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El deseo de Key por Miickii

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Notas del capitulo:

NUEVO CAPIII.

Ambos chicos iban caminando por los pasillos, captando las miradas de todos a su paso. Asombro e incredulidad era lo que expresaban, ya que Choi Minho jamás había salido con alguna chica del instituto, pero claro... Kim Gwiboon no era cualquier chica, se veía inalcanzable para cualquiera. Ella  emanaba confianza y encanto envidiables. Su modo de caminar era perfecto, dominaba excelente el calzado de tacón alto. Cualquiera pensaría que era una modelo y el mundo su pasarela.


Minho no hacia caso a las miradas, estaba acostumbrado a llamar la atención, igual que la rubia, sólo que ella se sentía más orgullosa porque su acompañante era el moreno deseado.


"La pareja perfecta", "que suerte tiene ella", "que suerte tiene él", "que bien se ven juntos". Eran los murmullos que se lograban escuchar.


Ambos llegaron al estacionamiento, se dirigieron hcia donde Minho había aparcado su Audi negro.


-Lindo auto- dijo Gwiboon asonbrada, ya que no era el Nissan que ella recordaba. "Lo cambió esta semana", pensó.


-Gracias- Minho desactivó el seguro y se dirigió a abrirle la puerta a la rubia- no suelo traerlo, pero mi otro auto está en el taller.


-Ahh...- se adentró en el asiento del copiloto y dio las gracias a Minho por ser tan caballero. Esa simple acción hizo que su corazón diera un vuelco.


Minho cerró la puerta, rodeo el auto y se también se adentró.


-¿A donde necesitas ir?- encendió el auto.


-De compras- dijo la rubia con una sonrisa.


-¿De compras?- no sabía por que la idea le sonaba absurda, pero el no solía tratar nunca con "cosas de chicas".


-Si... si hay un baile no puedo utilizar cualquier cosa- lo tenía bajo su atenta miraba.


-Ah... eso...- arrancó el auto. Se preguntaba si ya tenía acompañante, ya que si quería lucir bien, era por algo- supongo que no conoces mucho la ciudad, ya que fuiste transferida desde la otra parte del mundo.


-Si la conozco, yo nací y viví aquí. Puedes llevarme a Times Square, allí se compra genial.


-De acuerdo-  ella asintió complacida.


El camino lo iban pasando en silencio, ninguno sabía que decir o preguntar. Gwiboon se sentía en una montaña rusa emocional, pero tenía que ser fuerte para mantener la compostura.


-¿Desde hace cuanto vivías en Estados Unidos?- Minho rompió el silencio, ya que era muy incómodo.


Gwiboon tomó aire un par de veces antes de contestar, ya que tenía que mentir en ciertas cosas.


-Cuando cumplí los 14 años fui a vivir con mamá allí. Ella se mudó cuando tenía 8 años, y sólo la veía un par de veces por año, cosa que no era suficiente para mí, así que me mudé- bien, eso no era del todo mentira, sólo que su madre en verdad vivía en Italia.


-¿Y por que decidiste regresar?- el moreno no entendía por que quería saber la razón.


-Porque extrañaba a mi padre, mis amigos, a nana y Seúl- "también a ti", pensó la rubia sonriendo con nostalgia. Minho lo captó.


-¿Alguien más?- ahora el moreno se sentía consternado, el no solía ser así, pero con ella pasaba algo.


Gwiboon se sorprendió con la pregunta, pero decidió no mentir del todo.


-Bueno... si, a otra persona. Pero cuando volví supe que él ni había notado mi ausencia, así que me sentí muy mal. Pero ya lo he superado- sonrió para que le creyera.


A Minho eso le causó algo de tristeza e incomodidad. "¿quien se atrevería a ignorarla?", sólo un perfecto imbécil, pensó.


-Ese chico es un tonto- dijo con decisión. La rubia quería llorar al escuchar eso. Si tan sólo supiera.


Gwiboon no respondió, no podía, si lo hacía de seguro se derrumbaria. Minho la notó extraña y no volvió hablar.


Llegaron al lugar, y la rubia se recuperó. Ambos bajaron del auto y se adentraron allí. A la rubia le brillaron los ojos, siempre ir de compras le levantaba el ánimo.


Minho sonrió al notar la acción, pues le parecía adorable. Comenzaron a caminar y Gwiboon se emocionaba al ver las tiendas, parecía una niña en una dulceria.


