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Memory of Colors por Shana A

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Notas del capitulo:

Considero que el capitulo 13 es muy largo asi que lo dividire en dos partes XD soy mala lo sé owo~~

Han pasado aproximadamente 5 meses desde que me uní a Crime Scarlet, durante estos largos meses pude compartir mucho con los otros, me di cuenta de nuevos aspectos de ellos que ignoraba, nuevos aspectos propios que desconocía, he aprendido mucho de los demás, he aprendido mucho de mí mismo, he aprendido sobre mis poderes, sobre los poderes de los demás, sobre el mundo que es real, sobre el mundo que es falso. ¿Pero realmente puedo clasificarlos así? Para mi ambos son reales, en ambos todo lo que he vivido y viviré es verdadero, no porque luzca real, sino porque son recuerdos que formare junto al resto, por eso para mí es real. En una realidad todos ellos, e incluso yo, somos asesinos, que parecemos no tener remordimiento alguna de nuestras acciones, esto es la verdad para algunos, para mí la verdad es otra, aun sí realizamos tales actos atroces, nosotros también sentimos, nosotros cargamos con cada vida que hemos tomado, cargamos con nuestro pasado, cargamos con el futuro que soñamos hacer realidad. En otra realidad somos simples estudiantes sin nada extraordinario, somos amigos que solo se dedican a buscar momentos divertidos y pasar el rato. Las dos versiones son reales, porque para aquellos que solo conocen una de estas, esa es su realidad.

El entrenamiento ha sido realmente duro, no solo he tenido que aprender a usar mi poder, he tenido que entrenar mi cuerpo, para poder defenderme, gracias a eso me han dado una espada color negro, el ancho era el doble de una espada normal y su largo eran tanto, que llegue a pensar que era del mismo tamaño que yo, pero es un poco más pequeña, al principio no he podido levantarla, ni siquiera he podido moverla un milímetro. He pasado por muchas pruebas físicas, incluso me dejaban afuera del castillo para acostumbrarme al clima, aunque la manera en que Marshall me lo decía no era nada agradable, ya que prácticamente me tiraba afuera. Los días eran apenas cálidos, aun sí el sol estuviera en lo más alto, no se podía sentir su calor. Las noches eran frías, demasiado frías algunas veces, odiaba quedarme afuera de noche, por el frio y porque el peligro de que una criatura viniera a atacarme, para mi sorpresa siempre que tenía que pasar la noche fuera, era Aoi quien me acompañaba, me dejaba usar las dos mantas que se suponía era una para cada uno, siempre que tenía que hacer pruebas peligrosas estaba junto a mí, rescatándome más de una vez, ayudándome a curar mis heridas y diciendo que era idiota, pero quizás sea extraño ya que esto me animara.

Gracias a Aoi he aprendido muchas cosas, también he quedado un par de veces congelado en un cubo de hielo, pero eso es historia aparte; me he dado cuenta que es realmente amable, es alguien en quien se puede confiar, alguien leal, alguien sincero pero sobre todo es alguien solitario, me gustaría saber el motivo de este sentir que tiene, pero temo que por ser demasiado entrometido solo logre herirlo más, él es alguien fuerte, pero al mismo tiempo siento que es frágil por lo solo que parece estar. Ha cambiado mucho desde que éramos niños, aun sí nos llegamos distanciar luego de la muerte de su madre, ahora lo siento más cercano, pero aun siento que existe una separación entre ambos.

He aprendido el arte de la espada gracias a Sachi, es ella quien también ha enseñado a Daniela usar sus espadas. Sachi me ha confesado que pude manejar más de 100 espadas, pero creo que exageraba; ella como siempre se muestra alegre y positiva, muy diferente a como uno esperaría dado el pasado que me ha contado.

He pasado por mucho durante estos meses, ahora estamos a finales de agosto, cada vez más cerca de terminar el año.

