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:Sangre Hibrida: por DionSan_95

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Notas del capitulo:

Hola!! Sé que soy una descarada por decirles que en abril actualizaría y me vengo a aparecer por aquí estas fechas XD, no he tenido la inspiración suficiente y me llego ahorita… cuando pega, pega… también ando depre porque termino la tercera temporada de Kuroko no básquet, sin embargo aquí estoy para darles la continuación así que espero que les guste el capítulo.

 

Súbditos leales

 

Plan para vencer

 

Una conexión

Sangre Hibrida

 

Capítulo 5: deseo de Elfo, deseo de Dragón

 

 

 

El rugido fue tan fuerte que hizo mella en ella… pero todo empeoro cuando uno de sus guardias pasó el umbral de la puerta todo azaroso. Lo hubiese juzgado mal por llevar tal apariencia en él, con los harapos encima como si fuesen sabanas, totalmente nada propio de un miembro de los elfos. Sin embargo las noticias que vinieron con el no fueron las mejores esperadas…

 

- el dragón… ha escapado –

 

Todos en las salas se quedaron en penumbra, los elfos eran seres de razonamiento, ellos pensaban antes de entrar en pánico, por esa razón casi nadie dijo nada, entre los comentarios y duda de la misma información. El sonido de otro rugido hizo romper la atmosfera de tención en una de total descontrol.

 

- ¿Qué hacemos? – pregunto su fiel súbdito y ella le miro con ojos reflejando confusión, ni ella sabía qué hacer. Un dragón era una de las criaturas más peligrosas existentes, cuidado si no era la mayor de todas, tener a un dragón del lado de los elfos le hubiera dado ventajas infinitas, habían tomado las previsiones necesarias, pero domesticarlo no era nada sencillo… y si estaba suelto no sería nada fácil atraparlo.

 

Y por más que su avaricia la llevara a continuar, ella no sacrificaría a su gente por atraparlo.

 

- ¡yo me encargo de él! – sin el más mínimo consentimiento se acercó a su hermana mayor, quien fue inmediatamente protegida por los guardias formando una pared delante de ella que lo hizo detenerse en seco. Ryota dio un suspiro de exasperación, pero no podía pedir otra reacción si aún tenía entre sus manos la espada.

 

Su hermana lo pensó mejor y con un acto que sorprendió a todos se levantó de su asiento y se abrió paso hasta llegar frente al rubio. Ella era más baja que el por unos escasos cinco centímetros, aun así ejercía mucha autoridad y presencia.

 

- ¿eres capaz de hacer eso? – pregunto con autoridad.

 

- pero reina… - ella alzo la mano para que su comandante se callara. Ella estaba esperando su respuesta.

 

Ryota se permitió ver a su hermana a los ojos, esos místicos ojos verdes que podían ver mucho de una persona, entonces ella hizo lo mismo con él. Demostrándole que la pregunta iba enserio.

 

- ¿eres capaz de atraparlo, a un dragón? – ella dudaba, era de una bestia capas de arrasar masas con tan solo un soplido de la que estaban hablando.

 

Ryota sonrió prepotente y se llevó la espada al hombro.

 

- claro que si… si conoces de la Kiseki no Sedai deberías saber que yo estoy capacitado para esto – por alguna razón ella sentía que el menor le estaba siendo honesta, sin embargo pese a los malos rumores también se escuchaban que esos miembros eran los más fuertes, claro que eso tenía que verlo.

 

- bien, entonces ve con una cuadrilla y encárgate del problema – le ordeno apuntándole a sus propios guardias.

 

- no… - espeto el, haciendo que la mayor se volteara y lo mirara molesto – yo puedo solo, alguien más sobraría – afirmo. Mientras miraba a su hermana esta vez totalmente serio - pero solo lo hare con una condición –

 

- ¿¡pero quién te crees!? – le grito molesto su carcelero. La reina lo callo de nuevo con la mano – su… majestad –

 

- ¿Cuál condición? – ella estaba dispuesta a escucharle.

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

 

La luna estaba en lo su más alto auge, combinaba con el cielo negro y estrellado haciéndole parecer tranquilos y pacífico, al menos hasta que un rugido se escuchó en todo el territorio, dejándolos en tención a todos.

