Habia una preciosa luna plateada, brillando con intensidad en el rostro de un palido joven, quien no pasaba por alto, ningun detelle de aquella hermosa arte.
- ¡¡SE—OR!!- escucho a sus espaldas un hombre de cabellera rubia ondulada hasta los hombros, de fino pero palido rostro y una penetrante pero radiante mirada dorada como la mielosa miel, le miraba con preocupasion.
- aqui estoy, Dant...- suspiro el ojiazul, cansado de su "compañero", desde la muerte de su amado Sebastian, habia estado trabajando en conflictos del "mundo bajo" o "segundo mundo", reinando como era debido y como su rango requeria, un verdadero principe, respetado y temido por todos y todas. Por ello necesitaba un "compañero" que le informara de todo, desde conflictos, hasta las rabietas de su tutor y padre, quienes solo se la pasaban "divirtiendose" a todas horas mientras cumplian con su deber.
El joven Dant, habia sido un demonio que le influyo en su vida desde que llego al infierno, aquel dia en que habia sido abandonado y su tio le habia encontrado, fue Dant quien le instruyo en como aprender control, fue Dant junto a su padre quien instruyo a sus hijos en control, confiaba en el rubio y el rubio le tenia afecto y respeto, mas nunca despegaba el ojo de su picaro superior quien buscaba evitar su deber a toda costa.
- llevo mas de cuatro horas buscandole, joven principe...- suspiro el rubio deteniendose a contemplar a su dueño, quien algo irritado le miro amenazante.
- ciel, solo Ciel...
- bien, Ciel... Le busca un joven en el salon principal, mas tendra mas trabajo ya que su majestad el Rey, decidio salir, mientras que su padre y tio salieron a acompañar al Rey...- murmuro el demonio algo emocionado, mientras el ojiazul chasqueaba la lengua con fustracion.
- pero que se creen, desde que comenze a cumplir con mis deberes ¡¡han dejado de realizar los suyos!!
- me temo su alteza, que usted se tomo libre, demaciadas generaciones mientras usted vivia al mando de los humanos fingiendo una vida normal, el trabajo se le ha acumulado mas de lo que debio, pues la veces que tanto su padre, tio y Rey, le habian estado visitando fue solo en el tiempo libre...-
- ese no es mi problema...- gruño el ojiazul caminando al interior del castillo.
El rubio contemplaba con alegria a su amo, el pequeño Ciel desde muchos siglos atras habia cautibado su alma, mas nunca se atrevio a confesarse por el doloroso y prohibido amor que tenia este con el azabache de carmesi mirada, pero sabia que aun siendo propiedad de otro con tan solo tenerlo cerca le bastaba.
Caminaron tranquilos por los majestuosos pasillos del castillo, el ojiazul meditaba en un caso al cual su hijo "Elle" le habia pedido ayuda en el mundo humano por medio de una carta, el ojiazul estaba feliz de saber que sus hijos aun siendo demonios le necesitaban, mas no podia decir mucho de mismo, su ser completo habia dependido toda su vida de Sebastian, luego de su padre y familiares, haora de familiares y el nuevo "compañero" no se encontraba en pocision de comparar, eran SUS hijos, SU sangre por lo que era obvio que tendeian parecido.
- ¿Ciel?- escucho una afeminada voz a sus espaldas, para girar su rostro enterrando el mismo en unos enormes pechos. -¡¡¡CIEL, MI QUERIDO SOBRINO!!!- sonreia una mujer de cabellera rojiza y mirada carmesi, carnosos labios del color de la sabrosa manzana y un fino rostro algo palido.
- M...Madame Red...- murmuro el joven, tratando de sacar su rostro del pecho de la mujer...
- ¡Ara! Hace mucho que no me dicen haci... ¿Que tal ha estado conde o deberia decie principe?
- sigo siendo un conde, en cualquier momento que regrese al mundo humano, seguire siendo el conde...- suspiro orgulloso frotandose el anillo de su amada familia. -¿busca a mi padre?-
- si...- sonreia la mujer.
- espero que todo salga bien esta vez, Tia Ann...- sonreia melancolico sorprendiendo la mujer.
- siempre te considere un hijo...-
- fue una exelente madre...- suspiro retomando su camino, mientras la mujer caminaba mas animada.
