-¿Así que te suelen echar a menudo de clase?-pregunto Kikei
Los habían situado a cada uno a un extremo de la puerta.
Shi se mantenía impasible, no pensaba dirigirle ni una sola palabra a esa alimaña.
-Usami,Usami, Usami…-llamaba repetidas veces
-Cállate de una vez , cansino-estalló finalmente Shi
-Bien, puedes hablar-sonrió triunfante Kikei-entonces responde a mis preguntas.
-No pienso hablar con el sujeto culpable de esta situación, todo esto ha sido tu CULPA- bramó mientras le latía una vena hinchada en la sien. Tras haber dicho esto volteo el rostro en la dirección opuesta a la que se encontraba Kikei
-Yo no te dije que gritaras-mientras hablaba poco a poco iba acercándose a Shi. Sin previo aviso agarro la muñeca de Shi y con la otra mano agarro su barbilla obligándolo a mirar hacia él-por otro lado, me gustaría hacerte gritar en otro tipo de situación.
-Tú…-no pudo evitar sonrojarse-¡No me toques! Bastardo, idiota, pervertido…-trataba de luchar mientras soltaba todo tipo de maldiciones, pero Kikei estaba ejerciendo una gran fuerza evitando que se liberara.
-Aunque digas eso, esto no dice lo mismo-paso su dedo índice por la comisura de los labios de Shi-me están provocando…
-¡¿Qué te están provocando?!-el nivel de enojo de Shi había alcanzado su límite, con todas sus fuerzas consiguió empujar a Kikei apartándole de él y haciendo que perdiera el equilibrio quedando sentado en el suelo-¡y una mierda te están provocando! Ponme otra mano encima y te aseguro que será lo último que hagas.
-Jejeje
-¿De qué te ríes ahora lunático?-pregunto un extrañado Shi, empezando a retroceder y alejándose de él.
-No creía que fuera posible pero ahora me gustas más-decía esto mientras se reincorporaba poniendo una rodilla en el suelo e impulsándose para ponerse de pie-Definitivamente, tú serás mío-declaro.
-Estás loco-una alarma de peligro sonaba en él, obedeciendo a sus instintos empezó a correr lo más rápido que pudo procurando desaparecer del campo de visión de Kikei.
-Bueno esto se hace interesante, si quieres jugar al gato y al ratón jugaremos-tranquilamente se dirigió en la dirección que había tomado Shi.
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Ya no sabía cuánto tiempo había estado huyendo y además de que ahora se encontraba perdido. Siendo el primer día de clase no conocía muy bien el edificio. “¿Por qué demonios ocurre esto el primer día de clase? Un pervertido y un lunático, no tengo ganas de lidiar con el hoy” se quejaba en sus pensamientos Shi.
Se encontraba escondido debajo de las escaleras que daban a la biblioteca
-Hola-escucho una voz a su lado
-AHHHHHHHHHHHHHH-no pudo evitar soltar un grito
-Oye, soy fea pero no para tanto, tengo tu misma cara-se quejó la voz
-Ah, eres tú Sei-suspiro de alivio Shi
-¿Quién sino?-sonrió-mira te dejaste tu mochila en el aula te la he traído, ya que es la hora de almorzar supuse que tenías hambre.
-Gracias hermana-empezó a comer el almuerzo, mientras la conversación seguía.
-Sabes la profesora los está buscando, cree que fue algo dura y está preocupada porque no os quedasteis. Aunque si no volvéis antes de la última hora tendréis una buena reprimenda.
-De acuerdo, es una profesora extraña, normalmente ¿no estarías más enfadada porque tus alumnos te desobedecen?
-Supongo, creo que es algo estricta pero amable-supuso la hermana - ¿Y a todo esto aún no me dices que haces aquí?
-Es algo complicado, pero te prometo que te lo contare.
-Lo entiendo, pero sabes que si necesitas algo aquí estoy hermanito.
-Lo sé-lo sabía desde pequeño había sido así: ella lo protegía y cuidaba y él la protegía y la cuidaba, tenían muy buena relación, raramente se peleaban era todo lo contrario. En cambio, en muchas ocasiones los hermanos se hacían rabiar todo el rato, pero es sólo eso peleas de hermanos que por muchas pillerías y jugarretas que se hagan seguirán queriendo a sus hermanos.
Pero Shi no quería involucrar a su hermana en eso, no sabía de qué era capaz aquel chico y lo peligroso que podría llegar a ser.
