Capítulo 2:
A la mañana siguiente Near comenzó a despertar encontrándose con la atenta mirada de Mello.
-Cosita, por fin despertaste –y se abalanzó hacia a él abrazándolo fuertemente.
-Mello –dijo contento de tener a su novio con él, olvidando por un momento lo ocurrido, pero luego al recordarlo todo se soltó de su abrazo borrando la sonrisa que se había formado en su rostro –si no te importa me gustaría estar solo.
-Near yo…lo siento, te juro que no quería hacerlo pero…
-Pero lo hiciste y punto, marcharte por favor.
-Near... – Mello acabó saliendo, debía darle tiempo y darse tiempo él mismo para pensar.
Ahora tenía que encontrar a cierto pelirrojo, el gran culpable de que el copito de nieve no lo quisiera ver.
Cuando estuvo delante de la puerta la abrió encontrándose con su pelirrojo amigo todavía dormido, se acerco a él, lo tomo del cuello de la camisa y lo empezó a zarandear para que despertara.
-Matt, despierta ¡Matt! –por más que lo moviera no despertaba, la poca paciencia del rubio se agotaba por momentos –¡que te despierte te digo! –gritó tirándolo al piso.
-Que quieres Mello ¿acaso has venido a repetir lo de ayer? Ahora no, que tengo sueño –dijo frotándose los ojos.
-Deja de decir tonterías y levanta, tienes que venir conmigo a decirle a Near que fue tu culpa...
-¿Mi culpa Mello? Ya te dije que fuiste tú quien le puso los cuernos, tú solito te metiste en esto, tu te vendiste ¿Lo recuerdas? así que a mí no me culpes y déjame dormir.
-Matt –dijo amenazante –no estoy par aguantar estupideces así que ahorita te levantas y te vienes conmigo y si hace falta te llevo a rastras.
-No quiero –murmuro metiéndose nuevamente en la cama.
-Si no es por las buenas será por las malas –y como había dicho se lo llevo a rastras hasta la enfermería.
Cuando entraron a la enfermería Mello aún continuaba arrastrando a Matt provocando así la curiosa mirada de las enfermeras que no dijeron nada al respecto porque antes de que pudieran hacerlo el rubio les envío una mirada asesina que les advirtió que no andaba de buen humor.
-¿A que esperas? explícale que fue tu culpa –dijo Mello cuando estuvieron frente a Near.
-Lo siento Near... en serio... pero él... me obligó... –agacho la cabeza y comenzó a sollozar –ya sabes lo violento que es... no pude negarme... -se lanzó hacia Near abrazándolo -dijo que me pegaría... tuve miedo...
-Deja de mentir, perro estúpido –lo agarro de la camisa apartándolo de su novio –no le creas Near, no fue así como sucedió -¡mierda! Matt no ha echo más que empeorar las cosas, no le creas Near... por favor no le creas...
-Si ya acabaron agradecería que se marcharan –dijo con total indiferencia.
Los dos salieron, Mello totalmente desanimado y Matt con una gran sonrisa en la cara.
-¿Por qué has mentido, se puede saber qué quieres conseguir con todo esto? –Mello tenía ganas de hacerle una cara nueva pero antes quería explicaciones.
-Ya te dije que no quería venir, y lo que quiero es asunto mío –dicho eso se fue.
Las ganas de Mello de matar al pelirrojo aumentaron pero era inútil perder el tiempo con él. Se fue a su cuarto para pensar en qué hacer para recuperar al peliblanco.
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Te jodes Mello, si no fuera por ti el conejito hubiera sido mío, pero ahora conseguiré que él se enamore de mí, mi plan es perfecto, nada puede fallar
El pelirrojo se volvió a tumbar en la cama pero como no pudo recuperar el sueño se puso a jugar tranquilamente con su PSP.
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El rubio estaba acostado en su cama pensando en la posibilidad de explicarle al peliblanco todo lo que había pasado ayer, pero no estaba seguro si hacerlo sería buena idea, ¿Qué le iba a decir, que se había “vendido” por chocolate? Sí, entendieron bien, se había vendido por chocolate.