Hace unos años, que la famosa Madame, se habia demostrado en aquel mundo ante el ojiazul, su padre llevaba un relacion con aquella mujer, y en estos tiempos en los que se arrepentia de muchas cosas, trataba de brindarle el amor que debio a su hijo, y fortalecer el lazo que debio formar siglos atras.
Su padre se encontraba dispuesto a casarse con aquella mujer, la cual le amaba con devocion y locura.
No le molestaba, lo habia estado esperando, es mas en ocasiones se sorprendia a si mismo, imaginando que clase de vida feliz hubiera tenido, si su Tia hubiese contraido matrimonio con su querido padre.
- ¡¡¡¡SHIERUUUUUUUUUUU~!!!!- griro un rubio a sus espaldas haciendole girar de inmediato, para recibir aquella amada figura en sus brasos.
- ¡¡Alois!!- sonreia Ciel inhalando el aroma de su cercano demonio, y amigo.
- ¡cuanto tiempo!- sonreia el rubio acarisiando la cabellera azulada, para separarse y mirarle con afecto, mientras a sus espaldas, dos azabaches se mordian la lengua, para no separar a aquellos dos.
- Claude...- le miro serio ciel.
- Alteza...- respondio Claude recordando su lugar, mientras Ciel se desviaba al otro chico.
- y, ¿tu eres?- pregunto Ciel dejando atonico a los presentes.
- Dantalion, Dantalion Chamber...- respondio serio el de mirada carmesi, mientras el rubio jugeteaba a las espaldas del ojiazul, esforzandose por contener una carcajada. Mientras el ojiazul recordaba a su Sebastian.
- Dantalion Chamber...- murmuro Ciel con una expresion pensativa -¿como el Gran Conde, mano derecha del Rey, y dominador de mil demonios?- pregunto Ciel recordando el nombre de un antiguo pero respetado Conde en aquel mundo, mas el Conde tenia el Nombre de su Madre o Abuela, Dante Chamber ahora mejor conocida como Rachel Phantomhive su madre y madre de Sebastian.
- si, temo que quizas nos parescamos...- suspiro el azabache, ya que ese era su antiguo nombre, para luego ser un simple mayordomo, nombrado Sebastian Michaelis...
- imposible...- bufo Dant fijando su profunda mirada dorada en la mirada del azabache -El conde Dantalion, no tiene un olor a humano...- suspiro tornando su mirada dorada a una carmesi con toques violetas, sobresaltando al azabache y al rubio que le acompañaba.
- ¿Humano?- miro extrañado Ciel al joven Alois, quien no sabia que responder. - los humanos, deberan renunciar a la libertad si entran aqui...- murmuro melancolico -pero si deceas salvacion deberas salir y renunciar a lo que viste...- le miro amenazante, sorprendiendo al joven azabache, quien estaba acostumbrado a un trado confiable pero respetuoso de parte del joven, mas aquella mirada era fria y amenazante, la mirada que le daba a sus victimas y enemigos estando en el mundo humano, una mirada que jamas penso recibir pero si ver como era dedicada a otros.
- realmente me ha olvidado...- murmuro Sebastian, apretando el puño, y bajando el rostro mientras presionaba los dientes, -¡¡PRINCIPE CIEL PHANTOMHIVE!!- elevo la voz al igual que su rostro -YO UN HUMANO, REQUIERO DE UN CONTRATO CON USTED Y ACAMBIO LE DARE MI ALMA...- le miro determinado, haria pagar a su amado y orgulloso peliazul por haberlo olvidado, mas amaba con toda su alma al chico y estaba dispuesto a entregarsela tanto de una manera romantica como por un contrato, el habia renunciado a aquella alma que sirvio y amo con devosion, ahora el intentaria recuperarla por medio de un nuevo contrato.
- no me invocaste...- respondio en modo chibi Ciel -y no te dare el honor de ser la primer alma que devore, ya que al ser un demonio de mi rango no requiero de el consumo de almas para vivir como lo hago, gracias a ello mi poder es aunas elevado...- explico Ciel alejandose con una sonrisa, Al ver como el humano se decepcionaba.
- bien... Le ofresco mis servicios...- replico elevando el rostro una vez mas, recuperandose del evidente rechazo del menor.
- PFT, ¿que podria brindarme un simple humano como tu? He dicho que no deseo tu alma...- replico algo cansado y amenazante al azabache que no se rendia.
