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El amor en las buenas y en las peores por amber0714

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Morinaga despertó durante la madrugada, por alguna razón se sentía fatigado su garganta le dolía y no sabía por qué no recordaba el momento en que se fue a la cama, volteo a un costado y ahí se encontraba Souichi durmiendo su rostro mostraba algo de tristeza.


Se enderezo y se sentó en la cama tratando de hacer memoria que fue lo que paso en las últimas horas, trayéndole de golpe el momento en el que le había confesado a Souichi su penoso pasado en verdad se sentía fatal, avergonzado y por alguna razón humillado.


Él no quería que por nada del mundo su compañero se enterará de ello pero ahí estaba completamente expuesto lo menos que deseaba era la lastima de nadie. Los únicos que conocían como fueron las cosas durante los primeros años de su vida eran los integrantes de la mansión Morinaga y ahora Souichi, se levantó de la cama tratando de no despertar al que se encontraba a su lado no quería permanecer un minuto más ahí.


Escucho ruidos por lo que se acercó a la ventana que daba hacía la calle, encontró un montón de salvajes andando de un lado para otro pero la inmensa cantidad que había lo espanto en verdad, eran por lo menos unos veinte y andaban de un lado para otro golpeándose y arrojando cosas, rompían vidrios, carros y todo aquello que se pudiera destruir.


Tomo rápidamente la espada que últimamente había visto como su arma de defensa, está la tenía guardada aun lado de su ropero quería asegurarse de si sucedía algo estar preparado, abrió la puerta de su cuarto tratando de no hacer ruido y fue hacía la sala a verificar que todo estuviera bien, que no hubiera ningún salvaje tratando de entrar. Al salir a la sala se dio cuenta que estaba Matsuda-san con una vela en su mano temblando ya que algunos ruidos provenían del pasillo que se encontraba fuera del departamento, Morinaga corrió hacía donde se encontraba la señora, apago rápidamente la vela y le indico con la mano que guardara silencio, Matsuda-san asintió mientras lágrimas le derramaban por la cara estaba asustada de que llegaran a entrar y pudieran matar a todos. Después de unos minutos de escuchar ruidos estos se fueron alejando poco a poco, Morinaga se acercó a la señora para susurrarle al oído:


-Por favor no se preocupe, estamos sempai y yo aquí las vamos a proteger, ahora despierte a Kanako-chan y sin hacer ruido o prender velas siendo lo más sigilosas que puedan necesito que entren al cuarto de la despensa, no tiene ventanas y es el lugar más seguro de toda la casa yo llevare unos futones para que descansen ahí lo que resta de la noche entendido-Morinaga trato de ser los más breve y claro posible, necesitaba infundirles seguridad o caerían en el miedo y no tardarían en ser descubiertos.


En cuanto la Matsuda-san asintió en respuesta cada uno se dirigió a hacer lo que habían planeado. Morinaga entro nuevamente a su cuarto tomo dos futones y los llevo a la despensa y los acomodo para que pudieran dormir se encontró con Matsuda-san y Kanako-chan las dos temblaban de miedo por lo que las guio a través de la casa para evitar que se cayeran o fueran a hacer un ruido innecesario. Una vez que se recostaron en el suelo él les volvió a susurrar que todo estaba bien, que pasará lo que pasará no hicieran el más mínimo ruido.


Volvió al cuarto y suavemente movía a Souichi tratando de despertarlo, este al parecer no reaccionaba por lo que se acercó a su oído para hablarle:


-Sempai por favor despierte, Sempai-


-Mmm Morinaga- Souichi se movía pero sin despertarse por completo, ante la poca reacción del pelilargo, Morinaga lo zarandeó un poco más fuerte para lograr que por fin abriera los ojos. Souichi ante el movimiento constante despertó sentándose en la cama y tallándose los ojos.


Cuando apenas iba a hablar Morinaga cubrió su boca con la mano-Shhh Sempai los salvajes tienen rodeado el departamento, hasta ahora no han intentado entrar pero es mejor movernos a un lugar seguro- El pelilargo se asustó ante las palabras que le habían dicho, procuro guardar la calma se levantó de la cama lo más rápido que pudo y siguió al peliazul que se dirigía fuera de su habitación. Después miro que fue a la sala y busco alrededor algo hasta que por fin tomo un bolso y volvió a con Souichi luego le hizo señas hacía la alacena souichi comprendiendo el mensaje se dirigió hasta allí encontrando a Matsuda-san abrazando a Kanako sentadas sobre futones.


