-que sorpresa más grande, Jugram Haschwalth, la mano derecha de Ishida Ryuken, el soberano del reino Quincy, ¿a qué se debe su grata visita a Hueco Mundo Aizen-sama? – pregunto totalmente intrigado Aporro.
-Jugram será la mano infiltrada en aquel reino, comenzaremos con el norte, conquistando el reino Quincy, una vez con el dominio de este reino y la captura de sus monarcas pasaremos a por el reino humano, dejare para el último la sociedad de almas-
-eso significa Aizen-sama, que estamos aliados con estos quincys-
-no tiene que temer, octava espada, nosotros tenemos una alianza con Aizen-sama, nosotros los Quincy, aceptamos con la condición de enfrentarnos con los de negro. Nuestro actual rey está en contra de nuestros objetivos, por lo cual decidimos tomar cartas en el asunto-
-una rebelión, muy interesante- hablo Gin con su característica sonrisa zorruna. – pero… ¿Cómo podemos fiarnos de su palabra?-
-tan suspicaz Gin, pero la prueba necesaria ya ha sido dada, ustedes, mis espadas, pueden sentirse libres de confiar o no en ellos, pero la alianza está dada. Prepárense todos, en cualquier momento daré la orden de atacar-
Sin más que agregar comenzó a salir de la estancia. Seguido muy de cerca por el joven Quincy. Llegaron a las estancias personales de Aizen, este se sentó en su mullida cama mirando expectante al Quincy.
-padre me ha informado sus planes, está de acuerdo con todo los sucesos, pero se siente impaciente, desea cuanto antes la caída de los de negro- callo cuando su rostro fue apresado por las grandes manos de Aizen, atraído violentamente y besado sin delicadeza. Al inicio trato de oponer resistencia, más la fuerza que aplicaba sobre el delgado cuerpo impedía la liberación de este.
-qué hay de lo que me prometió-
-a padre no le interesa como, solo desea que los mate- Aizen sonrió mientras volvía a tomar los labios contrarios que se negaban a abrirse.
-veo que doblegarte a mi gusto seria en vano, tu lealtad y tu cuerpo están en total disposición para el- paso su mano sobre la nívea mejilla, para luego empujarlo- me tomare el tiempo que crea necesario, dile que no debe de alarmarse, cumpliré siempre y cuando el cumpla-
-tiene otra pregunta-el castaño solo lo miro expectante- la muñeca, ¿Cómo va el experimento?-
Aizen sonrió, avanzo hacia una pared presionando unos cuantos botones, la pared se abrió revelando el acceso a un laboratorio secreto. Con un poco de desconfianza Jugram se acercó al barandal, en el centro, dentro de un recipiente conectado a muchos cables, la figura de un delicado cuerpo resaltaba. Iba a abrir la boca para preguntar siendo cortado por el mayor.
-la gema sigue fusionada a su cuerpo, pero logramos su dominación total, solo esperamos el momento justo, puedes ir he informar que el proyecto de la gema está terminado- una mano se enredó en la fina curva de la cintura del Quincy, este frunció el ceño para diversión del castaño.
-no quieras propasarte conmigo, Aizen, yo no soy como los demás-
-lo sé, la mano de padre te cubre especialmente a ti- lo soltó- tienes un mes para arreglar todo en el reino, atacare y si aprecias a los tuyos, que no se interpongan.-
Con un murmuro, Jugram salió de la amplia estancia cual alma que se lleva el diablo. Debía regresar a su reino y comenzar los preparativos. Todo lo hacía por el… por
-su majestad-
Pov Renji
Un mes, llevaba un mes de casado y me sentía exactamente como cuando fui encerrado en la prisión, solo que ahora lo distinto era el lugar.
No dormía con Byakuya, de hecho, el mes que llevábamos con “pareja” apenas nos habíamos saludado.
Pero eso no había evitado que me fijara en él, si un completo idiota, a pesar de ser solo una sombra para él y pasar escasos momentos juntos no había evitado fijarme en esos orbes tan curiosos que poseía, ni mucho menos en esa mirada de resignación que siempre me mostraba. Pero debía admitirlo, de alguna masoquista manera el me atraía, aunque cada vez que abría la boca termina por querer golpearlo.
En el mes transcurrido había aprendido todos los gustos de mi esposo, su gusto por la comida picante, sus paseos nocturnos, su disgusto por las cosas dulces…incluso algunas sirvientas que simpatizaron conmigo habían terminado contándome algunas anécdotas.