- vamos Shieruu~ no pierdes nada al dejar que se mate por servirte...- sonreia Alois.
-¿no seria mas interesante de ese modo?- sonreia burlon Claude.
- esta bien... Dantalion Chamber, estaras a mis servicios hasta que termines tus propocitos como un peón mas en este tablero, mas no requiero mucho de tu ayuda por lo que estaras bajo el mando de Dant...- suspiro acarisiando sus Sienes para relajarse, mientras Claude y Alois, hacian un esfuerzo de sobra por no explotar en risas, y el humano lo miraba atonico, cualquier rayo de anterior esperanza le habia sido aplastado y su supervisor le miraba con el seño fruncido.
- p...pero mi Señor, no necesito del humano para servirle correctamente...- tartamudeaba Dant, ya que el demonio odiaba a los humanos.
- es una orden, si el humano quiere tirar su vida por la borda, dejalo... Solo se pregunta una vez...- se detuvo nuevamente melancolico -mas no creo que dure mucho...es un simple humano, morira pronto... Dant, prepara el té para los invitados..- sonreia de lado continuando su camino, dejando atras a dos demonios riendo libremente, un demonio enojado y un humano atonico.
- si quieres que devoren tu alma, permiteme...- le miro Dant con la intencion de acabar su vida en aquel mismo instante.
- ¡¡No!!- sonreia Alois con tono autoritario mientras hacia un puchero -lo haces y da terminada tu propia vida...- murmuro sonriendo aun mas.
- ¿He?-
- vamos Sebastian, animate, ya estas aqui, ¿no es lo que querias? Ademas no pensaste que todo seria facil...- continuo riendo.
- ¿Sebastian?- le miro Dant sorprendido.
- ¿me dira que me aleje?- pregunto Sebastian irritado, suponia que el rubio se le declararia su rival, mas el chico sonrio aliviado.
- con que esta vivo, al joven principe le dara mas que alegria saber que esta con vida... ¿Por que no le dice quien es?
Flash back...
- bien, te llevaremos donde esta Ciel... ¡PERO!, lo haremos mas divertido... Tienes prohibido decirle tu nombre de mayordomo o decirle que eres "ese" Sebastian...- sonreia Alois, con Claude atras.
- pero...-
- ¿no puede?- pregunto Claude provocandole.
- ¡¡¡ES MAS QUE OBVIO QUE PUEDO!!!- se esforzo por sonreir el azabache.
- entonces esto te sera facil... Ademas que podria pasar, estamos hablando de Ciel.. Ciel Phantomhive, el demonio mas orgulloso en todo el universo...- sonreia victorioso mientras el humano tragaba en seco.
Fin Flash back.
-no preguntes...-
Respondio realmente irritado... En el trancurso de los dias habia pasado tiempo junto a su amo, quien le trataba sin misericordia alguna siendo un humano, le trataba como un inutil y una molesta carga, molestandole de sobremanera.
Mas en ocasiones sentia su amor hacia el menor, en algunas noches se quedaba contemplandole mientras dormia, notando como el menor se desvelaba, cosa que no entendio hasta que le vio llorando y gritando su nombre... Sentia dolor al ver a su amado sufriendo, mas le tenia rencor al tratarlo de la manera tan brusca y desconsiderada con la que lo recibia a diario. Le dolia ver a su amado sucumbido en un dolor causado por el, adoraba ver la forma en la que el joven sufria por el pero a la vez lo odiaba, se asqueaba de sus pensamientos incompresibles pero era algo que desde hace siglos no sentia.
- Dantalion.- le llamo con tono autoritario
- si, ¿Joven Principe?- respondio saliendo de sus pensamientos.
- prepara el té- ordeno el ojiazul.
- ¿no desea que lo prepare yo?- pregunto Dant ya que hace dias no se lo preparaba.
- no deja que el inutil lo prepare...- respondio el ojiazul, marchandose a su oficina.
- ¿le mataria decir que le gusta como yo se lo preparo?- pregunto sebastian, lo preparo para luego llevarselo a su oficina, y con una sonrisa de satisfaccion miro a su amo al ver como el ojiazul inhalaba conplacido el aroma del té.
- que diablos miras, regresa a tu trabajo.- ordeno arruinando su momento.
- ¡¡termine!!- sonreia entusiasmado un angel en lo mas alto del cielo.
