Aun recordaba la emoción con la que solía esperar a su hermano, la alegría, la emoción y la admiración. Corría esperando verlo cuando regresaba de algún entrenamiento y como siempre toleraba los golpes en su frente con sus dedos
- ¡Hermano!
- He vuelto, Sasuke -sonriendo
- Bienvenido, Itachi-ni
Pero todo cambio una noche; la cual basto para que todo cambiara, ese amor se convirtió en incredulidad al ver a sus padres muertos y odio al ver quién era el causante: su hermano, a quien admiraba más que a nadie en todo el mundo.
El resto de su infancia, solo escuchaba que Itachi había matado a toda su familia y miembros del clan Uchiha sin ninguna razón, eso alimentaba más y más su odio, así como su sed de venganza, se juró a si mismo que nadie ni nada lo detendría… hasta que vio a cierto niño rubio. Como cada tarde, Sasuke solía sentarse frente al muelle después de dejar atrás a su molesto sequito de admiradoras, al azabache le gustaba sentarse y observar el paisaje; el sonido del agua lo calmaba de algún modo pero un día, se sintió observado, no por una chica si no por un par de ojos azules.
Naruto y Sasuke se intercambiaron miradas, para luego hacerse gestos: el azabache sabía que ese era el típico tonto que le gustaba causar problemas y atrasar a los demás para el rubio, era un engreído al que no entendía que tenia de “genial”. Después de las malas caras, Naruto siguió su camino y Sasuke viendo el agua, sin darse cuenta de que los dos sonrieron para sí.
Los años pasaron, Sasuke entrenaba día y noche prácticamente, solo tenía en mente vengar a su clan, restaurarlo y desaparecer al causante. Los últimos días en la academia, le parecían eternos hasta que nuevamente se topó con esos ojos azules, los cuales lo miraban fijamente y con sorpresa; ese beso accidental de alguna forma había cambiado todo. Finalmente llego el “tan esperado momento”, saber el equipo al cual sería asignado. Para el azabache, estar con dos personas además del jounin, le parecían una pérdida de tiempo y aunque no lo demostró, se sentía feliz, pero, ¿Por qué?
Esa pregunta pronto fue respondida en una batalla
- ¿Por… Sasuke, porque?
- No se… mi… cuerpo se movió solo
No podía creer que se hubiera mentido a sí mismo, la verdad era que quería proteger a ese rubio idiota. Después de esa misión, las cosas entre Naruto y Sasuke seguían igual hasta que un día como siempre, el rubio no se cansaba de alabar a Sakura
- ¿QUIERES CALLARTE DOBE?, YA ME TIENES HARTO
- ¡No me grites, teme!, solo digo lo fabulosa que es Sakura
- Si, Sakura esto… Sakura aquello… ya me tienes hasta… -viéndolo fijamente
- ¿Acaso te gusta Sakura?
Sasuke por un momento se quedó perplejo, hasta que le cayó el veinte, ¿gustarle Sakura?, claro que no. El azabache se había interesado en alguien más, pero ese alguien ni cuenta se daba, el rubio aun esperaba repuesta
- Olvídalo
- ¡Un momento!, ven aquí teme y responde
- Olvídalo dije -comenzando a caminar
- No hasta que me respon…
Fastidiado de seguir con lo mismo, Sasuke se había dado la vuelta besando a Naruto en los labios, este se quedó perplejo, cuando el azabache se separo
- Me gusta otro, pero es tan dobe que no se da cuenta
- Sasuke… -apartándose- no juegues con eso
- ¿Me crees capaz, Naruto?
Naruto solo bajo su mirada, Sasuke al verlo no se pudo contener: tomo la mano del rubio quien se dejó llevar hasta su apartamento. No se percató en que momento, ambos yacían desnudos intercambiando besos y caricias, cuando el azabache preparaba al rubito
- Sasuke… dime… que no estoy soñando
De una estocada, el azabache se encontraba en el interior del rubio quien soltó lágrimas, Sasuke al verlas
- ¿Te parece un sueño?
- Teme… no tenías…
- Lo siento -acariciando su mejilla
Minutos después, en la habitación solo se escuchaba el rechinas de la cama, así como de gemidos y pronunciaciones de nombre de los amantes, cuando ambos llegaron al clímax y al ser su primera vez
- Sasuke… te amo –quedándose dormido
- Naruto -acostándose junto a él
Después de ese primer encuentro le siguieron otros, durante el día eran rivales y durante la noche amantes. Sasuke por un momento pensó que por fin había encontrado la paz, ya que sin pensarlo, Naruto lo hacía olvidar su venganza hasta el día en que Itachi reapareció, le recordó porque lo había dejado vivo y eso renació la sed de poder en Sasuke.
Cuando tuvo su oportunidad, se fue con Orochimaru, ni las constantes suplicas de Naruto luego de su pelea en el Valle sin Fin
- Sa…Sasuke… no te vayas
- Adiós, Naruto
Pero ese adiós no duraría mucho, a casi un mes después de que Sasuke se fue, este regreso una noche
- ¿Sasuke?, ¿Qué?
- No tengo mucho tiempo
Nuevamente, Sasuke reclamo como su suyo a Naruto, ahí se enteró del viaje que el rubio haría con Jiraiya, el azabache solo hizo una mueca de desagrado; sabía que no podrían verse seguido. El rubito esperaba que con eso, Sasuke decidiera volver pero este solo se levantó, se vistió y antes de salir por la ventana
- No dejes que nadie más te toque, ¿entendiste?