También me comentaron la trágica muerte de sus padres. Alegaban que esa conducta prepotente y ególatra se debía a ello. Trate de que su historia no me afectara, pero termine teniéndole una extraña lastima.
Me encontraba paseando por los jardines, la verdad me gustaba salir a respirar un poco de aire libre, eran los escasos momentos en los que me sentaba a pensar en mi decisión. Era el consorte de la familia Kuchiki, pero me sentía como un prisionero. Bufe por lo bajo, seguí mi camino cuando el inconfundible aroma del incienso atrajo mi atención, lo seguí, salía de una habitación a la que no había tenido acceso en la semana que llevaba viviendo en mi “hogar”. No había nadie en su interior, por lo cual, más calmado ingrese, el decorado era sobrio, me acerque aún más, en frente había una foto, una foto de una mujer. Al inicio tuve que parpadear varias veces, esa mujer era igual a Rukia, demasiado parecida a ella. Pero ¿Por qué había una foto así en la mansión?, la mujer era hermosa, no podía negarlo, acerque una mano al rostro de la foto. Sentía cierta…¿tristeza?.
-¿Qué estás haciendo aquí? – di un respingo cuando escuche la fría voz tras de mí, sabía quién era, sonreía a medias forzadamente girando para encararlo.
-solo salí a dar un paseo…-
-eso no responde a mi pregunta, ¿Qué hacías en estas estancias? Creí haberte dejado en claro que no tenías autorización para entrar aquí-
-mis disculpas, querido esposo- escupí las palabras- no volverá a ocurrir- me dirigí a la entrada con toda la intensión de salir, cuando su mano me retuvo- no busques problemas sin motivo, limítate a cumplir tus obligaciones-
Solté una risa sarcástica.
-¿Qué obligaciones? Dime Byakuya, ¡que obligación debo cumplir! Ya ni se por qué demonios estoy en esta maldita mansión, tú te la pasas todo el día metido en este lugar, ¿Qué es lo que haces? –
-eso no te incumbe, tú solo debes obedecer a lo que yo te diga, esa es tu obligación-
-¡y un demonio con ello!- Salí lo más rápido que pude de ese lugar, sentía tanta impotencia, caminaba tan rápido que no me percate de mi camino y termine chocando de lleno con una figura mayor.
-he Renji, deberías andar con más cuidado, mira que con la fiera que vas hecho espantas al personal-
-Kouga-san, disculpe mi distracción, no era mi intensión el-
-no tienes nada que explicar, sé muy bien lo que pasó, volvieron a discutir-
-no es como si fuera una novedad-
-debes ser paciente, Byakuya es una de las persona más intratable sobre la faz de esta tierra, pero debe tener un punto débil, solo debes buscarlo- paso un brazo sobre mis hombros en una muestra de apoyo.
-y ¿para qué me serviría ello? Solo deseo mi libertad- el negó con la cabeza, en resignación.
-el hablar ahora es un caso perdido, además estaba buscándote, tienes visita, así que más vale que quites esa cara de estreñido que te traes-
Sonreí ante su cometario, si no fuera por Kouga y Muramasa, no que sería de mí.
Camine presuroso a la sala principal topándome con la esbelta y pequeña figura de mi mejor amiga.
-Rukia…-llame captando su atencion, ella me sonrió.
-la señorita Ukitake solicito una salida por parte de ambos, esperaba que aceptases la invitación a-
-acepto, Ginrei-sama…si no es mucha molestia…-
-pueden ir muchachos, pero serán escoltados por la guardia personal del palacio-
-como usted ordene Ginrei-sama- respondí feliz, al fin después de un excesivo encarcelamiento podría salir.
Deje que ella me contara su vida como prima de Ukitake-san, se notaba la alegría en sus grandes ojos, al menos uno de los dos había logrado lo que quería. Entre risas y unas cantas anécdotas, la tarde fue alejándose mas rápido de lo que hubiese deseado.
-Renji, dime la verdad, ¿eres feliz?- estábamos en la entrada de la mansión.
-¿a qué viene esa pregunta Rukia?-
-no…parecerá una tontería, pero te siento más apagado, menos cabezota y eso, es muy extraño-
-pequeña renacuajo!, estoy bien, no tienes que preocuparte por mí-la abrace con fuerza- sabes que quien se preocupa más soy yo, y soy feliz si tú lo eres también-
-Renji, serás baka, pero recuerda, si algo que aflige no dudes en contármelo-
-no dudes de ello enana, y ya anda que es tarde-
Con un suspiro de resignación ingrese dirigiéndome a mi habitación, otra tortuosa noche más en la mansión. No sé cuánto más podre soportar.
