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Our Little Miracle [HUNHAN] por Selu95

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Notas del capitulo:

Holaaa.

 

Me doy cuenta de que soy un asco queriendo actualizar los Lunes... así que me quedo solamente con los Jueves xD

 

Waa me alegro mucho de que les este gustando el fic :) Muchisimas gracias por sus RW ¡por las ¡2079 lecturas! y por los 29 fovoritos ;u; me pondre gay asi que no les quito el tiempo xDD

 

Aaaah me di cuenta que tenia unos errores horrendos de ortografias... así que se supone que ya los corregí xD si hay algunos me dicen... 

 

PD: Gracias Hiraki por batearme los cap :3

Las sarangheo hard >< denle amor al JunJan <3

 

Ángel - EXO-M-

Sentía el cuerpo pesado, nada doloroso, solo se sentía un poco pesado y perezoso. Quería seguir durmiendo, pero su cerebro no quería. Parpadeo rápidamente para acostumbrarse a la luz artificial; cuando pudo ver con claridad, pudo observar el cuerpo que estaba sentado en la silla de al lado. Reconocería esa cabellera negra donde sea.

 

 

 

KyungSoo estaba metido en su teléfono como siempre. Quizás jugaba, o quizás revisase algo en su teléfono celular; pero nunca le dijo que es lo que hacía. Aun no se había percatado de que el castaño había despertado, tampoco es como si este hiciera alboroto al levantarse. Rápidamente, muchas imágenes se proyectaron en su mente. La forma en la que el señor Hong lo miraba, cuando camino hasta llegar a él, las palabras llenas de rencor y asco que le decía, la forma en que lo estampo contra la pared, Sehun sin hacer nada, el tipo ahorcándolo, cortándole la respiración, su bebé, cuando lo estampo de nuevo, Sehun, cuando cayó al suelo y todo se volvió negro, Sehun… Su bebé.

 

 

 

Instintivamente llevo sus manos hasta su vientre, su expresión era de puro miedo. Quería saber cómo estaba su bebé. Quería que él doctor entrara y le dijera que todo estaba bien, de que nada malo le había pasado, de que no estaba afectado.

 

 

 

—Luhan… Luhan, Vamos hombre cálmate. Tranquilo.-

 

 

 

Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba llorando. KyungSoo a su lado abrazándolo para que se calmara. Se aferró al cuerpo del pequeño y lloro.  Tenías sus emociones a flor de piel, y con todas las hormonas algún día tenía que desatarse a llorar. Y esta parecía una perfecta ocasión. Ya habiéndose calmado, se separó poco a poco de KyungSoo, observo con sus avellanados ojos el resto de la habitación. La típica habitación de hospital… nada nuevo.

 

 

 

—¿Ya estas mejor? —pregunto su amigo.-

 

 

—Ya… Gracias por estar aquí—dijo secándose las lágrimas que estaban atrapadas en sus pestañas.-

 

 

—No es nada, sabes que me preocupo por ti… y por mi sobrino—sonrió mientras le acariciaba el vientre a Luhan.-

 

 

—Lo sé.-

 

 

—¿Me contaras como paso? O espero a que Oh pase por esa puerta y lo golpee—señalo la puerta.-

 

 

 

Entonces recordó que lo último que sus ojos captaron, fue a Oh Sehun. Abrió los ojos a más no poder, con el temor de que Sehun se haya dado cuenta de su estado.

 

 

 

—¿Dónde está Sehun?-

 

 

—Está en la cafetería. Fue muy difícil convencerlo de que te dejara solo conmigo. El muy bastardo no confía en mí, en mí Do KyungSoo, tu mejor amigo.-

 

 

—El… ¿Él  sabe de mi estado? —preguntó esperando una respuesta positiva.-

 

 

—Dios, no. Tuviste suerte, de que,  justamente cuando Choi venía a visitarte me lo encontrara en el pasillo. Le convencí de decirme como estabas o que pasaras cuando hubieses despertado. Así que no creo que tarde en venir. Solo espero que Sehun no esté aquí cuando llegue.-

 

 

 

Luhan pudo respirar con normalidad. Pero el mosquito de la angustia/miedo  no lo dejaba. Quería saber cómo estaba su pequeño. Como si el Dr. Choi –o caliente como lo había llamado de nuevo KyungSoo hace solo 5 segundos- hubiera escuchado sus plegarias, aunque quizás fuese Dios, “Por cierto señor, te debo una grande” el que lo enviases. Minho cruzo la puerta con esa bella sonrisa suya y su impecable bata blanca.

