Me desperté porque sentí como si alguien me estuviera moviendo, y efectivamente Ibuki me había dejado en el sofá para poder levantarse él. Me incorporé y froté mis ojos, al final sí que había conseguido dormir bien, pero no tenía ni idea de qué hora era. Aunque al parecer mi estómago sí. Se escuchaba alboroto en la cocina así que me decidí a levantarme y enfrentarme ''al malvado mundo de la prostitución'' por mí mismo.
–¿Qué dices? ¿En serio te pidió que le hicieras eso?–parecía que estaban manteniendo una conversación divertida
–Esto...buenos días.–entré y las conversaciones se detuvieron al instante, todo estaba lleno de humo y no habían abierto ninguna ventana, éramos todos unos fumadores empedernidos, ¿eh?
–Buenos días Koichi.–Yuuki me abrazó por detrás–Ya veo que has dormido bien acompañado eh~–un beso en mi nuca
–¡¿Con Ibuki en el sofá?!–Takeru, sentado encima de Chiyu en una silla, devorando galletas con su café, se escandalizó–Pero si no nos deja dormir con él.–echó un trago
–Porque me molestáis.–Ibuki inclinó su taza con calma–Y límpiate la cara, cómo te gusta llenártela de leche eh.–
–¡Cállate, idiota!–
–Sssh, que vais a despertar a Tsuzuku y ya sabéis cómo se pone después de una ''sesión divertida con Ryoga''–Yuuki se rió y todos le siguieron
–¿Ryoga y Tsuzuku están juntos?–me atreví a preguntarlo esta vez, y todos me miraron
–Siempre hay un roto para un descosido.–esta vez habló Chiyu–Solo se soportan entre ellos.–
A ver eso es que sí o que no, maricón.
–Vamos, que no.–gracias Takeru–Ah, tengo que pedirle dinero del presupuesto para materiales, Chiyu recuérdamelo.–
–¿Materiales?–no pude evitar preguntar
–Hazte una idea.–Takeru soltó una carcajada–¿No había ido Ruki a comprar juguetitos?–sacó el teléfono mientras daba una calada al cigarrillo que Chiyu le tendía–A ver si puedo localizarlo.–empezó a teclear
–Ya bajan.–anunció Ibuki, y se escucharon ruidos por las escaleras
Y entonces me encontré con un Tsuzuku en boxers, con su primer cigarrillo de la mañana, despeinado y con cara de pocos amigos pasando por el marco de la puerta. Joder.
–Buenos días.–me atreví a saludar, y su mirada directa a mis ojos me hizo darme cuenta de que no era buena idea hablarle a estas horas
–Mhn.–soltó un gruñido como toda respuesta
Le pregunté a Yuuki en tono bajo dónde estaban las tazas porque no quería molestar a Tsuzuku.
–En ese armario coge la rosa de la balda de abajo, era la de Mia.–
Me acerqué y abrí el armario, estirando la mano para coger la taza, y de repente sentí algo detrás de mí, y la entrepierna de alguien pegada a mi culo también. Levanté un poco la cabeza y vi la de Tsuzuku a mi lado, cogiendo su enorme taza negra.
–¿Mm?–me miró, su cara estaba muy cerca de la mía pero no parecía molestarle–Qué.–
–Nada, nada.–cogí mi taza y me aparté, mendigándole un poco de leche a Yuuki
Joder, qué mal ha sonado eso.
–Koichi.–
¿Tsuzuku me llama? Pero si está llenando su taza de ca.... Por qué pone ''I ♥ Dicks'' en su taza.
–¿Sí?–
–Te sienta bien la taza.–ahogó una sonrisa en su café
Miré lo que había cogido. ''I'm a PUSSY'' con letras en purpurina de colores... Todos se rieron de mí.
–La tuya también te sienta bien. Psch.–
Le acabo de contestar a Tsuzuku. Ahora es cuando me echa de casa.
–Sí, ¿verdad? Me la regaló Ryoga después de una mamada.–
Cómo no. Su no-novio.
–¿Quién me llama?–y ahí venía el inútil ese, sécate el pelo al salir de la ducha, que estás mojando el suelo, y alguien tendrá que fregarlo
–Nada, que Koichi y yo nos vamos al hospital.–
–¿Ah?–
¿Cuándo ha juntado mi nombre con la palabra hospital? ¿Perdón?
–Los análisis, ¿recuerdas? Vístete.–terminó su café de un trago y subió por las escaleras
Decidí no preguntar cómo había conseguido una cita de un día para otro sin entregar ninguna identificación mía ni nada por el estilo...ni siquiera le había dicho mi apellido, pero supuse que teniendo contactos en todos lados y pudiendo destapar la identidad de muchos clientes importantes, consigues lo que quieras sin tener que dar justificaciones a nadie.