 

– ¿Qué? – dije al sentir algo, era algo extraño, como algo nuevo; yo estaba dentro del castillo de la Legión Azul. El territorio de cada Legión es realmente extenso, pero cada uno tenía un centro, el cual era la construcción donde normalmente se encontraba el líder, las criaturas que apoyaban a cada legión se quedaban dentro de los limites, pero era un poco difícil verlos rondar incluso dentro de la misma legión, ya que habían muchos seres que no pertenecían a ninguna y atacaban cuanto podían.

– ¿Qué pasa? – pregunto curiosa Sachi.

– Quizás se le olvido una tarea – se burló Marshall.

– ¡Ah! – Daniela puso una expresión de sorpresa – La tarea…

– ¿Otra vez la olvidaste? – pregunto Luis con cierto regaño hacia su media hermana.

– Iré a hacerla ahora mismo – dicho esto, Daniela se fue corriendo.

– Nos desviamos del tema – como siempre Kaze era el más razonable – ¿Tú también los sentiste? – me miró fijamente, con aquella mirada dorada que tenía – “Alguien nuevo ha llegado” – leí su pensamiento. Asentí suavemente con la cabeza.

– Esta confundido… al parecer acaba de llegar aquí, y está rodeando la torre – explique, aunque no podía saber mucho más, quien se haya llegado estaba en La Torre Blanca, lejos de aquí y solo podía saber que estaba allí porque este ser estaba bastante confundido, era un sentir fuerte, así que percibirlo con mi magia aun si estuviera lejos.

– Es mujer – hablo Kaze.

– ¿Eh?

– Es mujer… la persona que ha venido es una mujer…

– ¿Cómo lo sabes? – yo no supe identificar esto, me daba un poco de curiosidad.

– El viento me lo dijo – aquí vamos con la usual frase de Kaze, al ser su magia de viento, usualmente responde así, aunque nunca le entiendo.

– ¿Alguien nuevo? – por fin Marshall se mostró serió – No necesitamos otro novato – rápidamente entendí que esto lo dijo por mí.

– Podría ser una buena oportunidad – aquella voz nueva en la conversación, era Aoi, estaba acercándose a paso tranquilo a nosotros.

– ¿Oportunidad? – pregunto Sachi obviamente curiosa, yo también sentía lo mismo.

– Así es – me miro a mí, esto me hizo pensar que algo malo me pasaría.

– ¡Yo no hice nada! – dije de repente.

– No te he acusado de nada… En todo caso, esta es una buena oportunidad para que el novato vaya – explico tranquilo Aoi aun mirándome.

– Pero… pero… yo soy un novato – me intente excusar, soy el miembro más reciente de Crime Scarlet, he pasado por un tedioso entrenamiento tanto físico como mental, he asesinado a un par de seres a modo de defensa propia y siempre estaba acompañado de Aoi en esos momentos, pero ir a buscar a alguien nuevo, no podía hacer eso, en especial si lo hacía solo.

– Aoi te dije que si lo mimabas iba a ser tan nena que no podría cumplir eso solo – hablo completamente serio Marshall, causando solo que me molestara.

– No considero que lo estuviera mimando en ningún momento – contesto Aoi con su usual tono tranquilo.

– ¿Podrá solo? – Sonaba algo dudosa Sachi, yo también tenía mis dudas – Es decir, podría aparecer una criatura y atacarle.

– Cierto como un hibrido, según sé, son los que más atacan – intente defender el argumento de que yo no debía ir.

– Que Sachi sea violenta no significa que los demás híbridos lo son – se burló Marshall.

– Ya te dije que no me gusta ser llamada así – volvió a repetir Sachi, yo ya sabía esto, ella prefería otro termino – Yo soy un animorfo, puedo convertirme en un animal, en este caso gato.

Ella es un ser capaz de transformarse parcialmente en gato, ya que antes era humana el termino adecuado podría ser hibrido, pero también animorfo por su capacidad de transformación, aun así no le gusta ser llamada hibrido.