 

Ojos de distintas tonalidades miraron a la lejanía de dónde provenía tan tétrico sonido. Ellos se dieron cuenta en ese momento que había alguien tan peligroso como ellos mismos…

 

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

 

- maldición es el dragón – su mirada azulina se fue en la dirección del sonido, mientras el enano que lo acompañaba maldecía una y otra vez al tratar de encontrar sus armas.

 

- ¿le habrán hecho algo a Kagami-kun? – su tono le salió algo preocupado sin quererlo, lo que dejo al otro consternado.

 

- ¿Por qué te preocupas por un dragón? – no pudo evitar que su pregunta sonara chocante, en realidad él era así todo el tiempo, mal carácter de enano.

 

- ¿por qué lo haces tú por Kise-kun? – le contesto con otra pregunta, bastante serio. Y el mayor ante tal respuesta se encrespo… lo había agarrado por sorpresa.

 

- no es exactamente preocupación… eso no es de tu incumbencia – se sonrojo hasta las orejas mientras con un estoico gesto le dio la espalda, siguiendo su camino. – debemos apresurarnos a encontrar nuestras cosas –

 

Kuroko le siguió algo dubitativo, a pesar del mar carácter que se cargaba el enano en parte tenía razón, si quería rescatar a Kagami-kun debía recuperar su cetro.    

 

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

 

Olía muchas cosas miraba muchas cosas y sentía que podía destrozar todo de un solo movimiento. Era muy confuso, quería solo una sola cosa y por más que buscaba no podía encontrarla, el rojo le opacaba la vista sus instintos buscaban por todos lados, pero es como si hubiera desaparecido de la faz de la tierra… habían muchas personas que corrían, que lo atacaban… pero él era demasiado para ellos y tan solo los mataba y ya.

 

Las flechas iban en su dirección, incluso llego a escuchar el sonido metálico de un sinfín de armas cargándose. También creyó sentir como se enterraban en su piel, en sus pantorrillas, brazos y espaldas… eso solo lo hizo enfurecerse más. Perdiendo el poco control que tenía.

 

 

Kise no tuvo que buscar demasiado, al seguir el olor del hollín y el sonido de los gritos logro encontrar el centro del problema.

 

Encontró a un enorme reptil de unos quince metros de alto, sus escamas eran de un escarlata brillante y en sus espalda su lomo era de un negro ébano que seguían hasta el principio de sus alas, mientras se alargaban regresaban a ese tono rojo, sus ojos eran los más impresionantes, del tono de la sangre y con la pupila alargada en forma de amenaza. Kise puso una cara seria, mientras veía como sus compañeros iban retrocediendo y escapando de las llamas, la escena se podría describir como catastrófica…

 

- todos ellos son iguales – refunfuño mientras envainaba su espada.

Kise tenía que hacer un gran esfuerzo en este caso, primero porque fue hace mucho tiempo cuando se enfrentó a un dragón y tampoco termino muy bien que se diga. Pero había hecho un trato con su hermana y no iba a romperlo.

 

Pero lo primero era lo primero, debía llamar su atención.

 

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

 

Yoshitaka Moriyama era un elfo nada serio, nada fuera de lo común y muy, pero muy mujeriego. Toda su vida le habían gustado las chicas, si eran hermosas aún mejor, por eso estaba agradecido de ser un elfo, era bastante ventajoso pues la belleza de los elfos era bastante conocida, lastimosamente para él, como todo, habían unos que gozaban de más talentos que otros, e allí su recelo por el hijo bastardo del rey, Kise Ryota.

 

Desde pequeño el rubio tuvo su apariencia y su origen familiar a su favor, todas las jóvenes o adultas querían algo que ver con él pequeño príncipe. Para un elfo común y corriente como el, era normal sentirse identificado por alguien de tu misma edad que era tan popular como Kise. Después de todo el chico tenía en sus venas sangre real y debía admitir que en una parte de su ser quería algo parecido a eso. Por esa razón se le ocurrió una gran idea en sus alocados años de juventud, alocados porque si le dieran la oportunidad de regresar en el tiempo y tomar otra decisión de seguro se quedaría en el deber de guardián de conocimientos, puesto que tuvieron la mayoría de sus ancestro… pero no el quería ser un héroe y ser admirado por todos, así que se alisto como guerrero, creyendo que ganaría pronto fama y chicas, por que no. Pero no fue así.

