Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sacrificio de silencio por RyoMoon

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola


Aqui el siguiente capitulo, lamento no haberlo actualizado antes, pero sucedieron muchas cosas que me impidieron hacerlo.


Otra cosa.


Se que muchos se preguntaran porque en este fic no he hablado mucho de Yukimura y Sanada, y la razon, es porque el siguiente fic sera precisamente de esta pareja (bueno, un trio entre Atobe, Sanada y Yukimura), tanpoco he escrito mucho de Hiroshi y Masaharu, pero pronto veran la razon.


Como pueden ver a este fic le queda escasamente un capitulo, asi que espero que en el siguiente capitulo me digan que otras parejas les gustarian, recibire toda clase de peticiones.


No mas excusas, mejor los dejo leer.


Prince of tennis le pertenece a Konomi Takeshi.

Sus brazos me sujetaron con fuerza, sus cabellos cayeron sobre mi frente, cerré mis ojos, mi cabeza estaba recargada sobre su mano izquierda y su mano derecha sujetaba mi cintura, mientras mis manos instintivamente sujetaron su camisa, tenía miedo, seguía pensando que era un sueño y en cualquier momento podía desaparecer.


-Renji, no tienes que sujetarme tan fuertemente, no me iré a ninguna parte-


-prefiero asegurarme de que no saldrás corriendo-


-descuida, no voy a huir de ti, porque no quiero estar lejos de mi gran amor-


-es extraño-


-¿Qué?-


-volver a escuchar de tus labios pronunciar “mi gran amor”-


-¿Qué tiene de raro?-


-no, nada-


Por un tiempo las cosas fueron de lo mejor, sin embargo en mi corazón aún existía algo de inseguridad, y lo digo porque no podía permitir que me acariciara mucho, instintivamente apartaba sus manos de mi rostro y cuando iba a abrazarme salía huyendo con alguna excusa tonta.


-Renji…-“¿puedo abrazarte?”


-¿Qué pasa?- “no te entiendo”


-nada- “¿estas evitándome?”


-bueno- “tengo cosas que hacer”


Cuando menos me di cuenta ya lo evitaba todo el tiempo, mientras estábamos en casa solía sonreírle un poco pero en la noche me encerraba en otra habitación o le decía que estaba muy ocupado con el trabajo.


Pasaron los días, inexplicablemente ese día cuando me desperté el desayuno ya estaba preparado, note que sus zapatos no estaban y sus cosas de trabajo tampoco.


Cuando llegue a la escuela lo vi, una maestra le estaba dando una carta de amor, lo digo por la etiqueta en forma de corazón, me enfade un poco, pero lo deje a solas.


-Ren… buenos días-


-buenos días Eita-


Extrañamente quedamos como buenos amigos.


-mmm, sé que no debería meterme, pero… Renji, estas siendo muy duro con el-


-¿de qué hablas?-


-no se todos los detalles, pero se lo que paso con Akaya hace años, aunque en las últimas semanas lo he visto trabajando duramente en buscarte y se esfuerza por consentirte y demostrarte cuanto te quiere, siempre recibe la misma negativa, lo evades-


-no lo estoy evadiendo-


-si yo fuera el, creo que lloraría mucho-


-¿Por qué?-


-bueno, es que si la persona que amo me evade y no me mira, me dolería mucho el corazón, lloraría mucho y me sentiría solo, y creo que al final terminaría pensando que no me quiere, o que todavía no me perdona-


-no digas tonterías-


-Ren, tú tienes un gran defecto y es que sin notarlo, por tu miedo o por algún pensamiento que te llena la cabeza lastimas a los demás, ten cuidado con eso-


-no me molestes, me voy-


Estaba enojado por lo que me dijo, que en realidad ni siquiera me detuve a pensar que podría ser cierto, no hasta que me di cuenta que realmente lo había lastimado mucho otra vez.