– Deberías ir pronto – me aconsejo Kaze.

– ¿El viento te lo dijo? – sonreí un poco para aligerar la carga. El solo asintió.

– Si necesitas ayuda con mucho gusto iré a acompañarte por una buena suma de dinero, ya sabes que no podemos seguirte mimando – hizo otra de sus bromas Marshall.

– ¡Bien! Iré, no necesito su ayuda – dije para salir de allí rápido.

El camino era tan desértico y gris como de costumbre, apenas y veía algunos seres salir de sus escondites, era obvio, nadie querría toparse con alguien de Crime Scarlet, tenía fama aquí.

– ¿Por qué dije eso? No debí hacerlo – suspire con cansancio, definitivamente no debí decir que iría solo. Estúpido Marshall, me trata como un esclavo o quizás peor, no me deja saber mucho de él, solo parece ser que tiene una relación cercana con Sachi, no una relación romántica, si no, tiene un sentimiento de familiaridad, como si tuvieran un lazo muy fuerte entre ambos, esto lo siento gracias a mi poder, pero tengo miedo de ver dentro de sus mentes, eso siempre me pone los nervios de punta, sin mencionar que seguro se molestarían si hago eso, no es muy prudente que digamos.

Ahora debo concentrarme en encontrar a la chica que ha venido, me pregunto quién podría ser, en fin, sea quien sea se está alejando de La Torre, es una mala idea, ese territorio es considerado neutral y está prohibido para otras criaturas ir allí, es el lugar más seguro para los nuevos ya que ningún ser se atrevería a atacarlos allí, pero si se alejan lo suficiente es historia a parte. Decidí apresurar el paso para evitar cualquier tragedia, aunque prefería evitar matar a alguien.

Aún recuerdo la primera vez en que mate a un ser, fue durante mi estadía aquí, al principio solo usaba una daga ya que no podía ni mover la espada que ahora uso, caminaba por un gran risco, varias veces cruzo por mi cabeza en que podía caerme y era absurdo que estuviera allí, Aoi se encontraba junto a mí, como siempre tan tranquilo, me dijo que no me alejara mucho pero aun así lo hice, quizás por curiosidad, quizás porque su presencia me ponía nervioso, quizás era ambos. Algo llamo mi atención entre los escombros cercanos a la orilla, al acercarme para ver un poco mejor, era un joven de facciones delicadas, cabello blanco sedoso, era bastante atractivo para estar inconsciente, lo que más resaltaba eran sus orejas puntiagudas, si no mal recuerdo, me explicaron que este tipo de criaturas eran Elfos, había buenos como los habían malos, son conocidos y temidos por sus grandes conocimientos mágicos, además de que poseen una vida muy larga.

Él abrió sus ojos, sus ojos gris eran grandes y brillantes, apenas me miro comenzó a retroceder, tal vez por miedo.

– No te hare daño…

Me miro con desconfianza, no lo culpo, se veía bastante herido, seguro fue atacado.

– ¿Quién?... ¿Quién eres? – pregunto por fin, su voz era delicada.

– Soy… No es muy cortes preguntar a otro si tú no te presentas primero – decidí que no era muy inteligente decirlo mi nombre, quizás podría entrar en su mente, me concentre, tratando de entrar en la mente del elfo, pero rápidamente fue rechazado, sé que apenas estaba aprendiendo pero eso fue realmente rápido.

– Magia mental – reconoció rápido mi tipo de magia – Entonces eres un aprendiz idiota.

Genial, otro que pensaba que era idiota, ya tenía suficiente con Aoi diciéndome idiota, hasta Marshall comenzó a llamarme así también, era irritante cuando él lo decía.

– Quizás debería ir con él…

– ¿Qué tanto balbuceas? – me reclamo mientras se levantaba con dificultad, a duras penas y podía estar de pie.

– Estás muy herido, sería mejor si no te movieras tanto.