-Por favor no se preocupen todo está bien, procuren descansar. Sempai por favor ponga esta bolsa en un lugar seguro está llena de medicamentos- Después entro el a la alacena y cerró la puerta tras de sí la atranco con unos costales muy pesados de harina y sentó a un costado de ellos mientras los ruidos provenientes de la calle seguían sin cesar.


Souichi se le quedo mirando unos segundos a Morinaga creyendo que después de haber despertado no recordaba nada de lo ocurrido el día anterior. Deseaba ver sus ojos y saber que era lo que le pasaba por la cabeza pues aunque los pensamientos del ojiverde fueran complicados él mostraba sus sentimientos a través de su mirada, pero debido a la oscuridad en la que se entraban a duras penas lograba distinguir su silueta, dándose por vencido también tomo asiento en el suelo y se preguntaba por cuanto tiempo iban a estar ahí y como siempre gracias a las rápidas acciones de Morinaga estaban temporalmente a salvo. Con calma y cabeza fría tomaba decisiones importantes muy acertadas ahora no se sentía muy diferente de una carga más para el ojiverde. Dio un suspiro y lo último que supo fue que nuevamente estaba siendo movido con delicadeza para que despertara, fue abriendo los ojos para encontrarse con el rostro de Morinaga.


-Sempai ya amaneció vaya a la cama sino su cuerpo quedará adolorido por dormir sentado. No pasó nada durante la madrugada y hace un par de horas que dejaron de escucharse ruidos no veo problema en que salgamos pero para estar seguros saldré a revisar las entradas y cerciorarme que no allá ninguna rota usted mientras despierte a los demás, pero antes de eso cuando yo salga vuelva a atrancar la puerta con los costales, una vez que revise el departamento vendré y tocaré la puerta. Entendido. Le informaba Morinaga de los planes de manera seria mirando hacía las dos mujeres que se encontraban durmiendo en los futones.


-Que vas a hacer si durante la noche lograron entrar los salvajes y se encuentren dentro del departamento-Souichi se empezaba a molestar nuevamente por el comportamiento tan despreocupado que tenía Morinaga hacía su propio bienestar, siempre él era el que se ponía en peligro para asegurar a los demás.


-Alguien tiene que hacerlo-Le dijo Morinaga de manera seria volteándolo a ver.


-Y por qué tienes que ser tú? Yo también puedo hacerlo- El peligris quería ser de utilidad una vez ya que todo era hecho por el más joven sin importar en las condiciones que se encontraba.-Además tú todavía estas herido.


-Sempai esto no es una votación lo desperté por si algo sucedía estuviera al tanto y pudiera proteger a Matsuda-san y Kanako-chan no para ver quién iba a salir a sí que por favor no diga más- Souichi se sorprendió por las palabras de Morinaga pues en cierta manera le estaba diciendo que no lo iba a dejar a él salir sin importar lo que dijera, pero lo que más le sorprendió fue la manera tan fría en la que lo dijo.


Morinaga siempre quería hacerle ver su punto de vista pero jamás le imponía nada en esta ocasión ni siquiera lo dejo opinar.


Sin decir más el ojiverde se levantó de suelo y camino hacía la puerta retiro los costales, Souichi reacciono y cuando trato de detener al menor este ya había cerrado la puerta. Iba a Salir también pero luego volteo hacía atrás y miro a su pequeña hermana y tía durmiendo plácidamente por lo que se retractó alguien tenía que quedarse con ellas.


Mientras tanto Morinaga hacía un recorrido a través del departamento checando cada una de las salidas que daban hacía la calle y viendo que los barrotes de protección no estuvieran rotos. Una vez que miro todo en orden reviso los cuartos y se acercó a una de las ventanas mirando hacia el exterior quería ver como estaban las cosas en la calle se llevó una sorpresa que casi le saca un grito, había por lo menos 4 salvajes en el pasillo del departamento recostados en el suelo y uno de ellos anda de un lado para otro olfateando el piso.


Cuando se acercó a la ventana en la cual estaba posicionado el ojiverde este se echó hacía atrás de forma rápida, el salvaje comenzó a olfatear después de unos segundos se detuvo y se quedó quieto mirando a la ventana aunque no podía mirar nada ya que la ventana tenía barrotes y una cortina que obstruía la vista hacía dentro, pero el salvaje no se movía del lugar en el que se encontraba al parecer había captado algún aroma.