Cuando llegue a casa estaba vacía, no vi notas ni nada, tampoco un mensaje, y Akaya no me había esperado para regresar juntos a casa.


Sentado frente a la puerta del departamento de Niou y Hiroshi, sujetando sus rodillas


-Akaya, ¿Qué haces aquí?-


-yo… solo…-


Unas lágrimas cayeron en silencio, Niou abrió la puerta del departamento y se agacho para levantar a Kirihara, una vez adentro prendió las luces y lo llevo al sillón, al verlo llorar, comprendió que realmente estaba muy mal, demasiado triste, esta vez ni siquiera pronunciaba palabras.


-cuéntame, no puedo ayudarte si no me dices lo que está pasando-


-no lo sé, no entiendo porque me evita-


-Renji…-


-sé que lo lastime, lo entiendo, sé que me merezco esto, pero… no me mira-


-ya no sé qué decirte-


-he llegado a la conclusión de que ya no me quiere-


-es lo más probable, paso mucho tiempo antes de que se vieran de nuevo, quizá demasiado, puede que en el momento en el que volvieron solo haya sido la sensación de que volviste y que por eso debía quererte y en este momento quizá ya tenga la certeza de que solo fue eso, una confusión-


-…- “ya no me quiere”


-no llores, me duele verte así, somos buenos amigos, y prefiero verte sonreír-


Akaya pasó un largo rato llorando en silencio, hasta que finalmente quedo en shock, se quedó dormido y en ese momento se abrió la puerta.


-ya llegue-


-shh, está dormido-


-¿Qué paso?, ¿Por qué esta aquí?-


-parece que está teniendo problemas otra vez con Renji, se pasó toda la tarde aquí llorando, hasta que se quedó dormido-


-creo que ya es suficiente, iré a ver a Yukimura y le pediré que haga algo al respecto-


-¿tú crees que lo escuchará?-


-te puedo asegurar que escuchará más a Yuki que a cualquiera de nosotros dos-


Finalmente cuando volví a casa note que Akaya otra vez no estaba, no lo había visto en todo el día, así que no sabía nada, sonó el timbre y salí para ver quién era.


-¡Yukimura, Hiroshi, que gusto verlos!-


-si, a mí también me da gusto verte, Ren-


-pasen, en este momento no está Akaya pero llegará pronto-


-es normal que no esté aquí, está en mi casa con Masaharu-


-¿eh?-


-visita de amigos, ya sabes-


-bueno, entonces a que vienen, me imagino que no solo es una visita-


-tienes razón, queremos hablar contigo y saber ¿Qué te pasa?-


-Sanada ha platicado mucho con Hiroshi, desde el día en que vino a cuidar a Akaya, desde entonces las cosas iban más o menos, así que ya no estoy enojado con el pequeño demonio, pero tú, me decepcionas-


-un momento, ¿Por qué te expresas así de mí? si yo no he hecho nada malo-


-no has hecho nada malo, tan solo has sido frio con él, no debo meterme, no es mi intención, pero no quiero que te equivoques porque puede ser muy doloroso para los dos otra vez, somos amigos y no quiero verlos sufrir más, lastimándose-


-Renji, no queremos que te enojes, pero Akaya llegó ayer a casa hecho un mar de lágrimas y lo peor, tú no te diste cuenta, no es para que te sientas culpable, solo quiero saber ¿Por qué te portas así con él?-


-¿llorando?-


-es natural, si yo fuera el, habría terminado así desde hace mucho, no puedo creer que tenga tanta resistencia-


-¿Por qué no me dijo nada?-


-no puede, parece que no lo comprendes, cuando él te lastimo de esa forma tan dolorosa, perdió todo derecho de quejarse o preguntarte, eso es lo que piensa-


-sabes, no necesito que me contestes a la pregunta, porque la respuesta no es para mí, más bien es para ti, y para Akaya, así que solo tienes que pensarla-


