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:Sangre Hibrida: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Hola, aquí les dejo el capítulo 16 XD

Capítulo 16: Medios para un fin

 

 

 

- Satsuki… ¡rayos! ¿¡Satsuki donde carajos estás!? – Aomine pasaba a zancadas el pasillo, buscándola con humor de perros.

 

De seguro era su venganza por tratar de perderla innumerables veces en el bosque.

 

- Dai-chan… esto es un castillo, no puedes estar gritando así – la peli rosa le regaña apareciéndole de la nada.

 

- Me importa una mierda… ¿hasta cuándo pretendes esconderte tras las faldas de tus nuevos amigos? – ella se cruzó de brazos molesta, mientras que le esquivaba la mirada.

 

- los vampiros no son mis amigos, son aliados a la causa Dai-chan… yo jamás seria amiga de unos carniceros –

 

Era conocimiento común que los vampiros eran unas de las criaturas más despreciables y desagradables de todas. A lo largo de su trayecto se habían hecho de enemigos varios, como hombres lobos, gigantes, centauros, elfos… las ninfas no eran la excepción.

 

- amigos o no, aquí estas… paseando por sus pasillos, comiendo de su comida, siendo una huésped en su casa – Aomine no estaba contento por ser el “huésped” de los vampiros y hace días que quería reclamárselo a esa tonta - ¿Qué te ha hecho pensar que usando a Tetsu podía aceptar trabajar con ellos? –

 

- estas aquí... ¿no es así? – Aomine gruño, Satsuki se salió son la suya.

 

- no necesito apoyo para luchar contra ellos – el dragón no podía estar más seguro de lo que decía - soy el más fuerte de los cinco –

 

- eras el más fuerte… hace tres años – ella le enfrenta – ahora acumularon fuerza, aliados, no podemos quedarnos atrás –

 

- y se te ocurrió justamente ir con los vampiros… de todas las miles de criaturas a las que pudiste acudir fue a ellos… ¡¿es en serio?! – cierra los ojos cuando el moreno alzo la voz, Aomine no le gritaba, puede que la insultase en ocasiones pero solo cuando le gritaba era cuando se encontraba realmente molesto.

 

Satsuki sabía que había hecho una movida arriesgada y hasta cierto punto desagradable, ninguno de los dos tenía un buen pasado con los vampiros, esos asquerosos chupasangres mataron a muchas ninfas en la caza de híbridos y Aomine había matado a cientos de ellos cuando era miembro de la Kiseki no Sedai… se habían ganado la desconfianza y el resentimiento del dragón, por eso él no podía entender por qué la ninfa insistía en que se aliaran.

 

- ellos están a nuestra merced Dai-chan… podemos disponer de ellos como nos parezca mejor – el más alto se mofo.

 

- creí que eras más inteligente – Aomine era alguien con paciencia, aunque no lo pareciera, todo era gracias a Satsuki, que la ponía a prueba todos los días – en que parte de esta situación te parece que están a nuestras merced… ¿ah? ¿Qué tienen a Tetsu como rehén?... ¿Qué te tienen a ti como rehén?... no veo como eso los pone a nuestra merced –

 

- no soy alguien débil… además, Tetsu-kun es la clave del triunfo y ellos lo saben, no lo tomaran contra él –

 

- cómo estás tan segura de eso… el poder de Tetsu es demasiado grande y ellos de seguro querrán controlarlo – ella le dio la espalda y camino tratando de ignorarlo.

 

- ¿crees que no lo sé? ¿Crees que estoy ofreciendo a Tetsu-kun como carne de cañón?... – el dragón la siguió.

 

- no veo otra explicación –

 

- es porque eres un idiota de nacimiento – enaseño los dientes, amenazante - Ellos no sabrán si quiera como manejar un gramo de su magia… nosotros somos unos de los pocos que saben cómo desatar el poder de Tetsu… Harasawa está consciente de eso y por eso no matará a Tetsu-kun, en cuanto a mí, si me hace algo el secreto muere conmigo – la suejta, mirándola intimidante… como si le dijera que esperara que así fuera.