Flash Back
El rubio caminaba desesperadamente por el cuarto, sus reservas de chocolate se habían acabado y no podría ir a comprar hasta mañana.
-Tranquilo Mello, que tampoco es para tanto mañana podrás comer chocolate hasta que te canses –como siempre el pelirrojo estaba enganchado a su PSP cosa que molesto a Mello.
-¿Qué no es para tanto? Si tú te quedaras sin tu endemoniado aparato estarías en las mismas que yo.
Matt apago la PSP y sacó una chocolatina de su bolsillo.
-¡Matt! –dijo el rubio alarmado –si tenías chocolate me lo tendrías que haber dado antes –y alargó la mano para que se lo diera.
El pelirrojo le quitó la envoltura y se lo llevó a la boca.
-¿pero qué…? –Mello intentó quitarle la chocolatina.
-oye, que es mía, si quieres ven y cógela – dijo volviendo a metersela en la boca dejando un trozo fuera.
Mello no pudo resistirse y fue hasta él metiéndose el chocolate restante, devorándolo, y luego juntando los labios con los de Matt en un beso, cuando se separaron Matt saco más chocolate y se lo entrego al rubio que de inmediato se puso a comer, mientras tanto Matt iba desabrochando la camisa de Mello mientras lo recostaba en la cama, comenzó a besar su cuello, luego le lamió uno de sus pezones mientra acariciaba el otro con su mano.
-Matt, para. Esto no está bien -murmuro sin dejar de comer su preciado chocolate.
-Venga uno rápido, nadie se enterará -propuso con una sonrisa lasciva en el rostro.
-No.
-Esta bien si no quieres no te puedo obligar –musitó mientras le quitaba el chocolate de las manos –pero esto me lo quedo yo.
Mello intento agarrar el chocolate pero no tuvo éxito.
-Si lo quieres ya sabes qué tienes que hacer –el rubio estaba indeciso, deseaba el chocolate ¿pero estaba dispuesto a conseguirlo a ese precio? Finalmente alargó la mano. Comió el chocolate permitiendo que Matt se apoderara de su cuerpo.
Justo después que ambos se corrieran la puerta se abrió, Near los había descubierto.
End Flash Back
Mello no le podía contar eso al peliblanco, seguramente ni lo creería, aunque pensándolo bien, ¿que más posibilidades tenía? Al menos debía intentarlo.
Por tercera vez el rubio se encontraba en la enfermería, estaba pensado en como se lo iba a contar, no es fácil decirle a tu novio que lo engañaste por chocolate, cuando creyó que ya tenía las palabras adecuadas se decidió ha entrar.
-¿Otra vez tú? – dijo al verlo.
-Near, vengo a explicarte lo que sucedió ayer, solo te pido que me escuches.
-No quiero, no quiero escucharte, no quiero verte, lo único que quiero es que me dejes en paz.
-Por favor –le pidió mirándolo a los ojos. Un corto silencio se hizo presente y seguido de este un suspiro de parte del de ojos grices.
–Solo si me prometes que luego dejas de molestarme.
-… lo prometo.
-Te escucho.
-Veras, lo que ocurrió fue que… yo... el chocolate... y Matt... es que... el chocolate... ¿lo entiendes Near? yo... no podía...-trago duro mientras Near lo miraba perplejo -no podía resistirme al chocolate... y -susurró bajito -me vendí por él...
-¿Mello, en serio pretendes que me crea que lo hiciste por chocolate? ¿No se te ocurrió nada mejor?
-Es la verdad –murmuró mirando el piso, completamente rojo de la vergüenza por haber admitido aquella patética verdad.
-Supongamos por un momento que te creo, ¿piensas que te voy a perdonar sabiendo que cuando te falte chocolate te vas a entregar a cualquiera que te lo pueda dar?
Puta, Near me ha llamado puta intentó asimilar la información que me aya pasado una vez no le da derecho a llamarme puta Las palabras del peliblanco habían enojado a Mello, que se fue molesto, no sin antes dar una patada a una silla dejando a relucir su mal genio.
Near se estiro en la camilla intentando descansar sin importarle que el rubio se hubiera ido enfadado, quería olvidarse de él lo más pronto posible, era lo mejor.
