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Calamidad del Porvenir por ArasinyaT

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Notas del capitulo:

Holaa!! Espero que les guste el capitulo!

Llego hasta la puerta de la habitación donde estaría Itachi y Sasuke.  La abrió rápidamente y entró, vio a Itachi durmiendo en una de las camas y de un salto fue hasta él, necesitaba su seguridad.

 — Itachi, Itachi. —Llamaba Deidara que estaba a horcajadas sobre él sacudiéndolo desesperado para qué reaccionara. —Despierta.

         El azabache comenzó a moverse debajo del rubio, abrió lentamente sus ojos y miró a Deidara que estaba sumamente alterado.

— ¿Qué paso? —Su voz sonaba baja, le estaba costando despertarte y sentía todo su cuerpo pesado. — ¿Me quede dormido? — Se incorporó sobre sus codos.

—Madara les puso un remedio para que durmieran. —Le aclaró con voz baja.

— Ese desgraciado. —Itachi estaba furioso, se incorporó un poco más sentándose en la cama  y tomando a Deidara de los hombros inspeccionándolo, buscando algún signo de que hubiese sido violentado o le hubiesen proferido alguna herida. — ¿Estas bien? ¿Te hizo algo? ¿Qué te hizo? —Chocó las preguntas una con la otra desesperado por no saber que le había pasado en su ausencia de la que se sentía culpable.

—Ahora contigo estoy mejor, pero… —Deidara no quería exaltar a Itachi más de lo que ya estaba, temía decirle lo que había sucedido. El Uchiha era capaz de enfrentarse a su tío inmediatamente con tal de hacerlo pagar por sus acciones.

—Deidara dime que te hizo. —El rubio corrió su mirada ante la exasperación de Itachi, aún no se decidía de contarle. —Lo acabaré con mis propias manos. —Resolvió arreglar el asunto, se iba a levantar pero Deidara se lo impidió poniendo más peso con su cuerpo.

—Itachi. —Lo llamo dulcemente sosegando las pasiones del moreno. — No fue algo más más allá. —Deidara no notó que la bata que traía puesta y que ocultaba su desnudes estaba corrida dejando uno de sus hombros desnudos, en el que aparecían unas pequeñas marcas en las que Itachi atendió produciéndole aún más coraje.

— ¡Te atacó! —Le dijo y Sasuke al otro lado de la habitación se empezó a  moverse bajo las sabanas que lo tapaban, afortunadamente volvió a quedarse quieto y no despertó. Itachi señalo sus marcas, quería levantarse nuevamente pero el rubio lo retuvo otra vez.

—Espera Itachi. —Lo abrazó para calmarlo, el moreno apaciguo sus emociones y correspondió el abrazo rodeándolo con sus brazos brindándole protección. —Conseguí escapar antes de que pasará a más, lo golpee en la cabeza con una lámpara.

—No lo aguanto, no aguanto que nadie te haga daño. —Itachi lo apretó contra él. —Lamento haber caído en su trampita y no haberte ayudado. Perdóname me siento tan impotente. —Apoyó su mentón en el hombro del doncel.

—No es tu culpa. —Acaricio el fino cabello negro de Itachi.

—Tienes que contarme todo como lo prometiste…. Pero ahora vamos a dormir juntos, quédate aquí, no importa que Sasuke nos vea juntos cuando despierte. —Besó sus labios con dulzura sin dejar de romper el abrazo todavía.

—Gracias. —Le dijo dulcemente arropándose junto a Itachi para dormir. —Me siento tan seguro cerca de ti. —Deidara fue sincero, de verdad que se sentía tan protegido con él, con su fuerza, su determinación, con todo su porte...

       Itachi acerco sus labios a los del rubio besándolos con delicadeza,  lo rodeo por la cintura y lo acercó a su cuerpo, sus piernas se enredaron y sus lenguas también. Sus besos comenzaron a ser más demandantes y empezaron a degustarse con pasión y arrebato, necesitaban sentirse.  Sus gemidos fueron callados en la boca del otro entre sus húmedas cavidades gozosas de recibir al otro. Se durmieron entre más besos y caricias, acurrucados en la cama con la calidez de sus cuerpos envolviéndolos así como el amor que crecía y sentían el uno por el otro.

         Madara nunca podría romper los sentimientos que los consumían con tanta pasión, ni él ni nadie en el mundo. Sus almas ya estaban conectadas como sus corazones latían a la par.

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         Deidara abría sus orbes encontrándose con Itachi que lo estaba observando atentamente. Le estaba sonriendo y esbozó una sonrisa como él. Le dio un casto beso y Deidara acaricio el fuerte y musculoso pecho.

— Buenos días. —Saludo Itachi.  —No te quería despertar pero ya es un poco tarde.

      Deidara se asustó por un momento, imagino que Sasuke ya los había visto o que Mikoto sabía que no estaba en su habitación y lo había estado buscando preocupada.

