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Lindo Pandillero por Ashura

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Notas del capitulo:

Hola!
Esta vez no me demoré tanto :)

Un golpe, dos golpes, tres golpes…. ¿cincuenta golpes? ¡Ya había perdido la cuenta de cuantos golpes de cabeza se había dado contra el muro de su cuarto! Encontrar a Sasuke después de usar su afinidad y a sus amigos había sido francamente fácil, solo tuvo que mover un par de arbustos para encontrarlo, de eso ya había pasado una semana ¡una maldita semana! Y en solo esa semana su vida se había puesto de cabeza gracias a la presencia del Uchiha más cabeza dura de todo el puto continente.
Cuando los chicos lo encontraron podían darse cuenta a simple vista que el Uchiha no estaba precisamente en las mejores condiciones, era brutalmente obvio de hecho, tirado en el suelo con varios moretones de golpes en la cara y algunos otros que se vislumbraban bajo su rasgada camisa, los chicos no dudaban que había tenido una pelea aterradora, pero ninguno de ellos sospechaba lo que Naruto ya sabía… y grande fue su sorpresa cuando el rubio con una vena en la frente de pura ira pateo el cuerpo inerte del azabache en el suelo sacando un quejido mudo, pero que no logro despertarlo de su letargo, Shikamaru quien sorpresivamente sentía lástima por el chico se agacho para revisarlo, pero el rubio fue más rápido y tomó al Uchiha por la camisa y lo alzó acercándolo a su rostro.


- ¡Despierta maldito bastardo! – le gritó sacudiéndolo violentamente, los otros tres chicos lo miraban con solo un poco de terror.

El azabache comenzó a despertar, pues con todo ese griterío ¿quién no despertaría? Lo primero que enfocó fue el precioso rostro de ese chico rubio que conocía hace días ¿acaso si había muerto y ya estaba en el cielo?

- ¡Abre la boca grandísimo hijo de puta! – volvió a gritar. El grito le atravesó el cráneo como una bala.

- ¿Qué? ¿a qué te…. – apenas y abrió un poco la boca Naruto se acercó a peligrosamente a este, con este gesto Sasuke terminó de espabilar, pues tenía su corazón latiendo como loco, lo que hacía que le doliera el triple la cabeza. El rubio estaba cerca de su boca, y de pronto inspiró profundamente su aliento.

- ¡Lo sabía! – exclamó con ira - ¡eres un maldito hijo de puta! ¿Tienes una mínima idea de lo preocupado que he estado por ti? ¡Y estas aquí durmiendo la resaca del demonio que tienes! ¿Has estado de fiesta y ya? ¡Mientras yo te buscaba por toda la puta ciudad pensando lo peor! – el cerebro de Sasuke nublado aún por el alcohol apenas y podía procesar todo lo que el rubio le estaba diciendo, este al ver que el Uchiha aún estaba de lo más denso lo soltó dejándolo caer al suelo - ¡Olvídalo! chicos, hay que cargarlo, no creo que en su estado pueda caminar, lo cargare yo, Neji tú vas al frente, mantente alerta, Shikamaru y Nagato a los costados, no bajen la guardia, Nagato mantén tu sensor en 30 metros a la redonda, no te sobre esfuerces, ahora ¡Andando! - rápidamente todos tomaron posiciones, Naruto tomó a Sasuke en su espalda, este ya estaba inconsciente otra vez.

- ¿Cómo supiste que estaba borracho con apenas verlo? - pregunto Nagato.

- Ni puta idea, fue lo primero que se me vino a la cabeza, y después solo tuve que oler su aliento para estar seguro.

- Parece que tuvo un par de peleas interesantes. – dijo Shikamaru divertido.

- Si, las prostitutas con las que se acostó son temer si las haces enojar.

- ¿Prostitutas? – exclamó Neji - ¿cómo demonios lo sabes?

- ¡Ay, por favor! No pensaras que sus “heridas” eran de una pelea con otro pandillero, ¡son marcas de uñas y un par de cachetadas! Aunque no se confundan, esas chicas están acostumbradas a lidiar con los esbirros del bajo mundo, tienen un par de trucos entre sus atributos, además si su víctima esta borracha pues…

- Pobre tipo, hasta siento un poco de lástima por el… - dijo Shikamaru.