 

Sus días en la guerrilla no fueron tan malos, sencillamente hacia lo que le pedían, no era muy difícil y era bueno en eso. Pero aun no era lo suficiente como para conseguir lo que quería, no al menos hasta que lo pasaron al batallón donde estaría el propio Kise. Creyó que su suerte cambiaria si tenía al mismísimo príncipe como rival… y al principio pareció ser así.

 

Sin embargo Kise era más talentoso, era más altivo y agraciado, era mucho más que él. Y eso lo llego a molestar aún más, su admiración se había transformado en un cumulo de sentimientos de recelo acumulados… el príncipe no lo reconocía como su rival, ni siquiera como un compañero de armas, era un simple don nadie. Y ni siquiera a él le dio tiempo de hacerse ver por todos cuando el caprichoso príncipe rompió los esquemas al dejar a su pueblo… a convertirse en un miembro de la Kiseki no Sedai.

 

Y el siendo nadie de nuevo.

 

Por eso estaba allí, ignorando la alarma, las órdenes de desalojar, pues sabía que los superiores estaban dispuesto a convertir ese sitio la tumba de esa bestia y la de Kise si era necesario. Moriyama era alguien de competencia y rivalidad… así que cuando vio a esos dos dirigiéndose a los almacenes donde guardaban las armas lo vio como la oportunidad perfecta.

 

- vamos muévela… - le apresuro el enano, mientras sujetaba entre sus manos el mazo, lo había extrañado – si no me iré sin ti… - se llevó el arma a su hombro, de forma de que hablaba totalmente en serio, pero esto no causo el mas mínimo acopio en Kuroko - a mi si no me importa lo que te pase – reafirmo.

 

Kuroko en cambio no le miro, después de todo su cetro era más importante encontrar.

 

- no veo que te detiene irte… después de todo no somos ni conocidos – el peli azul le mira curioso en parte por su respuesta. El mayor sonríe, con ceño fruncido, presiente que el mago sabe que él no lo dejara ir, en parte que uno necesita del otro para escapar de allí, pero había algo más y era eso lo que Kuroko trataba de averiguar. – Kise-kun te ordeno detener mi huida – era una afirmación, porque Kuroko no era tonto.

 

- a mi Kise no me ordena nada… es obvio que un brujo como tu seria de utilidad para nuestro propósito – le apunta con su mazo, algo bastante pesado para el cuerpo del enano, Kuroko pensó que no sería bueno una pelea de cuerpo a cuerpo, de seguro terminaría perdiendo – así que será mejor que te unas a nosotros de forma pacífica –

 

- lo siento lamento tener que declinar tal oferta – su vista capturo una pequeña daga de no mucho peso y fácil de utilizar, hizo el ademan de querer agarrarla pero en su lugar un enorme mazo se dejó caer justo donde estaba el kit de armería, si no hubiera quitado la mano a tiempo hubiera sido aplastada junto con el metal… - eso es de mala educación –

 

- declinar no es una opción – Kuroko ya veía por qué es que el chico se llevaba bien con Kise, después de todo a era bastante testarudo. – Así que será mejor que obedezcas y larguémonos de una vez de… – su amenaza fue parada cuando de un solo movimiento es tumbado el piso por el hechicero, no lo vio venir, porque el chico no se movió ni un solo centímetro ¿acaso había usado su magia con él? – ¿¡pero que!? – no sabía que era peor, la espada clavada en donde él estaba parado o notar que el otro se desvanecido por totalidad, Kise tenía razón al haber dicho que era bastante escurridizo.

 

- pero mira que tenemos aquí… un mugriento enano hurgando en nuestras cosas, eso no se hace ¿sabes? – sonríe de forma superior, pues era obvio que contra un enano no había oportunidad de perder, los elfos eran una raza superior en todo sentido.