 

 

 

—Hola, ¿Cómo te sientes? —pregunto Choi mientras seguía sonriéndole al embarazado.-

 

 

—Estoy bien… pero lo que… yo quiero s-saber es, cómo está mi bebé—dijo casi en un susurro.-

 

 

—Eres un chico con mucha suerte. Tu bebé está en perfectas condiciones. Sano y salvo.-

 

 

 

Sintió que otro peso fue quitado de encima de él. Choi siguió dándole una que otra indicación sobre el estrés que tenía. Le sugirió que dejara de hacer o presentarse en situaciones como esas. Tuvo suerte esta vez, pero otra quien sabe. Cuando KyungSoo escucho la versión de la historia una vez que Minho se fue, casi pone el grito en el cielo. Quería matar a Sehun por irresponsable e incompetente.

 

 

 

También le comentó que Kim sabía sobre su embarazo, pero no sabía quién era el padre. El pelinegro le dijo que no dudara del moreno, que no creyera que le fuera  a soltar la sopa a Oh. Afortunadamente Sehun no se encontró con nadie que le pudiera decir que su asistente estaba embarazado. Caminó hasta el ascensor, y una vez lo dejara en el piso donde se encontraba Luhan, caminó hasta la habitación de éste con un peluche de felpa en forma de ciervo y una caja de cupcakes de sabor  chocolate. Luhan le había dicho que eran sus favoritos hace dos meses.

 

 

 

No quería conseguir el perdón de Luhan con unos pastelillos. Lo haría de otra forma, pero eso solo era una pequeña prueba de que estaba realmente avergonzado por no haber actuado rápido, se sentía culpable de que casi pudieron matarlo frente a él y no pudo reaccionar antes. Si de algo estaba seguro, ahora ya no ayudaría al señor Hong. Lo hundiría en la cárcel por lo que le hizo al pequeño ciervo.

 

 

 

Estando ya frente a la habitación donde se encontraba el chico con el cual se acostaba –y no se arrepentía de engañar a su prometida- dudó por un momento en tocar. Sabía que Do estaría ahí, si trató de matarlo con la mirada, porque no quería dejar solo a Luhan con él aun sin saber la historia; estaba cien por ciento seguro de que esta vez no lo mandaría a freír espárragos… estaba vez lo freiría  él.

 

 

 

Toco la puerta y a lo lejos escucho un pequeño “Pase”.

 

 

 

—Hola… ¿Cómo te sientes? —pregunto mientras se acercaba a Luhan bajo la atenta mirada de KyungSoo.-

 

 

—Estoy bien. De hecho el doctor dijo que podría regresar a casa hoy mismo—contestó el castaño con una sonrisa.-

 

 

—¿A sí? —colocó los cupcakes en la mesita del lado—Que bueno… entonces te dejare en tu casa. Claro, si tu quieres.-

 

 

—No creo que sea necesario, señor Oh. Yo mismo puedo llevarlo—contesto Do dejando con la palabra en la boca al embarazado.-

 

 

—Con todo respeto señor Do, pero no es ninguna molestia. Además creo que se lo debo al señor Lu. Es mi culpa que este en esta situación.-

 

 

 

Por supuesto que KyungSoo no quería que Sehun llevara a Luhan. En primer lugar, él era el culpable de las desgracias que le sucedían a su amigo. Y segundo, estaba seguro que Luhan aún no controlaba los malestares que le causaba el embarazo… pero Luhan tenía otra idea.

 

 

 

—Está bien, KyungSoo. El señor Oh puede llevarme, tienes que descansar, mañana tienes que visitar a tus padres como de costumbre y tienes que dormir para reponer energías.-

 

 

 

KyungSoo bufo. Claro que no era eso lo que  Luhan quería. Quería quedarse más tiempo a  solas con Sehun. Sinceramente, a él no le caía bien la relación que mantenían ambos. No era po la relación clandestina entre asistente-jefe, sino por el hecho de que su amigo podría estar enamorado de Sehun, el cual no  dejaría a su novia de hace cinco años por un asistente.