 

- Harasawa… no es ningún bufón y lo sabes – no había nadie dentro o fuera de esas tierras que no conociera al rey de los Vampiros. Aomine frunció el ceño, había algo más que Satsuki ignoraba y que al mayor le inquietaba bastante. Si conocían a Harasawa, era un viejo predecible… ¿pero que había de su hijo?... ese excéntrico sujeto nunca le dio buena espina – si no se harán de la magia de Tetsu… ¿a qué trato llegaste con ellos? – ella trago seco ante esa pregunta y desvió la mirada. Ya era tarde, Aomine se dio cuenta de su nerviosismo – Satsuki… ¿Qué hiciste? –

 

- Es que... no te alteres Dai-chan… lo pensé hacer por tu bien y el de Tetsu-kun – una vena salió en su frente.

 

- ¿¡Qué hiciste!? ¿¡Qué les dijiste!? – Aomine temía lo peor, Satsuki era inteligente, pero a veces era muy tonta cuando se sentía presionada. Y de seguro lo comprometió en algo estúpido que le costaría… no sería la primera vez. 

 

- es por su bien… en serio –

 

- ¡Satsuki! –

 

- Les dije cómo atar el alma de Tetsu-kun – cierra sus ojos no quería ver a Daiki molesto, porque sabía que lo que le diría no le iba a gustar para nada – a la tuya –

 

 

-.-                                                                                                                        -.-

 

 

- ¿Dónde estabas Imayoshi? –

 

Un hombre de alto perfil estaba frente a Imayoshi, tenía unos ojos afilados y su oscura cabellera ondulada le hacia parecer un hombre adulto de mediana edad… pero el tiempo pasaba de manera distinta para los vampiros. Aquel hombre había vivido el equivalente a dos siglos, aunque no se notara.

 

Katsunori Harasawa no estaba de muy buen humor, casi rasguñando la fina madera de su trono, mientras que el resto guardaba sepulcral silencio… nadie quería estar en los zapatos de Imayoshi en ese momento.

 

- estaba recuperándome – contesto con honesta arrogancia.

 

Harasawa alza una ceja, esperaba más detalles o que al menos que se disculpara por su falta total de respeto a su padre, a su puesto y su presencia. Pero no fue así… A su hijo siempre le había gustado jugar con su suerte, creyéndose su propia autoridad.

 

- quiero hablar con Imayoshi… a solas – hubo susurros y miradas de preocupación pertenecientes a Susa y Wakamatsu, pero aun así todos hicieron caso y comenzaron a retirarse. Y tan solo cuando se escuchó la puerta cerrarse por completo el mayor hablo - ¿Qué pasa por tu cabeza Imayoshi?... ¿Qué acaso te escondes de mí? –

 

- las heridas eran serias… me tomo tiempo en cicatrizar – el mayor alza una mano, pidiendo silencio de su parte.

 

- no solo eh soportado a tu bolsa de alimentos que tienes como mascota corretear por mi castillo como si nada… no sabes las veces que estuve tentado de asesinarlo, solo tuviste suerte de que no me lo cruzara – Imayoshi iba a tomar la palabra, pero su padre ni siquiera lo dejo – y como si fuera poco esta ese sujeto… aquel que se encargó de matar a más de la mitad de nosotros, un miembro de la Kiseki no Sadai… ¿te has vuelto loco? – Harasawa no era la clase de hombre que perdiera los estribos con facilidad, su voz era grave y espeluznante sin siquiera subir el tono.   