-Usami-su cuerpo sintió un escalofrió cuando sintió a esa voz llamándolo, “oh no me he quedado demasiado tiempo en el mismo sitio” –Gracias hermana de nuevo-le dio un beso en la mejilla-iré lo antes que pueda a clase-dicho esto recogió su mochila y salió corriendo sin lo más rápido que podía sin rumbo, mientras oía cómo se acercaban cada vez más cerca las pisadas de la persona con la que no quería lidiar. Finalmente abrió una puerta que lo llevo a la azotea “demonios, fui descuidado”
-Lastima, me estaba divirtiendo con este juego, pero aquí se acaba ratoncito-dijo Kikei desde la puerta.
-Tu ale…-retrocediendo sin mirar, no se dio cuenta de que había un tubo tirado y tropezó con él provocando que tirara la maleta y él se cayera. Shi ya estaba listo para recibir el impacto, cuando se extrañó de no sentir el suelo, sino algo blandito debajo de él.
-¿Estás bien?-pregunto un adolorido Kikei
-Esto…si-respondió un extrañado Shi, no podía creer que ese sujeto le hubiese ayudado.
-Me alegro-sonrío- aunque esto no me incomoda ¿podrías levantarte?
-Oh si lo siento-dijo aun confuso-Tengo que recoger todo esto-dijo al ver que todo el contenido de su mochila regado por el piso de la azotea. Empezó a recoger todo, mientras Kikei le ayudaba.
-Gracias-agradeció sinceramente Shi a Kikei, que quedo flechado (si de nuevo).
-¿Así que puedes mostrar una sonrisa a alguien que no es tu hermana? Aunque no es la misma…-se le escapo
-Bueno…un momento ¿nos espiaste?
-Yo solo te estaba buscando a ti y los vi.
-Te lo advierto aléjate de ella-volvió a adoptar su postura defensiva por unos minutos se había olvidado que clase de chico era aquel sujeto.
Kikei no había escuchado esto último un objeto había captado su atención, era el último libro que quedaba por recoger, está abierto por una determinada página…
-¿Estás escuchando lo que te digo?-dijo un mosqueado Usami.
-No disculpa, sólo me pregunto qué clase de libro es este-al mostrar el libro se había abierto por una página que tenía una ilustración, era una escena de dos hombres en la cocina, uno de pelo plateado se encontraba de espaldas agarrando las caderas de otro de pelo marrón que estaba cubierto de nata batida por todos lados, menos en uno de sus pezones que era ocupado por la lengua del otro hombre. Además se apreciaba que el que estaba cubierto de nata tenía los ojos cerrados con expresión de éxtasis y un lazo rojo en el pelo.
“-Sólo cómeme-dijo un provocativo Suzuki”-leyó en voz alta Kikei
-Eso…-Shi estaba impactado ¿cómo había llegado eso a su mochila? Pero al fijarse bien se dio cuenta de que esa no era su mochila, era la de Sei. Recordando la discusión de la mañana tenía sentido, no había conseguido llevarse el manuscrito pero si el libro que le había pedido a su padre y al salir corriendo ahora no se fijó que maleta se llevaba.
-Esto no me disgusta, ya que significa que aunque yo te persiga no te va a desagradar tanto-mientras Shi estaba sumergido en sus pensamientos sin saber cómo estaba casi recostado en el piso, por intentar evitar el rostro de Kikei, mientras este al enseñare el libro de cerca se había subido sobre él.
-Oye tú-Shi volvió a la realidad-levante de encima mío
-No quiero, no creo que tenga tan buena oportunidad como esta.
“Retiro lo dicho de podría no ser un tipo tan malo” se retractó Shi en sus pensamientos. Ya estaba había sido atrapado.
La puerta de la azotea se abrió:
-Aire fresco…vosotros dos está prohibido subir a la azotea-la que había entrado era la profesora Hiyori-ahí que ver y yo preocupada por los dos.-Por cierto, acompáñame a mi despacho.
Obedecieron ya se habían metido en bastantes líos desde el primer día de clase.
-Aquí tenéis los dos, es una nota de que necesito hablar con vuestros padres, lo hubiese dejado pasar si solo hubiese sido los una cosa, pero hay ciertos comportamientos que no son adecuados en un colegio.
-Los sentimos- se disculparon los dos
-Sí, no os olvidéis de entregar la nota-tras una pausa continuo- Por cierto tomad-de su gaveta saco dos cajas que lanzo a los chicos.
Shi no puedo evitar lanzar un grito ahogado -¡¿Condones?!
-No puedo evitar que lo hagáis pero al menos cuidaros.
-Espera profesora, lo ha entendido mal-trataba de explicar Shi sin éxito
-Gracias nos serán muy útiles-agradeció Kikei
Es una broma verdad, debe ser una maldita broma, díganme que es una broma. Usami Shi, 15 años de edad, parece que hay un complot contra él y su virginidad.