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Equivocado por Yae

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A manera de epílogo.

 

 

 

 

Había tropezado accidentalmente, las cajas que llevaba en manos se precipitaron y hubiesen caído al piso desperdigando su contenido, con habilidad pudo recobrar el equilibrio perdido sin llegar a caer.

— En esas cajas puse la vajilla, no vayas a tirarlas Itachi — la calmada voz de Mikoto se fue acercando, la mujer sujetando un par de floreros pasó al lado de su hijo.

— No se cayó nada — el nombrado prosiguió su ruta, la pequeña y acogedora casa estaba recién llenándose de los muebles traídos por la mudanza. Itachi se hallaba ínfimamente ansioso, debían acomodar todo antes del día de mañana y sus nerviosas manos parecían querer sabotearlo.

El resto de la tarde pasó junto a su madre colocando cada cosa en su lugar, le prestó especial cuidado a la habitación que Sasuke habría de utilizar.

Suspiró emocionado.

Más de tres años transcurrieron desde que un juez enviase a su hermano menor a un psiquiátrico, la desesperación de los primeros meses para sacarle cuanto antes de ese lugar fue reemplazada con el tiempo por la esperanza de verle mejorar con los días. Ahora después de bastante tiempo podría por fin tener a Sasuke a su lado, para poder realizar su mejor esfuerzo para intentar compensarle.

Bien sabía que todo lo que paso entre ambos fue solo producto de las circunstancias.

Si Sasuke hubiese podido vivir dentro de una familia que lo protegiese.

Si hubiese decidido no marcharme nunca.

Si tan solo hubiese…

Tantas variantes que habrían determinado un presente totalmente diferente para los dos, pero que tan solo considerarlo era una pérdida de tiempo total.

Los hechos pasados no pueden cambiarse.

— Ya casi son las nueve — su madre se asomó a la habitación que su hijo mayor ordenaba con esmero, la cama a un lado de la pequeña ventana, los muebles costosos y un librero que se había empecinado en  llenar de títulos variados. — Preparé unos emparedados, vamos a comer — sonrió acercándose un poco a su hijo — aún queda mucho que hacer, me quedare esta noche para que podamos terminar de ordenar todo.

— Está bien — suspiró dejando de lado los libros que acomodaba, no sabía bien que podría interesarle leer a Sasuke, así que optó por conseguir de todo un poco.

 

Una vez estuvieron sentados en la pequeña mesa en la cocina se dispusieron a comer el sencillo bocadillo.

— ¿A qué hora iras a recoger a Sasu?

— A las diez, tendríamos que estar aquí a la hora de la comida — respondió mirando la cena delante suyo, no tenía demasiado apetito, la ansiedad de seguro no le dejaría dormir en toda la noche.

— Entonces los esperare con una deliciosa comida casera — Mikoto se mostraba emocionada, sería la primera vez que cocinaría algo especial para sus dos hijos.

Itachi asintió, más por obligación se forzó a terminar su ración, luego de limpiar la cocina de nuevo se concentró en tener todo listo para su hermano. Compró aquella pequeña casa algo alejada de la ciudad para poder brindarle un ambiente de tranquilidad a Sasuke, desde hace semanas que Tsunade le repetía las precauciones que debía tomar y las indicaciones que debería seguir al pie de la letra.

Naruto también se había  mostrado algo disconforme por el “alta” que le darían a Sasuke, como dijo hace un par de días…

“Puede que Sasuke ya este mucho mejor, pero a ti nadie te exigió un tratamiento y creo que también lo necesitas.”

No se molestó en responder, si hubo pasado gran parte de su niñez y adolescencia frecuentando a un psiquiatra no iba hacerlo de nuevo.

Mecido entre los infantiles recuerdos que conservaba junto a Sasuke quedó dormido con placidez.

 

 

 

.

 

 

 

A prisas terminó de vestirse para salir dejando a su madre los últimos detalles, condujo su automóvil con cuidado, tal vez demasiado lento.

Sentía estar dando el primer paso de algo realmente importante, curiosamente temía fallar.