—Sasuke nos vio. — La cara de Deidara empalideció y Itachi soltó una pequeña risa. Deidara dejo su preocupación por un lado y enfoco sus pensamiento en la risa que le había otorgado, era lindo verlo así, casi nunca lo veía reír. —Él se fue temprano con mi padre y mi tío… Tenía que ir a clases y ellos dos al trabajo, mi madre está aquí y yo tengo este día libre.

— ¿Qué dijo Sasuke? —Sondeo intrigado.

—Justo me desperté cuando Sasuke se levantó y allí te vio junto a mi tenía una cara de desconcierto. Le dije que se quedara callado y después le explicaría, al rato me volví a dormir contigo.

—Ya me imagino la cara que debe haber puesto. —Río.

—Tenemos que levantarnos. —Le sugirió Itachi.

—No quiero, estoy tan calentito y cómodo acá contigo. —Hizo un puchero que le causo gracia al mayor.

—Cinco minutos. —Le consintió —Mi madre debe haberse levantado ya aunque no creo que haya ido a despertarte.

—Cierto, se me había olvidado por un segundo.

—Pero ahora disfrutemos estos cinco minutos. —Itachi iba a ponerse sobre Deidara pero este le gano y tuvo el ligero cuerpo del rubio sobre el.

       Deidara poso sus labios sobre los de Itachi moviéndolos con delicadeza, mordió suavemente el labio inferior de Itachi y aprovecho de colar su lengua para degustar su boca. Sus lenguas se batallaron por la dominación, se les acababa la respiración, se separaron y volvieron a fundirse. Sin pudor Itachi acariciaba los glúteos del doncel haciendo que gimiera entre besos ante las descaradas caricias que le otorgaba. De un ágil movimiento Itachi lo dio vuelta y volvió a dejarlo bajo él.

—Tenemos que levantarnos. —Le dijo Itachi pausadamente mientras le daba cortos besos entre cada palabra.

—Ahh está bien. —Suspiro Deidara resignado.

         Se levantaron juntos, Deidara fue hasta la habitación que le habían asignado porque ahí tenía sus cosas, tenía que vestirse además solo andaba con una bata y por debajo estaba sin nada. Cuando entro vio las sabanas completamente desordenas y la lámpara rota en el suelo, lo había golpeado muy fuerte ahora tenía miedo de que se vengara de él. Se vistió rápido para salir de ese lugar e ir hasta donde estaba Itachi.

            Salió de ahí y vio a la señora Mikoto en el pasillo.

—Oh, Deidara iba a ir a despertarte. —Dijo la mujer. —¿Tienes hambre?

—No tengo, gracias. —Respondió.

—Me encontré con Itachi recién, también se despertó tarde y se quiere ir luego ¿Nos vamos?

—Si, por favor —Trato de no sonar aliviado pero lo único que quería era salir de acá.

            Caminaron hasta donde estaba Itachi, Mikoto les propuso irse inmediatamente y un chofer de Madara los llevo en uno de los autos de él. Los dos se lanzaban miradas cómplices en todo el transcurso del camino.

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              En el momento que llegaron Deidara fue a darse una ducha, después bajaría a comer. Saliendo de la ducha envuelto en una toalla se topó con Itachi sentado en su cama.

— ¿Quién te da el derecho de entrar? —Pregunto Deidara gracioso.

— No necesito ningún derecho. —Le respondió acercándose a él para darle un beso. — ¿Qué te parece si salimos en la tarde?

— ¿Uchiha Itachi me está proponiendo una cita?

—Una cita con todas sus letras.  —Sonrió. Deidara amaba sus sonrisas, casi nunca lo hacía pero cuando estaba con él no paraba de hacerlo.

— Espero que me sorprendas.

           Itachi dejo que se cambiara tranquilamente, se puso ropa fresca, este día parecía ser más luminosos no como ayer que era lúgubre. Se acordó de lo que paso ayer, se sentía terrible ese hombre lo quería inundar pero nunca lo logró, siempre fue fuerte y no se dejaría abatir tan fácilmente aunque a veces necesitaba desahogarse. Tenía que contar lo que sabía de Madara pero tenía tanto miedo ante las repercusiones que no se atrevía. Cuando era pequeño se aterrorizaba de pensar en las amenazas de Madara y ahora seguía así, quizá debería contarle a Itachi aunque fuera una parte además se lo había prometido.

         De repente cayó en algo, la imagen de ese doncel siendo ahorcado ¿Quién habrá sido? Juraba haber escuchado ese nombre en otro lado pero no lo sabía con claridad. Se sintió debilitado la horrible imagen no paraba de rondar por su cabeza.

        Deicidio salir del cuarto para despejarse de aquellos pensamientos. Fue a la cocina a pedir algo para comer, una sirvienta le sirvió comida en el comedor, le había dado mucha hambre. Mikoto iba entrando con una revista y se sentó a su lado.

—No te imaginaras lo que hay acá. — Mikoto le paso la revista.

