Después de esa vez, mi aura se volvió totalmente oscura. No tenía ganas de comer, salir, hablar o respirar, lloraba como una magdalena. Apenas y me arreglabla; deprimido y todo, pero jamás desarreglado.
Todos mi amigos se preocupaban por mi y siempre que mencionaban a Seunghyun me echaba a llorar.
Key se enfurecia y decía que le rompería la cara por imbécil, pero yo lo detenía, no valía la pena.
1 semana después uno de los coordinadores me citó a su oficina, eso me sorprendió mucho, pero sólo era para decirme que uno de los alumnos necesitaba tutoría, así que accedí, de esa forma mi mente estaría ocupada y no pensaría en ya saben quien.
Estaba en el lugar y la hora acordada, esperando al chico.
-Hola. Si que eres puntual- dijo alguien a mis espaldas. Oh... no, esa voz. Rápido me giré.
-¿Que rayos haces aquí?- el sonrió.
-¿No es obvio? Soy el que necesita la tutoría- no lo podía creer, lo había hecho a propósito.
-Entonces búscate a otro, imbécil- hice el amago de irme pero me detuvo.
-Vamos Ji, eres el único que puede ayudarme ¿en verdad quieres que repruebe? Piensa en esto: mientras más rápido me gradue, más rápido te libraras de mi- tenía un buen punto, así que de mala gana acepte- genial, vamos a mi auto.
Llegamos a su casa, y... wow, si que era grande y hermosa. Entramos directo sin saludar a nadie. Nos quitamos los zapatos antes de entrar a su habitación.
Quede sorprendido, no parecía su habitación según lo que conocía de el. El piso estaba recubierto por una alfombra blanca realmente suave que me hacía cosquillas en los pies. Ya veo por que lo de los zapatos. La habitación estaba decorada en colores rojo, negro y blanco, perfectamente ordenada y olía a frutos rojos, mango y madera. Los muebles eran preciosos, habían una cama king size, instrumentos musicales, una mesa de billar, televisión de plasma gigante con todo un sistema sofisticado de sonido y varias consolas de vídeo juegos, libreros, un inmenso closet, en su escritorio habían 2 ordenadores, pc y laptop. Entre otras cosas.
-Bien... comencemos- dijo dirigiéndose al escritorio.
-¿Podemos hacerlo en el piso? Esta alfombra es muy cómoda- le sonreí tierno.
-Como quieras- ambos nos sentamos en la alfombra y sacamos los libros.
Ya me estaba frustrando, por más que trataba de explicarle no me hacía el más mínimo caso, sólo me miraba comiendome con los ojos y eso me molestaba.
Le hice un cuestionario para que me lo respondiera y ver que tan mal estaba. Lo terminó en 10 minutos y pensé que sólo había podido responder la mitad.
-¿Se supone que es una broma?- lo miré furioso- ¿para que me trajiste aquí si no tienes problemas con la asignatura?.
-Porque quería tenerte aquí- dijo simple.
-Yo me largo- estaba por pararme pero el me detuvo. Me sentó en sus piernas de espalda y comenzó a besar mi cuello.
-Aún podemos divertirnos- dijo entre besos. Quería reclamar, pero mi cuerpo dejó de responder.
-De...jame ir- dije tratando se sonar convincente, pero era imposible.
-Si no te gusta lo que te haré, prometo dejarte ir ¿de acuerdo?- lo medite unos minutos. Lo conocía y sabía que no me dejaría ir sólo con pedírselo, así que asenti- perfecto... ahora acuestate boca arriba.
-¿Que? No- me besó otra vez.
-Te prometo que te encantará. Vamos acuestate- obedecí. Con tan sólo su cercanía el lograba hacer añicos mi sentido común- así me gusta.
Seunghyun en un ágil movimiento se sentó encima de mi, específicamente en mi pelvis, pero sin recargar todo su peso, ya que la diferencia era bastante.
Se inclinó utilizando una de sus manos como apoyo y con la otra comenzó a acariciar mi cuello. Su expresión era de deseo y dulzura, cosa que me dio un poco de confianza. Acercó su rostro y comenzó a besar mi frente.
