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The fox & the crow por Yae

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VI.- “Círculo”

 

 

Sentía su corazón vibrar, como si se moviese al compás de algún ritmo imaginario, como si alguien cantase a su oído de modo tan irresistible que le era inevitable no desear más…

Pese a todo el jaleo en su subconsciente aun no determinaba la ubicación real de su cuerpo, un espacio patidifuso se dibujaba en su entorno y de pronto se hallaba tendido sobre alguna suave superficie con una imposible gigantesca luna cerniéndose encima, rondándolo.

De pronto la pesadez que asaltaba cada musculo fue menguando, sus negros ojos quedaron observando el satélite que rotaba lentamente, se le antojaba dormir hallándose tan a gusto en aquel espacio.

“¿Te quedarías conmigo?”

Una suave voz susurró atontándolo con la simple resonancia, la pregunta le parecía de algún modo repetitiva y más cuando sintió la suavidad de un par de labios posarse sobre los propios.

La sensación de estar haciendo algo inadecuado comenzaba a deslizarse por su espina, en consecuencia cerró los ojos escasos segundos, segundos que bastaron para sentir el peso de alguien encima…

Shisui…

Balbuceó al distinguir una mata negra de cabellos y un rostro claro sonreírle con dulzura, vio los labios ajenos moverse pronunciando algo que no pudo descifrar con claridad antes de ser besado con ansiedad, sin deseos reales quiso apartar a quien yacía encima suyo sintiéndose exhausto de repente.

Mas besos se repartieron entre su cuello y su clavícula, un par de manos se escabulleron entre su ropa buscando retirarla, nuevamente la sensación de estar errando esta vez le hizo jadear.

Apártate… Shisui… con dificultad casi ni pudo escuchar su propia voz, la luna que aun distinguía arriba parecía estar hipnotizándolo de alguna ilógica manera. Las manos que pretendían deslucirlo se recrearon con sus muslos y su entrepierna… una ligera ola de calor recorriéndole ansiaba encender su libido, como si de algún modo deseara todo aquel absurdo.

Besos, mordiscos y como una luz relampagueante la imagen del beso que compartió con Naruto hace horas fue como la bofetada que necesitaba para reaccionar del todo. Abriendo los ojos lo más que pudo se incorporó aunque intentaron detenerlo.

 

Claramente agitado se vio en medio de la penumbra de su habitación, sentado sobre el futón en el que dormía, hallándose solo, la enorme luna y Shisui habían desaparecido si es que en algún momento estuvieron realmente ahí.

Sentía su rostro arder y más al notar su pijama desarreglado, como si en verdad esas manos y esos labios hubiesen recorrido casi todo su cuerpo. Casi trastabillando se puso de pie para correr hacia el cuarto de baño, encendiendo la luz de inmediato se plantó frente al espejo, tenía las mejillas rojas, más para su alivio ninguna marca en su cuello.

— Imposible… — susurró quedito, ya estaba harto de todo asunto sobrenatural que no dejaba de achacarlo en las últimas semanas.

 

 

 

 

 

 

Debido a las constantes lluvias que asediaban el pueblo últimamente casi todas las salidas de los pocos camiones que iban a la ciudad se cancelaron, los caminos estaban llenos de lodo que no podía secar del todo, incluso las goteras dentro del único colegio empeoraron.

— Bueno como la mayoría de los salones están húmedos creo que por el día de hoy podremos hacer una excepción.

Al presuponer el final del comunicado todos los alumnos reunidos en la sala de arte vitorearon seguros de que no pasarían clases.

— No, no es lo que están pensando — Kakashi prosiguió — creo que podemos hacer un pequeño trabajo extra — los abucheos esta vez fueron más sonoros — en grupos de dos personas reúnanse y elaboren alguna breve investigación, sobre la razón que consideren sea responsable del cambio tan abrupto en el clima.

Los estudiantes entre quejas y resignación optaron por sentarse en el piso de madera para empezar cuanto antes y poder salir temprano.