-dile algo, que mientras tu escapas, nosotros lo vemos peor, Niou, se preocupa mucho por él, Yukimura se preocupa mucho por ambos, Sanada es duro pero sé que se preocupa por ambos también, si vinimos es precisamente porque no te entendemos-


-yo… no estoy escapando-


-¿estás seguro?-


-completamente Yagyuu-


-bueno, entonces solo tienes que decir cómo te sientes y que piensas, solo una vez, exprésalo para que él pueda entenderte y no siga así-


-yo sé que tú eres muy maduro, demuéstrame que lo que yo pienso no es una mentira-


-Yuki… mu… ra…-


-bien, te dejamos a solas para que tengas tu espacio-


En realidad no sabía que estaba haciendo mal las cosas, Eita me lo dijo y yo no quise escucharlo, no entendí que no era el único afectado, salí corriendo de casa, y ninguno de los dos estaba, entonces fui corriendo a casa de Masaharu, ese tipo siempre consuela a Kirihara, supongo que es porque ambos se enamoraron de personas frías y los dos se entienden mucho porque comparten problemas.


-¡Akaya!, ¡Akaya!, ¡sal de ahí!, ¡tenemos que hablar!-


Masaharu me abrió la puerta y vi a Kirihara atrás de él, su cabeza estaba agachada, y no pude ver sus ojos hasta que me acerque, estaban muy rojos, y tristes, lo tome de la mano y me lo lleve, su amigo no me dijo nada, pero sé que con su mirada me sentencio que si le hacía más daño, me destrozaría hasta el último de mis huesos por lastimarlo.


Cuando entramos a casa, lo lleve a su habitación, hasta ahora no había dicho ni una sola palabra, su silencio me asusta.


-Ren…-


-guarda silencio un poco más-


-está bien-


Cerré las cortinas y apague las luces, me senté junto a él en la cama, y tome su mano.


-tienes algo que decirme, no es así, dilo, por eso apague las luces, así tendrás más confianza y créeme que voy a escuchar todo lo que digas-


-tú ya no me quieres-


Su voz tan baja y quebrada me hizo saber que él lo decía muy en serio.


-no seas tonto, claro que te quiero-


-entonces… ¿Por qué ya no me miras?, ¿Por qué no puedo abrazarte?, ¿Por qué no puedo besarte sin que me dejes solo y me evadas?-


Parece que su voz se normaliza un poco.


-la verdad, es que tenía miedo, estaba tan ensimismado en mis pensamientos que no me di cuenta del daño que te hacia-


-¿miedo?-


-no te enojes conmigo, tenía miedo de que viniera el viento y te llevara lejos de mí, entonces volvería a pasarlo mal, no me di cuenta de que era justo lo que estaba logrando hasta que Yukimura y Hiroshi me lo dijeron-


-entonces, ¿me quieres?-


-claro que si-


No había terminado de decirlo cuando vi una sonrisa en sus ojos vidriosos, esa sonrisa, la conocí hace muchos años, era la misma sonrisa dulce, tierna que una vez me dijo que solo me la mostraría a mí, porque me amaba.


Bese su mejilla por un rato, el sabor salado seguramente provenía de su llanto.


Jale a Kirihara un poco hacia mí, y me deje caer en la cama, él iba a separarse de mí, pero no lo deje, simplemente continúe besándolo para que supiera lo que yo quería decirle.


-no puedo-


-¿Por qué no?-


-porque… quizá no lo merezco-


-por primera vez te diré algo que confieso me da vergüenza admitir, y no por otra cosa, sino porque eres menor que yo-


-¿Qué es?-


-algo que siempre tuve contigo, sin importar dónde fuéramos, si tú me tomabas de la mano, me sentía protegido-


-…- (sonrojarse)


-ven aquí, no me hagas esperar más de lo que ya te espere-


Sus dulces besos son algo que jamás olvide, incluso ahora siguen siendo cálidos, más que antes, lo extrañaba tanto, extrañaba su cabello, su forma de hablar, la forma en la que me miraba, porque solo cuando estoy con el puedo sonreír.