 

- creí que te lo habían explicado, tenemos a un miembro de la Kiseki no Sedai como aliado -

 

- sí, lo se… una asquerosa ninfa se atrevió a pararse frente a mi presencia como si fuera mi igual… ¿y sabes que es lo peor? – Harasawa era un hombre terriblemente orgulloso y no aceptaba que criaturas inferiores a él le dirigieran la palabra – que tuve que escuchar cada palabra que dijo... ¿sabes por qué? -

 

- porque tiene razón… porque se acerca una guerra y no podemos volver a ser el lado perdedor – el hijo vio como su padre rasgaba la madera del posa brazos, solo para no lanzarle un zarpazo que callara su imprudente boca.

 

- no… tuve que escuchar cada asquerosa palabra de esa ninfa porque había un dragón a sus espaldas – afilo su mirada - ¿estas es tu maravillosa solución para nuestros problemas?-

 

Imayoshi y Harasawa tenían muchas diferencias.

 

Katsunori vivía pensando en la deshonra de su derrota en la última guerra contra la Kiseki no Sedai, sus súbditos muertos y su raza llevada a las sombras, antes eran temidos, eran respetados, nadie se atrevía a enfrentarlos. Ahora solo eran un chiste de mal gusto, dominando tan solo en pequeños poblados que con los años se volvían menos y solo quedándole su antiguo castillo como recuerdo de sus viejas glorias.

 

Imayoshi también resentía sus pérdidas, pero antes que lamentarse y no hacer nada prefería mirar al futuro. Los tiempos cambiaban, las razas cambiaban y ellos no se podían quedar atrás… avanzar se había convertido en un asunto de supervivencia y los enemigos de antes ahora los podían impulsar a mejores cosas.

 

Aunque no confiara al cien por ciento en ese par…    

 

- es solo cuestión de tiempo para que la nueva guerra comience… ya hay alianzas poderosas, los gigantes están comenzando a moverse… y las razas que desean una solución pacifica huyen fuera del bosque. Sabes lo que hay allá afuera, si llegamos a huir los humanos nos cazarían como cerdos –

 

- y se te ocurrió traerte a otro asesino a protegernos… inteligente – se mofa con sarcasmo.

 

- un asesino con una debilidad, una debilidad que tengo en mi poder -  

 

- no creerás que esa ninfa lo hará doblegarse, ella nos odia más que él –

 

- no me refería a ella… - Imayoshi se levanta finalmente – algo que no teníamos antes… al Brujo de Teiko - 

 

- eso es una leyenda –

 

- eso decían… pero es el sexto hombre de la Kiseki no Sedai… un hechicero de magia negra, no hay duda -

 

- me hablaron de él… - suspira – pero hoy en día todos dicen asegurar que son el brujo de Teiko, eso no los haces tener poderes inimaginables, no los hace tener la sangre de los primeros gobernantes, solo los hace unos ilusos y a los que le creen unos idiotas – se levanta y camina hacia donde está su hijo, el salón real era grande para solo dos personas. – y no pienso quedar como idiota -

 

- el acompañaba a la Kiseki no Sedai… su poder no era una broma –

 

- y francamente no me importa… no pienso hacer nada de lo que ellos me piden – Imayoshi apretó la quijada con fuerza, lidiar con su padre siempre fue extenuante. – Lo bueno de que ya hayas vuelto es que ya puedes decírselos por tu propia cuenta… y si no te desases de ellos, entonces desaste de Sakurai - Los ojos de Imayoshi se volvieron rojos, sus pupilas se abrieron ligeramente. La sed de sangre era palpable… Harasawa era viejo, pero sabía reconocer cuando alguien lo amenazaba. - ¿Qué te molesta más? ¿Es tu absurdo plan o es acaso que tu corazón blando por ese inmundo humano? – la sonrisa arrogante apareció en su rostro.