 

- tks… más y más elfos, esto es un asco – se levantó, sacudiendo sus ropas bastante gruesas que lo hacían ver más musculosos de lo que era. Estaba realmente molesto, una cosa era que le desagradara cosas inevitables, como la idiotez de Kise o lo amenazante de los dragones o incluso los magos demasiado amistosos y otra era el odio que eran esos seres tan creídos y sobre valorados como lo eran esos estirados. – será mejor que te quites o te quitare de mi camino –

 

Agarra con una mano el mango de su mazo y se alza todo lo alto que era con el acuesta. La diferencia de tamaño ahora que lo veía mejor no era tanta, lo que le extraño a Moriyama, los enanos no eran tan altos, por eso el nombre aun así no cedió, seguía siendo feo y mugriento enano.

 

- sabes, siempre me he preguntado si sus mujeres tienen tanto pelo como los hombres… porque si es así no es nada bonito – Kasamatsu lo desconcertó tal comentario, sacando en él una vena de molestia – después de todo una mujer con barba no es algo bonito de ver – Moriyama por alguna razón no era exactamente alguien de netamente agresivo sino más bien sarcástico, algo que a Kasamatsu le molestaba bastante – y también son bajitas y musculosas… no creo que –

 

- cállate de una vez – Sin esperar más insulto a su raza este lo ataco con el mazo, quien lo esquivo en cuanto lo vio venir, Moriyama sonrió, mientras agarraba un escudo y una espada que se encontraban en el piso. La movió con agilidad en su mano mientras se preparaba para el próximo ataque. – Vamos a ver si eres bueno en otra cosa que no sea abrir la boca –

 

- a ver si ustedes saben algo más que no sea mover tierra –

 

El mazo se estrelló contra su escudo, el más alto se defendió a tiempo. Aprovecho el tiempo en que la pesada arma le frenaba los movimientos para atacarlo y alejarlo de esta con su espada, y este se llevó una sorpresa que del mango este saco una espada de gran filo y metal negro que la puso en guardia en tanto este intento cortarle. Dio tres estocadas e hizo retroceder al elfo, no solo era hábil si no también fuerte, el de cabellos negro verdoso pensó que ese enano no debía ser cualquiera si sabía manejar tan bien un arma.

 

Kuroko aprovecho tal distracción para buscar su cetro, no debía estar muy lejos.

 

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

 

 

Su cuerpo se estrelló de nuevo contra una columna, derribando esa parte del techo, y como las anteriores veces el rubio salía de los escombros, mal herido, pero con más ganas aun de acabar con su enemigo, que en eso mementos seguía avanzando, el sin poder evitarlo.

 

- Aominechii no era tan duro… cof… no al menos que yo recuerde – escupió sangre y se levantó mientras se limpiaba con su antebrazo. Este dragón lo estaba haciendo molestar. Necesitaba un plan que lo detuviera.

 

Kagami, el dragón, aún seguía en descontrol… muchos lo atacaban y con el solo soplar los incineraba junto con sus armas. Sus garras se aferraron de las paredes y con su cola aplastaba a quien se le metiera en el camino. Kise maldijo entre dientes, le había dicho a su hermana que no era necesario que lo vinieran a ayudar, eso solo significaría más muertes, unas que no eran necesarias.

 

Fue cuando otro rugido surgió desde la garganta de la bestia, pero este no era de intimidación, este era de quejido y dolor, Kise los reconoció. La caballería que habían mandado había dado en un punto que le causo dolor al dragón. Claro que este hecho no duro mucho, pues en la desesperación el dragón se volvió más agresivo.

 

Sin embargo Kise le había dado una idea, justo debajo del pecho del dragón había una estaca atrapada en un punto muy sensible, eso sí lo podría usar a su favor. Con determinación sujeto su espada e intento avanzar hacia la dirección del desastre, pero sus piernas perdieron sus fuerzas y cayó al piso de nuevo.       

 

- ¿Kise-san… se encuentra bien? – sintió como lo ayudaban pasando un brazo por debajo de sus hombros y levantándolo. El aludido miro con el ojo que la sangre no tapaba como un antiguo conocido le auxiliaba, sin entender el porqué de su acción se alejó. El aun no confiaba en nadie de los de su gente, no desde que lo intentaron matar.

 

- llévate a todos de aquí… Koji… no necesito ayuda para encargarme de esto – el más alto no le agrado aquello, pues sus intenciones eran totalmente fuera del mandato de la reina el en verdad apreciaba al joven Kise y no lo dejaría morir.