Estaba realmente abrumado, mi cuerpo empezaba a reaccionar, y tenerlo sentado sobre mi entrepierna no ayudaba mucho. Comenzó a descender sus besos hasta mi mejilla. Esto me estaba gustando, las caricias y los besos eran por demás placenteros, asi que cerré los ojos y me dejé arrastrar por el placer.
La mano de Seung abandonó mi cuello y se colocó en mi costado acariciando con los dedos. Oh dios... no se si estoy en el cielo o el infierno. Acariciaba mi abdomen, y de pronto con su dedo pulgar empezó a delinear en círculos uno de mis pezones.
-Ah...-gemi. Fuertes oleadas de placer comenzaron a golpearme en todo el cuerpo e incline mi cabeza hacia atrás- ah...- volví a gemir al sentir como apretaba un poco.
-Me encanta que seas tan sensitivo- pronunció en mi oído con su voz jodidamente sexy y comenzó a lamerlo.
Buscando más contacto con su cuerpo, restregue mi entrepierna con la suya y ambos jadeamos. Mi cordura ya se había esfumado dejandole el camino libre al placer. Podía sentir mi corazón desbocado, sangre hirviendo recorrer mis vasos sanguíneos y quemar todo a su paso. Este era el momento más sexy de mi vida y lo estaba compartiendo con Seunghyun.
-¿te gusta jugar así? Pues te daré algo mejor- paro todo movimiento. Se bajó de mi y comenzó a desabrochar mi cinturón, después mis jeans y los bajó hasta la mitad de los muslos. Se relamio los labios al ver mi ya más notable erección. Me puse rojo al instante, de vergüenza y excitación.
Volvió a colocarse encima de mí, pero esta vez acostado, erección con erección, y pude sentirla mejor, ¡Dios mío! Si que es descomunal. Metió una de sus manos dentro de mi boxer y masajeo descaradamente una mis nalgas. Comenzó a mover sus caderas simulando investidas.
-Ahh... a...ah...- gemia sin control. La fricción de la tela rasposa de su pantalón contra mi erección y la fuerza que ejercía en cada investida me hacía delirar de placer. Seung tenía la boca entre abierta, lo ojos nublados y entornados mirandome fijamente. Yo por otro lado no dejaba de gemir como puta, esto era jodidamente exquisito.
Me removí inquieto debajo de el, también quería tocar, así que me animé. Lleve una mano a su cabello enredando mis dedos en el y la otra a su pecho tocando lo que podía.
Siguió así por unos minutos hasta que sentí fuertes descargas eléctricas, ya estaba por venirme.
-Se..ung ahh... ya... ya... casi ter...ah...mino- le avise. El se detuvo y lo miré confundido.
-Aún no...- empezó a quitar mi camisa de una forma muy lenta y desesperante, la arrojó en algún lugar y con su mirada me iba detallando- Ji, eres precioso.
Se levantó un poco y me giró de forma que quede boca abajo. El se sentó en mi trasero y comenzó a acariciar todo mi espalda ejerciendo un poco de presión en mi cintura. Se inclinó hasta la altura de mi nuca, comenzó a lamer y dejar besos húmedos subiendo por mi oreja y volviendo bajar. Repetía la acción en mi hombros y omoplatos donde mordió, bajo por la línea de mi columna vertebral y volvía a subir.
Yo mientras tanto gemia, el placer era demasiado, casi no podía soportarlo. Seung deslizó mis jeans junto con los boxers dejandome totalmente desnudo.
Tenía sus manos en mis mulos y comenzó a masajearlos por todos los lugares hasta llegar a mi trasero, lo abrió un poco y apretó.
Tenía las uñas clavadas en la alfombra, ya no podía aguantar todo esto, quería que se dejará de rodeos y me follara duro. Estaba por entregarle mi virginidad a un chico que me veía como su juguete, pero en ese momento me importaba un carajo. El noto mi impaciencia y sonrió.
-Lamelos- me dijo poniendo 3 dedos cerca de mi boca. Comencé a lamerlos con la lengua, Seung desabrocho su pantalón y sacó su erección, masturbandose.
-Seunghyun... por favor... hazlo ya- le dije al borde de la desesperación. Viéndolo en ese escena tan erótica me encendió a un más.
No dijo nada. Llevó los dedos lubricados a mi entrada y con el índice empezó a rozar los bordes. Lo introdujo y un grito escapó de mi boca, dolió.