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¿Por qué, porque siempre que intento arreglar las cosas todo me sale al revés? Lo único que he conseguido es que se piense que soy una puta que se anda vendiendo al primero que pasa. Si en verdad quiero recuperarlo tengo que pensar mejor lo que le digo, decirle la verdad no sirvió, y Matt simplemente es un perro que no sirvió de nada. Necesito ayuda ¿pero de quien?... piensa Mello, piensa… Linda, eso es, seguro que ella me puede ayudar.
Mello se fue directo a buscar a la niña con la esperanza de que ella fuera capaz de ayudarlo.
Ya eran las 9:00am, todos los niños del orfanato estaban en el comedor, incluida una niña de coletas que conversaba animadamente con sus amigas. De vez encunado miraba la puerta esperando la llegada de su mejor amigo, pero en su lugar apareció Mello que en cuanto la vio fue directo hacia a ella.
-Por fin te encuentro, Linda tienes que ayudarme.
-Claro dime ¿Qué necesitas?
-Veras es que…- pero no pudo continuar porque lo interrumpió.
-Por cierto, ¿Mello has visto a Near? Si no se apura en venir se perderá el desayuno.
-Él…esta en la enfermería... –dijo un poco apenado.
-¿¡Que?! –salió corriendo del comedor en dirección a la enfermería, quería saber de inmediato el estado de su amigo, como siempre dramatizando.
Mello se quedo parado en donde estaba con un repentino enfado ¿porque te has ido mocosa, ahora a mi quien me ayuda?
Estuvo por ir a buscarla, pero decidió comer algo antes, no había comido nada desde ayer, luego ya tendría tiempo de pedir consejo a Linda.
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Sin duda hoy el peliblanco no podría descansar, ya era la cuarta vez que lo despertaban, comenzaba a cansarse.
-No te preocupes estoy bien -le repetía una vez más.
-Si estuvieras bien no estarías aquí y aún no entiendo porque saliste ayer tan tarde, y sin un abrigo, con el tiempo que hace, tu me estas ocultando algo.
Si quería descansar debía explicarle todo a la castaña, porque de seguro no lo iba a dejar en paz asta que no se enterara de lo que pasaba.
-Te lo cuento, pero no le digas a nadie... Mello me engaño...
-¿¡Como?! ¡¿Te engañó?!
-Sí, por eso salí corriendo y me deje el abrigo.
-¿Con quien?
-Con Matt
-¿Pero por qué? -al ver la cara del albino Linda entendió que no quería hablar del tema, pero necesitaba saber la respuesta de una ultima pregunta.
-¿Tú, estas bien?- el peliblanco agacho la cabeza para que no pudiera ver su rostro, linda lo abrazó para intentar consolarlo, sabía que la traición del rubio le dolía y que le costaría trabajo dejar de quererlo.
-Siento tener que interrumpirlos- dijo una enfermera que traía una bandeja de comida – pero, señorita usted debería estar en clase.
-Me tengo que ir, pero luego vendré a hacerte compañía –y se marcho.
La enfermera le entrego la comida, que apenas fue probada, después le puso un termómetro para comprobar que ya no tenía fiebre.
-Ya no tienes fiebre, si quieres esta misma tarde podrás regresar a tú cuarto, pero te tendrás que tomar este jarabe para la gripe –cuando le hubo entregado el frasco que contenía el amargo jarabe se marcho.
Ahora por fin podría descansar. Pero entes de quedarse dormido saco una foto de su bolsillo, en ella se podía ver a mello abrazándolo a él, los dos con una sonrisa en la cara, ambos felices de estar junto al otro, ahora esa felicidad se veía reducida a recuerdos.
Horas más tarde
-Linda por favor, eres la única que puede ayudarme.
-No Mello, lo que le as hecho a la pobre bolita es una canallada, no pienso ayudarte a recuperarlo para que nuevamente le rompas el corazón. –y se fue dejándolo solo otra vez.
Las cosas se habían complicado, Near no lo quería ni ver, Matt los quería separa por un motivo que desconocía y Linda no estaba dispuesta a ayudarlo.
¿Qué más le podía salir mal?
¿Acaso el destino se había propuesto separarlos?