 

- no puede con el… es mucho, no lo lograra – insistió, pero era obvio que el rubio no haría caso.

 

- esto no es de tu incumbencia… - trato de que el otro lo dejara en tranquilo, pero en cambio se puso delante impidiéndole avanzar. - no entiendo que haces…se supone que estas aquí para asegurarte de que no viva, no soy tan idiota –

 

Koji Kobori lo miro serio, el elfo de cabellos oscuros y ruda mirada no dijo nada, lo que hizo fue lo que más le sorprendió al rubio; en un acto de total lealta se arrodillo haciendo reverencia.

 

- entiendo que Kise-san no confié en mí, pero estoy a sus servicios así que le pido que confié en mí en esta ocasión, le ayudare en todo lo que decida, bien se escapar o acabar con el dragón – era totalmente serio ante eso lo que no entendía aun el menor.

 

- ¿por qué haces esto? – le pregunto. Pues el otro no tenía tal motivo para aquello.

 

- porque su hermana me mando a mantenerlo seguro y eso hare -  Koji no necesitaba otra razón y esperaba que el joven príncipe tampoco.

 

- bien, si es así… esto es lo que harás… -

 

 

 

-.-                                                                                                                             -.-

 

         

                  

Los metales se chocaban y el filo se hacía cada vez más peligroso al acercarse a la frágil y viva carne. Kasamatsu esquivo a duras un ataque a su cara, saliendo con un pequeño corte y Moriyama a su vez se alejó en cuanto el hábil enano le iba a dar un golpe por su pinto débil, puede que no era bajo para ser un enano, pero tenía una altura muy buena para atacar desde abajo o alzarse, alguien bastante habilidoso para ser un simple enano.

 

- nada mal, para un mediano – escupió con competitividad.

 

- tu tampoco, para ser un estirado – sonrió por alguna razón esto le resultaba ser muy divertido.

 

Al menos hasta que el rugido de la bestia termino por alertarlos, pues una enorme bola de fuego venia tras ellos. Sin darse la menor idea en su pelea se habían movido hasta llegar al enorme pasillo donde el dragón causaba estragos entre los pilares y los pocos elfos que quedaban con vida. Casi en automático ambos se pusieron tras la pilas de cemento para no ser alcanzado por las llamas en un intento de pasar desapercibidos para los escamosos ojos de la bestia.

 

Kasamatsu estaba a punto de olvidar esa estúpida cosa de la pelea si no es que nota que cierto rubio estaba sobre la espalda del dragón, montándolo como un jinete, o mejor dicho tratando de dominar a un enorme toro, por supuesto que Kise era el que iba perdiendo.

 

- ¿¡Kise pero qué carajo haces!? – salió a regañadientes, sin entender como era que ellos terminaron en esa situación, donde el idiota del rubio trataba de sujetarse del lomo del dragón y Kasamatsu terminaba perseguido y corriendo por su vida para no ser rostizado.

 

- ¡Kasamatsu-sempai!… ¿esta con vida? – su voz volvió a ser la del amable chico que parecía no notar en la situación que estaba y eso a Kasamatsu lo encrespaba.

 

- claro que sigo con vida, idiota… ¿qué intentas hacer ahora? – el pelinegro estaba que mataba a Kise, si no fuera porque un reptil de quince metros lo quería como su cena.

 

- detener a Kagami… - dijo como si fuera lo más normal – pero creo que no está funcionando –

 

- ¿¡tú crees!? – el sarcasmo era obvio y Kasamatsu juraba que si salía de esta despellejaría a ese estúpido elfo.

 

- Kasamatsu sempai siga distrayéndolo así –

 

El enano pensaba que Kise se había vuelto loco, así que siguió corriendo.

 

Kise en cambio hizo uso de su gran agilidad para trepar por el cuerpo del agresivo animal, necesitaba llegar a la lanza de su pecho y abrir la herida con su espada, pero no era tan sencillo como parecía. El enano vio lo que el otro intentaba hacer, así que trato de encontrar la manera de ayudar al rubio.