Entraron a la primera tienda y Minho se sintió por demás incómodo, todas allí eran mujeres, y no sólo eso, no le quitaban los ojos de encima, lo miraban de muchas maneras, menos inocente. Por más que estuviera acostumbrado a la atención, sentirse desnudando con la mirada no era agradable para nadie.


Gwiboon lo miró y supo lo que le aquejaba, a ella tampoco le gustaba que todas esas mujeres lo miraran. Era SU Minho.


-Oye, Minho- llamó su atención- no tienes que quedarte para hacerme compañía, puedo tomar un taxi cuando termine las compras.


El moreno negó frenéticamente, eso no le parecía buena idea. Gwiboon sonrió, él  se preocupaba por ella.


-Está bien, pero no tienes por que estar en la tienda. Puedes esperarme en otro lugar.


Minho accedió, ya que por lo menos no se sentiría acosado con esas miradas. Fijaron la hora y el lugar de encuentro.


Minho decidió tomar ese tiempo para reflexionar acerca de lo que le sucedía con la rubia, ya que con ella actuaba de manera extraña. Sólo llevaba horas de conocerla y ya se sentía cercano. Todavía no sabía a quien le recordaba.


Lo que más le preocupaba es que se sentía fuertemente atraído por ella, y no sólo por su físico, había algo mas.


Se recriminó por ello, pues el tenía a Victoria, su novia de toda la vida y posiblemente futura esposa, ya que era la mujer que su padre había elegido para el: bella, inteligencia, educada y de buena familia.


El no sentía nada por su novia y seguramente en el futuro tampoco sentiría nada, por mas que intentara. Pero el ya se había comprometido y no planeaba echarse para atras.


Con Victoria no había pasado de simples besos, ni siquiera caricias, en cambió Gwiboon producía fuertes sensaciones en sus cuerpos que no había sentido nunca con tan sólo una miraba. ¿estaría descubriendo lo que era el verdadero deseo? Ese que hacia hervir la sangre y quemar las venas. De Seguro sus labios de corazón eran aún más dulces de lo que parecían, ¿esa piel tan blanca y suave a la vista tendría ese sabor a fresas que desprendía y embriagaba?, su miraba felina parecía descubrirlo por completo, y sólo la quería para el. Gwiboon tenía un cuerpo que era perdición y deseo. Se sintió tentado a morder esa manzana.


Era 1000 mil veces mejor que Victoria, según le parecía. Con ella nunca se aburría, en cambio a la pelinegra sólo la soportaba unos minutos. 


La primera vez que vio a la rubia algo en su interior se estremeció. La primera vez que vio a Victoria sintió... nada.


Pero Minho nunca era abierto con sus sentimientos, así que no sabía que pensar. Tampoco era correcto pensar ese tipo de cosas. Decidió dejar el asunto de lado.


Siguió dando vueltas por el lugar hasta que diviso una tienda de ropa y accesorios femeninos, se detuvo unos momentos a observala porque le llamó la atención que uno de los maniquí de exhibición llevaba en la cabeza unas orejas de gatita. Entró.


*~*~*~*


Minho llegó primero al sitio de encuentro, un café. Pidió algo de tomar mientras esperaba y noto que el mecereo se le insinuó, pero decidió no hacerle caso. Unos minutos más tarde llegó la rubia que traía muchas bolsas consigo. Reconocía algunas de las marcas impresas en las bolsas y se preguntó por que habría comprado ropa de chico, pero no le dio importancia.


-Hola- saludo Gwiboon- siento la tardanza- Minho rápidamente se paró para sacarle la silla y que tomara asiento. Gwiboon se sonrojó y agradeció.


-¿Como te fue con tus compras?- Minho volvió a tomar su asiento.


-¡Perfecto!, conseguí el vestido ideal.


-Me alegro, seguro luciras espectacular- de sólo imaginarla se le caía la baba, pero el hecho de que fuera para otra no le gustó para nada.


La rubia por dentro era pura frustración, nada que Minho le hacía la tan esperada propuesta. "Verdaderamente es tonto", pensó.


Iniciaron una conversación trivial que se fue tornando más densa pero divertida. Minho quedaba encandado aún más con la rubia, de verdad era inteligente e ingeniosa, se sorprendió por el hecho de que supiera hablar más de tres 3 idiomas; el sólo sabía 3.