 

 

 

No quería que Luhan saliese lastimado, ni que el rubio lastimara a su hijo. Porque estaba seguro que sacaría uñas y garras por defenderlos. Muchas personas confundía su cariño hacia Luhan, pero este sentía solo puro amor fraternal. Lo quería como a un hermano… KyungSoo ya tenía a quien amar de forma carnal.

 

 

 

—De acuerdo. Pero prométeme que descansaras, y si pasa cualquier cosa me llamas—se acercó al castaño y deposito un suave beso en la frente. Juró que había escuchado un gruñido –cortesía de Oh Sehun- pero poco le importo—.Cuídense, ¿De acuerdo? —susurro para que Oh no lo escuchara—.Te veré el Lunes.-

 

 

 

—Hasta el lunes, cuídate—Luhan sonrió, haciéndole saber a su amigo que no debía preocuparse, que estaría bien.-

 

 

 

Habiéndose ido el más pequeño. Sehun ayudo a Luhan  a ponerse de pie y acompañarlo a la salida. Cuando estuvieron ya dentro del auto, Sehun le entrego sus regalos un poco avergonzado. Él no era un tipo de detalles, pero quiso hacerlo por el castaño.

 

 

 

Pero no se arrepentía, no luego de haber visto esa hermosa sonrisa que hacía que los días se iluminaran para Sehun. Luhan le había agradecido por el detalle, le regalo un dulce beso en los labios. Beso que descoloco a Sehun por un momento. Habiendo recuperado la compostura, se dirigió a su Pent-House. Estaba loco si pensaba que dejaría a su bello asistente solo, no después de todo el drama.

 

 

 

—Puedo preguntar, ¿Qué hacemos aquí? —dijo Luhan.-

 

 

—Te cuidare. ¿No es obvio? Te mereces descansar, así que seré tu esclavo por hoy—sonrió.-

 

 

—Esto será divertido.-

 

 

 

De hecho fue súper divertido. Ayudo mucho el hecho de que su hijo pidiera antojos en ese momento de ternera. Oh había hecho todo lo posible por conseguirlo. Había andado de arriba para abajo, trayendo cualquier cosa que Luhan pidiera, o traer cualquier cosa para hacerlo sentir cómodo.

 

 

 

Sehun no se quejaba, se le hacía demasiado entretenido. Pensó que Luhan sería muy exigente. Pero luego de unos cuantos pequeños y algunos raros pedidos, Luhan se sentía cansado. Así que su última tarea fue, conseguir yogurt de fresa con helado de pistacho, y luego a ver una película.

 

 

 

Reían hasta quedarse sin aire. No es que la película fuese demasiada divertida. Lo que la hacía cómica era que los dos lo disfrutaban, o que se burlaran de la forma en que reían cada uno de ellos. Se encontraban en el sofá, el cual habían acercado un poco más a la pantalla LCD. “Grown Ups” fue el segundo filme que vieron, el cual causo que las risas aumentaran. Sehun se encontraba sentado en una de las esquinas del cómodo sofá, mientras que Luhan estaba sentado en el regazo de este, descansando su cabeza en el fornido pecho del rubio siendo abrazado.

 

 

 

Se permitió apartar cualquier sentimiento de culpa y se concentró en disfrutar el momento. Se lo merecía, él y su hijo se merecían un momento en familia, aunque papá no lo supiera. “Un mes, y aún no le dices Luhan” se dijo así mismo, pero por el momento no quería pensar en eso. Quería disfrutar.

 

 

 

—De acuerdo. Hora de dormir, arriba bonito. Necesitas descansar.-

 

 

—Está bien. Pero no tengo pijama que ponerme—dijo Luhan.-

 

 

—No es como si las utilizaras sabes—dijo un sonriente Sehun, mientras lo abrazaba por la espalda y lo conducía hasta su habitación—Creo que tengo una camisa que te quedara bien.-

 

 

Sehun se estaba portando de una manera muy… dulce con Luhan. Quizás, se sintiese culpable por lo que paso y esa era su manera de compensarlo. Entre besos y caricias llegaron a la habitación, Sehun le entrego una camisa de su propiedad a Luhan, el castaño poco a poco empezó a despojarse de su ropa, esta vez bajo la atenta mirada de cierto rubio.