           Mikoto miraba atentamente a Deidara que observaba la portada con unos ojos inmensos. En ella estaba su imagen tomada ese día de la fiesta en la mansión de los Hyūga, el titulo decía: “Deidara Namikaze, el rompecorazones de los Uchiha”. Deidara estaba asombrado y desconcertado.

—¡¿Pero qué es esto?! —Se preguntó a los cuatro vientos.

—No pares, aún hay más adentro.

            Busco las páginas de las noticias y ahí estaba, más fotos de paparazzi,  en algunas salía con Itachi y en otras con Sasuke. Las tomas eran muy  sugerentes, salía tomado de las manos con ambos, abrazos y aproximaciones, todo sacado de contexto. Leyó una parte que decía: “…Con todos los suspiros de los hombres a su pasar, Deidara tiene a sus pies a los dos hermanos Uchiha, las fotos lo muestran muy cercanos a ellos. Por otro lado el despampanante doncel se encuentra viviendo con la familia Uchiha, quién sabe qué tipo de relación estarán formando en esas cuatro paredes....”  Deidara siguió leyendo toda la noticia y la volvió a leer. Esos periodistas distorsionaban todo aunque en parte tenían razón, pero aun así eran unos grandes chismosos.

— ¿Cómo pueden decir estas? —Decía el rubio injuriado.

— Ahora que llegaste eres la sensación de la alta sociedad, y los periodistas, ya sabes como son. —Iba hablando Mikoto. —Para ellos eres interesante para crear noticias, así que ten cuidado.

— ¿No estas molesta conmigo, cierto? —Deidara pensó que Mikoto podría sentirse ofendida, por él tocaron la imagen de sus dos hijos.

— ¿Por querer conquistar a mis dos hijos? —Bromeo Mikoto. —Claro que no, pero dime una cosa ¿acaso hay algo de cierto en eso? —Inquirió observándolo atentamente.

—Yo no, no...  —Deidara se puso nervioso.

— ¿Y con Itachi? —Quiso saber muy interesada.

—Eeh… —Deidara prolongo la vocal sin saber con qué más seguir y para su suerte afortunadamente llego Itachi para salvarlo.

—Hijo, ven mira esta revista. —Mikoto llamo a su hijo cuando lo vio entrar, este se acercó y tomo la revista con sus manos.

—Señora Mikoto. —Una de las criadas había entrado y llamó a la señora de la casa que la siguió para ver que quería.

           Deidara hizo que Itachi lo siguiera hasta la sala, se sentaron en el sofá e Itachi leyó la revista con el rostro sereno mientras Deidara lo veía ansioso.

— Te ves muy bien en las fotos. —Le dijo tranquilamente.

— ¡¿Acaso no leíste la noticia?! —Dijo exaltado. — Sus calumnias ¡Me tratan como un engatusador!

—Algo de cierto tienen ¿no? —Itachi levanto una ceja.

—Si, si… algo sí pero me meten hasta con tu hermano. —Alego ofendido.

—Bueno…Te cuento algo pero no te enojes. —Deidara lo miro impaciente. — Yo también hubiese creído lo de Sasuke, hasta me sentía celoso y mucho, se ven muy cercanos y… —Itachi no alcanzó a terminar.

— ¿Cómo puedes creerlo? Solo somos amigos —Se manifestó enojado y se puso más cerca del rostro de Itachi en modo de enfrentamiento.

—Ya, déjame terminar. —Espero a que su rubio se calmara. — Hablé con él un día y le dije que eras mío y que no se le ocurriera pensar en acercarte a ti de otra forma. Él se ofendió y aclaró que eran amigos nada más y bueno, me dijo un par de cosas más.

— No debiste decirle nada. —Reclamó. —Aunque estabas celoso ¿eh? —Deidara se burló mientras hacía caminar a sus dos dedos por el pecho de Itachi.

—Porque eres solo mío. —Itachi lo agarró de la muñeca y acercó sus rostros atrayendo los labios del rubio y posar los suyos en él. Deidara atrajo la nuca del azabache para profundizar el beso y este introdujo su lengua en la boca del rubio y lo tomo por la cintura. Se separaron por falta de aire y volvieron a fundirse, Itachi acariciaba su cintura y poso la otra mano en uno de los muslos del rubio que iba a sentarse sobre las piernas de Itachi hasta que ambos fueron interrumpidos.

       Una voz carraspeo tras ellos, era Sasuke que había visto toda la escena y traía una cara de gloria consigo.

— ¡Lo sabía! —Canto victorioso. —No podían ocultármelo.

— Te mataré Sasuke. —Deidara lo amenazó e iba a aventarse pero Itachi lo retuvo.

—Sasuke ¿Qué quieres? —Itachi se había molestado un poco por la interrupción de su hermano.

—Solo venía a corroborar lo que ya sabía, además de que hoy los vi tan acurrucaditos durmiendo juntitos. —Se burlaba viendo la cara roja como tomate que traía el doncel y la mirada desafiante de su hermano.  —Supongo que no habrán tenido sexo al lado mío mientras yo dormía, son unos pervertidos, bien que para ustedes que dormí como un palo.