 

El príncipe siempre se vio con una sonrisa que representaba mucho, los vampiros son seres elegantes y hermosos, los gritos y berrinches no eran propios de ellos. Aunque eso no quitara que Imayoshi fuera una persona caprichosa, el siempre sabia como salir de las situaciones con inteligencia y dignidad…

 

Sakurai era el vivo ejemplo de la habilidad de diplomacia de Shoichi, desde que el chico le fue entregado como esclavo a muy temprana edad, cuando la madre de aquel humano falleció por uno de los fallidos intentos de los vampiros de drenar a un supuesto brujo. Según, aquella era una mujer con extraordinaria magia en su cuerpo y Sakurai había heredado esas características de su madre. O al menos esa era la excusa que uso para conservar a ese inocente niño con él y criarlo. El chico era suyo y solo él podía decidir sobre su vida… o su muerte.

 

Algo que su padre jamás acepto.

 

Imayoshi siempre había obtenido lo que quería, pero para Harasawa su hijo estaba cruzando la raya con tanta avaricia… él no tenía planeado meterse en la guerra… cuando era joven y estúpido tal vez no lo dudaría, tal como lo era su hijo ahora. Pero los años le habían enseñado prudencia.  

 

Así que Katsunori espero que aquella obsesión por ese humano fuera lo suficientemente fuerte para hacer a Imayoshi desistir de sus locas ideas… si no era así al menos se desharía de alguna de esas dos cosas.

      

- la edad te ha vuelto un cobarde… – El tono de su voz es grave, viene de sus viseras.

 

- no lloriquees por un esclavo… debiste hacer como con todos los demás, comertelo –

 

- esto no es por Sakurai… – sus ojos se abrieron y tornaron a ese rojo sangre que era amenazante – nos vas a llevar a la muerte otra vez –

 

- di lo que quieras, pero si no es uno es lo otro… su no quieres soltar a ese dragón entonces ese asqueroso humano muere hoy… le diré a Wakamatsu que lo haga, sé que ha tenido un gusto por el desde que Sakurai era un niño…–

 

Sus movimientos fueron limpios y sin excesos.

 

Tomo con una mano la garganta a su padre y con la otra atravesó el corazón como si de una lanza se tratara, Katsunori escupió sangre, aun sin poder reaccionar por lo que allí ocurría… Sus pulmones fallaban, pero sus ojos no, tan solo él pudo aferrarse del brazo que atravesaba su cuerpo.

 

Su propio hijo lo había traicionado.

 

- los años te volvieron lento y débil padre – sonríe, no sentía el más mínimo arrepentimiento, había esperado demasiado tiempo para hacer eso.

 

- estas guiando… a nuestra raza… a la extinción –

 

- tal vez sea así… o tal vez nos salvaremos – el rostro de su padre parecía tan sorprendido que le daba gracia – sea como sea, tú ya no vivirás para verlo -

 

La cabeza de Harasawa cayó al piso.                       

 

 

-.-                                                                                                                        -.-

 

 

Habían pasado dos días de viaje desde que fueron donde Araki y el mes que tenían de tiempo se había convertido de dos semanas… les quedaba exactamente dos semanas para poder rescatar a Kuroko y tenían un plan medianamente decente para lograrlo… pero de nada serviría si Kagami seguía perdiendo el control.

 

Golpeaba el piso con frustración mientras hacia un esfuerzo inmenso por ponerse de pie, mas sus piernas no reaccionaban, se sentía demasiado cansado. Su respiración se volvió errática, se sentía sofocado por el calor que el mismo emitía… Subió la mirada y a pesar de que su visión era borrosa logro notar las llamas, los árboles caídos… había ocurrido de nuevo.

 

- ¡Kagami! – Escucho la voz de Hyuuga a la lejanía – maldición está hirviendo aun, no me puedo acercar –

 

- ¿¡estás bien Kagami!? – Kagami sacude la cabeza, el cazador no sabía si estaba tratando de conservar el control de sus acciones o si ya había perdido contra su dragón, debían ser precavidos  – ¡Riko… aléjate!... ¡aún no ha regresado en sí! - 

 

- ¡cállate… el casi lo logra! – ella no hace caso y trata de acercarse, pero siente una punzada en su abdomen, pasa su mano y nota sangre. Chasqueo los dientes – vamos Bakagami… ¡contrólate maldición! – le grita, no puede siquiera dar un paso más por el calor que emanaba el dragón.