De la nada empezó a gruñir mostrando sus colmillos, Morinaga retrocedió otro paso más asustado y preparo la espada para cualquier cosa. El salvaje levanto una mano de forma lenta y de una forma repentina rompió el cristal de la ventana, haciendo un gran estruendo que levanto a los salvajes que se encontraban recostados. El peliazul comenzó a temblar no sabía si era por el miedo o por el frío inmenso de la mañana, al parecer la temperatura estaba muy baja y el que hubieran roto el vidrio hizo que el aire frio entrara en la habitación.


El salvaje trataba de meter la mano a través de los barrotes pero no tenía resultado ya que por lo juntos que están no cabía su mano. Este se comenzó a molestar ya que de la nada comenzó a lanzar zarpazos contra los barrotes y fue rodeado por los demás salvajes que curiosos por lo que sucedía se empujaban entre si y peleaban para acercarse a la ventana.


Morinaga de forma rápida cerró la puerta de su cuarto tratando de no hacer ruido ya que si seguía ahí no tardarían en visualizarlo o peor olfatearlo. Agarro una cuerda que se encontraba en una de las cajoneras del pasillo tomo la perilla de su cuarto la enredo en la soga y esta la traslado hasta una de las perillas contrarias de la habitación continua. Después acerco el sillón más grande arrastrándolo sin hacer ruido y lo recargo contra la puerta de su cuarto y así continúo hasta que bloqueo la puerta por completo.


El ruido se hacía más fuerte al parecer no se darían por vencidos tan pronto, no tendría mucho de qué preocuparse era de mañana y lo más probable que en un par de minutos se tranquilizaran al no encontrar nada, además los barrotes eran difíciles de romper o quitar ya que estaban embonados en la pared.


Cuando se dio la vuelta el alma le dio un brinco dentro de su cuerpo pues a unos pasos se encontraba Souichi con la respiración acelerada y mirándolo asustado, por un momento creyó que nuevamente lo habían sorprendido por la espalda.


-¿Qué sucede? Que fue ese estruendo, por qué bloqueaste nuestro cuarto- El peligris al escuchar el estruendo salio rápidamente del cuarto de despensa pensando que Morinaga se encontraba en problemas.


-Pero qué demonios pasa con usted sempai-Decía el peliazul susurrando. Bueno eso sí que tomo por sorpresa a Souichi porque no sabía que le estaba reclamando- Esos ruidos son de unos salvajes que se encuentran en el pasillo y al parecer nos detectaron por medio del olor, en estos momentos están tratando de entrar y usted se encuentra afuera, le dije claramente que se quedara adentro de la alacena-Decía Morinaga bastante enojado.


-Pero que te pasa idiota, porque me estas regañando, en primer lugar salí por qué me preocupe por ti, en segundo lugar tu no me mandas. Escuchaste- Souichi se dio cuenta que Morinaga estaba actuando raro desde que amaneció pero el hecho de que le hablara de esa manera dio por hecho que estaba molesto con él. La razón; probablemente la discusión que tuvieron ayer antes de que se desmayará


-Y por eso dejo solas a Kanako-chan y Matsuda-san?, que hubiera pasado si los salvajes estuvieran dentro del departamento, pudimos haber muerto los dos y dejado a ellas solas sin quien viera por su futuro y las protegiera. Sempai cada movimiento que hacemos puede costarnos la vida y recuerde que no solo somos nosotros, nuestra muerte puede significar la muerte de ellas también. Así que piense detenidamente la próxima vez antes de actuar de esa manera.


Como puede estar reclamándole de esa manera cuando lo único que pensó él fue el ayudar a Morinaga, claro que si lo miraba desde el punto de vista expuesto anteriormente era verdad, pero aun así le parecía que el peliazul no estaba tomando en cuenta que en realidad era por el que seguían vivos, la supervivencia de ellos dependía del ojiverde aunque le doliera aceptarlo Morinaga era quien en realidad todo este tiempo había estado protegiendo a él y a su familia.


A penas iba contestarle pero el peliazul lo tomo del brazo de forma brusca y se dirigió a la alacena metió al peligris de un pequeño empujón y corrió hacía el cuarto de lavado y tomo las sabanas que había lavado el día anterior, volvió nuevamente hacía el cuarto de despensa y se metió cerró la puerta rápidamente tomo una de las sabanas y comenzó a extenderlas a lo largo de la parte inferior de la puerta tratando de tapar cualquier abertura. Coloco nuevamente los costales y se recargo exhausto entre los costales, mientras tanto era mirado por Kanako y Matsuda la cual abrazaba a la pequeña niña que comenzaba a llorar. Por otro lado Souichi miraba a Morinaga con los ojos un poco más abiertos de lo normal y se tomaba el brazo que anteriormente había sido apretado con más fuerza de la que pensaba por parte del ojiverde.