Tsuzuku me llevó al hospital en su coche y las únicas palabras que intercambiamos en el camino no fueron las que me hubiera gustado:
–Oye, ¿te acostaste con Takeru y Chiyu ayer?–
No tenía yo nada mejor que hacer. Claro. Y de paso con Yuuki.
–No.–
–Mm.–
Por fin llegamos al hospital y subimos a una sala de espera en la que ni siquiera me fijé, Tsuzuku parecía ocupado con el móvil.
–¿Ocurre algo?–le pregunté, solo por matar el silencio que se había formado
–Nada.–pero él no colaboraba
En serio, ¿qué hay que hacer para ser su amigo?
–Bien...–un enfermero con una lista de nombres entró a la sala e intercambió una mirada de un par de segundos con Tsuzuku, pero solo yo parecí darme cuenta de ese detalle–¿Yamada Miharu?–nombró en voz alta
–¡Aquí!–Tsuzuku contestó por mí y preferí no preguntar, simplemente lo seguí
Entramos en una sala pequeña y Tsuzuku se despidió de aquel enfermero dándole un azote en el culo, eso...me aclaró un poco las cosas.
–¿Me permite el brazo, por favor?–una enfermera me esperaba detrás de una mesa con el equipamiento necesario
Me senté en frente de ella y se lo tendí. Tsuzuku se quedó apoyado en la pared con el teléfono, aunque me hubiera gustado tenerlo más cerca mientras me ataban el torniquete al brazo. Ya sentía el hormigueo. Koichi por favor, por favor...ya no tienes ocho años...Intenta simplemente no hacer el ridículo... Será un minuto...
–Cierre el puño por favor.–obedecí, y el hormigueo aumentó
Algo frío en mi brazo, el alcohol...y luego la aguja.
–Ah...–maldita zorra, el pinchazo había ido a matar
Solo tardé dos segundos más en empezar a sentirme mal, perdí la vista y...me fui al suelo.
Abrí los ojos algo desorientado y con un terrible dolor de cabeza. Estaba tumbado en una camilla y aún no veía una mierda. Genial.
–¿Koichi?–una voz masculina, y la cara de Tsuzuku empezó a verse más clara frente a mí, intenté levantarme recordando que acababa de causarle molestias y probablemente vergüenza ajena–Estate quieto a ver si te vas a caer otra vez.–me tumbó de nuevo–¿Por qué no me dijiste que te mareabas, idiota? Te hubieran dejado tumbado.–
–No quería causar molestias.–me estaba muriendo de vergüenza, de verdad, esto ya resultaba bastante bochornoso si venía solo
–Claro, es mejor abrirte la cabeza contra el suelo, dónde va a parar. Menudo golpe te has dado. ¿Te has hecho daño?–
–Estoy bien.–mentira–Siento mucho todo esto.–
–No seas idiota, si a Chiyu le pasa igual. Tiene que venir Takeru con él.–
Qué raro que no haya mencionado a Ryoga.
–Lo siento...–ya me van a despedir, cerré de nuevo los ojos esperando mi sentencia
–Solo recuérdamelo para que no vengas solo la próxima vez tampoco. ¿Te ves bien para incorporarte un poco?–
–Sí, sí...–puso su mano en mi espalda para ayudarme a hacerlo
–Toma.–
–¿Ah?–un vasito humeante frente a mí
–Te he cogido un chocolate en la máquina, te hará bien.–
–Gracias...–
–Bebe despacio.–su mano acariciando mi cabeza, se sentía como si fuera mi hermano mayor, un contacto...cálido
Tan diferente a cuando me agarró la mano la primera vez que nos conocimos...
–Mañana cuando nos den los resultados si está todo bien te daré un par de lecciones.–
–¿Lecciones?–seguí bebiendo
–De sexo.–
Me atraganté, y por primera vez vi a Tsuzuku soltando una carcajada, riéndose de verdad, aunque fuera de mí.
–Eres como un niño pequeño.–bajó su cabeza y me dio un beso en los labios
...el primero que me daba.
**
–Venga, llevas de morros todo el camino, no estés así.–Ibuki trataba de animarme lo mejor que podía–Igual es un tío majo.–
–Sí, claro, seguro. Siempre que Tsuzuku me manda un nuevo cliente ''por recomendación especial'' es un puto degenerado. Encima decía ''que quería probar con alguien de mi tipo'' ya verás. Será otro viejo que se pasará la noche con las manos debajo de mi falda arañándome el culo porque le pone ver que tengo pene.–
–Vamos Yuuki, no seas así de pesimista.–aparcó–Este es el hotel. Acuérdate de que–lo corté antes de que pudiera terminar
–Que sí, te aviso con todo porque es un cliente nuevo y blablablabla pueden pasar cosas feas, te diré que está todo correcto. Venga vete que Hika-chan se va a impacientar si tardar.–
–No me voy hasta que estés situado, ya lo sabes. Así que venga, corre.–
Salí del coche y subí a la habitación; bien ubicada, cerca de las salidas de emergencia, etc. En la primera cita con un cliente siempre concertábamos nosotros el lugar de encuentro, por si las moscas. Aunque sabía de sobra que Tsuzuku no me mandaría con alguien a quien no hubiera estudiado plenamente. Ese tío tiene un talento natural para calar a la gente, con solo un encuentro, sabe perfectamente quién y cómo eres. Llamé con dos golpes a la puerta, y una voz más joven de lo que me esperaba me invitó a pasar.