-Que extraño- dijo Gwiboon al notar una bolsa de plástico rosada con estampado floral- no recuerdo haber comprado en esa tienda- Minho notó lo que iba hacer la rubia y actuó rápido.


-Ahhhh... la bolsa es mía- la rubia lo miró extrañada- es algo que compré para ti- se puso totalmente nervioso y rojo pues nunca había hecho algo así en su vida- lo vi y... me recordó a ti. ¡ten!- le entregó la bolsa. Sus mejillas ardían.


Gwiboon no se lo creía podía creer, explotaba de la felicidad, su amado le había comprado algo. Tomó la bolsa y lo que vio le fascinó, eran unas orejas de gatita en color rosa y con detalles  negros. Le recordaba viejos tiempos cuando todos lo apodaban "gatito". Sonrió ampliamente.


-¡Minho! GRACIAS GRACIAS GRACIAS... ¡me encantan!. Me las probaré ahora mismo- las colocó en su cabeza, buscó en su estuche de maquillaje un espejo para poder acomodarlas. Cuando termino encaró a Minho- ¿y bien? ¿como me veo?.


"Totalmente adorable, hermosa, perfecta, violable, espera... ¿que?", pensó Minho.


-Te quedan perfectas- se limitó a responder- con ellas parece totalmente una gatita- ahora la rubia era la sonrojada, oír eso de tal manera le erizo los vellitos.


Minho aprovechó su distracción y le sacó una foto. Gwiboon al darse cuenta le reclamó y pidió que la borrara.


-No lo haré, es la mejor foto que he tomado en años- le acercó el celular para que la viera y Gwiboon sonrió. Ella también sacó su celular y ambos empezaron a tomarse fotos adoptando poses y caras raras. Era un momento por demás divertido.


Cuando habían terminado Minho le pregunto si quería dar un paseo por el parque, ella asintió y se dirigieron al auto.


La llevó a su parque favorito, uno que no era muy concurrido y eso le proporcionaba tranquilidad, iba allí cuando necesitaba pensar.


Los dos caminaron un rato, ya la noche estaba por caer. Minho le tomó la mano y la dirigió a una banca para poder sentarse, no se veía gente a los alrededores.


Se sentaron y ninguno de los dos hablaba. El moreno no podía quitarle la vista de encima a la rubia, era algo que lo atraía, ¿su belleza, tal vez?.


Algo en su interior trataba de decirle algo, pero el no podía descifrar que era.


Los colores del atardecer la hacían resaltar aún más. Gwiboon se encontró con los ojos de Minho y su corazón dio un vuelco.


Minho la miro directamente a los ojos, y algo en el se encendió. Fijó su mirada en sus hermosos labiecitos... era más que deseo, era como si tomara algo que  siempre le había pertenecido, y no se resistió a ello.


Junto sus labios con los de ella. Una explosión se originó en ambos cuerpos, se sentían más ligeros, todos sus sentidos se volvieron más sensibles y la sensaciones se multiplicaban. Cosquilleos empezaron a seguir en sus estómagos.


Era aún mejor de lo que había. Sentían los mismo... se volvían uno.


Minho en busca de más contacto llevó sus manos a la estrecha cintura, Gwiboon jadeo entre el beso y el cuerpo del moreno reaccionó aún mas. Con su lengua delineo el corazoncito de la rubia pidiendo entrar, y se lo concedió; esa pequeña cavidad era lo máximo.


Era un beso, y aún así lo más excitante que habían experimentado. Gwiboon rodeó con sus brazos el cuello de Minho apegandolo mas a si.


Sentían como sus cuerpos comenzaban a arder, sus corazones se aceleraban y sus cerebros mandaban millones de descargas eléctricas despertando más los cuerpos.


Minho sintió que con ese beso la rubia le pertenecía en cuerpo y alma, sólo a él. Había descubierto lo que realmente es desear a alguien... y quería hacerle el amor, aunque en otro sentido se lo estaba haciendo ya.


La falta de aire se hizo presente y se separaron lentamente, sin querer hacerlo.


Mientras se recuperaban Gwiboon cerró los ojos y Minho le observó: sus ojitos cerrados, las mejillas rosaditas, los labiecitos rojitos y entre abiertos. La imagen más tierna que haya podido ver. Parecía un angelito, su angelito.