- ¿esta seguro señor?- pregunto un angel de cabellera blanca y una mirada gris acompañado de un angel de cabellera azul y una mirada gris, quienes miraban atentos y sorprendidos a un angel de cabellera rubia, quien contemplaba sonriente y feliz a un joven durmiente de carmesi mirada y cabellera castaña.
- es perfecto, ¿no lo creen?- pregunto el rubio con una sonrisa a sus dicipulos, quienes lo miraron como un loco.
- Lord Tiazhe, ¿no cree que es peligroso dejar el mas alto mando de un angel a un joven que apenas se convirtio en angel?- pregunto el joven de cabellera blanca, llamado Percibal y su hermano gemelo Percy, quienes miraban preocupados a su lider quien habia pasado los ultimos meses entrenando a un humano demonio, quien misteriosamente al encontrarse en la guerra.
Alexander Michaelis, un humano, hasta ser adoptado por un demonio, un demonio hasta ser secuestrado por un angel, una victima de un angel, hasta ser liberado por otros, un simple ser, hasta convertirse en el nuevo tratado, una persona que mantendria el tratado entre angeles y demonios hasta convertirse en la salvacion de Tiazhe, quien necesitaba un sucesor, y quien mejor que el joven y mas reciente angel, quien a experimentado la vida en los tres mundos.
Su salvacion y unica salida para ir a los brasos de su amado hermano, esta vez lo haria bien. Estaria junto a la persona que mas amaba y procuraria arreglar su situacion.
- ¿esta seguro que quiere que el se convierta en su sucesor?- pregunto Percy
- estaran ustedes ¿cierto?, guienlo, les necesitara- murmuro el angel con una sonrisa.
- si ese es su ultimo deseo...- respondio Percibal.
- ademas, siempre le estaremos apoyando, aun convirtiendose en un angel caido...- sonreia con tristeza Percy.
- yo sere lo mas feliz estando a su lado... Ademas sere un angel noble, no creo que seamos enemigos, y no creo que Alex gobierne sin igualdad...-
- nos aseguraremos que lo haga bien...- se despidieron ambos angeles de su superior y mejor amigo, mientras este se marchaba con la sonrisa mas radiante que poseia.
1 Año despues...
- ¡¡TU!!- sonreia Teru esforzandose por sonar enojado a un demonio de cabellera rubia.
- ¿que pasa Onii?- pregunto mieloso el rubio.
- una vez mas te escapaste de mi cama, deberas pagar el precio y este sera extremadamente alto...- murmuro el demonio apricionando al rubio contra la pared. El demonio seguia buscando como avivar mas el fuego de su alma, desde el dia en que llego siendo un angel caido todo por el habia preferido hacer se el dificil para encender al demonio y aun lo hacia, por lo que las noches se tornaban apasionadas y algo violentas.
- ¡ARGH!, controlence estan en la salon principal...- les miro amenazante Ciel seguido por dos seres un angel y un cansado humano, pero quien sorpresivamente mantenia una radiante sonrisa sobre sus labios, habia cumplido un año al servicio del principe y aquel dia era el dia en que se convertiria en demonio nuevamente, lo habia logrado, finalmente haria recordar a su amo quien era en realidad.
- vamos Ciel, admite que se aman...- murmuro Vincent, seguido de una embarazada mujer el ojiazul al verlos corrio como un niño a recibirlos, en especial a la pelirroja quien embarazada contenia a su futuro hermanito.
- calma mi lindo Ciel...- sonreia la mujer con una vida mas brillante que nunca, al ser un demonio habia recuperado el derecho a consebir un niño y aquel niño seria del hombre que amaba, junto al hijo que siempre deseo tener y ahora la aceptaba como madre.
- bello petirrojo, ese niño sera destruido, apuesto que le consentiras como nunca...- suspiro con una sonrisa Aleister, entrando con cuatro shinigamis a su espaldas, quienes con una sonrisa se abalanzaron sobre el principe.
-Claro... ¡¡SUELTENME!!- respondio mientras forjeaba con los shinigamis.
- Amargado...- puchero Grell siendo jalada por un celoso William al vee como el pelirrojo guiñaba el ojo a sebastian quien se limitaba a mantener su secreto hasta el ultimo segundo, aseguraba que le daria un aque cardiaco a su amo al ver que al humano que habia estado maltratando era nada mas y nada menos que el demonio que mas amaba.