- Tienes mucha maldita razón en tenerle lastima Shika… en cuanto se le pase la borrachera voy a tener una civilizada charla con él. – dijo en tono sereno, lo que a los otros tres chicos les sonó a sentencia de muerte, y ahora si sintieron lástima por el Uchiha.

Con el peso muerto encima el camino a casa iba a tomar por lo menos dos horas, y los chicos no necesitaban ser adivinos para ver que su líder estaba particularmente preocupado, y tenía razones para estarlo, el plan que habían trazado desde que dejaron la zona norte no estaba saliendo como querían, y ahora el Uchiha era aparentemente expulsado de su clan y de su pandilla por alguna misteriosa razón, ahora temían que todos se iban a involucrar con el Uchiha más de que pensaban, cosa que no les agradaba mucho.

- Dejen de preocuparse tanto – dijo el rubio rompiendo el silencio.

- Pero…

- Ya sé que las cosas no están saliendo como queremos, pero sabíamos que podíamos tener ciertos desvíos, ahora, para tranquilizarlos les digo que no siento que la existencia de Uchiha Sasuke represente ningún peligro para nosotros, ni como equipo ni como familia, no quiero que se preocupen.

- Lo que tú digas jefe. – dijo Neji sonriendo, menos mal estaba al frente, así no le verían la sonrisa idiota que traía, aun después de todos los años junto al rubio, le seguía emocionando cuando este los llamaba “familia”

La llegada a casa fue tranquila… si por tranquila se refiere a toda la pandilla encima de Naruto preguntándole por su estado, por el estado del Uchiha, las razones de este para estar en un lugar como aquel y en fin, preguntaban hasta por el clima. Hinata y Konan tenían todo listo para tratar las heridas del azabache, pero para poder acostarlo en la camilla Naruto lo cargo de frente, a este punto Sasuke ya estaba despertando de nuevo, para encontrarse nuevamente con el rostro angelical del rubio, este al darse cuenta de que el borracho ya estaba despierto le dedicó una mirada burlona.

- ¿Quién es la damisela ahora, bastardo?

Cuando Sasuke se dio cuenta de la extraña y vergonzosa posición en la que se encontraba intentó zafarse de esta por todos los medios, para darse cuenta, muy sorpresivamente que el bajito y escuálido rubio lo sujetaba con fuerza, demasiada fuerza diría el.

- Quédate quieto imbécil, te voy a recostar en la camilla, ellas dos – dijo señalando a Hinata y a Konan – van a tratar tus heridas, insinúales o hazles algo y te arranco las bolas ¿quedó claro? – el Uchiha sentía el peligro en esas palabras, por lo cual solo asintió y Naruto relajó los hombros – ¡Chouji! – gritó

- ¿Qué pasa Naru? – dijo Chouji cuando llegó a la enfermería.

- Este bastardo tiene resaca ¡Para eso era el maldito caldo de pollo!

- Ya veo, definitivamente nunca fallas Naru. – dijo jocoso el gordito.

- En algunas ocasiones me gustaría equivocarme sabes. ¡En fin! Tráele el caldo de pollo, y sirvamos ya la comida, que me muero de hambre.

- Para que veas que yo también tengo mis presentimientos, te aparte una ración triple. – dijo alegre y al rubio le brillaron los ojos como a un niño.

- ¡Eres el maldito amo Chouji! – rugió de felicidad – y tu… - dijo volviendo a ver a Sasuke – me debes un par de explicaciones.

Volviendo al presente “las explicaciones” no habían sido más que meras excusas, “no renuncie, solo me tome un par de días de vacaciones, ¡todos necesitamos un buen follón de vez en cuando!” o “estoy haciendo una investigación especial que requirió apartarme de la pandilla un tiempo” e incluso el muy hijo de puta se había atrevido a decirle “¿por qué te interesa tanto? Nadie te pidió nada…” El muy bastardo no quería soltar prenda, pero no sabía que Naruto estaba más que consiente de todas las mentiras que decía y de sus miradas perdidas y melancólicas.

