Cuando Minho ya no pudo divisar a la rubia, volvió a su auto y lo encendió para dirigirse a su departamento.
Su padre le había prohibido rotundamente que se mudase, pero Minho no quería vivir más en esa solitaria mansión. Así que llegaron a un acuerdo: si lo dejaba vivir sólo el no rompería su relación con Victoria, ya que planeaba hacerlo. Su padre accedió.
Ya en frente del edificio se bajó del auto y entregó las llaves al ballet parking. Subió en el ascensor hasta el piso 11 y entro a su departamento.
Vio las luces encendidas, pero no se alarmó, sabía de quien se trataba y una sonrisa, aún más grande de la que ya tenía, se dibujó en sus labios.
Fue directamente hasta el salón y... efectivamente, allí estaba el, sentado tomando una tasa de té.
-¡Abuelo! ¡que alegría verte- pronunció Minho cuál niño pequeño. Su abuelo lo observó y se paró de inmediato para abrazar a su querido nieto.
-¡Hijo mío! Estas más guapo cada vez que te veo- ambos se abrazaron por un buen rato y después se sentaron juntos.
-¿Cuando llegaste?- preguntó Minho sin borrar su perfecta sonrisa.
-Esta tarde, y decidí pasar a visitar a mi hermoso nieto- dijo pellizcando una mejilla a Minho.
-¿Que tal Rusia?.
-Ahhh...- suspiró el anciano- no pude disfrutarla ni un sólo segundo. Todo era aburridos negocios- Minho rió fuerte al ver la expresión de su abuelo, parecía un niño, y por su edad había deducido que si no maduró en el pasado, no lo haría en el futuro. Tampoco quería que lo hiciera, con su abuelo se divertía como nunca.
-¿Y como van las cosas por aquí? ¿tus padres como están?- el anciano sabía perfectamente que las relaciones de Minho con su padre no eran las mejores, el hombre quería controlar cada aspecto de la vida del joven y eso lo agobiaba.
-Bueno... ya sabes, todo muy bien. Papá en la empresa y mamá organizando sus eventos- respondió con desinterés y el abuelo puso una mano en su hombro, dándole ánimos.
-Cambiemos de tema- el anciano sonrió malicioso- ¿quien es la joven afortunada?- Minho lo miro sorprendido, ¿de donde sacaba tal cosa?.
-¿De que hablas?- el abuelo aún conserva su expresión.
-A mi no me engañas muchacho, se que esa sonrisa no es por la alegría de verme. Se trata de una chica, y no de cualquiera- le dio un ligero codazo a Minho.
-No se de que hablas- el no quería tener esta conversación con su abuelo.
-He vivido más que tú, y puedo decirte con toda seguridad que tu sonrisa es de amor. Yo tenía la misma cuando reciente había conocido a tu abuela. ¿Cual es su nombre? ¿es linda?- Minho lo miró extrañado.
-¿Que te hace pensar que no es Victoria?- el abuelo soltó una carcajada muy sonora.
-Hijo... la primera vez que viste a Victoria, tu reacción fue... fue... trágica, y a medida que la fuiste conociendo no mejoró.
-Tienes razón, pero eso no explica tu argumento.
-Eso sucede una vez en la vida con la persona indicada, pasa casi de inmediato. Con Victoria jamás se te dibujó una sonrisa, y después de cuatro años lo veo imposible- Minho sonrió, su abuelo tenía razón, la sonrisa no se debía a su actual "novia"- así que exijo saberlo- hizo un puchero.
-Está bien, te lo diré- dijo resignado y el anciano se emocionó- Su nombre es Kim Gwiboon, y es el ser más hermoso que he visto.
-Ommo... ya veo. ¿cuando la conoceré?- Minho puso los ojos en blanco, su abuelo había perdido la cabeza.
-Abuelo... te recuerdo que estoy comprimido con Victoria- el anciano cambió su expresión a seriedad.
-Hijo... no cometas el mismo error que muchos. Si esa chica es la indicada, deberías estar con ella- el moreno se quedó pensativo- yo me casé por amor y he sido el hombre más feliz.
-¿Mamá y papá también se casaron por amor?- siempre tuvo la duda, ya que no eran la pareja más amorosa, pero nunca se atrevió a preguntar. Su abuelo suspiró.
-Ese fue un matrimonio de conveniencia, nunca estuvimos de acuerdo con eso, pero tu madre tomó su decisión- ahora lo tenía totalmente claro.
Siguieron la conversación. Su abuelo trataba de persuadirlo para que aceptara a Gwiboon en su vida, pero Minho, terco como el sólo, no hacía caso.