Itachi se quedó de pie buscando a alguien con la mirada, lo más probable era que Naruto no hubiese asistido, de todos modos el día anterior se cayó de un tejado lesionándose el tobillo. Dio un pequeño suspiro, aunque lo mejor era obviar el incidente, deseaba preguntarle al rubio que razón tuvo para besarlo…

Lo más probable era que tan solo estuviese burlándose.

— Necesito que vengas a mi oficina unos momentos.

Itachi respingó viendo a Kakashi en frente sonriéndole dentro de aquella máscara, asintió brevemente milésimas antes de ser sujetado por un brazo, giró por reflejo topándose con Naruto quien le miraba de mala gana.

— Pensé que podrías ayudarme con la tarea Itachi… creo que me la debes — el rubio sonrió con malicia.

— ¿Pasa algo? — algo impaciente el mayor carraspeó sintiendo su autoridad amenazada, era el maestro de todos modos, se supone que debían obedecerlo.

— Iré… — el pelinegro se mordió los labios por menos de un segundo — iré a dirección en unos minutos Kakashi-sensei.

El de cabellos plateados pareció meditar la situación, analizando todo lo fuera de lugar en ella, — te estaré esperando — afiló la mirada antes de retirarse.

— ¿Sabes qué clase de libros lee? — Naruto sonrió ahora divertido cruzándose de brazos — deberías andar con cuidado.

— Creí que hoy no vendrías — ignorando el ultimo comentario Itachi le miró de pies a cabeza.

— ¿Por qué no lo haría? Solo me duele un poco, nada del otro mundo — elevó sus pies uno por uno haciendo una ligera mueca de dolor — he tenido peores accidentes, quiero irme temprano hoy, vamos a hacer la tarea.

— Tengo que ir a dirección — Itachi vio claramente como el rubio arrugaba el entrecejo con molestia.

— Bien, pero no tardes, al menos me debes esta tarea — se giró alejándose para poder hablar con una muchacha de cabellos rosas, con quien reía amenamente.

Algo desconcertado por la actitud de Naruto prefirió apresurarse a la oficina del director.

Kakashi le esperaba de pie revisando una estantería metálica hurgando entre las carpetas amarillas que allí se guardaban, — toma asiento — con tono ligeramente más hostil le indico la silla para que obedeciera.

— ¿Para qué me necesitaba? — ignorando el ofrecimiento Itachi permaneció de pie luego de cerrar la puerta tras de sí.

— Las solicitudes… — el mayor extrajo un folder amarillo dejándolo sobre la mesa — debo suponer que no las leíste, puesto que ni siquiera te las llevaste — atentos sus ojos examinaron al pelinegro a detalle como si este fuese demasiado interesante. — Siento si soy insistente, pero sería una lástima que alguien con tus aptitudes desperdiciara su potencial.

— Voy a revisarlas — ligeramente impaciente Itachi tomó las hojas — se lo agradezco.

— Podemos revisarlas juntos.

La profunda voz de Kakashi le produjo un ligerísimo escalofrió.

— Así podría explicarte si tienes alguna duda e incluso ayudarte con los detalles de ingreso, siempre y cuando elijas alguna universidad de tu agrado… tengo algo de tiempo esta tarde, puedes venir a mi casa.

Itachi no dijo nada, pero sus labios permanecieron entreabiertos, como si alguna palabra u onomatopeya se hubiese trabado en su garganta sin emerger.

— Como el día de hoy vamos a salir temprano no creo haya inconveniente con tu trabajo.

— No es posible. — Inspirando levemente recompuso su serena expresión, — tengo algunos pendientes…

— ¿Con Naruto? — le interrumpió.

— Así es — asintió analizando la expresión del mayor, se veía… molesto por la afirmación.

— De acuerdo Itachi, cuando tengas algo de tiempo libre revisaremos las solicitudes, solo te pido que no lo pospongas demasiado… puedes regresar al salón  — sentándose frente al escritorio se enfrascó en revisar papeles como nadie más estuviese allí.

— Con permiso — algo incómodo salió a prisas regresando a la sala donde estaban todos los estudiantes reunidos.

 

— Pensé que tardarías más — de inmediato Naruto lo interceptó ni bien hubo entrado del todo al lugar.

