Luego de merodear por un largo rato por la ciudad decidí ir al único lugar donde sabia que tendría un apoyo.
Llegué al edificio donde vivía Leonardo.
Al abrirme la puerta se vio impresionado.
-Vladimir ¿que haces aquí?
-¿Puedo pasar?-rogué, Leo dudó unos segundos mirando hacia adentro.
-Claro-abrió la puerta dejándome el paso. Ya había vivido con él asi que me sabía el camino perfectamente. En una rápida inspección me di cuenta que todo seguía como el primer día que había abandonado ese lugar. Me senté en el sillón y al segundo vi aparecerse a mi ex con un vestido ligero y descalza.
-¿Quien era amor...?-me miró sorprendida. Leo con una mueca de resignación se sentó en uno de los sitiales.
-Vladimir yo...bueno puedes sacar la cuenta-hizo un gesto hacia la mujer que aun estaba de pie.-Espero que esto no te moleste.
-En lo mas mínimo Leo-dije secamente-Vine a hablar algo contigo muy importante.
Leo y Lizbeth se miraron extrañados, si esto hubiera ocurrido antes seguramente hubiera discutido con ambos, pero ya no me importaba.
-De acuerdo habla.
La miré y lo miré a él.
-Es algo privado.
-Bien vamos a mi oficina. -se levantó y caminó hasta la oficina. Cerró la puerta tras mí y nos sentamos en el sitial.
-¿Seguro que no te molesta que esté con tu ex?
-De verdad Leo. No me molesta en lo absoluto.
-Que bueno-dijo casi sin convencerse-Bueno, dime ¿que ha sido de ti? Desapareciste de la fas de la tierra.
-Estoy enamorado.
-Ya veo ¿Y como se llama la afortunada?
-Es que...-no pude mirarlo a los ojos, me sentí un tonto y como si lo hubiera traicionado-...no es "ella"-lo miré de reojo y su color había cambiado a uno mas pálido.
-Asi que eres gay....
-No se si gay, pero no puedo negar que lo que siento por el gruñón es fuerte.
-¿"el gruñón"?-dijo extrañado.
-¿Recuerdas que te conté sobre mi entrevista para mi nuevo trabajo? Sobre un hombre con el cual choqué y luego me entere que era mi supervisor. Pues el es el gruñón.
-¿Estás seguro que estás enamorado?
-¿Porque lo preguntas?
-Puede que solo sea pasajero...
-No dejo de pensar en el un solo segundo.
Se quedó pensando unos segundos, mirando la nada.
-Su pareja lo engañaba. Si, el es gay. Bueno yo trate de decírselo y tengo que confesar que al principio comenzó a perseguirlo por entretenimiento, pero luego eso cambió, y bueno yo notaba que él sentía algo por mí, porque se ponía nervioso conmigo, aquella vez cuando lo besé y me correspondió. Muchas cosas y situaciones me hicieron sacar la cuenta, pero él pensaba que yo estaba bromeando con él. Cuento corto, terminó con su pareja y le dije que si quería ser mi pareja.
-¿Hablas enserio?-dijo aterrado
-El dijo que no. ¿Puedes creerlo? ¿Crees que no lo merezco?
-Apuesto que el te considera un simple empleado.
Se notaba algo de rabia en su voz.
-Oye lamento venir a arruinar tu noche con...
-Claro que no. Antes que cualquier persona estas tú.
-Leo-sonreí y tuve la necesidad de abrazarlo. Sin darme cuenta estaba llorando, entonces me di cuenta, nunca me había enamorado hasta ahora, nunca había sentido tanta rabia y dolor al mismo tiempo. Leo como siempre me sostuvo incondicionalmente.
Luego de que me calmé se alejó limpiando mis lágrimas.
-Bien ahora dejaremos la tristeza atrás y vamos a salir.
-Tienes razón, ya fue mucho-sonreí de vuelta
Me di una ducha y me coloqué ropa que aun quedaba de cuando había vivido con Leo.
Terminé de cambiarme y me puse a observar el dormitorio de Leo, casi todo seguía igual a cuando me fui, excepto por que frente a la foto donde estábamos juntos en la playa este verano pasado, estaba la de su pareja, sentí rabia recordando que conmigo había echo lo mismo, ella tenía que ser primera en todo. Tomé la foto de ambos y sonreí recordando lo bien que lo habíamos pasado juntos ese verano
-¿Quieres chocolate caliente?-lo miré a los ojos y me sentí un tonto por haberlo dejado de lado, Leo era la persona a quien mas apreciaba.
-Gracias Leonardo. No se que haría sin ti.
-Vamos Vladimir, no te pongas melodramático.
-Es que al irme, bueno mas bien cuando me echo mi padre fui dejándote de lado, fui mal agradecido y ahora cuando estoy mal vengo aquí contigo....