 

- ggrrraaaaAAAAHH – la temperatura subía a cada vez más.

 

Sacudió con fuerza su cola, haciendo que los demás se alejaran de él, pero Riko no tuvo cuidado y termino siendo lanzada. Fue en ese momento en que perdió totalmente el control.

 

Sus pupilas eran rasgadas, sus garras se volvieron más grandes y su boca comenzó a sacar humo, estaba a media transformación, pero eso no lo hacía menos peligroso. Como si de un depredador se tratara se agazapo y gruño, haciendo retroceder a los cazadores.

 

- Furihata… ve en busca de Kiyoshi y los demás – Hyuuga le ordena.

 

El novato asintió con las piernas temblando, estaba en pánico… apenas pudo dar tres pasos cuando los ojos del reptil se enfocaron en él y comenzaron a seguirlo, alcanzándolo casi al instante. Se le acelero el corazón en cuanto vio esa bestia ir tras él, tanto que sus piernas se paralizaron. Lo que pudo hacer fue cubrirse los ojos y poner sus brazos sobre su cara con miedo.

 

- ¡para por favor! –

  

Kagami paro en seco sus movimientos, haciendo que Furihata abriera los ojos al sentirse aun en una pieza. Fue un segundo de duda, pero el pelirrojo lo tuvo, el suficiente como para que su raciocinio volviera y ahora se encontrara restregando su rostro sobre la tierra, luchando consigo mismo. 

 

- a… aleja… te – el rostro del descontrolado dragón se volvió al novato, quien apenas entendió lo que le dijo. Las pupilas eran circulares, estaba intentando recobrar el control.

 

Fue cuando la flecha cruzo su hombro y corto su piel, Furihata presencio el momento exacto en que Kagami volvió a perder la conciencia… allí no se detuvo a mirar, salió corriendo lo más lejos que pudo.

 

Pero era muy poco probable que le ganara a un dragón.

 

Kagami estaba a un salto de matarlo cuando fue atrapado por un lobo de pelaje negro y blanco, le doblaba el tamaño y la furia… su bestia interna lucho contra la opresión de las fauces, intentando escupirle fuego, pero el lobo lo sacudió con salvajismo y lo derribo antes de que pudiera hacer algo. Si hubiera tardado más Furihata hubiera muerto.

 

- ¿y ese lobo? – Kiyoshi llego corriendo junto a Koganei y a Mitobe que a buena hora se habían ido a cazar.

 

- ¡Nigou! – Koganei fue el primero en reconocerlo y el Lobo dejo de gruñir amenazante hacia el cuerpo inconsciente de Kagami y en respuesta ladro moviendo su cola para luego poner una pata sobre el dragón que había sido mordido como si fuese un juguete, Nigou lo olfateo y cuando se dio cuenta de que se encontraba con vida comenzó a gemir con tristeza.

 

- ¿¡estás bien Furihata!? – Hyuuga corre para llegar al castaño, extendiéndole una mano - ¿pero qué te ocurre?... te pudo matar… ¿Por qué no huiste? – Koki estaba demasiado asustado como para responder, le temblaba las piernas y los brazos, ni siquiera se acordaba de como termino en el piso.

 

Todos los cazadores miraron al perro que chillaba sobre Kagami.

 

- estoy bien… solo se abrió una herida – Izuki llega con Riko a cuestas – al parecer Nigou nos venía siguiendo – el perro olfateaba al pelirrojo para después echarse a su lado, con sus enormes ojos de cachorro le miraba, esperando a que el otro hiciera algo, pero Kagami no haría nada en un buen rato, no al menos en esas condiciones. 