– No seas idiota, si no me doy prisa… ella…

Una flecha aterrizo cerca de nosotros, al ver quien la había disparado, vi a una joven de aspecto similar al elfo con el que estaba, solo que ella tenía el cabello largo y sus ojos eran color verde, estaba parada sobre una roca a unos metros.

– Que consiguieras a alguien que te ayude no servirá, te matare – amenazo ella apuntándonos con otra flecha. Había una voz interna en mi cabeza que decía que debería huir rápidamente e ir a buscar a Aoi, pero esa voz razonable era acallada por otra más razonable que decía que si me movía la joven elfo me mataría a flechazo limpio, además esa voz razonable era acompañada por otra moral, que decía que no podía abandonar al joven elfo.

– “¿Siempre hablas contigo mismo en estas situaciones?...Es realmente idiota” – escuche una voz intrusa en mi cabeza, vi de reojo al elfo, quien me devolvió la mirada solo por segundos.

– “¿Tú también posees magia mental?” – pregunte con sorpresa.

– “Por supuesto que si idiota, jamás pensé que otro usuario fuera tan idiota, ¿Cómo es que la magia mental siendo tan rara llego a manos de un idiota?”.

– “Al menos podrías dejar de llamarme así… ¿Sabes? Quizás deberías usar tu magia contra esa chica, ¡Antes de que nos mate!”.

– “Esa chica es mi hermana gemela, tienes el mismo poder que yo, idiota, si pudiera usar este tipo de magia ya lo habría hecho”.

– ¡Ustedes dejen la conversación! – ella hablo de nuevo con tono amenazante. Se dio cuenta, quizás debería aprender algo de ellos.

– Espera que yo no tengo nada que ver en esto – me defendí rápido.

– ¡Lo estabas ayudando! – recrimino ella.

– Lo encontré herido y apenas despertó llegaste tú, ni siquiera sé porque están peleando.

– Así que eres ajeno a este tema… ¡Entonces vete!

Antes de que pudiera decir una palabra o si quiera pensar en algún plan o acción el suelo bajo nosotros se destruyó. Mierda. El joven elfo y yo caímos, por suerte nuestro aterrizaje fue en el rio que cruzaba esa zona. Nade rápidamente a la orilla, pero vi que el otro pataleaba, intentado no hundirse, pese a que dude, fui a rescatarle. En la orilla del río vi por primera vez plantas, aunque estas eran pequeñas de un color verde oscuro.

Él tosió un poco de agua – Gracias… supongo – No sentí que fuera sincero del todo.

– Me debes una.

– Tampoco te creas tanto – ahora estaba a la defensiva.

– Solo quiero saber porque te persigue… ah espera, hubiera sido más inteligente pedirte que me enseñaras a usar la magia mental…

– …Idiota – escuche claramente el tono de burla – Además para la magia mental solo necesitas concentrarte, tiene que ejercitar tu mente y tu cuerpo, es necesario que seas rápido con tus pensamientos, para poder irrumpir en los pensamientos de tus oponentes, aunque eso será más fácil si tienes un estímulo, para los primerizo es el miedo.

– Tomare eso como que no me quieres decir lo que pasa entre tú y tu hermana – Agradecía la explicación pero también tenía curiosidad por lo otro.

– Al menos no eres tan idiota.

– Al menos se nadar – al decir esto él se mostró algo irritado, es una chistosa expresión la que hacía, por su apariencia bella cuando se molestaba parecía que fuera más adorable – ¿Todos los elfos son así?

– ¿Cómo así? – ahora sonaba molesto.

– Me refiero a que tienes una bella apariencia física – esto lo hizo sonrojarse, creo que no esperaba ese comentario y yo tampoco esperaba decirlo.

– Sí… ¿Otra pregunta estúpida? – pregunto ahora algo cansado, el sonrojo había desaparecido de su rostro.