El azabache le había dicho que no tenía a donde ir, no podía recurrir a la casa de sus amigos ya que estos eran de la pandilla, no podía volver a la casa de sus padres por razones obvias, y la sola idea de ir a la casa de alguna de sus ocasionales amantes le daba escalofríos.

- ¿Te das cuenta de lo estrecho y limitado que es tu mundo? Para no tener a nadie a quien recurrir…

 

- No metas el dedo en la llaga rubio – dijo triste.

- Hay un lugar disponible en la casa…

- ¿tu cama? – el golpe que recibió en las costillas de verdad que le dolió – ok no, entendí, pero enserio rubio, no creo que mi orgullo aguante deberte más favores.

- No sería un favor si me contaras que putas te pasó.

- Buen intento rubio, pero mejor iré a dormir bajo un puente.

- ¿Si me acuesto contigo me lo dirías?

- No me tientes.

Finalmente Sasuke si se quedó en la casa del rubio, diciéndole a este que pagaría 5.000 yenes por cada día, así no se sentiría tan herido en el orgullo, pero seguía sin querer decirle nada sobre como termino borracho tirado en un bosque vuelto mierda y del porque había renunciado a ser el jefe de la pandilla.

- ¡Naruto! – llamó el azabache a gritos interrumpiendo las quejas mentales del rubio.

- ¿Qué demonios quieres?

- ¿qué tal si salimos esta noche? Acabo de recordar que me la debes. – dijo Sasuke con aire seductor, mientras a Naruto se le formaba una vena en la frente de ira, la cual ya se le estaba haciendo habitual.

- Si salgo contigo… ¿me contarás lo que realmente pasó? – dijo serio controlando las ganas de golpearlo.

- ¡Al diablo Naruto! ¿por qué quieres saberlo? ¿por qué te interesa tanto? ¡No pasa nada! ¡Yo quise irme y ya!

- ¡Precisamente porque sé que no es así de simple es que me preocupo!

- ¡Pues no te preocupes por mí! ¡No necesito que lo hagas! ¡Nadie te pidió que lo hicieras!

- ¡Pues lo hago! ¡Tú no me ordenas por quien sentir preocupación o no! ¿Por qué demonios no quieres que lo sepa?

- ¡Porque me moriría de vergüenza, sería un golpe directo al poco orgullo que me queda! ¡Mi padre me sacó de su vida porque me considera inservible, no quiero que sepas nada de eso! ¡Tú no sabes nada sobre el mundo de las pandillas!

El rubio estaba oficialmente harto de la actitud del azabache, ¡había intentado ser paciente y comprensivo! Pero definitivamente, tipos como Sasuke solo eran cooperativos a las malas, así que, con los ojos llenos de ira tomó a Sasuke de la camisa con fuerza y empezó a arrastrarlo, al Uchiha no le gustó el trato y haciendo uso de sus habilidades de pandillero intentó zafarse del agarre, grande fue su sorpresa cuando su maniobra no surtió ningún efecto e incluso el rubio le asestó un golpe en estomago que le impidió poner mucha resistencia, ahora sí que estaba confundido, ese tipo de golpes no eran comunes de un escuálido muchachito universitario, el rubio lo arrastro por toda la casa llamando la atención de todos los chicos, quienes ahora sí sentían algo de pena por el testarudo pelinegro, pero sea lo que sea se merecía todo lo que le pasase, Naruto había sido inusualmente paciente con él. El rubio llevó a Sasuke al cuarto blanco donde días antes había hecho el sello para encontrarle.

- Escúchame bien Uchiha – dijo mortalmente serio mientras lo arrojaba con brusquedad – Vas a pelear conmigo y vas a hacerlo como si quisieras matarme ¿entendido niño bonito?

- Pero… - dijo dudoso.

- No te contengas bastardo, usa tu afinidad, de cualquier forma trapearé el piso contigo, tal vez y hasta le dé la razón a tu papito.