Pov Byakuya
Fruncí el ceño, indispuesto a retractarme.
-Nieto mío, ya ha pasado un mes, no puedo seguir posponiendo la fecha, debes de hacerlo, te guste o no, ya estas casado con él, solo debes dar el siguiente paso-
-no es tan simple abuelo-
-pues, tendrás que hacerlo ver así, porque se está acabando el tiempo-
-pero, jii-sama…-
-no hay peros que valgan Byakuya, pon también de tu parte, ahora retírate, tengo algunos asuntos que atender-
-como órdenes-
-y Byakuya, recuerda, que estas en un matrimonio, trata de asimilar lo que ello significa-
Salí del despacho, la discusión con mi abuelo solo daba luces a lo que yo ya me esperaba, el clan quería un nieto ya, pensativo comencé a recorrer mis jardines, el sonido de unas risas llamo mi atencion, me acerque guiado por el sonido, en el comedor principal se encontraba Kouga, su esposo e hijo y Renji comiendo amenamente, compartiendo risas. No podía imaginarme en una escena similar, simplemente no es lo que yo deseo.
Como era ya una costumbre desayunamos juntos, pero era como si cada uno estuviese de su lado. Dos perfectos desconocidos.
-wao, creo haber visto mejor ánimo en un cementerio- la cantarina voz de Kouga irrumpió en la sala- Renji, Muramasa Raki y yo saldremos a pasear al reino, nos preguntábamos si nos quisieras acompañar-
-claro que-
-no- irrumpí tranquilamente
-se lo preguntaba a Renji, sobrino, no a ti- levante la mirada enfrentado la de mi tío.
-por favor, Kouga-san, no se moleste en tratar de razonar con mi esposo, vaya sin mi- Renji mostro una de sus sonrisas fingidas, Kouga no mu convencido salió dejándonos solos.
-al menos si no puedo salir contigo, soy un ser humano, déjame salir con aquellos a los que al menos les interesa el hecho de que respire-
-Renji….-
-oh, no deseo molestarlo más, sé que usted es un hombre muy ocupado, me voy a recluirme en mi habitación-
-Renji…perfecto, si tanto deseas salir, así será, vístete adecuadamente iremos a una reunión de negocios, tienes 20 minutos-
Una extraña sonrisa se formó en sus labios y rápidamente se perdió tras el tatami. Por más que trato de llevar esta falsa me es imposible y tener que discutir todos los días con Renji no ayuda en lo absoluto, ¿en qué encrucijada me he ido a meter? Nada parece avasallarlo, con un alma indomable se muestra siempre ante mí, pero sé que es solo un caparazón por dentro está desquebrajándose, tal vez tanto como yo.
Estaba por subir al carruaje cuando su voz se hizo presente.
-¿no pensabas dejarme?-
-dije veinte minutos, pero después de todo…- llevaba un kimono negro con diseños en crema, el cabello recogido en una alta coleta dejando expuesto sus extraños tatuajes, no había forma de ocultarlos- veo que estás listo-
No dijo más durante el viaje, cada uno veía en direcciones contrarias, no cruzamos miradas hasta el momento de bajar.
-se lo que dirás, no tiene que preocuparte, no abriré la boca-
Ingresamos a la ancha estancia, había algunos reyes, señores feudales y demás figuras de importancia.
-oh, pero si es Kuchiki y que sorpresa más grande, nos honró con la presencia de su flamante esposo- hablo el Mayuri pasando de mi lado yendo directamente hacia Renji- había escuchado mucho de ti, no sabes las ganas de experimentar contigo que tengo-
-aléjate de el- ordene con firme voz recibiendo un bufido como respuesta.
-pero hay que ver, Byakuya-boy está a la defensiva con su pareja- Yoruichi hizo acto de presencia pasándole un brazo por los hombros a Renji- ¿será que al fin lograste penetrar en el frio y desierto corazón del Kuchiki?-
-eh…no…no se a lo que se refiere-
-oh bueno eso quiere decir que siguen en cero, con fuerza Renji, la esperanza es lo último que se pierde-
-bueno, que gran reunión la que se lleva aquí, pero lamento interrumpir, debemos pasar- Kyoraku nos llamó a una estancia privada, mire a Renji quien solo asintió y se quedó en su mismo lugar, no podía suceder nada solo por dejarlo un momento solo….
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