 

 

 

Sehun no era ciego, sabía que Luhan era sumamente atractivo. Tenía una piel tan blanca y fina, como la porcelana. Unos pequeños pero carnoso labios que él amaba morder y besar. Se sorprendía de que su asistente no tuviera novio, con semejante cuerpo y personalidad ya hubiese pescado a uno que otro hombre.

 

 

 

Cuando estuvieron listos para irse a dormir, se acostaron uno junto al otro. Sehun amaba dormir abrazado a Luhan, así que en el momento que este le dio la espalda, no dudo ningún segundo en abrazarlo. El calor que desprendía el cuerpo de su asistente lo mantenía cálido, el aroma que emanaba del cuerpo y del cabello de Luhan lo relajaba. Ultimadamente había visto cierto brillo en él, lo hacía ver más tierno y adorable.

 

 

 

Para Luhan también se podría decir que esa era una de las formas en las que más amaba dormir ultimadamente. Esa era la única manera en  que Sehun podría estar en contacto con su hijo. Porque, al igual que la última vez, Sehun tenía posada una de sus manos en el vientre del chico, mientras que una de su pierna estaba entre las de Luhan.

 

 

 

 

Sehun nunca se había sentido tan casado. Ultimadamente estaba bajo mucho estrés y solo quería dormir. En ocasiones tenia náuseas, pensaba que algo le había caído mal a él también. En momentos como estos, deseaba seguir durmiendo, pero cierta personita cerca de él tenía otros planes. Luhan se removía entre sus brazos, era como una rutina antes de despertarse. Claro lo hacía inconscientemente, la otra cosa que no sabía era que sus movimientos le resultaban… provocativos a Sehun. Lo cual no le hacía bien que el trasero de su asistente se frotase contra su erección matutina.

 

 

 

—Si sigues moviéndote de esa manera… terminare follándote, y terminaras más cansado de lo que estas—dijo el más alto con voz ronca, mientras hundía su rostro en la curvatura del cuello de Luhan.-

 

 

—Buenos días a ti también—respondió el castaño sonriendo.-

 

 

 

Sehun comenzó a repartir besos sobre el cuello, dio pequeños mordiscos en el hombro, provocando que Luhan soltara pequeños suspiros combinados con gemidos. El embarazo lo hacía extra sensible, no era su culpa que se sintiera de esa manera. Sehun succionó el cuello del castaño dejando una marca.

 

 

 

Luhan se dio media vuelta y entrelazó sus brazos en el cuello de su jefe, al mismo tiempo que este lo abrazada por la cintura acercándolo más a él. El rubio comenzó a besar a Luhan, pero este no era uno de sus besos post-coito matutino, o vespertino. Era un beso suave y tierno, sentía que tenía todo el tiempo del mundo; por eso se daba el lujo de consentir, mimar y disfrutar de Luhan.

 

 

 

Sehun solo dormía con bóxer y un pantalón de su pijama –ya que Luhan tenía la camisa- lo que hacía que ninguna de las ropas ocultara el bulto bajo ellas que se restregaba junto con el de Luhan. El castaño recorría con sus delicadas manos el pecho y torso de Sehun, al mismo tiempo que el rubio lo acaricia bajo la camisa y le estrujaba el trasero –que amaba- produciéndole escalofríos y sacándole gemidos sonoros.

 

 

 

Luhan se posicionó a horcajadas sobre Sehun sin romper el beso. El rubio se reincorporó junto con él y le quito la camiseta. Observó el pálido pecho lampiño de su amante y lo beso. Besó las clavículas y el cuello de este dejando más marcas. Dirigió sus labios a uno de los pezones y lo besó, lo mordió hasta dejarlo duro, de la misma manera procedió con el otro aprisionando la delgada cintura de Luhan entre sus manos, disfrutando de los gemidos que producía este. 

 

 

 

Volvió a acostar al castaño en la cama, para luego abrirle las piernas y posicionarse entre ellas. Besó de nuevo a Luhan, pero el beso subió de nivel, sin dejar la delicadeza. Luhan sentía que se desmoronaba de placer. Sehun nunca había sido tan delicado con él, tampoco era muy bestia; pero por alguna razón que desconocía, Sehun lo estaba tocando de una manera tan intima.

