad ya es tarde no creí que el tiempo se pasara volando
- ¿En qué les puedo ayudar? – Pregunto la chica aunque no le quitaba la vista de encima a Akihiko-san, no es nada extraño es muy atractivo
- Estamos buscando anillos de compromiso
- Muy bien ¿De que numero?
- Siete – Respondí rápido - Por favor
- En un segundo se los muestro
Mientras la chica traía los anillos Akihiko-san y yo observamos otros, poco después llego nuevamente, observamos y me probé varios pero ninguno me había gustado, me sentía decepcionado no lograba encontrar uno, me acerqué a la vitrina y uno me llamo a atención, tenía un diamante enredado como si fuera una serpiente, su color plateado y el brillo excepcional.
- Disculpe señorita me podría mostrar ese – Dije señalando el anillo
- Claro – La señorita saco el anillo con la cajita en la que estaba y me lo entrego, tome el anillo y lo coloque en mi dedo, era perfecto, este era el indicado
- ¿Te gusta ese? – Preguntó Akihiko-san al ver mi expresión
- Si
- Es un anillo de oro blanco – Comenzó a decir la señorita – Se le conoce como solitario, es de 24 quilates y el diamante es de 39
- Cuánto vale señorita
- Su costo es de 1.535,31 yenes (15,000 dólares)
- Akihiko-san creo que mejor…
- Me lo llevo – Dijo sin más sacando su tarjeta de crédito y entregándosela a la señorita
- Muchas gracias – La señorita tomo la tarjeta y salió rumbo a la caja de cobro
- Pero es muy caro – Dije tratando de que no lo comprara
- Vale cada yen gastado
Me quede callado ante su comentario, había dicho que valía la pena.
Prov. Usami
- Vale cada yen gastado – Dije estoy feliz acabo de comprar el anillo de compromiso que le daré a Misaki, le pedí a Ritsu que me acompañara, él siempre ha tenido muy buen gusto y a pesar de que han pasado años lo ha perdido, la señorita del mostrador nos entregó el anillo dentro de una cajita de terciopelo color negro, y lo guarde en mi saco que tenía puesto. Salimos de la joyería y continuamos caminando por todo el centro comercial
- Es hermoso el anillo – Dijo Ritsu
- Si lo es… ahora me dirás que tiene este anillo que los demás no tenían
- No lo sé
- ¿Ah?
- Solo me llamo la atención y me gusto
- Oh ya veo – Me sorprendió su respuesta – No tengo nada que hacer en estos momentos quieres que te lleve a tu casa o vamos al cine
- A donde quieras ir, no hay ningún problema
- Bien vamos al cine
Nos dirigimos al cine, compre los boletos y entramos a ver la película, compramos palomitas y refrescos, mientras observábamos la película yo me imaginaba estar con Misaki a un lado mío. Tal vez se escuche cruel pero el estar con Ritsu es como si estuviera con un hermano menor, lo estimo mucho, es alguien especial para mí.
Prov. Misaki
- ¡Ah! ¿Por qué no suena mi celular? recuerdo haber dejado la alarma puesta, no recuerdo haberlo dejado apagado o en silencio
Me revolvía en mi cama, no escuchaba sonar mi celular, era algo extraño, tenía mi cabeza cubierta por el la sabana, me la quite y note que el sol ya entraba por mi ventana, no sabía qué hora era, claro está que no era temprano ya debería ser tarde, me levante perezosamente, no tenía muchas ganas de levantarme, camine hasta el mueble en donde está mi computadora y busque mi celular pero no estaba, revíselos cajones y tampoco, revise en mi mochila que tenía el día anterior y tampoco
- Tal vez está en la sala –Dije para mí mismo
- ¡Misaki! – Mi madre me llama desde la sala – Es hora de que te levantes, el baño está listo
- Estoy despierto madre – Grite desde mi habitación
Decidí bañarme primero y después bajar a buscar mi celular, me desvestí y comencé a mojarme el cuerpo con la regadera de mano, después de haber lavado mi cuerpo entre a la tina llena de agua, el agua me relajaba y eso me agradaba, moje una franela y la coloque en mi cabeza no quería desmayarme por la temperatura del agua, al recordar la temperatura, recordé el cuerpo de Masamune bajo el agua caliente, definitivamente ese hombre era perfecto y ocasionaba sensaciones en mí que jamás había experimentado, sentí que algo en mí estaba despertando ante mi excitación al recordarlo, decidí sacarlo de mi mente mientras me duchaba, termine, salí me seque y me vestí, saque lo primero que encontré, un pantalón tipo mezclilla y vestir color gris, una camisa manga tres cuartos color negra. Después baje a desayunar, mientras lo hacía el teléfono sonó el teléfono y mi madre contesto
- Misaki te hablan por teléfono – Dijo mi madre asomándose al comedor
- ¿A mí? ¿Quién es?