 

- ¿un lobo montañés? – Kiyoshi se acerca y el animal mueve la cola con amabilidad – es un buen chico… ¿Cómo lograron domarlo?… estos suelen ser peligrosos – Nigou se deja acariciar por el castaño.

 

- es de Kuroko… un día solo apareció con él –

 

- interesante… – aquel lobo parecía agradarle el hombre lobo ya que se dejó acariciar – lindo perro -

 

- sí, ya te encontramos un remplazo –

 

- ¡Hyuuga esas bromas no son graciosas! – Kiyoshi lloriquea un poco.

 

- no lo decía en broma –

 

- ya para por favor… Hyuuga -

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

Cuando abrió los ojos se encontró con un peludo rostro y una húmeda nariz…

 

- ¿pero qué carajos? – La cola negra se meneo con alegría y Kagami se puso pálido - ¡¿Qué carajos haces aquí pulgoso?! – aparto el apestoso hocico de su rostro, la emoción del can era molesta para el pelirrojo.

 

- nos siguió desde el pueblo de humanos… - Riko apareció junto a Kiyoshi y a Hyuuga, esta le ofrece un vaso de agua, al principio el menor duda en aceptarlo, pero siente su garganta seca.

 

Mira a su alrededor, estaban reunidos alrededor de la fogata, una muy parecida a la que el prendía los días anteriores, estaban todos allí, incluyendo a los novatos. Aunque pareciera ser la escena que veía todas las noches, esa vez había algo diferente.

 

Los tres novatos estaban más apartados de lo normal, los demás tenían cerca sus armas, el único que no parecía alerta era Kiyoshi… pero de seguro era muy bueno manteniendo sus emociones en control. Kagami suspiro, el sabia el por qué, había causado muchas reacciones así en el pasado. No los culpaba…

 

- no te deprimas… ellos no tienen tanta experiencia como nosotros con estas cosas. El miedo se les ira yendo con el tiempo – Riko se sienta a su lado y le extiende una vara con conejo rostizado, Kagami estaba tentado a rechazarla, pero sería absurdo decir que no tenía hambre… él siempre tenía hambre.

 

- ¿Qué hay de Furihata? -   

 

- está bien… un poco asustado, pero ha estado así desde que nos fuimos de los territorios de Araki… todos necesitamos tiempo para mejorar – mira al novato con los ojos fijos a las llamas, como si estuviera viendo algo entre las flemas que lo abstraía de la realidad.

 

- hueles a sangre –

 

- o eso… es solo un rasguño, no te preocupes –

 

Kagami hace un silencio sepulcral, no era un rasguño, el volvió a herir a alguien por perder el control, aun cuando creía que había hecho avances, se encontraba con que en realidad no era suficiente.

 

Nunca vencería a Aomine si no lograba tener su conciencia clara.

 

- dejemos de entrenar – Riko paro de comer su conejo cuando escucho esas palabras.

 

Nigou interrumpe el ambiente incomodo, lamiendo la mejilla del pelirrojo.

 

- ya basta… quítate pulgoso - Kagami intentó quitárselo, pero el animal se le lanza encima poniendo todo su peso sobre el dragón intentando llamar su atención. - ¡quítate animal tonto!…–

 

Todos ríen por eso. 

 

- no todas las criaturas son tan cabeza hueca como tu Kagami… Nigou se quedó toda el día contigo después de que te lastimo, al menos siente un poco de empatía con él – el capitán le lanza una camisa para que pueda vestirse. – no vas a arruinar su esfuerzo echándote para atrás -

 

- ¿es enserio? – Nigou solo ladra en respuesta y mueve su cola… Kagami no cree que en verdad le haya entendido, pero esa cara de devoción le supera y dando un suspira acaricia ese suave pelaje – buen chico – Como si lo que estuviera frente a él fuera un jugoso filete se lanza sobre el pelirrojo… Kagami se arrepintió enseguida. – ¡oye no!... demasiada confianza, sale, sale -

 

Todos ríen de nuevo, ver como un lobo sometía a un dragón era algo nuevo.