 

 

 

Con delicadeza, bajó el bóxer de su asistente hasta tenerlo completamente desnudo. Se inclino un poco y besó el interior de los muslos de Luhan, cada vez se acercaba más a la ingle del chico. Succionó y mordió con delicadeza por aquí y por allá dejando más marcas, y alborotando más al castaño.

 

 

 

Esto jamás lo había hecho él, ni a un hombre ni a una mujer. Pero quería hacerlo por Luhan… aunque no sabía por qué. Acercó sus labios al miembro de su asistente y deposito un beso en la punta.

 

 

 

—S-sehun… ¿Q-que haces? —dijo Luhan con la respiración entrecortada.-

 

 

—Shhhh… solo calla y disfruta, bonito—y succionó el glande del más bajo.-

 

 

 

Luhan prácticamente chillo de placer. No creo que Sehun estuviera haciendo aquello. Le había dicho que odiaba hacerlo. Pero se lo estaba haciendo, a él. Quería ver para comprobar que era su jefe el que lo estaba lamiendo y dándole prácticamente el mejor oral del mundo. Pero ni siquiera podía levantar su cabeza.

 

 

 

Sehun seguía lamiendo y succionando el miembro de Luhan, mientras que con una de sus manos acariciaba los testículos del pequeño y con la otra acariciaba uno de los pezones. Los gemidos del castaño resonaban por toda la habitación.

 

 

 

Cuando sintió el líquido pre-seminal, retiro el pene de Luhan de su boca colocando el pulgar en la hendidura del miembro del chico evitando que se corriera. Escuchó un gruñido de parte del castaño, alzó la vista y se quedo como estúpido –porque bobo le quedaba corto- mirando a Luhan. Tenía el pelo revuelto, las mejillas sonrosadas, los labios entre abiertos y de sus ojos salían pequeñas lágrimas de placer.

 

 

 

Repartió el líquido por todo el glande con su pulgar y acercó sus labios a los de Luhan, quien lo acercó más a él poniendo sus manos en la nuca de Sehun, y enredando sus dedos en los cabello rubios gimiendo en los labios de éste. Sehun paro todo acto y se levanto, camino hasta la mesa de noche y saco un bote de lubricante.

 

 

 

Su miembro le dolía, sentía que explotaría en cualquier momento mientras veía la pose en la que estaba su adorable asistente. Luhan tenía uno de sus brazos tapando sus ojos mordiéndose el labio, tenía las piernas abiertas, mientras que con su otra mano se masturbaba. Sehun quería morirse en ese momento. Pero no sin antes sentir el cálido interior de su niño… porque sì, lo reclamaba como suyo.

 

 

 

Se despojó rápidamente de sus pantalón y bóxer. Destapó el bote de lubricante y regresó a la cama volviendo a la misma posición de antes… entre las piernas de su bonito. Untó tres de sus dedos y dirigió uno a la entrada de Luhan. Al principio el más bajo se removió un poco por la intromisión, pero poco a poco se acostumbró y empezó a disfrutar de las mil y un  sensaciones que le proporcionaba el amor de su vida. Luego los otros dos dígitos se introdujeron en el interior del castaño que se aferraba de las sabanas intentando callar sus gemidos.

 

 

 

—¿Recuerdas nuestra primera vez? —preguntó Sehun mordiendo los labios de Luhan al mismo tiempo que movía sus dedos de forma circular, de tijera y cuanto se le vinieran a la mente dilatando la entrada del castaño.-

 

 

—A-aja—respondió entre suspiros.-

 

 

—No teníamos lubricante a la mano… así que tuvimos que usar la jalea de piña que había en la mesa.-

 

 

—¡Ah! —Luhan gimió cuando los dedos de Sehun dieron en su próstata.-

 

 

—Y ahora ya tenemos Lubricante… hemos progresado bonito—terminó de relatar sonriendo mientras sacaba los dedos del cálido interior de su amante.-

 

 

 

Luhan iba a protestar, pero Sehun lo calló con un beso más salvaje. Tomando la iniciativa, sacó una buena cantidad de lubricante esparciéndolo por toda la longitud de Sehun, sacándole gemidos.