Después de unas horas el hombre se fue. Minho tomó un baño, se puso sólo un pantalón holgado de algodon color negro y trató de dormir, pero con todo lo que vivió hoy era casi imposible, de sólo recordarlo las sensaciones reaparecian. Quería tener a la rubia allí, para que negarlo, y demostrarle de una forma más física lo mucho que le gustaba.
Gwiboon
Después de que cerró la puerta comenzó a llorar, no podía con todo lo que había vivido en un sólo dia.
Ese beso... de solo recordarlo, le dolía más el corazón.
Había sido su primer beso, y fue maravilloso, mágico e increíble, pero Minho no se lo había dado por ser quien en verdad era, a él le gustaba Gwiboon, no Kibum.
La rubia solto lo que traía en las manos y calló en el suelo llorando. Ahora no estaba segura de querer continuar, con ese beso le entregó todo a Minho, y su amor por el creció aún más.
¿Para Minho también fue importante? ¿o sólo se dejó llevar por el momento? y lo peor... mañana tendría que verlo. Ahora tan sólo estar cerca de Minho hacia que su cuerpo reaccionara. Y no podía darse el lujo de mostrar tal debilidad ante el, porque estaría perdida.
Su teléfono comenzó a sonar, lo busco en su mochila, vio la pantalla que decía "TaeBaby", y contestó.
-Aló...- la voz le salió quebrada.
-Key... ¿estas bien? ¿por que lloras?.
-Por nada importante, ¿tu como estas?.
-Bien... ¿voy a tu departamento?.
-No baby. Nos vemos mañana para ir al instituto- colgó.
Se calmó un poco, después de un rato se paró del suelo. Limpió sus lágrimas y fue a su habitación. Quería dormir y tranquilizarse.
Al día siguiente en el Instituto~
Minho como siempre llegó temprano, estaciono su auto y se dirigió a su salón. Después de un rato llegó Jonghyun quien lo saludo con una amplia sonrisa.
-Hermano... ayer me enteré que saliste con la chica nueva- dijo emocionado- que suerte tienes, yo la quería para mi, porque esta como quiere, tiene un cuerpo de infarto. ¿te la imaginas en la cama? Seguro es una fiera... toda una diosa. De sólo pensarlo me...- calló en seco al ver la expresión de Minho, que era de total furia, como si quisiera matarlo.
-No vuelvas a hablar de ella de esa manera- lo señalo con el dedo.
-¿Desde cuando te importa que hable así de una chica?- se creó una tensión entre ellos dos muy densa, ambos se asesinaban con la mirada. Minho estuvo a punto de reaccionar cuando...
-¡Hola chicos!- saludo un muy sonriente Onew quien apareció de la nada- Minho... ¿de verdad saliste ayer con la chica nueva?- ambos lo miraron al mismo tiempo y lanzaron rayos láser por los ojos, quedando Onew petrificado (imaginen la escena tipo anime XD).
Después de eso entro al salón un grupo de chicos bromeando y decidieron olvidar el asunto por ahora.
Minho tomó asiento en su escritorio aún furioso: ¿quien se creía el idiota de Jonghyun para hablar así de su rubia? porque si, era SU rubia, y el sólo tenía el derecho de imaginarla de esa manera, nadie más. E imaginarla de esa manera... teniendola debajo de si, haciendola gritar y gemir como nunca.
Porque si Minho no era virgen, y no fue con Victoria que la perdió. Ir con sus amigos de fiesta tenía muchas ventajas.
Decidió darle un parado a su imaginación, porque si no... tendría un gran problema en salón de clase.
Ya casi era la hora de comenzar, todos ya estaban en sus asientos, menos alguien.
Entro al instituto como siempre, se despidió de Tae y camino hasta su salón reuniendo fuerza en el camino.
Cuando entró todos la miraban como siempre, en especial alguien, pero no hizo caso. Fue hasta su asiento ignorandolo por completo, cosa que no fue para nada fácil.
-¡Unni! Hola- le dijo SoonKyu acercándose a su asiento- me encanta tu atuendo, te ves genial, aunque con lo bella que eres cualquier cosa te queda- Gwiboon le sonrió y agradeció.
Después otros chicos se acercaban a hablar con ella y hacían conversacion muy sonrientes.
Minho no lo podía creer, ¿lo estaba ignorando? ¿a el?, estaba por molestarse, pero al verla sonreír todo se fue por el drenaje, era tan hermosa, quería abrazarla y besarla. Todo eso desapareció cuando la vio hablar con unos chicos, ella no tenía derecho hacerlo, sólo debía verlo y sonreirle a el.
La profesora llegó y la clase inicio, ya después hablaría con ella, y harían otras cosas más.