- Sasuke… espera
Pero el azabache se perdió en la oscuridad. Los tres años corrieron como agua, para unos el correr del tiempo era lento para otros no; cuando Sasuke y Naruto se reencontraron, nuevamente fingieron ser rivales, pese a que una noche ellos se vieron nuevamente años atrás cuando el rubio buscaba a su pervertido maestro. Sin embargo, aunque lo escondió bien, Sasuke quería matar a su reemplazo apenas escucho el nombre de su rubio salir de esos débiles labios.
Lo que Naruto nunca supo, era que Sasuke siempre lo tenía vigilado, fue por ese motivo, que el azabache aprendió a invocar halcones. Si bien, estos le eran de utilidad para otras cosas, también para vigilar al rubio durante el día, ¿Quién sospecharía de un ave que cruzara el cielo “de vez en cuando”?
Pero una noche, lo cambio todo, por Sakura y Sai se enteró que Naruto había desaparecido. De inmediato llamo a Karin para que lo buscara por medio de su chakra, pero nada. Con Suigetsu, pudo averiguar que Konoha aún no lo encontraba y sospechaba que Akatsuki era el responsable pero no tenían pruebas. Fueron días de búsqueda pero ni Sasuke ni Konoha dieron con el inquieto ninja.
Pero finalmente ocurrió, aquel reencuentro
- ¿Qué pasa Karin?
- Detecte su chakra… está muy cerca -pensando para si- ¿será él?
- ¿Está solo?
- No, alguien más esta con el… su chakra… ¡Sasuke espera!
Pero Sasuke corrió hacia lo profundo del bosque, ni siquiera se molestó en esperar, sabia de quien era ese chakra hasta que finalmente llego a la cabaña. Ahí estaban, Naruto e Itachi, pero en vez de preocuparse por el rubio se enfocó en su hermano, de haberlo hecho, ¿Naruto se habría quedado con él en vez de irse con Itachi?
Después de que su hermano huyo con Naruto, el odio hacia el creció, Sasuke tenía un motivo más para matar a su aniki pero cuando se enteró lo que sería tío, fue la gota que derramo el vaso. Si bien amaba a Naruto comenzó a odiarlo pero estaba dispuesto a perdonarlo si eliminaba al bastardo que crecía en su interior. Para Sasuke, ningún hijo de Itachi era Uchiha ni reestablecería el clan, no mientras el viviera.
Ahora con más motivos para matar a Itachi, nada detendría a Sasuke, lo eliminaría, recuperaría a Naruto y con eso ya podría estar tranquilo. Eso fue lo que en parte, lo orillo a aceptar unirse a Akatsuki, pensó que así encontraría a su hermano y a Naruto mas rápido, pero no, Pain parecía estar más concentrado en atrapar a Jinchuriki de las ocho colas.
Sin embargo, Sasuke vio su oportunidad en Karin, la había notado extraña desde que esta había visto a Naruto y más cuando supo que habían nacido los bastardos. Sospechaba que quizá la pelirroja trataría de reunirse con ellos y no se equivocó, sin embargo, no conto que con la joven detectaría a sus serpientes mensajeras.
Ahora Sasuke nuevamente enfrentaba el dilema, como encontrar a Itachi y Naruto; Karin debió de haberlos prevenido por lo que ahora, siempre estarían alerta. Pero el menor sabía que tarde o temprano se enfrentaría a su hermano.
Ahora yacía sentado sobre la estatua de Madara en el valle sin fin, el escenario donde vio y enfrento a Naruto por última vez. El aire mecía su cabello y su capa negra con nubes rojas, estiro su brazo, donde uno de sus halcones se poso
- Entiendo -acariciando al ave- descuida, hiciste un buen trabajo, ahora descansa -el ave desapareció- Itachi… nuevamente maldito seas, ¿acaso temes enfrentarme?, ¿temes ser derrotado por mi ante Naruto?, una vez que te gane no te matare, veras como elimino a tus bastardos… lo prometo.
Pero el menor no se dio cuenta que un par de ojos lo observaban, ocultos en las sombras. Unos parpados se abrieron, después de haber dicho puedes regresar. El dueño de esos ojos miro al cielo para sonreír
- Madre… padre… sé que les prometí cuidar a Sasuke, pero, romperé esa promesa. No permitiré que Sasuke toque a mi esposo y mis hijos. No importa si me maldicen, no dejare que lastimen a mi familia -un viento soplo suavemente
- ¡Itachi!, ¿querido?
- ¿Qué pasa Naruto?
- Nada, ¿estás bien? -el azabache asintió- amor
- Estoy bien cielo, solo pensaba en cómo cambio mi vida: pase de ser el exterminador al restaurador de mi clan -bajando su mirada
- Pero te volviste un exterminador porque no te dieron opción, si no lo hubieras hecho, quizá yo estaría muerto y…
- No digas eso
- Es la verdad, si el clan Uchiha hubiera dado ese golpe de estado, estaría muerto y nuestros bebés no estarían aquí
Itachi alzo su mirada para ver a sus hijos jugar con Karin y Moegi, para después sonreír, Naruto le devolvió la sonrisa
- Anda amor o se te hará tarde
- Si, Naruto
- ¿Si?
- Te amo, a ti y a Itaru y Minato
- Itachi -sonriendo- yo también te amo junto con nuestros hijos