— Es mejor empezar con la tarea.

 

Un pequeño estornudo y la sensación de ligero sopor ascendiendo por su cuerpo bastaron para apresurarlo a terminar el dichoso trabajo que Kakashi les encomendó, pero el maestro de cabellos plateados ya no regresó al salón, en cambio encargó a un par de estudiantes recoger la tarea después de un par de horas.

— Si esta maldita escuela se inundase ya no tendríamos que venir todos los días — Naruto bostezó cansado cruzándose de brazos.

Itachi se le quedó viendo catalogando de exagerada la solución del rubio para ya no asistir a clases.

— Na… Naruto-kun — la vocecilla de Hinata captó la atención de ambos, era ella una de las encargadas de recoger la tarea, llevaba en brazos varias hojas de papel — Kakashi-sensei me pidió… que-que yo recogiese la…

— Ya lo note — el de ojos zarcos permaneció con gesto poco agradable viéndole de lado — Itachi y yo ya lo terminamos.

El pelinegro arqueó una ceja, siendo el único que elaboró el informe era innecesario que Naruto se incluyese con tanto cinismo.

— Itachi-kun — La muchacha entonces entornó la mirada hacia el nombrado.

Sin dudarlo le entregó el informe a Hinata esperando que ella se alejase cuanto antes, la manera en que las mejillas de la muchacha se tornaban rojas tan solo por ver a Naruto delataban lo evidente y de algún modo eso no le agradaba del todo.

— ¿Na… Naruto-kun, tienes tiempo esta tarde? — armándose de valor la chica se plantó delante del rubio  sujetando con fuerza las hojas de papel que llevaba consigo.

Sus ojos azules se entornaron hacia ella, mordiéndose el labio inferior suspiró ruidosamente, — ayer me caí y me torcí el tobillo, no puedo caminar muy bien — explicó notando a penas la mirada crítica que el pelinegro le dedicaba — hoy no puedo salir.

— Yo-yo podría…

— Itachi va acompañarme a casa, de todos modos él es responsable de mi accidente — completó interrumpiendo lo que Hinata estuviese a punto de decir.

— Es… está bien… cuídate Naruto-kun — encogiéndose en hombros la muchacha de giró alejándose a grandes zancadas.

 

Molesto por la reciente escena pero sin admitirlo Itachi guardó sus cosas con rapidez dispuesto a irse cuanto antes.

— Acompáñame a casa.

La voz de Naruto le hizo dudar.

— Los accidentes suceden todo el tiempo, no intentes chantajearme con algo tan absurdo — habló viéndole de lado — ayer te pedí disculpas y ahora hice la tarea por ambos, creo que es suficiente para compensar el incidente Naruto y aunque no lo fuese no hare más. — Afiló la mirada.

Los puños del rubio se presionaron con enfado, había algo en la actitud de Itachi que lo enfadaba bastante, pese a mostrarse sereno y amable sentía al pelinegro demasiado orgulloso… una nauseabunda combinación.

— Solo acompáñame a casa… — con un demonio, se mordió la lengua antes de insultar — solo eso. — Tenia la mandíbula tensa consecuencia de presionar sus dientes entre sí con fuerza, la malsana sensación de buscar un desquite que incluyese control sobre el pelinegro revoloteaba en sus pensamientos… vengarse por una ofensa jamás sufrida en realidad.

Pudo oír el suave suspiró del pelinegro y sonrió en sus adentros.

 

 

 

 

 

 

Abrió la rechinante puerta, sonido que en esta ocasión le provocó hasta dolor en los dientes, al menos esperaba que su madre no estuviese en casa, no tenía ánimos de lidiar con aquella mujer y menos inventarle alguna excusa, caminaba apoyándose en Itachi, había exagerado de manera deliberada ni bien hubieron salido del colegio. Tan solo bastó casi una caída para que el pelinegro le ayudase a caminar con mayor diligencia…

¿Cómo enamorar a alguien?

