En la guerra y el amor todo se vale, y ella estaba dispuesta a cumplir con esas palabras, bueno ya las estaba cumpliendo no había sido fácil, pero cuando alguien tan importante como el príncipe Vongola daba a luz, era obvio, que habría cierta tensión en el castillo, y de ahí el momento perfecto para atacar.
Desde que había llegado a Varia, sabía que la forma de ganar seria con paciencia, después de todo el que persevera, alcanza; sabía que Tsunayoshi Vongola de Arcobaleno, estaba en la ciudad, y este estaba apenas a días de dar a luz al pequeño bastardo de Reborn; espero pacientemente por ese día, y no pudo haber salido más perfecto.
Según sus infiltrados, los tres príncipes no quedaban solo nunca, salvo, cuando tomaban juntos su baño en sales perfumabas – Malditos mimados, nacidos en la realeza –
Pero gracias a eso, tenía una pequeña, pero perfecta oportunidad, infiltrarse en aquel lugar había sido un poco difícil, tomar a los príncipes por sorpresa no, y teniéndolos de rehenes, no hubo quien detuviera el paso de los secuestradores. Claro que la alarma se había disparado en todo el castillo, había sido divertido ver como a tres de los mejores pistoleros, les temblaba la mano a la hora de disparar, estúpidos que eran, igual los iba a matar, solo les daría una falsa y momentánea esperanza.
Aunque debía admitir que pensó que todo se iría a la basura cuando el Vongola entro en proceso de parto, estúpido en verdad – Pero valió la pena ver a Reborn suplicar que le regresaran a Tsuna, hasta pidió un intercambio, el gran Arcobaleno, a rodillas de un simple mercenario, solo por un doncel que lloraba por los dolores de parto.
Ahora los tenia aquí, todos asustado, como pequeños gatos; apenas los había encerrado Squalo y Hayato; habían ayudado al Vongola con el parto, y por el bulto en los brazos de este, no hubo mas complicaciones en el parto.
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Eres un malnacido – dijo Hayato, cuando le presencia de Yamamoto se hizo presente
Amorcito, no creo que debas hablarle así a tu esposo – dijo riéndose
Tú no eres nada mío; ya no –
¿Cómo puedes hacer? – Viendo - ¿Hacernos esto?
A pesar de todo lo que mi tío y tú han pasado yo te quería casi como un padre – dijo con lágrimas en los ojos Squalo
Aria miraba curiosa la escena, sabía lo que el moreno tenía pensado hacer, parecía que este no se había percatado del pequeño y redondeado estomago del peli blanco, sería divertido ver que pasaba, ella era madre y debería sentir algún tipo de compasión, pero la realidad era, que a la única que le tenía apenas un cariño era a su niña y su adorado caballero Gamma, el cual estaba segura que vendría al rescate de los otros dos príncipes.
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Squalo nunca había sentido tanto miedo en su vida, su tío- NO- Ese hombre no podía considerarlo su tío, era imperdonable que en algún momento fue parte de su pequeña y amada familia; sentía rabia, lo había sacado a la fuerza, su tío había intervenido y había recibido un golpe en la cara, estaba en shock, no puso más resistencia, Tsuna estaba aferrado a su recién nacido, y el, tenía miedo por el bebe en su vientre. En una oración silenciosa pidió a su amado que viniera por él.
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Hay que ir por ellos ahora – gritaba Xanxus – mientras veía a sus tropas correr de un lado a otro; después de todo; la seguridad había sido vil mente burlada en instantes.
Entiendo lo que sientes, pero debe calmarse su majestad – dijo Gamma, mientras apretaba sus puños.
No paso desapercibido por el moreno; pero lo que más le preocupaba era Reborn, el hombre no reaccionaba, no había dicho una sola palabra, desde que vio como su hermano sangraba y lloraba por el parto – Maldición – dijo – era aterrado pensar en el destino de su hermanito, si bien pudo haber sobrevivido, bien puede que no; los partos en los donceles eran peligrosos, y Tsuna, no era la imagen de la rudeza.
General –
Gamma volteo su vista al guardia –
Encontramos el rastro –
Habla y guíanos – dijo Reborn, mientras apuntaba con su arma a la cabeza del hombre que temblaba ante el aura oscura y llena de deseos de muerte que rodeaba al peli negro –
Y Xanxus lo sabía, después de él, a la persona que nunca debían hacer enojar era a Reborn Arcobaleno.