-¿te ríes de mis besos?-


-no, estoy feliz-


-Akaya, eres simplemente un tonto-


-¿Por qué?, ¿ahora que hice?-


-¿Cómo puedes sonreírme así?, honestamente nunca entendí tu amor por mí-


-¿Qué tiene de difícil?-


-bueno, la forma en la que nos conocimos no fue la mejor, muchas veces me dijiste que te sentías humillado por mí en el tenis, y aun así eras capaz de pronunciar lo mucho que me amabas-


-porque el tenis nos unió, gracias a él, pude pasar mucho tiempo contigo, y deje de sentirme solo, claro que tuvimos nuestras diferencias, éramos rivales, pero al final siempre me divertía estar contigo-


-y a mí me hacía muy feliz verte corriendo detrás de mí-


-¡eso es cruel!-


-no, recuerda, siempre terminaba volteando y esperándote con los brazos abiertos-


-sigues siendo el mismo- “mi chico dulce”


-y tu igual- “mi pequeño violento”


En realidad en toda la tarde no hicimos nada del otro mundo, solo hablamos y me dio muchos besos, observándolo comprendí que estaba cansado, que no había dormido en los últimos días, así que no le pedí nada.


-mmm, su rostro sigue siendo lindo cuando duerme-


-pero si no estoy dormido, acabo de despertar, nada más que me acariciabas y para que no dejaras de hacerlo no me moví-


-te burlas de mi- “travieso, ¿ahora qué hago?”


-te quiero- “no tienes que hacer nada”


Comencé a lanzarle una almohada, estoy nervioso y no sé qué otra cosa puedo hacer, esa mirada que tiene ahora está absorbiéndome, parece la de un playboy, y si me mira así, me sonrojare.


-evita hacer eso, si tienes miedo, solo pídeme que sea amable y te trate bien-


-¿Qué cosas dices?-


-vamos Renji, sabes que hoy no te escaparás- “te haré tantas cosas, como las que quepan en esta cabeza”


-¿de qué?- “eso suena amenazador”


-si te sigues haciendo el tonto, será más difícil tratarte bien, me enojare- “ni creas que puedes evitarlo”


-trátame… bien- “no puedo, y no quiero, bien sabes que estoy deseándolo”


-si- “te cuidaré”


La suavidad de sus manos toco mi rostro, me dio un beso mientras me recostaba en la cama, mi cabello fue acariciado con ternura mientras seguíamos besándonos, poco a poco fue bajando el cierre de mi chamarra, sus manos sujetaron mi cabeza para deshacerse de todo lo que le estorbara, el calor de su cuerpo es algo que jamás olvidare o confundiré, el aroma de su piel no ha cambiado.


-Akaya- “me sentiría triste”


-dime- “no digas esas cosas”


-no me vuelvas a abandonar, porque te buscare hasta debajo de las piedras y aunque tengas otro amor, te hare volver conmigo- “te abrazaré tan fuerte que no podrás soltarme


-posesivo- “si me perdiera, si me olvidará de todo, con solo verte otra vez me bastaría para amarte de nuevo


-porque eres solo mío-


No puedo explicar cuan feliz me sentí, en aquel momento nuevamente sentí la protección que solo él me podía brindar, si tenía miedo, dudas, inexplicablemente desaparecieron todas como si fueran copos de nieve, que se derritieron en mi cuerpo al sentir su calor, porque sus manos me acariciaron todo el tiempo, invadieron en lo más profundo de mi ser, debilitándome y extasiándome, la tortura de suplicar que no me hiciera esperar, esta vez ya no estaba, y al final, solo termine besándolo, hasta que me quede dormido, recargado en su pecho.


-Akaya Kirihara te amo-

Notas finales:

Nos vemos pronto, espero que les haya gustado.

No olviden comentar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).