– Sí, ¿Crees que tu hermana se atreva a venir hasta aquí?

– Sí.

No dijo nada más, solo se paró para empezar a caminar, yo hice lo mismo, y como no sabía el camino de regreso lo seguí.

– No me sigas es molesto.

– Pues no sé cómo regresar a donde estaba – Si lo pienso bien, creo que debería regresar rápido, quizás Aoi se moleste.

Antes de que él pudiera decir algo más su rostro cambio de expresión, ahora mostraba dolor, se puso en cuclillas para finalmente sentarse.

– ¿Estas bien? – me acerque algo preocupado.

– Aléjate… ¡Aléjate! – el grito fue ensordecedor, como si se tratara de algún tipo de bestia. Su brazo derecho fue cubierto de un oscuro color por completo.

Miedo, búsqueda de poder,  traición, arrepentimiento, sufrimiento, angustia. Esos eran sus pensamientos, sin quererlo había entrado en su mente, él pertenecía a un clan de elfos que no seguía a ninguna legión, viviendo en paz en una zona lejos de los límites de las legiones, esta paz fue efímera, un día todo cambio, la anarquía acabo con el pueblo que habían formado, con la mayoría de sus integrantes, ya no quedaba ni la sobra de lo que fue, él buscando protegerse y a sus seres queridos, con la esperanza de levantar de nuevo aquel clan caído, hizo un contrato con un ser superior que no le pidió nada a cambio, cuando este deseo fue cumplido lo traiciono, dejándole una maldición en su cuerpo, la maldición lo obligaría a convertirse en una horrible bestia que destruiría todo su clan. Su historia paso rápidamente como una película en mi mente, pero solo hubo un detalle que llamo mi atención, del ser con quien hizo un contrato, solo pude ver una cabellera color marrón, un marrón tan claro que parecía rubio. 

Él soltó una pequeña risa – Ahora lo sabes… Tan débil estoy que dejo que un simple aprendiz se meta en mi cabeza… – su expresión era de lastima, lastima hacia si mismo.

– Si estas así, es por la maldición… ¡Claro! Solo tienes que aguantar – lo levante como pude, pase su brazo por mis hombros para poder llevarlo.

– ¿Qué estás haciendo? – pregunto con poco ánimo.

– ¿Qué te parece que hago? – pregunte mientras avanzábamos.

– Solo idiotas responden las preguntas con otras preguntas… idiota… además – me miro – No entiendo porque estás haciendo esto.

– Bien, si me lo preguntas, no lo sé tampoco, supongo que no puedo dejarte allí agonizando mientras yo me escapo, no lo creo correcto.

– Tu lógica y moral no tienen valor aquí…

–… Lo sé… aun así hare lo que yo quiera – respondí seguro de mí mismo.

– Verdaderamente eres un idiota – él esbozo una pequeña sonrisa.

No importa cuánto avanzáramos, el camino no parecía tener fin, el estado del elfo empeoraba cada vez más, ahora la mitad de su cuerpo estaba cubierta por ese color negruzco.

– Olvídalo… Es inútil…

– Al menos podrías tratar de ser más optimista – pedí, aunque yo también empezaba a perder este sentir.

– Debí dejar que mi hermana me matara…

– No hables así, a ella también debe dolerle toda esta situación.

– ¡Lo sé! – su tono se quebró – Lo sé pero… Es lo mejor… yo no quiero destruir todo lo que logramos construir de nuevo… Yo no quiero hacer daño… estaría mejor muerto…

– No hables así – pedí deteniéndome, ya no me quedaban fuerzas – Puede haber una cura, tiene que haber una cura.

– Eres demasiado optimista o idiota… quizás ambos – de nuevo esbozo una pequeña sonrisa – Mátame – pidió. Me sorprendí por esto.

– No bromees con eso.

–… He notado algo raro en ti… ¿No le temes a este lugar?...