— ¡¿A quién llamas pervertido cabeza de cacatúa?! —Se exaspero el rubio tan explosivo por su carácter. —Para tu información no hicimos nada.

— Calma las revoluciones. —Sasuke le hablo pacíficamente, a veces la actitud de Deidara era muy peligrosa cuando se ponía explosivo, sin embargo cuando estaba calmado era todo un pan de Dios.

— Ven acá Sasuke. —Su hermano lo llamó para sentarse a su lado.

— ¿Qué es eso? —Pregunto Sasuke viendo la revista y la cogió en sus manos. —Así que esta es la maldita revista por la que me han estado molestando toda la mañana cuando llegue a la universidad.

— ¿A qué te refieres? —Quiso saber el mayor.

— Que hoy en la facultad todos me hablaban sobre esa noticia que había sido publicada, y…

— ¡Chismes! —Exclamo Deidara amurrado al lado de Itachi.

— Bueno, chismes. —Sasuke rodeo los ojos y recibió un manotazo de parte del rubio. — Me preguntaban si los rumores eran cierto, esa chica Karin ¿te acuerdas? Se encargó de decir que eras un ofrecido que se metía con ambos hermanos y con muchos más hombres.

— ¡Esa desgraciada! ¡La mataré con mis propias manos! — Deidara sentía que ardía de furia incontenible. — ¡Dime donde vive esa malparida! la buscare en su propia casa!

—Cálmate Deidara, no te alteres es solo una envidiosa y nadie le cree. —Le hablo Sasuke para calmarlo. Itachi sujetaba a Deidara que quería ir a buscar a esa loca a como fuera.

—No es a ti a quien tratan de prostituto. —Se excusó aún sin dejar la furia de lado.

—Yo me encargaré, aunque de todos modos esas noticias tienen algo de cierto… Tú estás con mi hermano. —Lo miró pícaro.

       Deidara iba a replicar cuando Itachi se paró y lo tomo de la mano llevándoselo a pesar de no querer dejarse.

— ¡Oye! —Iba a regañar a Itachi cuando lo calló con un beso.

— No te alteres, acuérdate de que hoy tendremos nuestra cita. —Le susurró al oído seductoramente, Deidara se compuso con la idea y se abrazó al cuello del mayor para responderle ese beso que le había dado anteriormente.

          Itachi le había dicho que se arreglara porque saldrían en una media hora más. Fue hasta su habitación: ordeno su cabello y se vistió ropa más bonita y un poco más atrevida. Esta sería su primera cita y estaba más que emocionado, en parte no podía creen en esa emoción que sentía por cada cosa que hiciera con Itachi o más bien por Itachi mismo. No creyó que caería tan fácilmente pero así lo hizo y de un hechizo sus sentimientos fueron sincerados, todo pasó tan rápido… Rio divertido de sí mismo, no llevaba ni una semana completa y ya tenía una relación con Itachi, a quien juro que no soportaba. Las vueltas de la vida eran sorprendentes, no sabía que esperarse.

       Estaba listo cuando Itachi fue a buscarlo, partieron juntos hasta el garaje para subir al auto. Itachi le abrió la puerta del copiloto como todo un caballero dirigiéndole una sonrisa coqueta. Itachi condujo el auto hasta las afueras de un museo que era de arte, Deidara le dedico una brillante sonrisa que produjo un agradable regocijo. Sabia como Deidara le encantaba el arte así que tuvo la idea de hacer su primera parada en aquel lugar. Recorrieron los salones y pasillos de la mano, Deidara estaba como un niño contento explicándole lo que pensaba cada una de las obras que pasaban por sus ojos. Itachi estaba satisfecho de otorgarle alegría y entretención a su acompañante, escuchando atentamente cada palabra que salía de su boca.

        Llegaron a uno de los salones donde estaba una exposición especial de un famoso artista de la zona. Sus obras consistían de innumerables marionetas intervenidas con armas, el artista era Sasori no Akasuna. Deidara conocía algo de sus obras, además se había enterado que el artista era profesor de la universidad en la que estudiaría, quien sabía si le tocaría clases con ese afamado personaje.

—Parecen espeluznante, aun así me agradan. —Admitió el doncel acercándose a las marionetas. Pasearon tranquilamente por la sala admirando cada una de las marionetas que colgaban de las paredes.

         En el centro del salón una vitrina de vidrio guardaba una gran marioneta de un cabello azul oscuro y la piel que sería la madera tenía un tono moreno. Bajando la vista se encontró con un el nombre: Tercer Kazekague.

— Veo que te gusta, es mi favorita. —Habló un hombre que se puso frente a ellos.

         Deidara reparo en el hombre al frente de ellos, era nada más que el pelirrojo autor de todo este trabajo. No imagino encontrarse con aquel hombre aunque de todos modos era su propia exposición. 

— Sasori no Akasuna. —Se presentó extendiendo su mano a Deidara sin dejar de posar su penetrante mirada sobre él.     

