Fue la primera y única vez que nos separamos realmente enojados, y puedo decirte que fue una de las experiencias más dolorosas que tuve emocionalmente.
Creo haber estado toda la noche llorando, en verdad no sé cómo no me sequé de tanto llorar.
Luego de que pasara un rato tomé la valentía para llamarte, pero no contestabas ni las llamadas ni los mensajes. Me pregunté una y mil veces si era tan estúpido como para dejar que todo acabara así, por lo que tomé la decisión de que no quería perderte, no estaba seguro por qué… tal vez en ese momento ya te amaba más de lo que creía y no podía verlo, no lo sé, pero no quería perderte.
Salí del apartamento a toda prisa y te busqué en toda la ciudad, incluso en las casas de Tetsu y Ken, pero no te hallé en ningún lado, siquiera en algún bar. ¿Estarías en casa de alguien más?, ¿Tal vez acostándote con otra persona?...
Cuando volví resignado a mi apartamento me sentí desvanecer y nuevamente volví a llorar. Me acurruqué en un costado del sofá a fumar e intentar calmarme, pero cada rincón del apartamento que mirase me recordaba lo feliz que era contigo:
Hyde:- Quiero dormir contigo…- me aferré a mis rodillas hecho un ovillo dejando caer el cigarrillo sobre las baldosas.
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Escuché mi celular sonar unas cuántas veces antes de que me decidiese a atenderlo. Miré adormilado la hora en la pantalla, 8:45am:
Hyde:- ¿Si?-
Sakura:- ¿Me abrirás o aún sigues molesto?, dejé las llaves adentro-
Repentinamente me despabilé al escuchar tu voz y mi corazón se aceleró dejando fluir miles de emociones.
Corrí apresurado hasta la entrada y abrí la puerta con desesperación, lanzándome a tus brazos apenas pude divisarte del otro lado y dejando que las lágrimas escaparan de mis ojos:
Hyde:- ¡Ya-chan!- me colgué de tu cuello apresándote contra mí con todas mis fuerzas, creía que si te soltaba te irías nuevamente de mí, no soportaba esa idea- ¡No vuelvas a irte, por favor, te lo ruego… no me dejes!...- balbuceé eso último entre sollozos.
Tus manos rodearon mi cintura abrazándome con dulzura y depositando un suave beso en mi frente:
Sakura:- Perdóname, por favor, no llores- tomaste mi rostro con ambas menos y limpiaste mis lágrimas.
Tu frente descansó sobre la mía y cruzamos las miradas, aunque mis ojos estaban nublados pude notar en los tuyos que te sentías afligido:
Hyde:- Dime que no te irás de nuevo, que no me odias… que no me dejarás-
Sakura:- No me iré, no te dejaré… y lo último que haría en mi vida sería odiarte- susurraste cerca de mi oído.
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Había perdido la noción del tiempo, lo único que sabía era que habías vuelto y ahora ambos estábamos sentados en el sillón del living que de a poco era iluminado por el amanecer. Nos besamos con paciencia, degustando el sabor de nuestros labios luego de una larga noche de angustia. Te necesitaba, nos necesitábamos y ambos eramos conscientes de eso, también eramos conscientes de cuanto sufríamos por esa necesidad. La verdad, no tengo muchos recuerdos de momentos felices en nuestro último tiempo juntos.
Te besé con impaciencia. Por momentos solía pensar en que nuestra relación tenía fecha de caducidad y que no estábamos muy lejos de ella. Sin embargo me dolía pensar en la idea de que te alejaras de mí por completo, ¿qué haría si no te tuviese conmigo?... quizás en otro momento habría dicho: “las personas van y vienen, y cuando se alejan, uno solo puede seguir con su vida normalmente y dejarlas en el olvido”. No podía hacerlo ahora, siquiera podía pensar en ello. ¿Seguir con mi vida normalmente?, ¿qué había en mi vida antes de que llegaras?...
Pero tus besos me sabían a tragedia mezclada con gloria. Esa gloria que sentía al tenerte aún a mi lado, y esa tragedia que nos sorprendería de la peor forma.
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A pesar de las miles de discusiones que habíamos tenido, y las miles de promesas que me habías hecho, te dejaste hundir. Te hundiste y siquiera me permitiste ayudarte:
Hyde:- ¿Otra vez tarde?- me exalté enfadado- ¡Maldita sea Sakura, hace media hora debería haber llegado!-
Tetsu:- Tranquilo, ya sabes que siempre es así, pero mientras asista no importa…- Tetsu tenía demasiada paciencia.