-Estas demasiado estrecho, cariño. A mi dedo le cuesta entrar- lo movió en círculos lentamente, yo me removia porque era realmente incómodo- si te hago daño, avísame- introdujo otro, y esta vez contuve el grito, apreté mis ojos que comenzaban a llenarse de lágrimas.
Los movió en círculos y tijeras, hasta que ya me había acostumbrado y comenzaba a disfrutar.
-Estoy... listo. Por el demonio... hazlo ya.
-Si que eres impaciente- saco sus dedos, me giró, cargó y depósito en la cama. El comenzó a quitarse la camisa y pude ver su perfecto torso, sus abs, pectorales, bíceps y cada maltido músculo de su perfecto cuerpo era una invitación a querer besar y lamer. Luego fue su pantalón y ropa interior. Me mordi fuerte el labio al verlo completamente desnudo, su cuerpo parecía esculpido por dioses, mejor dicho... el era un dios. Su miembro grande y grueso totalmente erecto con las venas marcadas, palpitaba.
-¿Listo?- me preguntó y rápido asenti. Fue a su mesa de noche y saco un bote lubricante. Se puso de rodillas a mi lado en la cama, y comenzó a derramar una buena cantidad en su pene.
-¿No usaras protección?.
-Contigo no la necesito- me abrió las piernas y se posicionó entre ellas. Yo estaba realmente nervioso, el me miro y sonrió, llevó una de sus manos a mi rostro y acarició mi mejilla dulcemente.
-Tranquilo amor, no te haré daño- ¿en verdad se preocupaba por mi? ¿podía tener esperanzas de que me quisiera?.
Tomó su miembro y lo perfilo en mi entrada, fue introduciendolo poco a poco. Dolía horrores, pero no lo detuve, apreté fuertemente las sábanas.
La expresión de Seunghyun se desfigurado en una de total placer.
-Jiyong, eres delicioso- abrió los ojos y me miró. Rápidamente llevó sus labios a los míos e iniciamos un beso, abrí los labios y Seung introdujo su lengua que comenzó a batallar con la mía, mordia, lamia y chupaba; un beso de 5 estrellas.
-Mmmm.... mmm...- me empezó a masturbar. El placer se mezcló con el dolor y hacían una combinación exquisita. Lleve mis manos a su espalda y arañe su piel.
POV de Seunghyun
Por fin... después de tanto tiempo que esperé para tener a mi lindo ángel así, haciéndole el amor. Aunque nunca se lo demostrara, con esto quería trasmitirle lo mucho que lo amaba y lo cobarde que era al no poder revelarle mis sentimientos.
De a poco me fui introduciendo en el y no se dio cuenta. Me separé de sus labios mirándolo fijamente, deje de estimular su miembro. Ya no podía esperar para empezar para investirlo, su interior era tan cerrado, cálido y succionaba mi miembro de tal forma que me hacía enloquecer y querer partirlo en 2, pero me contuve, haría que lo disfrutara. Enrrolle sus piernas en mi cintura y comencé a penetrarlo lento y profundo.
-Ahhh... Seung...- se veía tan hermoso gimiendo, quería que siguiera. Uni nuestras frentes, quería decirle lo mucho que lo amaba, pero no lo hice- mas... mmm... quiero más- y lo complaci. Penetraba fuerte y pronfundo en distintos ángulos tratando de encontrar su punto dulce. Esto era el jodido paraíso.
Llegó un momento en que el ritmo se volvió frenético, y me era imposible retener los gemidos. Ninguna de las personas con las me había acostado podían comprarse con Jiyong. El era sólo mío, y se lo estaba haciendo saber.
-OHHHH... DIOSSS...- lo había encontrado. Ji se retorcia de puro placer, así que seguí arremetiendo con ese punto- MASSSS... AHHH... QUIERO MASS- contrajo los músculos de su ano y sentía que me corría ahí mismo.
-Ahhhh... amor... no hagas eso- en un rápido movimiento senté a Ji aún penetrandolo- vamos... ahora quiero que me cabalgues- me miro confundido y puse mis manos en sus caderas para explicarle el movimiento, después siguió el sólo.
Yo estaba sumergido en el placer, Ji lo hacía perfecto. Comenzó a besarme y le correspondí mientras se autopenetraba fuerte y rápido.