—Deidara Namikaze. —Recibió la mano del pelirrojo y las sacudieron como saludo. Soltó la mano del mayor prontamente y quiso ocultar el sonrojo que le producía la constante mirada del artista hacia su persona.

       Itachi al igual se presentó con el pelirrojo, pasando después su brazo por alrededor de la cintura de su rubio.

 —Felicidades por su obra Señor Akasuna, es un gran trabajo. —Elogió Deidara al artista que gustoso recibió los halagos orgulloso.

—Veo que le gusta el arte señorito Namizake. — Reflexiono el Akasuna sin despegar sus ojos de él.

—Este año entrare a estudiarlo en la Universidad de Konoha. —Le informo Deidara un poco dificultoso ya que el Uchiha lo apegaba más a su cuerpo.

—Yo enseño ahí. —Sonrió el Akasuna en su interior. —Seguramente nos volveremos a encontrar, mañana empiezan las clases.

—Cierto, estoy emocionado. —Le confesó con una amigable sonrisa. Por otra parte estaba emocionado de haber tenido la oportunidad de encontrarse con el artista ya que admiraba alguno de sus trabajos.

—Un gusto señor Akasuna. —Itachi empezó por dar acabada la conversación.

—El gusto es mío. —Pronuncio fríamente el aludido.

—Nos vemos luego. —Se despidió más amigablemente Deidara.

—Nos vemos Deidara. —El Uchiha poso su altiva mirada sobre Sasori quien también lo miraba de igual forma. La mano de Deidara sobre su espalda lo sacó de la situación y caminaron hasta la salida. Itachi lo llevo de la cintura desde que se despidieron hasta llegar al auto.

— ¿Qué fue eso? —Pregunto Deidara con el ceño fruncido.

— ¿Qué cosa? —Quiso saber Itachi confundido ante el repentino enojo del doncel.

— Lo de hace un rato. Tú con Sasori. —Explico impaciente.

— ¿No notaste como te miraba? —Le discutió el moreno. —Ponía su mirada lasciva sobre ti…no lo iba  aguantar.

—Así que… eran celos. —Comprendió lanzando una carcajada que retumbo en los oídos del moreno.

—No es gracioso. —Lo retó el moreno. Lo tomó de la cara  e hizo se aproximara al suyo. —Tú eres mío y ningún sujeto puede posar su sucia mirada sobre ti. —Atrapó los labios del menor en un beso demandante y posesivo. A Deidara le costó liberarse de ese beso, iba a propinarle una bofetada pero este le sostuvo la muñeca y se volvió a aferrarse  a los labios del rubio que al final cedió ante el reclamo ejercido sobre sus labios y  boca correspondiéndolo con la misma intensidad.

—Maldito. —Profirió Deidara ante las sensaciones que le causaba. —Recuerda que tú también eres mío. —Le dijo con un tono de amenaza que Itachi recibió con una sonrisa de satisfacción.

         Su próximo destino fue un elegante restaurant. Al momento de salir del auto los disparos de flash caían sobre ellos, unos paparazzi los estaban fotografiados. Itachi protegió a Deidara de las cámaras y avanzaron rápidamente hasta la entrada del recinto escuchando preguntas como: ¿Están juntos?¿Sasuke también es tu otro novio Deidara?¿Se van a casar?

—Esos malnacidos. —Masculló el doncel. —Ahora apareceremos de nuevo en las noticias.

—Que nada perturbe nuestra velada. —Itachi beso sus labios.

          Un recepcionista los hizo pasar a la mesa que había reservado Itachi. La cena estaba siendo muy elegante, el Uchiha tenía un excelente y refinado gusto. Chocaron sus copas con vino y disfrutaron del primer plato que les llego, Deidara acabó con la comida muy pronto y es que estaba deliciosa, Itachi lo miraba divertido contemplando cada  acción y cada gesto que en su rostro. Siguieron deleitándose con el plato de fondo que fue puesto en sus mesas y luego llegaron al postre.

—Esos acosadores deben estar afuera esperándonos. —Menciono Deidara antes de meterse la cuchara con crema a la boca. Le quedo un poco en la comisura de los labios sin darse cuenta, Itachi se inclinó sobre su rostro y lamio la crema en su piel y seguirlo con un beso que hizo teñir las mejillas de Deidara en un suave carmín.

—No te preocupes, de todos modos nuestra relación iba a dar luz. —Iba diciendo Itachi. —Así que lo haremos oficial.

        Deidara lo miró incrédulo, iba a decirle algo cuando Itachi se apresuró y pago la cuenta. Salieron del lugar tomados de la mano entre disparos y flash.

— ¿Cómo es eso de hacerlo oficial? —Deidara estaba curioso e impaciente por saber.

—Te lo diré luego. —Fue lo último que dijo antes de arrancar al auto y dirigirse a otro lugar.

        Aparcaron cerca de un parque, se bajaron y avanzaron hasta el lugar, se veía muy tranquilo y hermoso con el brillo de la luna bañando los árboles y el resto de la vegetación. Pasaron por un puente que atravesaba una laguna, Itachi se detuvo en el medio confundiendo a Deidara.