–Con permiso.–entré a la habitación y él se levantó de inmediato
–Ah, hola...esto...–era como un perrillo en celo, estaba nervioso, seguro que se correría en dos minutos–Esto... ¿Te digo mi nombre o...?–
Era...guapo. Y joven. ¿Qué es esto?
–Solo dime cómo te excitaría que te llamara, cariño...–enredé uno de mis mechones de pelo entre mis dedos, metido en mi papel
–...soy Hiyuu...esto...toma–me tendió el sobre con el dinero de la sesión
–Muchas gracias, Hiyuu. Por cierto, soy Yuuki.–sonreí–Voy al baño a...ponerme cómodo, ¿te parece bien?–
–Claro...ve...–me miraba como hipnotizado, ya sé que soy guapo, ¿pero tanto?
Entré al baño y cerré la puerta para contar el dinero con calma. Efectivamente, estaba todo, así que le mandé un mensaje a Ibuki diciendo que todo estaba en orden, que no había nada sospechoso y me quité la gabardina que llevaba puesta. Me observé en el espejo durante unos segundos, peinándome, repasando mis labios con el perfilador; con mucho cuidado. ¿Este vestido no me hace un poco gordo? Son los volantes. Di una vuelta completa para observar el vuelo de la falda, ¿quizá demasiado corta? La bajé un poco. Un momento... La levanté y comprobé que mi tanga se encontraba en su lugar; ''por el momento'', claro. Guardé el dinero en mi bolsa, la dejé en el baño y volví a la habitación. Hiyuu estaba de pie como un perro desorientado.
–Esto... ¿qué hago?–se rió, nervioso–Es la primera vez que vengo a un sitio de estos...pero...cumplo veintitrés... y como ahora no tengo novia...y llevaba mucho sin...mis amigos...–siguió riéndose
Vaya por dios, es de los que les gusta hablar.
–¿Es tu cumpleaños?–me acerqué a él para desabrocharle la camisa, porque estaba claro que tendría que llevar la iniciativa yo–¿Y yo soy tu regalo?–lo miré a los ojos
–Sí...más o menos...–siguió riéndose, hasta un punto en el que me pareció molesto
–¿Y me quieres desenvolver o....te gusto así?–le mordí la oreja, esperando una reacción mejor que esa
–Es un...vestido muy bonito.–
Si estuviera haciendo esto por placer ya le hubiera mandado a la mierda.
–Gracias...Hiyuu-sama... Y dime...–me deshice del todo de su camisa–¿Hay algo especial que quieras que haga...o hacerme?–
–Esto es un poco...incómodo....eres muy guapo...–hizo una pausa–¿Guapo o guapa?–
Me estaba empezando a dar lástima y todo.
–Lo que tú prefieras.–le desabroché los pantalones–¿Qué te gustaría que fuera?–
–Nunca he estado...con un hombre.–
Qué bien. Seguro que voy a disfrutar mucho esta noche eh...
–Será un honor para mí entonces...ser el primero.–me arrodillé ante él
Virgen en hombres o no nadie rechaza una buena sesión de sexo oral. Le bajé los pantalones y la ropa interior y lo toqué un poco para que terminara de endurecerse, y entonces...
–Aaah~–se corrió en mi cara
Así.
No sabía si disimular mi cara de molestia por haberme manchado o preocuparme porque no se le pudiera volver a levantar.
–¡Lo siento!–por supuesto él lo estaba pasando peor que yo–Nunca me...había pasado esto...–
No si a mí tampoco, los viejos que me contratan normalmente van hasta las cejas de viagra. Me levanté y me limpié la cara con el dorso de mi mano, a la mierda mi maquillaje perfecto.
–No te preocupes, es muy normal.–no, ve al médico–¿Quieres seguir?–me espera una larga noche intentando que se te vuelva a levantar
–No sé si...puedo.–
–¿Quieres que me vaya?–casi antes de que terminara la frase el ya se había ido, con los pantalones a medio subir, casi con el pene fuera
Fui al baño para recoger mis cosas y de paso lavarme la cara. Al salir de la habitación me encendí un cigarrillo. Una noche fácil después de todo, ¿no? Ya nos reiríamos de esto en casa cenando... Menudo personaje.
La verdad es que...no pensé que volvería a verle de nuevo.