Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La lluvia entre la Luna por -oOYUKI-NII-Oo

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

∞ Titulo: "La lluvia entre la luna"

∞ Autor:YUKI-NII.

∞ Género: Friendship

Ranting NC17

∞ N/A Haikyuu no me pertenece. Todo es de su gran autor, Haruichi Furadate

∞ Resumen: Y hubo un momento donde los truenos fueron demasiados intensos, donde descubrió el miedo de Hinata y quiso, pese a sus propias barreras, cubrirlos con música de jazz a todo volumen y sus ojos fijos. Para que Hinata dejara de temblar, para que su corazón dejara de traicionarlo pero más importante aún, para no terminar enamorado.

 

.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:. .:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.

 

Si te digo que la primera vez que te vi solo sentí miedo. De seguro harías una cara de fastidio, mirándome desde arriba, altivo, ajeno. Pero tus ojos no mentirían, podría darme cuenta que mi confesión solo será la reafirmación de lo que querías provocar ese día, con el inicio de la noche, con la intención de conocer a Kageyama, de medir el poder de los rumores que perseguían al armador rey. Nunca fui parte de tu plan. Está bien, tú tampoco fuiste parte del mío

.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:. .:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.

Set 2

.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:. .:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.:.

 

 

Flexiona las rodillas, levanta ambos brazos hacia enfrente. El sonido del silbato. La pelota viene hacia él, da vueltas sobre sí misma, atraviesa la red como un proyectil. Y corre moviéndose hasta el lado izquierdo, lo roza con la punta de los dedos, interfiriendo en su dirección mandándola cerca de Noya, que la intercepta, mirada afilada, sudor resbalándole por las sienes, pegándole la camiseta al vientre, jadea. La pelota se eleva.

r13;¡Buen recibimiento Noya-Sempai!

r13;Ojos al frente, no te distraigas Hinata

El capitán le pone una mano tras la espalda, el de cabellos naranjas asiente, retomando posición con el ceño ligeramente fruncido.

r13;Ossu

Sus ojos chocolate miran por los cuadros de la red, aquellos de color ámbar que escondidos tras cristales de aumento intentan ignorarle, a él, a su presencia, de obstaculizare las anotaciones, con una sonrisa muy pequeña y de malos presagios.

Corre en cuanto el balón es tocado por Sugawara, que con una inclinación hacia atrás lo eleva hacia el ace, Hinata siente el balón rozarle la mejilla, desequilibrarle la postura, y trastabillar hacia la izquierda, la mano de Kageyama le tira de la playera para evitar que caiga, sus miradas se encuentran, es un reciprocidad común entre ambos, de comunicación silenciosas, esa que se aprende de intercambiar pases y leerse en milésimas de segundos, las que hacen que sean un par formidable, dos demonios a la hora de anotar puntos para Karasuno.

La carnada le sonríe cuando la afilada mirada de Kageyama ya está lista para recibir el balón de parte de Tanaka, y Hinata corre, con esa fe ciega que solo se tienen entre ambos, seguros de que cuando sus alas se extienda y le elevan por encima de la red, el balón estará ahí, justo en su palma, para recibir el impacto, para marcar la diferencia.

Y es algo habitual, Asahi trata de detenerle, la luz que se refleja tras la espalda de Shoyo, le redibuja el aura, el castaño parpadea, Hinata es como una enorme ave. Por encima de las leyes de la física, con mucho corazón de león y con una determinación que se le inyecta a las venas a Karasuno. Un ingrediente que los hará campeones en un futuro.

La pelota impacta contra el suelo junto al silbatazo que la marca como un punto. Hinata cae, su rostro que coloreaba la victoria muta a uno de horror, manotea en el aire y grita, todos voltean a verle, como es que trata de cubrirse la cabeza, y cierra los ojos presa del miedo. Esta por chocar contra uno de los postes, Suga que se encuentra más cerca trata de evitar el golpe, una mano sobre su hombro empujándole hacia atrás, le detiene.

Una fuerte patada, y la red cae junto a Hinata.

Una mano tibia sobre su frente, voces a su alrededor, siente como alguien le mueve con cuidado y como otra persona, no distingue cual porque no sabe en qué lugar esta, replica para que le mantenga en la misma posición.

Abre con pesadez los ojos, la luz que se cuela a través de los ventanales estrechos, le obliga a cerrarlos de nuevo, siente como es que la piel de la mejilla le palpita, sus dedos recorren la zona, esta hinchada y duele.