-Que se supone que estás haciendo­- Dijo por fin Souichi ni explicarse el comportamiento tan abrupto que había tomado el más joven.


-Los salvajes no han parado de golpear los barrotes, son cinco en total y no sé si por el escándalo que están haciendo pueden atraer la atención de más. Los barrotes no cederán tan fácilmente pero hoy se están comportando de forma extraña. Cuando me encontraron en la tienda y me atacaron no fue porque me hayan visto sino porque me olfatearon, hace unos momentos también me descubrieron debido a que me olfatearon. Si llegan a entrar tengo que asegurarme que no nos puedan encontrar por el olor por eso puse esas sábanas limpias- Se levantó y tomo una lata grande de frutas en almíbar y la acomodo cerca de la ventilación, quito la reja y procedió a atorar la sábana con el mismo fierro que había quitado anteriormente.


Si, definitivamente ya estaría muerto si Morinaga no estuviera a su lado.


Kanako comenzó a gimotear pues lo que había explicado el peliazul solo hizo que se aterrara.


-Kanako-chan dije que solo si lograban a entrar, los barrotes son fuertes. Además están en la ventana de la habitación de sempai y mía deje la puerta atrancada y con una barrera no les será tan fácil llegar hasta nosotros-Decía para tranquilizar a las dos mujeres presentes y acariciaba el cabello de la más joven.


-Que vamos a hacer- Continuo Matsuda-san que también estaba asustada, pero tenía que controlarse si no quería alterar a la niña que se encontraba en sus brazos y en parte estaba avergonzada que toda la situación fuera resuelta por el joven de cabellos azulados.


-De momento esperar a que se vayan tarde que temprano se van a resignar pues fue gracias a eso a que yo me salve la vez anterior.-Comenzó a explicar mejor la situación pues al parecer aun no lograban ver lo que estaba pasando por lo que tendría que ser claro-Vamos a dormir aquí hasta que todo se tranquilice, creo saber la razón por la que están tan violentos a pesar de ser de mañana. Lo bueno de todo es que estamos encerrados en un lugar sin ventanas, nuestros olores ya fueron en cierta forma cancelados, el aire seguirá circulando a través de la sabana en la ventilación esta da para la calle pero estamos en el tercer piso así que no tenemos por qué preocuparnos de que nos descubran. Pero hay que tomar nuestras precauciones y minimizar nuestras presencias en esta área por eso también puse la sabana en la ventilación.


Ahora también tenemos la comida y agua aquí así como la medicina en caso de emergencia, no logre ir por el botiquín pero de momento no es tan urgente- Al mencionar todo esto también le facilitaba repasar las cosas asegurándose que no haya pasado nada por alto-


-Y tu herida… como esperas que la mantengamos desinfectada y le demos las atenciones necesarias- Decía Souichi viendo que nuevamente Morinaga estaba pensando en todo pero como siempre él era el único que quedaba para ultimo y debido a esta forma de ser había pasado por alto su herida y el tratamiento de primeros auxilios que le aplicaban todos los días.


Morinaga se quedó pensativo un momento y pues ciertamente se le había olvidado ese detalle. La tratare con un poco de agua embotellada y si es necesario vendarla utilizare el sobrante de sábana que puse sobre la ventila.


Ahí estaba… problema resuelto, el cerebro de Morinaga se las ingeniaba con todo y para todo hacía que se preguntará Souichi si el suyo estaba activo o se había averiado después de tanta tensión. Quería hablar con Morinaga respecto a su comportamiento hacía él, pero frente a su hermana y sus tía no tenía caso. Así que se quedó callado, cuando quizo preguntarle nuevamente sobre la razón por la que los salvajes estaban tan violentos pues él dijo saber el motivo este ya se encontraba dormido. Se había olvidado que Morinaga paso toda la madrugada despierto al pendiente de los Salvajes y por el bienestar de los que se encontraban descansando, por lo que no había dormido en horas y ahora había cedido ante el cansancio y la fatiga, no lo culpaba sino se restregaba mentalmente el ser tan inútil y dejarle todo el paquete a Morinaga a tal grado que este quedaba en ese estado. Sin duda tendría que alcanzar al peliazul o sería una carga más.


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