Con esta última afirmación Sasuke vio todo rojo, era tanta la ira que corría en su interior que se olvidó que era Naruto quien le hablaba, quien se suponía era ajeno a su mundo de pandillas y afinidades, así encendió sus puños y se lanzó en un rápido movimiento hacía el rostro del rubio, pero este lo evadió con naturalidad y en cambio le dio una patada en la espalda que casi lo acuesta en el suelo, Sasuke saltó hacia atrás e inspiro aire profundamente, Naruto levantó una ceja ¿qué pretendía el pelinegro? La respuesta llego rápidamente ya que al exhalar hizo una enorme bola de fuego que se dirigió a Naruto, este sonreía de oreja a oreja, estiro un poco su pie y lo levantó rápidamente frente a la bola de fuego que venía hacia él, el resultado fue que la cortó en dos y ni una sola flamita pudo acercársele, pero no tuvo tiempo de reírse sarcásticamente ya que Sasuke no perdía el tiempo corría hacia él, el rubio se dio cuenta a tiempo para apenas esquivar un golpe al estómago, se estaba emocionando más de la cuenta, menos mal los sus 9 chicos habían llegado para presenciar la pelea y para detenerlo en caso de que fuera necesario. Por otra parte Sasuke estaba comenzando a volver en sí, pero aun así quería darle una paliza al rubio que lo había provocado, ahora que ya se había enfriado un poco quería que se tragara sus palabras, y por otro lado quería acorralarlo y preguntarle ¡¿todo este tiempo peleaba así de bien y nunca se lo dijo!? De verdad que quería quitarle esa sonrisa de la cara, pero cada golpe, cada llama y cada patada que lanzaba eran evadidas y devueltas, había recibido más golpes de los que pudiera recordar, ¿por qué el rubio era tan endemoniadamente fuerte?

- ¿Listo para hablar principito? ¿Por qué renunciaste a tu pandilla?

- ¿¡Primero dime quién demonios eres tu Naruto!? ¿y por qué demonios peleas así de bien? ¿Eres un pandillero? ¿Quieres averiguar algo sobre mi pandilla? ¿piensas hacernos algo? ¡De ser así no voy a decirte nada maldito idiota! –dijo desesperado, se sentía tan estúpido, traicionado y solo. Descompuso su posición de pelea en señal de derrota.

- No voy a hacerte nada ni a ti ni a tus amigos. – dijo el rubio suavizando el tono. Sasuke, por loco que le sonara, le creyó.

- No renuncie a nada rubio, de ser por mí nunca los habría dejado.

- ¿entonces qué pasó?

- Mi padre me mando a llamar el día que nos conocimos, dijo que un tema importante que debíamos hablar, que era delicado, tanto que incluso mi tío, mi hermano y mi maestro debía estar presentes, me preguntó que si pretendía quedarme jugando a las pandillas el resto de mi vida – Naruto abrió grande los ojos, sabía a lo que se refería - francamente no entendí su pregunta, ¿jugar a las pandillas? Desde que era pequeño mi padre recalcaba lo importante que era Taka para la tradición del clan, como no respondí nada me dio un golpe en el rostro y me dijo que mi mundo era muy estrecho, que tal vez y no había sido buena idea permitirme ser el líder de la pandilla, y que era un inútil, miré a mi tío y a mi maestro en busca de apoyo pero ellos tenían la misma mirada de mi padre, luego me dijo que me fuera, que no volviera hasta que mi mundo se expandiera, pero no tengo ni idea de lo que puede significar eso, estaba tan enojado Naruto, tan enojado, que como dijiste, me fui de fiesta esa semana y me acosté con cuanta prostituta me encontraba hasta que me encontraste, pensé…. Tenía la esperanza de que me ayudaste porque muy en el fondo sentías algo por mí, pero veo que me equivoqué, al parecer eres un pandillero que me engaño. – dijo derrotado.

- Estas equivocado Sasuke, yo ya no soy un pandillero, y si te ayude es porque vi algo en ti, algo que llamó poderosamente mi atención, y antes de que quieras echarte piropos, no fue tu carita de príncipe o tu actitud de chico malo.

- ¿Fuiste un pandillero? ¿Cómo te llamaban? ¿y qué demonios es eso de que viste algo en mí? – preguntó cada vez más confuso.

- El kitsune del norte, y los chicos que viven aquí conmigo son “mis nueve colas” Y en cuanto a tu otra pregunta, todavía trato de averiguar qué es lo que hay de especial en ti.

¿Sasuke estaba en shock, Naruto era el Kitsune de las 9 colas? ¡La puta que los parió!

Notas finales:

Gracias por seguir esta historia :D


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