Se preguntó una vez llegaron a la desordenada sala, no sabía cómo responder a esa pregunta, jamás se tomó la molestia de intentar gustarle a alguien seriamente… de todos modos no había hecho ni el menor esfuerzo para que Hinata u otras muchachas mostrasen interés romántico en su persona.

Con un ligero suspiro Itachi le dejó sentado en el maltratado sofá.

— Ya casi es medio día. — Naruto habló invitando al otro a sentarse a su lado.

— Supongo que con esto es suficiente, ya debo irme — más el de oscuros ojos hizo amago de retroceder.

— ¿Es que no quieres quedarte conmigo a solas? — Ironizó mordiéndose los labios luego de ver la ligera molestia en el otro — quiero que hablemos… — inspiró profundo afilando la mirada.

— Ayer te dije…

— Que no teníamos nada de qué hablar — le interrumpió completando la frase — pero eso fue antes… — calló de repente sintiéndose algo impaciente, maldijo a Itachi por no facilitarle las cosas, ya podría desquitarse después, ya podría después de algún modo satisfacer su extraño deseo.

—Ayer… — esta vez el de cabellos largos empezó, desviando ligeramente la mirada parecía meditar las palabras que deseaba pronunciar.

— Ven. — Naruto se puso de pie cojeando para tomar de la mano al otro y guiarlo a la cocina — estoy muriendo de hambre — agregó, una vez allí busco por las alacenas algo de comer.

Itachi se le quedó viendo unos instantes agradeciendo la interrupción, por alguna razón se sentía cohibido al hablar del asunto del beso, como si fuese algo bochornoso en lugar de irrelevante.

— ¿A qué hora sales hoy de tu trabajo? — el rubio preguntó sin detener su labor hurgando aquí y allá.

— ¿Eh? — la pregunta le tomó desprevenido.

— Maldición — Naruto se desesperó al no hallar nada comestible, esa era una de las razones por las cuales evitaba estar demasiado tiempo en casa. Lo único que halló fue una botella semivacía de licor, sin pensarlo mucho vertió un poco del líquido en un vaso para bebérselo de un trago. — ¿Quieres? — torció los labios al ver la mirada que el pelinegro le dedicaba.

— Sera mejor que me vaya — anunció en tono bajo dando media vuelta, pero tan solo al dar un paso fue detenido por el rubio asiéndolo de un brazo.

— Itachi…

El nombrado volteó algo sorprendido, la manera en que Naruto había pronunciado su nombre le producía deseos de oírlo nuevamente.

— No te vayas…

Los labios de Naruto se estrellaron de nuevo contra los suyos, Itachi pudo sentir el ligerísimo regusto a alcohol en ellos mas no hizo nada por apartarse, se dejó besar y le besó, como si desobedeciese de manera consiente a su sentido común. Cerró los ojos deleitándose en la sensación lo más que pudo, sin estar seguro ni siquiera un poco del porque lo hacía.

En cambio los zarcos ojos de Naruto se mantuvieron entreabiertos mientras prolongaba el húmedo beso, necesitaba descifrar en la expresión ajena si podía llegar a enamorar al otro muchacho. Le vio con los ojos cerrados y un tenue rubor que seguro compartían, paseó su lengua por toda la boca ajena jugando y divirtiéndose mientras buscaba morder el músculo ajeno cuando Itachi intentaba lo mismo.

Separándose para respirar correctamente el rubio se relamió los labios, pese a estar besando a otro hombre había hallado el beso placentero del todo, pero al intentar repetirlo los estrepitosos golpes en su puerta principal alertaron a ambos.

— Ya… ya tengo que irme — el pelinegro quiso recomponer su calmada expresión pero no pudo hacerlo del todo.

— … — resopló asintiendo, no era buena idea presionar tanto al Uchiha, si había participado de cada beso que se dieron aquello debía ser buena señal, lo mejor ahora sería dejarlo para que las cosas se dieran por sí mismas.

Ante los continuos golpes Itachi salió a prisas algo nervioso por toparse con quien hubiese venido a buscar al rubio, inspirando hondo abrió la puerta…

O al menos lo intentó.

Estaba cerrada a cal y canto.