-Vladimir...-se sentó a mi lado mirando el suelo.-Yo...yo siempre estaré ahí para cuando me necesites-me miró a los ojos y su mirada fue llena de sinceridad y un brillo que jamás había visto. Hubo un minuto de silencio, Leo apartó su mirada levantándose-¿Porque mejor vamos a una disco? No nos quedemos aquí.
-De acuerdo.
Una hora mas tarde estuvimos en la disco, había un buen ambiente y luego comenzamos a disfrutar, pero Leo no me quitaba la vista de encima incluso cuando salí a bailar con una chica.
Ya en la barra del bar.
-Si que hay energía-dije resoplando y sonriendo.
-Te pedí un ron.
-Gracias-me bebí el vaso de un solo sorbo-¡Uf! Si que está fuerte. Quiero otro.
Media hora mas tarde ya bastante ebrio decidimos volver al departamento. Leo que no estaba tan ebrio como yo me guió hasta su cama.
-Yo debería... dormir...en...el-Leo sonrió y me hizo hacia atrás quitándome las zapatillas. Minutos mas tarde estaba solo en bóxers al igual que Leo, estábamos recostados mirándonos en silencio.
-Gracias Leo-dije acariciándole la cara
-No me agradezcas por algo que me gusta hacer-se acercó mas apegando nuestros cuerpos, sentí que sus ojos color plata me hipnotizaron y cuando se acercó para besarme solo supe corresponderle sin lograr detenerme simplemente lo poseí.
Había tenido sexo, con mi primo, que yo consideraba mi hermano.
Totalmente arrepentido me senté a la orilla de la cama sintiéndome terrible.
-Sera mejor que me vaya-me iba a levantar pero Leo me abrazó por detrás.
-No por favor Vladimir, no te vayas.
-¿Acaso no te das cuenta del error...?- me levanté sin darme la vuelta para mirarlo
-No. No es ningún error.
-Leo, mira lo que te hice-me gire y miré su frágil cuerpo lleno de marcas-Esto...es una aberración.
-Deja de creer eso....-miró a otro lado como tomando aliento y luego me miró-No llevamos la misma sangre. No somos primos.
-¿Porque dices algo asi?
-¿Recuerdas que tu padre dejó de hablar a mi madre hace cinco años ya?
Recordé aquello, cuando mi padre tuvo un drástico cambio en el trato con mi tío, su hermano, de ser muy cercanos pasaron a una relación solo de educación.
-Aun asi fuimos criados como hermanos...y...pero que mierda te hice-dije al verlo levantarse y ver la extensión de su cuerpo lleno de marcas de mordidas y sexo-Soy un imbécil.
-Vladimir...-se puso de pie frente a mi mirándome a los ojos y acariciándome-No es...no es la primera vez.
-¿De que hablas? Se mas claro.-le aleje la mano y di un paso atrás, Leo miró al suelo.
-No es la primera vez que tenemos relaciones...
-Es imposible... Yo...-comencé a molestarme.
-Salíamos y te emborrachabas tanto algunas veces...eras tu quien comenzaba.
-¿¡Pero porque no me detenías!? ¿Abusé de ti?
-No...Yo...-dio un suspiro-Siempre te...te he amado Vladimir.
-Por favor no juegues con eso...
-Vladimir siempre he estado enamorado de ti, incluso antes de saber que no teníamos congeniedad sanguínea.
Comencé a pasearme de un lado a otro
-No puede ser verdad...es...es...-me detuve y lo miré, estaba con la cara empapada en lagrimas-¿Y Lizbeth?
-Cuando perdí el contacto contigo me sentí sumamente mal, un día llegó al departamento pero luego lo tomé como una oportunidad de tratar de olvidar lo que siento por ti. Por un tiempo aguanté que el principal tema de conversación fueras tu, pero al final me acostumbré y cuando ayer llegaste y en el estado que lo hiciste me hizo darme cuenta que no puedo dejar de amarte.
-Leo...yo...-vi a Leo como a un hombre uno deseable, sus ojos, sus labios, su cuerpo escultural, pero a la vez tan frágil
-Dame una oportunidad de consolarte como quiero hacerlo realmente, como pareja y no como tu primo.
Recordé en unos segundos lo que había pasado con el gruñón, la realidad de mis sentimientos era que estaba loco por el, pero en ese momento despertó el deseo que tenia inconscientemente hacia Leo. Tenia que tomar esta oportunidad, Leo era la persona que mejor me conocía y estaba seguro que el nunca querría hacerme mal, pero estaba lo que a cualquiera pesaría, nuestra familiaridad que ahora solamente sabia falsa.
-Leo...-mí corazón latió muy fuertemente, se acercó hasta que varias partes de nuestros cuerpos desnudos se rozaron y sentí arder un fuego bajo mi piel, me acerqué lentamente y toqué sus labios dando un suspiro.