 

Del apuro que tenía el moreno para correr por su vida no noto que Kuroko estaba frente a él cuándo le paso de largo. Algo no estaba nada bien, pues el peli azul se quedó estático esperando al dragón que lo alcanzara. Kasamatsu pensó si acaso ese brujo tenía un arma contra el dragón que ellos no conocían.

 

Como cualquier animal, Kagami respondía a los instintos más que a su cabeza y eso lo demostraba constantemente, por eso a Kuroko no le causa la más mínima sorpresa cuando el enorme dragón se para en seco al verlo en frente.

 

Alguien parecía al fin llamar la atención de la bestia.

 

En su lugar y con total curiosidad el dragón baja la cabeza para olfatear mejor a quien estaba en frente, parecía no poder reconocerlo bien y en su lugar Kuroko alzo la mano, dejando que este entrara en confianza y pudiera reconocerlo. Con complacencia y total docilidad se dejó tocar la punta de la escamosa nariz.

 

Kuroko sonrió, tenía tiempo que no veía tan de cerca un dragón, al menos en su forma verdadera, pero siempre se maravillaba al verlos. Porque son, al menos para el unas de las criaturas más maravillosa que conocía. Y Kuroko de verdad le gustaba la forma que tenía Kagami de dragón, sus escamas brillantes, temperatura cálida y sus enormes ojos rojos que a pesar de lo digan muchos a él le parecían unos muy amables. Sonrió muy quedo, el hechicero se sorprendió al sentir empatía por alguien de forma tan rápida.

 

Y también Kagami había encontrado al olor que tanto buscaba.

 

Pero es escena se había interrumpido por un movimiento brusco del dragón que empujo sin querer a Kuroko contra una pared y siendo casi aplastado por una de sus garras que termino muy cerca de él. Kagami gimió con dolor agudo cuando sintió que una estaca entraba en su piel y para deshacerse del dolor comenzó a sacudirse y a derrumbar todo a su paso.

 

Kise por su parte termino lanzado de nuevo por los agites de la bestia. Con su agilidad pudo caer bien si lastimarse más de lo que ya estaba, cosa que no sucedió con Kuroko quien se encontraba inconsciente después del golpe que llevo.

 

Mientras los demás aprovechaban el escapar por los alaridos de la bestia lastimada, Kise aprovecho para poder recuperar al mago quien se encontraba en peligro. Sin embargo no eran tan sencillo mientras el dragón se encontrara encima de peli azul, protegiendo el perímetro…

 

- ¡Kise!, vámonos – logra escuchar a su sempai que se acercaba a él.

 

Sus ojos en ese instante se enfocan en el inconsciente brujo y luego en su sempai. Kasamatsu se dio cuenta en cuanto se vio la duda en él, iba a ir tras el brujo; antes de que pudiera hacerlo cambiar de opinión este se fue en dirección contraria dejando al Kasamatsu atrás…

 

Saltando escombros, garras y agites de la cola de la bestia lucho por llegar hasta donde se encontraba el brujo. Pero Kagami pese a todo el descontrol de su cabeza y sentidos, parecía no querer que el rubio llegara donde Kuroko, lanzándole fuego y tratando de alejarlo, aun así Kise no cedía…

 

Los dragones no tenían inteligencia, los dragones no eran conscientes del daño que hacían hasta que ya era demasiado tarde. Y aun así bajo ese conocimiento Kise, Kasamatsu y los demás que estaban allí pudieron ser testigos de cómo Kagami con sus últimas fuerzas sujeto a Kuroko, alzándolo con sus garras con mucho cuidado y tomando vuelo…

 

- no… ¡no! ¡Regresa!... ¡REGREGRESAME A KUROKOCHII! – Kise corrió y grito, pero no pudo hacer más nada, no con las heridas. Se dejó caer al suelo mientras veía como el dragón tomaba cada vez más altura, golpeo el piso una y otra vez con rabia, Kagami le había ganado, había sido vencido de nuevo por un asqueroso dragón.

 

 

Continuara…

Notas finales:

Bueno, les comento que este y el siguiente capítulo son los preámbulos para la llegada del siguiente miembro, yo ya creo que saben quién será, aun así no diré mas nada. El siguiente capítulo vendrá dentro de un mes, eso espero XD… agradezco su paciencia, por favor comenten y así poder seguir el fic. Nos leemos.     


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