No supe cómo responder aquello, la primera vez que llegue, sentí miedo pero al mismo tiempo atracción, algo me llamaba, algo que no podía ignorar, la sangre que corre por mis venas, la sangre de la familia Scarlet.

– No lo sé… Es extraño aquí… pero al mismo tiempo me siento cómodo…

Sonrió débilmente, esta expresión cambio a una de dolor, se retorció de dolor mientras se alejaba de mí, cayó al suelo. Me acerque a él con rapidez, su cuerpo estaba casi por completo cubierto por aquel color oscuro, incluso sus cabellos y ojos. Era muy tarde, demasiado tarde para encontrar una cura, con su mirada suplicaba por ser asesinado. 

Antes de saberlo ya tenía la daga en mis manos. Todos los seres tenemos dos grandes debilidades, una es el corazón y la otra es la cabeza, un golpe certero al corazón y todo su sufrimiento acabaría.

–…Gracias…– fue lo último que susurro, había clavado la daga directamente en su corazón, la sangre cubrió la hoja, salpico a mis manos y algunas gotas a mi ropa, levante la daga nuevamente para incrustarla de nuevo su interior. El cuerpo del elfo volvió a tomar la apariencia que tenías antes, no quedaba rastro del color oscuro.

– Yo… yo lo mate… yo lo mate – repetí en voz baja. La muerte fue la salvación para sí mismo, para su clan, pero todo esto se sentía tan incorrecto, tan sucio, ¿Era realmente la muerte una forma de salvación? Bajo esta justificación, ¿No estamos evadiendo el problema? ¿No estamos evitando encontrar una solución?

¿Su vida o la vida del resto? ¿Cuál es más importante? Según el sentido común, se debe buscar el bien mayor, es por eso que cuando alguien es culpable de un crimen se le sentencia para darle un castigo, para proteger a las demás personas de aquella que hace mal, incluso si eso significa su muerte, ¿No sería mejor buscar una manera de cómo ayudar a aquella persona? Quizás aquella persona no pueda controlar sus acciones, quizás no quiera hacer daño, pero aun así su vida es insignificante a comparación del resto, se vuelve más eficaz castigar o eliminar a aquella persona a buscar una solución que pueda satisfacer a ambos bandos.

¿Quién puede decirme si es correcto o no esto?

– Es un resultado inesperado – la voz de Aoi me saco de mis pensamientos. Yo aún seguía arrodillado junto al cuerpo que apuñale.

– Yo lo mate…

– Así es… ¿Te sientes bien?

– Es extraño…

– ¿Qué es extraño?

– Muy a pesar de mis conflictos morales… no siento nada, no siento miedo, no siento asco, solo me pongo a pensar si lo que hice fue lo correcto o no, ¿Acaso la muerte fue su única salvación?

– Eso tienes que decidirlo por ti mismo, pero te diré algo, la maldición que poseía no podía ser quitada a menos que lo hiciera el ser que lo realizo, al ser un pago impuesto por el contratista, este es el único que puede decidir sobre el asunto.

– ¿Cómo sabes todo eso? – me sorprendió que supiera sobre el contratista.

– Me encontré con su hermana mientras te buscaba, ella me explico todo, yo le dije que me haría cargo, pero al parecer no era necesario – explico con la misma tranquilidad de siempre, como si hablara del clima, pero yo no podía decirle que estaba equivocado, después de todo, yo sentía nada, absolutamente nada cuando lo mate.

– Así que te harías cargo… debí suponerlo…

– Quiero aclarar algo – pensé que esto sería importante – No creas que por matar a las personas no sentimos arrepentimiento o dolor, cada uno carga con una pasado y sufrimiento propio que jamás podrás entender, nadie lo entendería pues es algo que vivimos en carne propia, pero no por esto nos creemos con el derecho de juzgar quien vive o quien muere, tenemos mucho respeto hacia las personas y seres, respeto por sus vidas, y a la forma en como ellos decidan vivirlas, pero no por eso volveremos a dejar que nos hagan daño, que hagan daño a personas importantes para nosotros – se puso en cuclillas para quedar a mi altura, acaricio suavemente mi mejilla, quizás limpiaba una mancha de sangre que salpico hasta allí, quizás no lo hacía – Todos tenemos un motivo por el cual luchar.