— Deidara quiero oficializar nuestra relación. —Itachi tomo su mano y con la otra toco su mejilla. Deidara lo miró expectante con un brillo en su mirar. — ¿Quieres ser mi novio oficialmente?

          Deidara lo siguió mirando, sus ojos negros y penetrantes lo desnudaban en su interior, juraba que con ellos podía ver su alma. La petición le trajo alegría no pudo contener su amplia sonrisa y salto a los brazos de Itachi que rodearon su cuerpo brindándole calidez. Busco los labios de Itachi y los apresó en un beso de amor, lo besaba con deseo como Itachi lo besaba a él correspondiendo todas sus acciones. Enroscaron sus lenguas haciendo más contacto, sucumbieron y ardieron en pasión. El aire les hizo falta y respiraron agitadamente topando sus frentes y contemplándose eternamente.

—Itachi yo sí quiero. —Deidara no despego su vista ni por un segundo, ni siquiera en un pestañeo.

— Te quiero Dei. —Lo apretó contra sí en un fuerte abrazo como si algo fuera a arrebatárselo. —Te quiero tanto… no imagine que esto pasaría tan rápido pero no podía esperar a estar junto a ti.

— Yo tampoco me lo imagine. — Oculto su cara en el pecho del mayor. —Me siento como una estúpida princesa enamorada.

—Entonces yo soy tu príncipe encantado. —Rio tomando a Deidara y cargándolo de forma nupcial.

— ¡Itachi, bájame! —Pataleo Deidara.

—No lo haré. —Siguió caminando con el hasta llegar al auto.

             Itachi abrió la puerta del copiloto y lo dejo sentado ahí, se subió al auto y observo a Deidara que tenía los brazos cruzados mientras lo miraba en forma vengativa. Itachi se acercó y le arranco un fugaz beso con lo que Deidara se quejó pero al final termino sonriendo.

—Vamos a casa. Les diremos a mis padres sobre nuestro noviazgo. —Dijo Itachi serenamente.

          Deidara lo miro con ojos inmensos, parecía querer articular algo pero de su boca no salía ninguna palabra.

— ¿Qué pasa? —Pregunto Itachi curioso viéndolo de reojo ya que iba atento manejando.

— T-tus padres. —Articulo finalmente. — ¿Qué pensaran?

—Ah… —Itachi lo entendió, parece que estaba preocupado de la reacción de sus padres. —No te preocupes, estarán encantados sobre todo mi madre que me impulsaba desde el primer día a tratar de conquistar.

— ¡¿Qué?! — Deidara se sorprendió, aunque de todos modos había notado cierta actitud por parte de Mikoto pero no había pensado que estaba alentando a su hijo.

            Arribaron a la mansión, los dos se dirigieron al interior de la mansión. Itachi traía a Deidara de la mano, un poco más arrastrándolo porque el rubio se resistía a hablar con sus ahora suegros. Llegaron a la sala principal, Fugaku estaba tomando un whiskey sentado en el sofá y Mikoto estaba sentada a su lado.

—Padres. —Habló Itachi.

—Llegaron ¿Dónde se habían metido? —Pregunto Mikoto.

—De eso quería, queríamos hablarles. —Se corrigió mirando a Deidara un poco nervioso.

—Vengan siéntense. —Los llamo Fugaku para que tomaran asiento. Itachi se sentó al frente con Deidara a su lado.

          Sintieron pisadas aproximarse, era Sasuke que venía con una sonrisa imborrable a escuchar la conversación.

—Que oportuno hermanito. — Menciono Itachi viendo la cara de gloria que traía Sasuke.

—Y bien ¿Cuál es el asunto? — Fugaku los miraba atento. Deidara los miró a todos, un Itachi decidido, Fugaku serio, Mikoto muy curiosa y por ultimo Sasuke con su sonrisita.

—Deidara y yo somos novios. —Habló Itachi de una vez por todas.

             Se hizo un silencio sepulcral y Deidara se puso rojo, muy rojo. Sentía como Sasuke se burlaba de él y le dedico una mirada asesina, después vio a Mikoto que estaba formando una amplia sonrisa en su rostro.

— ¡Lo sabía! —Exclamo parándose de su asiento. —Te lo dije. —Se dirigió a Fugaku.

            Deidara estaba desconcertado. Mikoto se estaba acercando a ellos con su gran sonrisa, abrazo a Itachi y después se acercó a él, dándole un abrazo de oso que lo dejo casi sin aire.

—Estoy tan contenta. —Mikoto junto las manos de ambos y las apretó. — Mi sentido de madre sabía que existía algo entre ustedes.

            Esta vez se acercó Fugaku palmeando la espalda de su primogénito, luego fue hasta Deidara y le dio un casto beso en la frente. Sasuke se acercó a la pareja y los felicito arrogando que ya sabía todo y Mikoto le reclamo por no haberle contado nada.