 

 

 

—Si continuas… terminare por correrme en tu preciosa carita de ángel—beso los labios de Luhan—Y ambos sabemos—otro beso—Que no es ese el lugar que quiero.-

 

 

 

Luhan dejó en paz el miembro hinchado de su jefe y se dedicó a disfrutar. Sehun alineó su pene en  la entrada del castaño y se deslizó dentro lentamente, sintiendo cada una de las emociones. Ambos gimieron cuando el pene del más alto tocó fondo.

 

 

 

Tomo una de las delgadas piernas de Luhan, he hizo que rodeara su cintura sin quitar su mano de ahí. Con la otra, entrelazó sus dedos con los de Luhan poniéndolas sobre su cabeza, dándole un toque más de intimidad al acto… al menos para Luhan era así.

 

 

 

Comenzó deslizándose suavemente, profundo, adentro y afuera. Las embestidas eran fuertes sin llegar a lo bestia. Cada vez que Sehun acertaba el punto dulce de Luhan, este le regalaba sus gemidos. Estaban haciendo el amor, dijeran lo que dijeran, Sehun le estaba haciendo el amor. Y éste no lo negaba, no sabía porque quería hacérselo, pero ahí estaba; embistiendo con delicadeza a su amante. Besándolo y acariciándole con ternura.

 

 

 

Cuando escuchó un “Mas rápido, por favor” de parte de Luhan… no se hizo esperar. Empezó a embestirlo con más fuerza aumentando el volumen de sus gemidos. La estancia estaba llena de los gemidos y gruñidos de ambos, del sonido de sus pieles chocando.

 

 

 

Luhan jamás se había sentido tan bien, tan lleno. Amaba con locura a Sehun, y esto solo le daba una pequeña esperanza de que tal vez, Sehun lo quisiera de la misma manera. Veía una oportunidad de que Sehun dejara a su prometida, y se quedara con él… con su hijo.

 

 

 

Tras una fuerte embestida, Luhan se corrió entre sus pechos, dejando salir un sonoro gemido que Sehun calló con sus labios. Un par de embestidas más y  fue el turno de Sehun, que liberó toda su cálida esencia en el interior de Luhan.

 

 

 

Apoyó sus antebrazos en la cama al lado de la cabeza de Luhan impidiendo que su peso cayera sobre este. Unió sus frentes tratando de que sus respiraciones se regularizaran. Después de unos segundos volvió a besar los pequeños labios, los cuales se amoldaban perfectamente a los suyos. Sentía que su erección volvía a crecer en el interior del castaño. Consideró una segunda ronda, pero para su mala suerte el teléfono sonó… y sonó… y sonó.

 

 

 

—¡Maldición!-

 

 

—Contesta—dijo Luhan sonriendo—Puede ser algo importante.-

 

 

—Más importante que esto—dijo mientras embistió a Luhan, sacándole un gemido ahogado—No lo creo.-

 

 

 

Luhan rio… un sonido que para Sehun, sonaba como música para sus oídos.

 

 

 

—Solo contesta.-

 

 

—No quiero separarme de ti—respondió Sehun, besando el cuello blanquecino del castaño.-

 

 

—Entonces no lo hagas.-

 

 

 

Y así lo hizo, sin separarse de Luhan, ni cortar la penetración. Se estiro un poco hasta que cogió en teléfono.

 

 

 

—¿Si, Joe? —dijo con su voz un poco más clara al recepcionista.-

 

 

Sé que no le gusta que lo interrumpan… pero lamento decirle que no pude retener por más tiempo a su prometida… en estos momentos acaba de  entrar al elevador… se dirige a su apartamento señor Oh.-

 

 

 

Fue más que suficiente para que su erección se esfumara. Salió rápidamente del interior de Luhan, sin escuchar un quejido departe del chico que estaba en su cama que lo veía confundido.

 

 

 

—¿Qué paso Sehun? ¿Quién era—preguntó observando como Sehun recorría como loco la habitación buscando su ropa.-

 

 

—Era Joe… Seohyun está subiendo el elevador… mierda… ¿Dónde está tu pantalón? —pregunto buscándolo bajo la cama.-

 

 

—Está por ahí—dijo señalando un pequeño sofá, cubriéndose inútilmente con las sabanas.-

 

 

—¿Qué haces ahí?... que no escuchaste… Seohyun viene ¡viene a mi apartamento! Si te ve a aquí tan de mañana va a sospechar—le dijo con el ceño fruncido—¡Cámbiate! —le grito haciendo que este se sobre saltara.