Hace un ruidito de molestia, sintiendo unos dedos entrelazarse con los suyos.

r13;Hinata, ¿Cómo te encuentras? ¿Te lastimaste? ¿Quieres agua? ¿Puedes moverte?

r13;Suga, más despacio, una a la vez

r13;Pero Daichi r13;Replica el armador, haciendo una mueca, como si no pudiese creer la poca preocupación del capitán hacia su kohai, este parpadea y alza ambas manos en son de paz.

r13;A lo que me refiero, es que fueron demasiadas preguntas a la vez, quizás está un poco confundido y solo lo estamos agobiando mas. r13;Suga entonces cambia su expresión, con las cejas levemente arqueadas y los labios apretados, asiente, devolviendo su atención al de cabellos naranjas que cubre sus ojos con su antebrazo

r13;Noya-San ya viene con Takeda- Sensei,  al parecer en la enfermería no había nadie, así que Kyoko-San y Yamaguchi se han quedado con Tsukishima.

r13;Bien r13;su capitán asiente, arrodillándose junto al más pequeño, que tiene la cabeza en el regazo del antiguo armador, coloca con cuidado su palma sobre el antebrazo de Hinata, para levantarlo, escudriñándole el rostro, se ve pálido y desorientado. Parpadea un par de veces antes de gritar y sentarse de improviso r13; ¡Hinata!

r13; ¿Qué…que pasó?  r13;Lleva una mano a su frente, doblándose repentinamente sobre sí mismo y haciendo una mueca de dolor, su vientre esta rígido. Y acaba de escuchar algo sobre enfermería y Tsukishima.

r13;Ten más cuidado, no sabemos qué tan lastimado estas idiotar13;Kageyama, de brazos cruzados le mira desde arriba, esta ofuscado, la pequeña carnada siente un escalofrió en su espalda ante los oscuros ojos clavados en el.

r13; ¿Hinata, puedes levantarte? r13;Suga, con voz suave y caricias sobre sus brazos, le mira. El de cabellos naranjas se apoya en el suelo para incorporarse, un nuevo mareo, el peliblanco le sostiene antes de caer.

r13;Lo siento, yo…Mis piernas no me responden bien. r13;Susurra, al sentir como es que las rodillas le tiemblan y los músculos de la pantorrilla están tensosr13; ¿Qué fue lo que paso Sugawara-San?

El de cabellos grises le mira antes de girar el rostro hacia su capitán que asiente, como si le permitiera dar una mala noticia, algo que Hinata de todos modos sabrá tarde o temprano.

r13;Cuando estabas por chocar contra el poste Tsukishima lo ha pateado, al ver que no caía le ha empujado contra su peso, creo que fue ahí cuando te alcanzo a rozar la mejilla, él trato de que cayera al lado contrario de tu trayectoria, al parecer se ha dislocado el hombro, aún no estamos seguros.

Hinata inclina levemente su cara hacia la derecha, como si las palabras no terminaran de llegarle al cerebro para procesarlas, comienza a reír casi histérico mientras murmura “esta bromeando cierto” pero nadie lo niega, y ahora si la carnada se levanta a pesar del tirón que siente en los muslos y de la llegada de Takeda-Sensei que le retiene para inspeccionarle la cabeza, está ansioso y desesperado por llegar a la enfermería, su pecho esta agitado y el maestro siente que esta perdiendo el control de la situación, cuando Hinata intenta por tercera vez seguir su trayectoria al final del gimnasio.

r13; ¿Quieres detenerte por un segundo, idiota? Te están revisando y no ayudas.

Kageyama, se interpone en su camino, tomándolo de los hombros, obligándole a retroceder, a que vuelve a sentarse en la banca, Tanaka contribuye, regañándole, tratando de asegurarle que el cuatro ojos está a salvo en una camilla y que no se moverá de ahí, al igual que él, hasta asegurarse que todo está bien.

Hinata, con los dedos de Takeda palpándole la cabeza, metiéndose a través de sus hebras naranjas, se muerde el interior de la mejilla, para sublevarse esa necesidad que tiene de estar al lado del rubio que le rechazara, para asegurarle que no ha sido nada.

Yamaguchi aprieta bien las vendas para inmovilizarle el brazo, las pasa por el tórax y termina hasta el codo, como una medida de seguridad que se le ha enseñado en las clases de primeros auxilios que se dan en los campamentos de verano. Palpa por segunda vez la zona a inflamada y cubierta de ungüento, ha sido un alivio, sentir todo en su lugar, sin desgarres y fracturas, solo el susto y el golpe.

El de pecas aún no puede entender, algo que paso demasiado rápido. Un acto impulsivo que no se esperaba de su mejor amigo. Se incorpora, Tsukishima esta recargado contra la cabecera metálica de la camilla, no tiene puestos los lentes y se mira agotado.  Yamaguchi sabe que nadie que no fuese él podría notar ese leve cambio en las facciones del más alto. Que trata de ocultarlo todo como un escudo contra el mundo, para protegerse.

A veces piensa que Akiteru-kun le hizo, sin pretenderlo, un daño irreparable a Tsukki, que le cuesta demasiado confiar en las personas, que no mantiene expectativas para nadie y siempre y cuando pueda pasar las pruebas no ambiciona la perfección. Con todo ese potencial desperdiciado, con su altura, su intuición, con su ingenio, resguardado en algún rincón de su cuerpo.

