Yokozawa no podía creerlo, esa hermosa niña de ojos miel y cabello castaño era la hija de Zen, en verdad tenía razón al pensar que su hijo tendría la misma edad, después de todo estaban en espera al mismo tiempo (Su esposa y el), aunque en esto solo salía ganando él, no tenía nada en contra de la niña, la llevaría a casa porque en verdad no podía dejarla ahí, pero aprovecharía para ver a la esposa de Zen y trazar un mejor plan, porque después de todo si su juego para vengarse de Zen dependía de que se volviera loco por él, terminaría al final como su amante
Se encaminaron rápidamente hacia una serie de condominios, familiares, lo cual es típico cuando tienes hijos. Ya en el apartamento nada lo saco de su sorpresa y la reacción fue mayor cuando la pequeña iba a abrir la puerta, esta fue abierta desde adentro por un muy desesperado Kirishima
-¡Hiyo! – Después de dar un suspiro largo- me asustaste mucho
-Lo siento papa me perdí, pero este lindo doncel me trajo a casa, dice que te conoce- dijo un poco avergonzada la menor por las preocupaciones que había causado.
Kirishima por primera vez miro quien venía con su hija y no era nada más y nada menos que su orgulloso doncelito
- Takafumi, muchas gracias, pero ¿Cómo supiste que era mi hija?
Antes de que Yokozawa pudiera responder, Hiyo se adelanto
-Papa, que mal educado eres, deja que Oni-chan entre y platican mejor- dijo la menor, mientras tomaba la mano del Takafumi y lo llevaba dentro del apartamento
-Lo siento Hiyori, se me olvidan a veces- se disculpó el mayor con pena
Ya dentro del apartamento, Hiyori les había servido te a Yokozawa y una cerveza a Kirishima
-Bien, ahora explícame ¿Cómo conociste a mi hija?- pregunto serio
-Lo lamento, yo choque con ella, me dijo que había tomado un tren equivocado, y que no sabía cómo regresar a casa, así que decidí llevarla, es muy pequeña todavía, no deberías dejar que tu hija salga sola- dijo con la mirada nostálgica, recordando lo que el haría con su propio hijo
Kirishima pudo notar la tristeza- “¿Sera que tiene un hijo?, es joven pero no tanto como para que fuera imposible”
-Lo sé- dijo el mayor- pero a veces no puedo con sus horarios- explico un poco avergonzado
Takafumi sintió una frustración que no sabía de donde venía, ¿Cómo podía decir “Mis horarios no se ajustan”?, además ¿Dónde diablos estaba su madre?
- ¿Cómo puedes decir eso? solo tiene 10 años además, ¿Acaso no tiene una madre para que te ayude?- dijo con un poco de rabia, Hiyori no escucho pues estaba en su cuarto
-No –contesto serio- No la tiene, y no la necesita, ella murió hace 8 años-dijo seco- aunque debo decir que no hace mucha diferencia que este o no
-¿Cómo dices eso? era tu esposa- dijo con rabia, recordando aquella mujer con su abultado vientre hace 10 años- ¿Acaso solo fue alguien para darte un hijo y ya?
Kirishima estaba molesto, ¿Qué derecho le daba al doncelito para reclamarle lo que hacía o no?
- Si más o menos eso fue
-Idiota, me voy- se levantó, y fue directo a la puerta, cuando Hiyo venia saliendo de la habitación
-Oni-Chan, ¿Ya te vas?-pregunto triste
-Yo…si Hiyo, es tarde debo regresar a casa
-Si Hiyo, tal vez tenga quien lo espere- dijo curioso y tajante
-Si lo tengo, un gatito, así que hiyo- viendo a la menor- Otro día será
Yokozawa salió de la casa, camino hasta llegar a un parque cercano, y una lagrima rodo por su mejilla, ese hombre era peor de lo que pensaba -“De seguro me violo solo para tener una segunda opción si su esposa no concebía, o que se yo”
-Lo lamento- escucho una voz detrás de el
-Kirishima-san ¿Que hace aquí?- dijo el menor
-¿No es obvio? te acompaño a casa, además no es que quiera hablar mal de su madre es solo que es complicado- aclaro seriamente
-No me interesa en lo más mínimo- aparto el rostro
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No sabía cómo había pasado, pero estaban aquí, en su apartamento, besándose, mientras Kirishima tomaba los glúteos del pelinegro con firmeza
-Tan delicioso- comento el mayor
-Cállate- decía Takafumi, mientras sentía los besos recorrer, su cuello, y su camisa ¿En qué momento había desaparecido?, poco a poco comenzó a lamer sus pezones
-Mmmmmmmm- entre jadeos- Veo que te gusta- dijo Zen
Rápidamente comenzó a quitarle los pantalones, hizo que la blancas piernas del pelinegro se enrollaran alrededor de él, llevándolo a la cama, rápidamente lo acomodo y comenzó con un dedo masajeándolo suave y delicadamente, no sabía porque pero sentía que le debía toda la delicadeza posible a su orgulloso doncelito
Yokozawa jadeaba de placer, después de aquella noche cuando fue violado, no había podido estar con nadie, simplemente no entendía como perdía la razón con este hombre
-Ahhhhhh, Zen- grito cuando sintió dos dedos más dentro de su agujero, presionado su próstata, llevándolo al éxtasis, y no fue hasta que vio que Zen comenzó a lubricar su gran e hinchado pene, que sintió cierto terror por lo que venia
-Zen, yo…- con lágrimas en los ojos
-No te preocupes, no te lastimare- dijo el ojimiel
Presiono su pene al agüero del menor, empalándose muy dentro de este, las estocadas llegaron suaves y continuas, hasta volverse fuertes y rápidas, Yokozawa perdió todo sentido, las pulsaciones de placer eran inmensas, entonces fue esa palabra que lo lleno de terror y recordó realmente con quien estaba follando
-Me vengo- dijo Kirishima, mientras comenzaba a llenar al menor con su semen, poco después Takafumi hizo lo mismo, dejando una vista etérea para el mayor
Los ojos de ese hermoso color
Mi ángel
-No – lagrimas salieron
“No, el… Otra vez no, se corrió dentro de mí… no”