- Es Robert…
- Ah me suponía – Respondí levantándome de la silla para ir a contestar – Por cierto madre no viste si deje mi celular en la sala no lo encuentro
- No recuerdo
- Bueno contestare primero y después lo buscare - Salí del comedor y tome el teléfono colocando la bocina en mi oído – Lo siento Robert no encuentro mi celular por eso no eh podido contestarte ya debes de estar harto de estarme marcando……… ¿Robert?
- Tu amigo es muy persistente en marcar – Respondió la voz de un hombre en la línea
- ¿Quién habla?
- Acaso no reconoces mi voz… no reconoces la voz de la persona que te llevo a tu casa anoche – Masmuen…
- Eres…
- Por lo visto ya recordaste
- ¿Cómo conseguiste el número de mi casa?
- Del mismo lugar de donde saque el nombre de Robert – Aunque no pudiera verlo sabía que tenía una sonrisa dibujada en su rostro
- Mi celular…
- Si así es, sabes tienes cincuenta llamadas perdidas de tu amigo
- Por qué no me trajiste mi celular
- Por qué yo no fui quien lo olvido, sabes pienso salir en una hora será mejor que vengas por tu celular si lo quieres
- Ni se te ocurra salir sin entregármelo
Colgué el teléfono, subí corriendo las escaleras, tome mi cartera y baje nuevamente, le dije a mi madre que había quedado de verme con Robert ya que quería salir a comprar unas cosas, salí de mi casa y comencé el camino a la casa de Masamune, estaba hacía unas diez cuadras de donde yo vivo, no me tomo más que 40 minutos en llegar, antes de tocar el timbre note que la reja estaba abierta así que entre, también la puerta estaba abierta, igual pase, lo llame unas cuantas ocasiones pero no contesto, me quiete los zapatos y entre hasta la sala, al ver la sala me quede quieto estaba recostado sobre uno de los sillones, ahora que recuerdo es en el que yo estaba sentado la noche anterior, estaba descalzo, vestido con pantalón blanco y camisa blanca semi abierta dejando ver gran parte de su pecho no sé si lo esté al propósito pero está funcionando, comencé a sentir unas corrientes eléctricas por mi cuerpo, mi respiración comenzó agitarse, quería estar sobre ese pecho semidesnudo, sobre ese cuerpo tendido en ese sofá y arrancarle toda la ropa que tenía puesta, sentir su piel junto a la mía, quiero todo…
- Oh ya llegaste – Dijo sacándome de mis pensamientos – Hace cuanto que estás ahí parado
- A… acabo de llegar
- ¿En verdad?
- Sí, me podrías entregar mi celular
- Ahora te lo traigo toma asiento
- No pienso quedarme mucho tiempo
- ¿Tienes algo que hacer?
- No
- Entonces toma asiento
Por alguna extraña razón termine obedeciéndole y me senté, escuché que subió las escaleras observe el sofá donde estaba recostado, inconscientemente estaba sentado en ese lugar, inhalando el aroma de él, podía sentir el aroma a jabón de baño ¿Durazno? No lo sé pero me encanta se mezcla perfectamente con él
- Aquí tienes
- Ah… gracias – Dije tomando el celular logrando rosar su mano con la mía, el calor comenzó a subir por mis mejillas, me voltee rápidamente antes de que se diera cuenta y empecé a revisar mis llamadas era verdad tenia cincuenta llamadas perdidas, y varios mensajes
Recibido Miércoles 19 abril 9:30 am
De: Robert
Para: misaki
“Misaki por qué no me contestas”
Recibido miércoles 19 de abril 9:59 am
De: Robert
Para: misaki
“Misaki me estas preocupando”
Recibido miércoles 19 de abril 10:30 am
De: Robert
Para: misaki
“Misaki, Akihiko fue a comprar el anillo con tu hermano, acaso eso no da mala suerte”
Recibido miércoles 19 de abril 10:40 am
De: Robert
Para: Misaki
“Misaki con un demonio contéstame”
Definitivamente Robert no tan paciente, le conteste uno de los tantos mensajes, una vez hecho voltee nuevamente y él estaba sentado en el sofá individual, observe la mesa de centro y había dos vasos con bebidas ¿A qué hora los trajo?
- Tengo que irme – Dije
- Dijiste que no tenías nada que hacer
- Eso no significa que tenga que quedarme
- Siéntate – Dijo señalando el sofá que estaba a un costado mío – Por favor - Termine aceptando y me senté
- Bien que es lo que quiere
- Hablar
- ¿Hablar?