Un motivo por el cual luchar. No sé cómo lo hace, simplemente no lo sé, siempre logra convencerme con sus palabras, es como si me viera atraído a ellas, como si una sensación de confort se encontrara allí.

– Debemos irnos – anunció él parándose.

– ¿Qué pasara con el cuerpo del elfo? – pregunte parándome también.

– Su hermana vendrá por él – levanto su mano, de ella salió disparada unas esfera de hielo que al llegar a lo alto del cielo, exploto. Habrán pasado pocos minutos antes de que la hermana del elfo apareciera, ella se veía firme, pero cuando se agacho a ver el cuerpo de su hermano, no pudo evitar romper en lágrimas. No lo entendía, yo no entendía ese sentimiento, sentía tristeza por verla así, pero mi tristeza quizás solo sea mera compasión al ver la escena, porque realmente la persona que está sufriendo no soy yo.

Ella fue quien se llevó el cuerpo, este debe ser el sufrimiento que carga, hubiera sido aún más, si ella fuera la culpable de su muerte.

– No tienes que preocuparte por nada – sentía la mano de Aoi revolver mi cabello.

– No soy perro – me queje.

– Entonces serás gato.

– Para eso ya tenemos a Sachi – me sentía mejor ahora, mis conflictos morales se iban yendo poco a poco.

– Cierto, entonces serás un conejo… anda sube conejo – señalo detrás de su espalda.

–… No quiero – no iba a subir a su espalda, no estaba herido, además aun si no nos viera nadie seria vergonzoso.

– Entonces suerte en salir de aquí.

– Si quiero – me retracte rápido, lo que dijo fue suficiente para olvidar mi vergüenza. Lo que hizo que volviera esta, fue el hecho de que Aoi me cargara de manera nupcial, debí aceptar la primera oferta.

– No pongas esa cara – aun si tenía su rostro y tono tranquilo, podía jurar que se  burlaba de mí.

– ¡No estoy poniendo ningún tipo de cara! – me queje, mientras me aferraba a su cuello, para Aoi salir de allí fue un juego de niños, pero como seguramente yo dije que no al principio, ahora me lleva cargando hasta  el castillo, esto no puede ser peor, lo veo venir, las burlas de Marshall, los pensamientos raros de Sachi, esas dos cosas eran lo peor de todo – Casi olvido decírtelo… Ese clan ahora estará bajo la protección de la Legión Azul.

No fue tan malo el viaje después de todo.

 

Ahora, por fin había llegado, estaba cerca de la persona, podía sentirlo, como también podía sentir tres arpías acercándose rápidamente a su presa, creí sentir a alguien más, pero esto duro poco así que no hice mucho caso. Desenvaine mi gran espada color negro, me acerqué con rapidez hacia el trío de arpías que ya estaban cerca al suelo, de un movimiento certero sus cabezas ya estaban rodando por el suelo, la sangre salpico como era costumbre, sus cuerpos cayeron al suelo.

– Que bueno que estas bien Yukiko – me mostré alegre a pesar de haber matado a tres seres hace poco. Nuevamente no sentí nada.

– Sí… estoy bien… Kaito – por suerte Yukiko contesto, al menos no quedo en shock por la imagen. Yukiko es la hermana mayor de Kaze, va en el mismo año que yo pero está en otro salón; ella es de contextura delgada, tiene el cabello largo avellana al igual que el color de ojos.

Notas finales:

un poco de recuerdos de la experiencia del pasado u3u~~ Shana se salto todo el entrenamiento y esas cosas lel a Shana no le gusta escribir de eso(?)


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