Frunció el entrecejo al intentar abrirla de nuevo sin ningún resultado.

— Naruto, no es gracioso. Abre la puerta.

— No está cerrada — con tonó de hastió respondió desde la cocina.

Mas golpes se oyeron provenientes desde fuera, pero daba igual las veces que Itachi quisiera forzarla, esta no cedía.

— Abre la puerta — repitió impacientándose.

— ¡Que no está cerrada! — algo más molesto Naruto salió de la cocina cojeando un poco, los molestos golpes en esta no  paraban, quien sea que hubiese venido a interrumpirlos tan solo estaba poniéndolo de peor animo con esa insistencia. Pasando al lado del pelinegro quiso abrir la puerta sin lograrlo. — ¿Qué demonios?

Buscando entre sus bolsillos halló sus llaves con las cuales quiso abrir la incordiosa puerta.

Itachi tan solo se quedó viendo como el rubio hacia intentos inútiles pese a haber introducido la llave esta no giraba en la ranura.

Y los golpes del otro lado no cesaban.

— ¡Dejen de golpear maldita sea! — Naruto gritó irritado intentando vanamente abrir la dichosa puerta.

 

¿Naruto-kun?

Aquello fue más como un susurro, una vocecilla que parecía provenir de fuera, pero de una distancia considerable, la voz que de inmediato identificaron como la de Hinata hizo a ambos respingar.

Entonces los intentos del de ojos azules se detuvieron, dudoso se asomó por la mirilla… pero no vio absolutamente a nadie, pero un hecho llamó enormemente su atención.

Se giró de inmediato dirigiendo su clara mirada a la ventana más próxima, sus ojos se abrieron más al ver a la muchacha de pie frente a una ventana, observándole a través del cristal con la copiosa lluvia que caía fuera y de la cual no se habían dado cuenta.

La veía con el uniforme del instituto, pero demasiado deslucido, maltratado incluso con manchas de barro sobre este y raspones sobre la piel, no pudo ver los ojos de la chica el ángulo no se lo permitía, entonces dirigió su azul mirada a Itachi quien también parecía ver estupefacto a la mujer tras el cristal antes de mirarle a los ojos confundido, pero cuando quiso enfocar a Hinata de nuevo esta ya no se hallaba ahí.

— Mierda. — se mordió los labios buscando abrir la puerta nuevamente…

Y esta vez sí lo consiguió.

Con facilidad la cerradura cedió abriéndose y al hacerlo inmediatamente el sonido de la estrepitosa lluvia que caía al fin llegó a sus oídos, como si le hubiesen devuelto ese sonido al entorno. Aun empapándose con las gotas que caían Naruto salió a rodear su casa buscando a la muchacha sin hallarla por ningún lado, trastabillando sin querer quedo de rodillas en el piso, golpeó la lodosa tierra con uno de sus puños, la idea de estar alucinando tan seguido no era viable… debía encontrar ayuda, ayuda para sí mismo y de paso para Itachi.

— ¿Qué fue lo que viste?

El rubio se sobresaltó al ver al pelinegro de pie a su lado, mojándose con la lluvia sin que le incomodase.

— Lo mismo que tu… a Hinata.

Vio a Itachi negar suavemente inclinándose, — no Naruto, yo no la vi a ella.

 

 

 

*****

 

 

 

 

Notas finales:

 

¿Aun alguien me recuerda?... Sé que esta vez sí me demore mucho, en realidad fue solo que desde que llegó el nuevo año he tenido problemas con “P” mayúscula, tanto que en verdad planeaba dejar todo esto botado pero a fin de cuentas todos tenemos problemas y debemos saber sobrellevarlos. Y mi laptop que anda medio dañada no ayuda mucho, de todos modos ahora las cosas están más tranquilas y por eso heme aquí, gracias a todas las personas que comentaron y le dieron una oportunidad a esta historia que planeo continuar.

De nuevo gracias por las lecturas y en especial por los comentarios, nos leemos en el siguiente si este capítulo les ha parecido interesante. Cualquier queja, duda o sugerencia es bienvenida.

Yae.   


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