- Si quiero saber de ti
- ¿De mí? Y que quiere saber
- Mmm… no sé, tú dime
- Bien, tengo un hermano mayor, acaba de regresar de los Estados Unidos, vivo con mi madre y mi padre murió cuando yo tenía quince, desde ese entonces me fui
- ¿Eso es todo?
- Si o al menos que quieras saber algo mas
Prov. Takano
- ¿Eso es todo? – Pregunte extrañado pensé que me platicaría algo mas
- Si, o al menos que quiera saber algo mas – Misaki tomo el vaso de y dio un sorbo pero al hacerlo me miro, estuve a punto de perder el control pero me contuve y recupere mi compostura
- Si hay algo que quiero saber
- Bien pregunta
- ¿Tienes novia? Supongo que si ya que…
- No… no tengo pero si hay alguien que me interesa
- ¿En verdad?
- Si
- ¿Se puede saber quién es?
- Si… pero sería más interesante si lo averiguas por ti mismo – ¿Me está retando?
- Tal vez lo haga
- Sería interesante
Nos quedamos callados unos momentos, no había más que el ruido de las cigarras, prácticamente nos decíamos todo con la mirada, sus ojos esmeraldas me tenían cautivo, tenemos una atracción y no es cualquier atracción, con mucho esfuerzo despegue la mirada de la suya, comencé a observar su cuerpo aunque, sus piernas, su pecho, su cuello, su rostro, sus labios, muero por besar esos labio tal vez nunca lo han besado, o al menos no como yo lo haría, me gustaría saber si aún es virgen
- ¿Eres virgen?
- ¿Perdón?
- Que si eres virgen
- Sabes es de mala educación, preguntar algo tan intimo
- Entonces es de peor educación espiar a la gente mientras se está duchando no crees – Su expresión paso de ser indignada a una de sorpresa, tal vez pensó que no me había dado cuenta
- Yo… no…
- No mientas, te vi
- Solo estaba…
- Observando, lo sé pero no me has respondido ¿Eres virgen?
- Será mejor que me vaya – Respondió levantándose del sofá y caminando a la salida, me levante enseguida y lo alcance, antes de que pudiera salir lo jale del brazo y lo acorrale contra la puerta pegando mi cuerpo al suyo
- ¿Por qué huyes? – Dije acercando mi rostro quedado a escasos centímetros del suyo, logrando sentir su respiración
- Yo no… estoy hu…
No soporte más y lo bese no quería que dijera más, me separe un poco de él
- Habré tu boca
Sin decir nada lo hizo, me apodere de esa boca nuevamente, metí mi lengua explorando toda su boca, invitado a la suya la cual no rechazo la invitación, era claro yo deseaba a este chico y el me deseaba a mí, quería hacerlo mío, quiero tocarlo, besar toda su piel, poseerlo pero mis intenciones se vieron frustradas, la falta de oxígeno se hizo presente, haciendo que me separara de él, dándole oportunidad de irse sin antes de mirar sus ojos llenos de deseo.
- Misaki…
Prov. Misaki
Salí corriendo de su casa, el primer impulso que tuve después de que me dijera que me había visto mientras lo miraba duchándose y peor después de que me había besado, me había besado, deseaba sentir esos labios sobre los míos, y al fin lo había sentido, me descontrolo, me excito, tantas sensaciones al mismo tiempo. Deseo a ese hombre, quiero sentirlo, necesito sentirlo.
Después de tanto correr llegue a mi casa y subí corriendo a mi cuarto encerrándome y tirándome sobre la cama, no lograba calmar mi respiración aunque estaba un poco más tranquilo, la tarde comenzó a pasar pero yo no lograba olvidar lo que había sucedido. Comenzó anochecer y tocaron mi puerta
- Adelante
- Misaki – Dijo Ritsu entrando a mi cuarto – mamá dijo que no bajaste a comer ¿Te sucede algo?
- No lo sé
- ¿No lo sabes?
- Ritsu te puedo preguntar algo
- Claro…
- Que sientes cuando estas junto a Usag… Usami-san
- ¿Que siento?
- Sí que sientes…
- No sabría cómo describirlo es solo que todo es perfecto – Por alguna extraña razón no me ayuda en nada - ¿Por qué la pregunta?
- Por nada – Respondí – Y bien como te fue
- Bien… parecía más una cita
- Y no lo fue
- Si…
- Y ya tienes el anillo
- No dijo que lo entregaría el día de la cena, estoy esperando ese día con ansias
- Debes de ser muy feliz
- Si, lo soy
- Eso espero… - Estaba feliz de que mi hermano lo sea, pero ahora mi mente solo la ocupa a Masamune
Continuara…..