Ken:- Tranquilo Chibi, ¿quieres que lo llame?-
Hyde:- Ya intenté hacerlo yo y el muy idiota no contesta- me levanté del asiento enfadado y salí del estudio maldiciéndote a los gritos.
Porque ya estaba harto de todo. Me habías prometido que cambiarías y sin embargo todo había empeorado. ¿Qué te ocurría? me preguntaba todo el tiempo. Estaba preocupado y hastiado de ti.
Me dirigí al apartamento con la idea de que te encontraría allí, pero a decir verdad, habría preferido que no ocurriese. Fue la primera vez en mi vida que verdaderamente me sentí desilusionado. No solo te amaba, también te admiraba… y descubrir aquello fue…:
Hyde:- ¿Estás aquí?- entré descargando todo el enojo que acumule en el trayecto.
Nada, nadie contestó. Volví a llamarte pero el apartamento estaba vacío, sin embargo, cuando entré a la habitación vi que tu chaqueta estaba tendida sobre la cama:
Hyde:- ¿Es-…?- y cuando estaba por preguntar nuevamente sentí algo romperse bajo mi pie. Bajé la vista con curiosidad- ¿Una… jeringa?- mis ojos se abrieron de par en par y sentí un espasmo recorrer por completo mi espina dorsal.
¿Por qué había una jeringa allí?, ¿estabas?, ¿acaso era tuya?, ¿qué hacías con ella?... muchas preguntas y ninguna respuesta, pero mi mente solo podía pensar en las peores cosas.
Me senté en el filo de la cama y mi mirada se perdió en el cielorraso de la habitación. Revolví mi cabello con pesadez y una lágrima resbaló por mi mejilla. Una opresión en el pecho me indicaba que esto podía ponerse peor… no, esto era peor:
Hyde:- ¿Sakura?- atiné a balbucear cuando escuché una puerta abrirse, la puerta de la entrada al apartamento. Al no escuchar respuesta me levanté y salí del cuarto hasta dar contigo en el living. Traías unas bolsas con varias latas de cerveza- Sakura…- rápidamente me miraste entre sorprendido y asustado.
Sakura:- ¿Haido?, ¿qué haces aquí?- definitivamente era eso lo que ocultabas- ¿No deberías estar en el-…?-
Hyde:- ¿Qué es lo que ocultas?- mi voz tembló. Descubrir aquello fue tan doloroso…- ¡Habla!, ya vi la jeringa, no mientas más- las lágrimas brotaban de mi interior con efervescencia.
Entre sollozos vi como tu mirada cambiaba de mostrar sorpresa a mostrar temor y lentamente la plantabas en el piso, como queriéndote ocultar de mí:
Sakura:- Que descuidado de mi parte…- fingiste una sutil sonrisa para ocultar tu pena.
Hyde:- Dime que no era tuya…- apreté los puños con fuerza y cerré los ojos esperando escuchar lo que quería, aunque muy en el fondo supiese que así no sería.
Sakura:- Tengo mis motivos… para hacerlo… por favor Haido, no me juzgues…- musitaste.
Pero ya era tarde, si tan solo hubieses hablado antes, si tan solo hubieses confiado en mí… entonces yo no habría dejado de confiar en ti.
Pasé a tu lado con la cabeza agachada y ocultando mi rostro tras algunos mechones de cabello. Sentí tu mano rozar la mía pero sin intención de detenerme, solo un simple amago. Quizás en el fondo sabías que ya no había vuelta atrás.
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Cuando volví a casa esa noche ya no estabas, nunca supe donde estuviste. Daba por hecho que todo había terminado y no tenía sentido que nos encontráramos solo para poner fin a lo nuestro, creo que jamás habría podido afrontar esa situación, no habría podido dejarte ir como si nada. Tampoco seré hipócrita… lloré, te maldecí, te odié, golpeé cosas, rompí cosas e incluso te nombré incontables veces en el transcurso de la noche, especialmente cuando me percataba de lo solo que estaba ahora. Porque eras mi todo, mi mundo estaba colmado de tu presencia y ahora en él no había nada, solo ese vacío que dejaste durante tantos años.
Tetsu y Ken se enteraron de todo lo ocurrido el día que te llevaron preso. ¿Cómo es posible que todo terminara así?, me preguntaba en mi mente una y otra vez… esa persona que tanto admiraba ahora se estaba hundiendo en la oscuridad.
Pero no estabas solo. En algún punto de nuestra soledad ambos compartíamos esa penumbra.