—Tengan cuidados con los paparazzi. —Les advirtió Fugaku. —De todos modos hablare con mis contactos para que no les anden rondando, no quiero ver el nombre de los Uchiha en una revista de chismes.

—De acuerdo. —Concordó su primogénito.

           Itachi subió con Deidara a la habitación del primero, sin antes escuchar la advertencia de Fugaku que decía: Sean responsables.  

             Cerraron la puerta tras ellos, Deidara inmediatamente se abalanzó sobre Itachi, se abrazó a su cuello y ciño sus piernas en torno a sus caderas. Itachi lo sujeto de la cintura para no perder el equilibrio ante el sorpresivo abalanzo, rio bajito por la impulsividad de su novio. Llevo una mano a la nuca y se unió en un beso lleno de pasión, se adentraron en las cavidades del otro explorando y batallando con sus lenguas. Itachi lo empotro contra la pared, acaricio los deliciosos muslos acercándose a los suculentos glúteos apretándolos con gula. Deidara soltó un gemido por el atrevimiento del moreno que comenzó a lamer su cuello. 

             Deidara quería sentir la piel de su novio, paso sus manos por la espalda, tiró la polera hacía arriba queriendo arrancársela, Itachi lo ayudo y después quito la de Deidara, el contacto con su piel era electrizante. Deidara paseaba las manos por la espalda desnuda, por los hombros y el cuello, llego a la cara de Itachi tomándola y acercándola para unir sus labios nuevamente. Itachi lo llevo hasta la cama sin romper la unión, acariciaba la cintura del rubio hasta avanzar a sus pezones que acariciaba con el pulgar y los apretaba suavemente entre los dedos. Itachi llevo su boca hasta los rosados botones lamiendo primero el de la derecha mientras masajeaba el otro, chupaba y succionaba escuchando los gloriosos gemidos que provenían del doncel.  Siguió el mismo ritual con el otro y volvió a dirigir sus labios a los del rubio que abrazo su cuello haciendo que el beso fuera más profundo.

— ¿Seguro que quieres seguir? —Le pregunto Itachi mirando esos ojos azules que lo hipnotizaban. —Mañana es tu primer día en la universidad.

—No importa… Yo quiero mi primera vez ahora. —Iba a ser su primera vez, a pesar de que había tenido algunos novios, nunca los dejaba ir más allá. Esperaba a alguien especial para entregarse y ese era Itachi.

             Itachi le sonrió con ternura, se sentía único al poder obtener la virginidad de su amor.

            Deidara comenzó a desabrochar el pantalón de Itachi y este hizo lo mismo con el del rubio, se los quitaron velozmente, y es que querían que ambos cuerpos estuvieran desprovistos de cualquier tela que les obstruyera tocar sus pieles.  Itachi se deslizo por el cuerpo de Deidara hasta llegar a la altura de su pelvis, miró la ropa interior y con sus dientes comenzó a tirarla para abajo hasta lanzarla en el piso junto con las demás prendas. Deidara se ruborizo violentamente, era la primera vez que un hombre lo veía desnudo, a excepción de ese maldito… sus recuerdos llegaron a perturbarlo pero se relajó cuando Itachi beso delicadamente sus labios y le acaricio la mejilla con su pulgar.

—Eres tan hermoso. —Le declaro contemplando su bella figura bañada con la luz de la luna que entraba por la ventana.

—Ahora. —Dijo Deidara. —Me toca verte a ti.

                El doncel cambio de posiciones, se puso a la altura de la pelvis de Itachi, dentro bóxer pudo notar como su miembro quería ser liberado de la presionante tela. Dio una sutil lamida sobre ella y escucho un pequeño jadeo de Itachi, lo libero de la ropa interior como lo había hecho el. Se quedó embalsamado con el erecto pene del moreno, lo tenía frente a su cara, tan  cerca que podía respirar sobre el. Lo acaricio con el dedo índice desde la punta hasta la base, decidió pasar su lengua, sintió a Itachi estremecerse de placer bajo el  así que volvió a dar más lamidas por toda la extensión de carne al tiempo que acariciaba los testículos. Se lo metió despacio a la boca hasta la mitad y después pudo llegar a la base con todo el miembro de Itachi en su  garganta.

—Aah…Dei. —Itachi jadeaba ante las placenteras y excitantes sensaciones que le provocaba el doncel. Deidara siguió metiendo y sacando el miembro de su boca, Itachi lo agarro de la cabeza enredando los sedosos cabellos rubios entre sus dedos para marcar el ritmo. Sus caderas también lo acompañaban instintivamente, su miembro palpitaba queriendo llegar al final pero antes de lograrlo separo a Deidara quien lo miró con un puchero.

—Prefiero correrme en otro lugar. —Le dijo con doble intención al momento que colocaba a Deidara bajo el.

                Comenzó a masturbar al rubio, lenta y tortuosamente escuchando los gemidos que salían de su boca, no aguanto la tentación de ver esos rosados y caronosos labios y los beso con lujuria. Se separaron e Itachi llevo tres de sus dedos a la húmeda boca del menor que los lamio mirando al otro con deseo.