-Seung... ya no puedo más...- dada que era su primera vez no podía pedirle mucha resistencia, así que tomé su miembro y comencé a masturbarlo.
Ji gemia y gritaba, yo tenia una perfecta vista de su hermoso rostro lleno de placer. Su cuerpo se estremeció y gritó, sentí como su caliente esencia llenaba mi mano. Su interior estrangulo mi miembro y el mejor orgasmo de mi vida se hizo presente. Mientras me corría en su interior mordi su cuello para dejar una marca. Mientras lo llenaba iba dando suaves investidas. Por fin... ya lo había marcado como mío... sólo mío.
Unos minutos más tarde el callo sin fuerzas en mis brazos. Con cuidado salí de el y lo acosté, arrope y bese su frente. Se quedó dormido al instante.
-Te amo hermoso- le susurre sabiendo que no me estaba oyendo
POV Jiyong
Abrí los ojos lentamente, el cuerpo me dolía y no sabía donde estaba. El lugar estaba oscuro, ya era de noche. Traté de sentarme, pero no pude, mi trasero dolía aún más. Y fue cuando recordé todo ¡HABÍA HECHO EL AMOR CON SEUNGHYUN! Y ESTABA ACOSTADO EN SU CAMA.
Dirigí mi vista a todas partes pero no lo vi. Dios mío... después de esto no me sentía capaz de encararlo, pero fue tan maravilloso; me gustó demasiado.
Una puerta se abrió y alguien entró, no podía ver por la oscuridad, pero las luces se encendieron, y era el. Se acercó a mi.
-Alistate para llevarte a tu casa- dijo. Espera... ¿que?. Lo miré extrañado.
-¿Sólo eso? ¿nada mas?- le pregunté. Después de lo que hicimos, ¿sólo eso tenia para decidirme?.
-¿A que te refieres?- ¿es idiota o se hace?.
-Sobre lo que pasó hace unas horas- río.
-¿Crees que hay algo más?- su expresión cambio a sería- no cariño, sólo fue diversión.
El había destrozado mi corazón, pero ahora agarró los pedazos, los pulverizó, incinero, y echo las cenizas al retrete. Quería morir, en serio quería hacerlo.
Entré en una especie de shock, donde no sentía ningún tipo de dolor físico o emocional. Me levanté de la cama, me vestí y tomé mis cosas. Si Seunghyun estaba ahí ya no podía verlo. Salí de su habitación, atravese el pasillo y baje las escaleras, sentía como algo trataba de detenerme pero con todas mis fuerzas me safaba. No podía oír nada, el aire se volvió denso y me costaba respirar, apenas sentía mi corazón latir.
Abrí la puerta y salí de allí a todo lo que me daban las piernas. Mi cerebro bloqueo los recuerdos de ese momento, sólo sabía que debía correr y alejarme de allí lo más rápido posible.
Llegue a mi casa no se como, entre a mi cuarto no se como y me acosté en mi cama.
Al sentirla comencé a llorar desconsoladamente. Arañaba, pateaba, barrajaba, gritaba...
Sólo quería dormir y no despertar jamás. Una mezcla de odio, rencor, impotencia y decepción se apoderó de mi.
Apague mi móvil, y sólo me acosté a dormir. Al día siguiente no fui al instituto, las empleadas entraban a mi habitación a ver como estaba, pero las corría. Mis padres estaban de viaje y no atendía sus llamadas.
La depresión duró 3 días.
En el Instituto mis compañeros y amigos me acosaban con preguntas e inventaba excusas. No me encontré a Seunghyun en ningun momento, y simplemente no me importa. Si estuviese muerto me daría exactamente igual.
El único lugar en el que coincidiamos era el comedor.
Una chica nueva se unió al grupo, Key enfermó, el baile se aproximaba... pero a mi no me importaba absolutamente nada.
-Jiyong, necesitamos hablar.
-¡NO!. Ya conseguiste lo que querías, ¡FELICIDADES! Destrozaste lo poco que quedaba de mi, así que ya no tienes por que dirigirme la palabra más nunca en tu vida. Tampoco tendrás que verme, cambiaré de Instituto y tal vez me valla de Seúl- di media vuelta y me fui.
No le daría el gusto de verme sufrir. Le entregué todo de mi y el sólo se burló. Ya no quería volver a verlo. Lo mejor sería irme y nunca regresar.
Duele...