 

- bien… supongo que estamos listos para mañana – Riko sonríe, habían perdido un día porque Kagami quedo inconsciente y el tiempo en ese momento era su peor enemigo.  

 

- no – todos voltearon hacia el dragón. – los seguiré lastimando si me sigues entrenando –

 

- oye chico, escucha a tus mayores… si Riko dice que puede, lo hará – Hyuuga le replica.

 

- los matare si seguimos con esto – se quita finalmente a Nigou para enfrentar al capitán.

 

- ¿entonces como piensas enfrentar a Aomine sin mejorar?... ¿o vas a esperar a que te de otra paliza y te vuelva a quitar a Kuroko? – Kagami apretó su puño, sujetando la camisa del de googles, pero no hizo nada, no dijo nada. Porque era cierto, si no hacía algo, Aomine ganaría otra vez.

 

- ya es suficiente… no temas por nosotros Kagami – Riko se levanta, totalmente decidida – no me ofrecí a entrenarte por que sea buena persona o por que tenga ganas suicidas… se en que me metí, en que nos metimos. Sabía que esto iba a costar y en realidad me sorprende que llegáramos tan lejos sin incidentes –

 

- me niego a creer que están seguros conmigo… no sabes los que estás haciendo Riko, ni siquiera creo que sepas como entrenar un dragón –

 

- o no… lo dijo – Hyuuga se puso pálido.

 

- o oh… Riko se molestara – Kiyoshi pensaba algo similar desde una distancia segura.

 

Cuando el capitán vio a la castaña poner una mirada sombría, supo que la integridad del chico no estaba a salvo.

 

- discúlpate Bakagami… ahora mismo – Shun parecía no estar bromeando.       

 

- claro que no… es la verdad, Riko no sabe nada sobre dragones… ¿Cómo una simple mujer puede siquiera saber cómo fortalecerme?... están corriendo peligro – las venas de las castaña crecían con cada palabras.

 

Kagami jamás lo vio venir… pero sí que lo sintió.

 

- ¡escúchame bien lagartija súper desarrollada! – Ahora Kagami estaba en el piso y la mujer poniendo un pie sobre su espalda, mientras sujetaba el mazo de Mitobe. Nadie supo cuando lo agarro, pero en definitiva nadie quería interponerse entre ese mazo y la cabeza de Kagami - ¡yo soy Riko Aida… hija de Kagetora Aida, rey de los nuevos hombres, cazador de bestias y jinete de dragones!... ¡soy descendiente de toda una línea de entrenadores de bestias como tú!... ¡no me vas a decir que puedo y que no puedo hacer!... ¡si yo te digo que te entrenare lo hare y lo hare tan bien que le patearas el culo a ese dragón rostizado! –

 

- ¡lo que eres es una loca! – grita Kagami desde el piso.

 

- ¡desde ahora en adelante me llamaras entrenadora! – los ojos de la castaña brillaron.

 

- ¡jamás lo hare! -  

 

 

 

Continuara…

Notas finales:

Este capítulo es como un preludio para la acción principal, no sé si les pareció aburrido, ya que solo ocurrieron dos cosas importantes. Que Satsuki pretende unir el alma de Kuroko con Aomine, puede que actué como si le gustara el hechicero, pero Momoi apoya al cien por ciento la ship Aokuro. Cree que ninguno de los dos está conscientes de sus verdaderos sentimientos y cuando sus almas sean compartidas se entenderán y de paso tendrán un gran poder, como matar dos pájaros de un solo tiro… lástima que las cosas no saldrán así, porque se supone que es un allxkuro XD. La segunda es la mención de la guerra y sus partidos… algo que se desarrollara más adelante.

 

Bueno… espero que les haya gustado nos veremos el 29 de julio.


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