Gwiboon dejó escapar una lágrima, el la notó y capturó con un beso. Acarició sus mejillas con tal suavidad que la rubia se estremeció, provocando aún más sensaciones, como si eso fuera posible.


Minho ya no tenía el control de si, el deseo lo dominaba, así que inició otro beso un poco más demandante. Tocó delicadamente uno de los muslos de la rubia, pero su perfecta piel hacia que su cuerpo ardiera. Posó la otra mano en la espalda baja y la atrajo mas, quería sentirla toda. La alzo un poco y logró sentarla en sus piernas. Comenzó a delinear sus curvas, volvió a los mulos, y la a espalda baja; excitantes toques que les provocaban miles de cosas.


Gwiboon tenía ambas manos en el rostro de Minho, comenzó a bajar la derecha a su pecho y sintió su corazón latir frenéticamente.


Era algo tan maravilloso e íntimo. Minho sentía que la amaba, Gwiboon se enamoraba aún más. Ambos estaban muy sensibles, derrochaban amor, ternura, pasión y deseo.


-Minho...- pronunció en un suspiro la rubia. Por acto reflejo movió sus caderas un poco causando mas estragos en el cuerpo de Minho. Este sintió como una puntada le atravesaba la pelvis.


Con el poco raciocinio que le quedaba supo que era tiempo de parar. Detuvo lentamente el beso, ambos abrieron los ojos.


El miró su ojos cristalizados y llenos de amor. Depósito un tierno y dulce beso en su frente. La miró de nueva cuenta y notó como más lágrimas brotaban, le sonrió con ternura y las limpió con sus pulgares.


Ese beso quedó marcado con fuego en todo su ser... y las sensaciones estaban más presentes que nunca. Quería más, pero no era el momento ni el lugar.


Gwiboon se sentía incapaz de reaccionar, eran tantas emociones las que se atropellaban en su corazón, que no podía asimilarlas.


Minho la alzo para así poder levantarse, vio que la rubia no estaba para la labor, así que tomó una de su manos entrelazando sus dedos y empezó a caminar.


La ayudó a subir al auto, el también se adentró. Gwiboon tenía la cabeza gacha, sentía su cuerpo caliente, frágil y sensible, su cerebro apenas procesaba. Estaba totalmente desprotegida... y Minho era el único que podía salvarla.


-¿A dónde vives?- le preguntó el moreno con ternura, lo que causó que las mariposas se despertaran de nuevo en el estómago de la rubia, y no respondió.


Minho la tomó delicadamente de la barbilla para así encararla. El se sentía tan feliz y pleno teniendola consigo que no quería dejarla ir nunca mas de su lado. Le volvió a sonreír y los ojitos de la rubia desprendieron mas lágrimas.


-No pasa nada- le dijo el moreno aún con su tono de voz. Acercó su rostro y volvió a capturar las lágrimas con besos, para terminar con un roce de labios.


La necesidad de abrazarla se apoderó de el y así lo hizo. Ahora quizás no había marcha atrás.


Después de eternos minutos Gwiboon reaccionó un poco y pudo darle su dirección apenas pudiendo articular palabra.


El camino fue en silencio, de vez en cuando Minho la veía y le sonreía, hasta que llegó el momento de la despedida. El le dio otro beso en la frente, le entregó las bolsas al joven que había ido a ayudarles y espero que su rubia se perdiera en aquel edificio.


Gwiboon abrió la puerta, espero a que el chico dejara todo y saliera, le agradeció, cerró la puerta y... lloró...

Notas finales:

Las cosas ahora si se pusieron difíciles!!!!!! No todo será tan color de rosa.

Mi hermanita me pidió que incluyera mpreg. Así que si lo quieren avisen para adaptarlo :D

Creo que el siguiente capítulo será algo retroactivo. Se explicarán muchas cosas

Quieren lemon del MinBoon? O espero a que vuelva a ser Key? O quieren ambos?. También avisen si quieren.

Pido que perdonen mi pésima ortografía, pero estoy escribiendo desde el celular y el muy... siempre se pega. También me distraigo respondiendo mensajes y me cuesta retomar el hilo. Pero cuando arreglen mi lap los editaré y podré hacer un mejor trabajo.

Gracias por leer y comentar. :D


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