 

 

 

¿Por qué pensó que las cosas cambiarían? Claro que no lo harían. El solo era una aventura para Sehun, él amaba a su prometida. De otra manera no le hubiese gritado ni arrojado su ropa como histérico mientras se vestía. Tenía unas enormes ganas de llorar, pero no lo haría, por más herido, pisoteado y lastimado que estuviera no lo haría. No le daría ese lujo. Él se buscó eso.

 

 

 

Le dio la espalda al loco que  tenía por jefe y rápidamente se cambió. Cuando estuvo listo, Sehun prácticamente lo cargo hasta llegar a la puerta trasera que conectaba con las escaleras en el Pent-House. Seohyun se había tardado en llegar, de seguro Joe había detenido el ascensor para darles más tiempo… ¡Ah! Siempre el buen Joe ayudando al bastardo de su inquilino favorito.

 

 

 

—Nos vemos mañana en la oficina—dijo un tanto alterado el rubio, mientras miraba la puerta de la entrada.-

 

 

—No creo que pueda ir. Necesito descan…-

 

 

—Correcto, tomate el tiempo que quieras—le dio un frio beso en los labios—Adiós.-

 

 

 

Y prácticamente le cerró la puerta en la cara. Lloró, mientras bajaba las escaleras hasta el próximo piso, lloro. Lloró como un niño pequeño. Había confiado en que todo se resolvería, pero no. Sehun seguía siendo el mismo bastardo prometido. Y él… el juguetito con el que se divertía.

 

 

 

Cuando llegó a la recepción, Joe le decido una sonrisa de disculpas. Al ver la cara que llevaba Luhan, no lo pensó dos veces y le consiguió un taxi. Pero este declinó la oferta. No quería llegar a su departamento y hundirse en el. Primero se hundiría en las calles.

 

 

 

Caminó hasta el parque más cercano, importándole una mierda si lo veían llorar. Ya no le importaban las miradas curiosas sobre él. Se acomodó el abrigo para mantener el calor un poco más de tiempo, y se sentó en una de las bancas del parque cerca de un árbol que se parecía a los del cerezo.

 

 

 

Ahora sí que estaba jodido. No tenía a nadie más en la vida. Solo a su pequeño angelito, que no tenía la culpa de nada. Tenía que encontrar otro empleo, quizás debería irse de Seúl e intentar en otro lugar. No podría quedarse por mucho más tiempo cerca de Sehun. Le dolería verlo con ella. Además estaba el hecho de que su vientre crecería y no podría ocultarlo más.

 

 

 

Mientras indagaba más en los rincones de su cerebro tratando de buscar una solución y tratar de parar de llorar, por el rabillo de su ojo observó que alguien se sentó a su lado tendiéndole un pañuelo.

 

 

 

—Mi padre decía, que a los niños bonitos, no se les debe hacer llorar—dijo Choi Minho con su característica sonrisa.-

 

 

 

 

Notas finales:

¿Alguien más me acompaña a linchar a Sehun? ¿No? ¿Nadie? ok ._.

 

Bueno me linchan a mi por tan pesimo Lemon xDD spy un asco escribiendolo... peor para los dialogos xDD pero prometo mejorar :)

 

Segun Word son 20 paginas ;u; así que es el capitulo más largo que he escrito :) -a nadie le importa- ¡Me aprendi el Lenguaje de Señas -el abecedario claro- xD

 

ashvsfkhsdvhsg ¡Puto! ... Minhot llego al rescate ;u; ... me preguntaba si pasaria algo entre el doctorcito y la cierva 7u7 así que ya veremos

 

aquí les dejo unas fotos sensualonas de la rana 7u7

>Aqui<

y

>Aqui<

 

Espero que les haya gustado el cap :) nos leemos en la proxima... al rato les caigo con el nuevo fic titulado... "The First Snow" o "That Handsome and Beautiful Bastard" no se que titulo ponerle ;-;

 

Nos leemos en la proxima bay!

 

>u< XOXO y pure gay love para todos >u<


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