"Espero no equivocarme" rogué al cerrar la distancia entre nosotros y fundirme en un beso entre ambos, un beso descubridor que fue aumentando en pasión, acaricie muy lentamente su piel hasta llevar las manos a su cintura y fuertemente llevarlo hasta atrás cayendo a la cama, el deseo se encendió en mi, pero como un relámpago vino a mi la imagen del gruñón "No puedo hacerlo esto a Leo" me repetí una y otra vez en mi mente mientras me dejaba llevar por la pasión y al llegar al máximo punto al dar un rugido en mi mente grite el nombre del gruñón. Me dejé caer sobre el pecho de Leo apoyando mi cabeza en su hombro, el me abrazó fuertemente mientras una lagrima se escapaba y rodaba hasta caer en las blancas sabanas.
Me decidí a cambiar uno de los pasos era renunciar. Me haría daño si seguía trabajando con alguien que me despreciaba.
Aunque Leo se ofreció a acompañarme preferí ir solo. No quería tomarle más importancia de lo debido. Al llegar a la oficina me hizo pasar prontamente el señor de recursos humanos. Por mucho rato me trató de convencer para que no dejara el empleo, me subía el sueldo y de rango, pero solo tenia algo en mente.
Leyó un mensaje que había llegado a su móvil-De acuerdo, veo que no lo puedo convencer...-se levantó del escritorio-Déjeme que voy por...-se acercó rápidamente a la puerta y salió dejándome solo.
Me llegó un mensaje y al leerlo me di cuenta que era de Leo.
"Te estoy esperando con tu comida favorita y el postre...;D en la noche. Te amo. Leo"
Casi simultáneamente se dibujó una sonrisa en mi rostro, me levante para contestarle, pero mi móvil cayó al piso de la impresión al ver al gruñón apoyado en la puerta mirándome fijamente.
-El señor Arthur fue por unos papeles, yo vengo luego si quieres hablar...-tomando mi bolso me dirigí a la puerta, pero el gruñón me detuvo.
-Necesitamos hablar.
-Ya hablamos ese día....
-Es que no lo entiendo... ¿porque te fuiste asi sin escucharme?
-Si te escuche. Escuche claramente que no estoy a tu altura.
-¡Yo nunca dije eso!
-Pues es lo que diste a entender.
-Recién había terminado con Mauro y querías que comenzara una relación contigo.
-Habías dejado de sentir amor por el mucho antes...y estaría seguro que nunca lo amaste.
-¿Que sabea tu acerca de mis sentimientos?
-Se te notaba en la mirada.
-Bueno quizás quería respetar a Mauro que fue el único que estuvo en el momento más difícil de mi vida.
-En el fondo sabes que fue un error estar con el. Y yo no quiero que conmigo sea lo mismo.
-Vladimir entiende, para mi siempre ha sido difícil esto, me han herido mucho y me cuesta afrontar lo que siento por temor a salir herido. Tú desde un principio me diste a entender que era un juego ¿como podía adivinar que era realmente serio?
-Osvaldo seamos realistas...no tenemos futuro juntos. Somos muy diferentes en algunos aspectos y se que para tus amigos, para tu familia para tus padres no seré mas que un mecánico que solo esta contigo por el dinero. Evitémonos problemas y dejemos las cosas asi.
-¿Porque entonces...? ¿Porque tenias que decirme que me amas y ahora te vas? ¿Por que te atreviste a enamorarme y ahora me hieres?-sus mejillas se empaparon con lagrimas que me dolieron en el alma como puñales. Me arrepentí de haberle dicho, de haber abierto mi corazón. Me odiaba por haberlo herido, pero realmente no podía herir a Leo, que lo sentía más importante que mi vida misma. En un impulso lo abracé y el me correspondió largándose a llorar aun mas fuerte-¿Por qué?
-Porque eres al primer hombre que he llegado a amar de esta manera. Perdóname por no controlar estos sentimientos...
Unos minutos después nos alejamos y sin decir nada ni un adiós, o un hasta pronto, o nos volveremos ver. Nada solo fue irse y cerrar la puerta tras si mientras veía mi corazón haciéndose pedazos. ¿Era correcta la elección que estaba tomando? Sonaba con eco la pregunta.
Llegue al departamento y Leo me recibió en la entrada, aunque intente disimular supo que algo andaba mal.
-Me encontré con el gruñón en la central.
-¿y que tal te fue?
No sabia que decir, como expresar lo que sentía asi que simplemente lo abracé con mucha fuerza, me alejé sonriendo y lo besé.
-Me llegó un mensaje...algo sobre mi comida favorita...
Leo me sonrió y comenzamos a caminar al comedor.
Sentí que obligadamente estaba cerrando ese capitulo de mi vida.