- felicidades Conde y Madame Red...- felicito Undertaker, sin separarse de Ronald, quien solo podia sonreir. Desde el dia en que Ronald le habia sido apartado de su lado, el Shinigami de cabellera plateada se habia visto a si mismo siendo sobreprotector con el rubio por lo que jamas se apartaba de su lado, al punto de retomar su trabajo como el legendario recolector de almas.
- es obvio que Shieruu~ sera un perfecto hermano...- sonreia Alois entrando de forma dramatica mientras era seguido por Claude quien traia consigo a ocho jovenes quienes corrieron a abrazar a ciel.
- padre lo hara perfecto...- grito Near enterrando su rostro en el pecho del ojiazul.
- claro...- afirmo Elle, mientras tomaba de la mano a un embarazado Light, y Beyond separaba al albino de su padre para cargarlo, Izaya y Shizuo solo sonreian mientras Mello y Matt paseaban saludando a los demas.
Detras de ellos tres demonios sollozaban al ver nuevamente a su amado amo, mientras los Hermanos Timber, Canterbury y Tompson solo miraban atentos todo el salon con una media sonrisa extraña en aquellos inexpresivos demonios.
- ¡¡pero es mi boda!!- puchero Teru tomando de la mano a Tiazhe.
- y la boda de Elle y Light, Mello y Matt, Near y Beyond, y mi Izaya junto a Shizuo...- suspiro Ciel, aquel dia tendria que dar la bendicion a muchas personas y luego convertir al humano en demonio, ya que en la tierra no se podian casar por la iglesia se casarian por la maxima autoridad infernal, la bendicion del futuro rey y mas respetado demonio, Ciel.
- entonces comenzemos...- sonreia Elle ansioso jalando a Light. Todo habia trascurrido como cualquier boda, la habian realizado en el salon mas grande de todo aquel Mundo, por lo que casi todos los demonios estaban contemplando aquella union, observados por tres angeles desde las alturas, uno miraba feliz la union de sus hermanos y otros miraban ansiosos la union de su antiguo superior.
Al finalizar, Sebastian finalmente contemplo el ritual para ser nuevamente el demonio que habia sido.
- Dantalion Chamber, me has servido bien, y como te lo dije anteriormente no requiero de tu alma, por lo que te convertire en mi sirviente eterno...- sonreia marcando al demonio con el pentagrama de su familia.
El azabache finalmente habia recuperado su forma, cerro los ojos con la esperanza de cuando los abriera encontrara a SU ciel con lagrimas en los ojos, con la esperanza de que el ojiazul se abalanzara a su lado solo para poseerlo y lamentarse del modo en que le habia estado tratando. Mas no recibio nada, mas que una sonrisa burlona.
- Bienvenido, Sebastian Michaelis...- sonrsia Ciel, dejando atonico al demonio.
- ¿lo sabia?- pregunto algo molesto el azabache.
- obvio...- reia el principe seguido de un gurpo de demonio.
- Bienvenido Padre...- sonreia Light, Matt y Shizuo.
- gracias... Ahora agame el cavor de decirme, ¿por que no me lo dijo?- pregunto el demonio con una mirada alto sadica y oscura.
- querias jugar ¿no?, yo simplemente te segui...- respondio Ciel, abrazando del cuello al azabache.
- A y ahora si me abraza...- le miro ironico, mas el chico solo sonrio, besandolo con profunda ternura, ambos se habian extrañado por lo que aun estando enojado el demonio no romperia aquel deseado beso.
- ¿no esperas que te pida perdon?- pregunto ironico Ciel a lo que le sonrio el demonio.
- pues entonces no lo perdono...-respondio Sebastian de inmediato.
- eres un maldito rencoroso...- le miro con una vena resaltando en su frente.
- y usted es demasiado Orgulloso...- replico el demonio, para luego sonreir y besar a su amado.
Un beso profundo y devoto, rebosante de amor y deseo, sin deseo de separaese permanecieron unidos rodeados de quienes querian, pero especialmente a quien tenian frente.
- te amo...- suspiro Ciel al separase con una voz quebrada y una mirada cristalina. -no sabes cuanto...-
- yo mas... Muchicimo mas...- respondio Sebastian conteniendo sus deseos de poseerlo en aquel mismo instante. -te amo...
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