                Se dirigió a la rosada entrada y la lamio, uno de sus dedos termino por entrar hasta el interior junto con un leve quejido por parte del menor, le siguió el segundo y después el tercero. Costo un poco que Deidara se acostumbrara a la intromisión, pero ahora podía mover los dedos con mayor libertad.

 —Estoy listo. —Susurró Deidara decidido.

                Itachi se acomodó entre las largas y estilizadas piernas del menor que se amarraban a su cintura, acaricio sus muslos internos y tomo su miembro para dirigirse a la entrada. Metió la mitad lentamente, costándole por la estrechez del rubio que a la vez lo hacía torturar de placer. Sentía como Deidara se tensaba por la dolorosa intromisión y es que el pene de Itachi era muy grande, unas traicioneras lagrimas descendieron por las sonrosadas mejillas.

—Relájate, así te dolerá menos. —Itachi lo aconsejo pronunciado las palabras costosamente por la fricción que era producida en su miembro, Deidara hizo caso comenzó a relajar su cuerpo. Itachi de un solo empujón termino por meterlo ante un grito que salió disparado de la garganta del doncel, lo cayó con un beso y volvió a masturbarlo. De a poco comenzó a cambiar los quejidos de dolor por gemidos de placer.

                Las estrechas paredes lo sacaban de control, solo se aguantó hasta ver que Deidara se acostumbrase. Su mirada le pedía más y comenzó a embestirlo delicadamente agradado por los apacibles movimientos.

—Mmm…Ita…más. —Suplicaba Deidara abrazado de la espalda del mayor, sus caderas se movían intensamente en busca de más rapidez.

                Itachi acato las suplicas y comenzó a mover la pelvis rápidamente, penetrándolo con mayor profundidad y sujetando los muslos del menor para un mejor impulso. La fricción con la que era atrapada su miembro era deliciosa, sus testículos chocaban contra el trasero del menor y sus cuerpos se deslizaban por el sudor.

                 El atlético cuerpo sobre él se mecía vertiginosamente, Deidara miraba los músculos de Itachi trabajando en cada movimiento, sus caderas chocaban contra su cuerpo adentrando y sacando ese pedazo en su interior volviéndolo loco de placer. Sus piernas se abrían más y más para recibir gustoso a Itachi que estaba llevando una de sus piernas para ponerla en su hombro y así lograr un  mayor acceso. Las embestidas se tornaron más salvajes el rubio sentía sus ojos humedecerse de placer, se sujetó de la espalda del mayor clavando sus uñas así como hinco sus dientes en la  clavícula del mismo.

              Los gemidos y jadeos terminaron callados en la boca del otro cuando se fundieron en un beso rebosante de pasión. Sus cuerpos se movían frenéticamente a la vez que se retorcían de placer.  Itachi volvió a masturbar al rubio al mismo ritmo que las embestidas haciendo que delirara de placer.

              Sus miradas se conectaron, así como sus almas lo estaba haciendo en este acto carnal. Estaban haciendo el amor, se estaban entregando en cada movimiento, en cada mirada y suspiro.

               Las paredes de Deidara lo estaban apretando cada vez más, ya no podía aguantar y el rubio tampoco. Se derramo en su mano junto con un estruendoso gemido, le siguió él alcanzo el orgasmo esparciendo su semilla dentro de su amado. Se desplomo encima del doncel sin salir de su interior. Sus respiraciones agitadas y sus corazones latían intensamente, Itachi recostado en el pecho de Deidara sentía como este subía y bajaba. El doncel acariciaba la cabellera de Itachi, jugando con sus mechones.

—Dei. —Llamaba Itachi al momento en que se acomodaba para ponerse a su altura. Lo miro dulcemente y toco una de las rosadas mejillas con su palma. — Te amo.

                 Era la primera vez que Itachi le decía esas palabras, le llegaron a su corazón que comenzó a latir velozmente. Se acercó a los labios de Itachi besándolo con dulzura llevando una de las manos de Itachi hasta su pecho, justo donde se encontraba su corazón.

— ¿Sientes cómo me pones? —Dijo. — Yo también te amo. —Esta vez lo agarro Itachi besando con desenfreno, enroscando su lengua junto a la suya.

—Itachi. —Volvía a hablar Deidara. —Quiero hacerlo de nuevo. —Susurró al oído con una voz seductora que prendió al moreno.

—Mañana tenemos clases. —Le recordó Itachi.

—No importa, quiero hacer el amor contigo… —Itachi le dedico una sonrisa, el rubio terminaría por hacerlo un irresponsable con sus deberes, de todas manera le concedería sus deseos, además el también tenía unas ganas  inmensas que no se podía aguantar. Mañana despertarían cansados pero no importaba con tal de estar juntos y entregar sus cuerpos en una placentera danza pasional.

Notas finales:

Me gusta tanto escribir cosas bonitas entre ellos pero lamentablemente en algun momento los problemas van a empezar a surgir y crecer.

Muchas gracias por leer:)


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