Yamaguchi, suspira con pesar, encogiéndose un poco ante los ojos que le enfocan con dificultad.

r13;Yamaguchi, tráeme mis audífonos. r13; El rubio se pone los lentes justo para ver como el de pecas asiente rápido y sale de ahí.

Tsukishima, deja caer su cabeza hacia atrás con cansancio. El hombro le duele más de lo que está acostumbrado a soportar, aún así no se quejara.

Cierra los ojos, tratando de distraer su mente, de ignorara su sistema nervioso que sigue mandado señales eléctricas a su cerebro sobre la zona afectada. Pero cada vez que lo hace puede ver a Hinata con su caída libre directo al poste, su gesto de miedo y resignación mucho antes de sentir el impacto y la sensación de un nudo en su estomago regresa.

Sabe que el poste alcanzo a golpearle, aunque no sabe cuán grande fue la magnitud de este, la mitad del equipo le rodeaba, obstaculizándole la vista, y brindándole los primeros auxilios, trayéndolo entre Tanaka y Yamaguchi hasta la enfermería, y Kyoko haciendo de enfermera improvisada.

Se masajea las sienes con su mano libre, apretándolas entre el meñique y el pulgar, tratando de apagar ese palpitar que le hace resonancia en todo el cuerpo. Su corazón permanece agitado.

Tsukishima, está irritado, con la cólera tiñéndole los pómulos y el rechazo fresco ante cualquier insinuación de que es una buena persona por haber tratado de salvar a la carnada. Tsukishima se repite que así no son las cosas, que sus actos fueron egoístas, como si hubiese querido crear una deuda de vida con el más pequeño, para molestarle cual pasatiempo favorito. Que fue un impulso desmedido, y que alguien tenía que hacer algo por ese enano.

El rubio, que apenas se cree sus propias fustigaciones, sabe muy dentro de él, que Hinata le dejo afectado la noche anterior, cuando le acorralo en una esquina y le grito lo insensible que era con una chica, que ninguno de los dos conocía.

Tsukishima, le permitió que gritara, que le lo tomara de las solapas del cuello para inclinarle a su altura, antes de darle un empujón y recordarle que ese no era su problema, que solo tenía envidia porque nadie se le había declarado. Hinata permaneció en silencio, pareciendo avergonzado de la veracidad de esas palabras y comenzando a tartamudear para decirle que eso no se trataba de él, sino del poco tacto que tenia para las chicas que habían reunido todo su valor para confesársele.

r13;No es mi culpa que no me gusten

r13;Pero sí lo es, el que las hagas llorar, deberías disculparte.

Y Tsukishima le vio, subir de nuevo a su bicicleta, algo tembloroso, como si no creyese que se había enfrentado a alguien 20 centímetros más grande que él.

r13;Como sea, nos vemos mañana Tsukishimar13;. Con la mano elevada, se despidió del rubio.

El rematador, aún no puede creer, esa personalidad tan simple que el de cabellos naranjas tiene, olvidándose de sus peleas en el gimnasio, para ir a reprenderle como si fuesen amigos y no solo compañeros de equipos. Tal vez fue por eso, porque casi nadie le enfrenta directamente. Que Tsukishima se quedo demasiado afectado, no, algo se le atrofio por estar tanto tiempo con Hinata que pensó que era una buena idea embestir un poste para que el otro no se golpeara la cabeza.

El sonido de la puerta corriéndose le hace extender el brazo, la música siempre ha sido su aliada en los momentos más difíciles, y si bien este no quiere calificarlo como tal, las trompetas acompañadas por la batería y el piano, son un signífero natural que su cuerpo necesita para poder descansar en paz.

r13;Tsukishima.

Pero no es Yamaguchi. Ese tono agudo de voz, la fuerza de las cuerdas vocales que se escuchan un poco roncas. Y la presencia que se siente mas pequeña, desconocida cerca de su espacio personal le hace girar el rostro y abrir los ojos.

Hinata está ahí, de pie, con una compresa fría sobre su mejilla y una sombra sobre su mirada. Rostro inclinado y hombros caídos. Hay algo en esa imagen que no terminar de encajarle con la que tienen en su mente del ruidoso de Shoyo Hinata, de esa carnada que profesa será el pequeño gigante, de quien le desafía en cada entrenamiento y le contesta los insultos. Algo ahí no está bien y eso solo le aumenta la molestia y la rabia.

Abandona la cabecera en la que se mantenía recargado, para bajar las piernas y sentarse recto, de frente al más pequeño y tomando impulso ayudado de sus talones, camina lento ante un Hinata que se encoje al notarlo. Pero el rubio no le enfrenta, le pasa por un lado y le susurra algo muy bajo. Haciéndole elevar el rostro de un solo movimiento, incapaz de darse media vuelta y detenerle el paso al más alto.

Tsukishima a terminado de salir de la enfermería, con el corazón en la garganta y chasqueando la lengua. Definitivamente Hinata le ha fundido un circuito de su cerebro.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).