Temía no poder hacer lo necesario para compensar a Sasuke.

Suspiró pesadamente.

Tal vez no tenía que compensarlo, tan solo tratar de hacerlo feliz… y de ese modo ser feliz también.

 

Cuando llegó, Naruto e incluso Sakura lo esperaban, sin excusarse se dirigió a la oficina de Tsunade siendo seguido por los otros dos.

Las palabras de la rubia se parecían más a una cátedra impartida por algún especialista en una convención, se mantuvo atento pero aquella escena que montaron le resultaba demasiado exagerada. Podrían enumerarle indicaciones, itinerarios a seguir y las visitas al psicólogo que Sasuke tendría que hacer pero por breves instantes quiso ignorar todo eso.

 

Ligeramente impaciente de daba una fugaz mirada a su reloj de tanto en tanto, casi midiendo los espacios que la rubia utilizaba entre cada palabra que pronunciaba.

Sus ojos se iluminaron al ver por fin a su hermano aparecer en la escena, llevaba consigo una pequeña maleta siendo acompañado por un par de enfermeros. Itachi sonrió y sin esperar autorización de nadie fue directamente a abrazar a Sasuke, estrecharle entre sus brazos sintiéndose renovado de todo lo que pudiese estar angustiándole.

 

 

 

— Nii-san — susurró a su oído correspondiendo el gesto. Pese a que Tsunade trató de hacerle ver lo inapropiado de la relación que mantenía con Itachi, -una de las razones por las que deseaba tanto irse de ese lugar- nada pudo hacerle dudar sobre lo que sentía, no podrían menospreciar su amor y menos tergiversarlo como si fuese una vulgar obsesión. El cálido abrazó que compartía con su hermano fue interrumpido por las voces de los presentes.

Se mantuvo impasible el resto del tiempo que lo retuvieron antes de salir de ese lugar al que se había jurado jamás regresar, sin importar las circunstancias no se permitiría regresar. Las palabras de Sakura y su disposición a ayudarlo como amiga le causaron cierta ternura, aquella mujer no tenía que ser tan insoportable como recordaba.

— No vas a deshacerte tan fácilmente de mi teme.

La sonrisa honesta de Naruto le hizo sonreír también. — No espero menos de ti dobe.

 

 

 

.

.

 

 

 

Su madre le esperaba con los brazos abiertos, disculpándose como lo venía haciendo desde hace tiempo, todos le recibían como una familia que ha mandado a uno de sus hijos a un internado o un campamento, como si nada malo hubiese sucedido…

Como si nunca se hubiese equivocado.

El entorno acogedor que le brindaban de algún modo le hacía sentir culpable, como si no lo mereciese del todo.

— Itachi colocó el aro de baloncesto que le pedí — después de la comida Naruto se acercó haciendo rebotar aquella pelota — vamos a probarlo.

Pese a la sensación de estar soñando que lo acompañaba desde que despertó aceptó, aquella blanca habitación y esa vigilancia asfixiante habían desaparecido, ahora tenía un hogar… un hogar que compartiría junto a Itachi.

La pelota se escabullía de sus manos y Naruto aprovechaba bastante bien su falta de práctica, podía oírle una que otra burla que contraatacaba con habilidad, los movimientos de ambos por el espacio frente al garaje tratando de atinarle al aro le evocaron imágenes olvidadas, recuerdos gratos que por alguna razón olvidó.

 

“¡Ya veras, te demostrare que yo llegare primero!”

“En tus sueños usuratonkachi”

Una simple carrera en clase de gimnasia bastaba para hacerles distorsionar todo el asunto.

 

Momentos agradables se aglomeraron en sus retinas haciéndole sonreír, creía haber perdido un amigo con todas las equivocaciones que cometió, pero allí estaba la única persona a la que otorgaría ese título, allí estaba Naruto recordándole que no había lugar para la amargura.

 

 

.

.

.

 

 

Cuando la tarde llegó a su fin Naruto, Sakura y su madre se despidieron, la curiosa reunión parecía haberse terminado demasiado pronto.

— Volveré mañana, te daré la revancha — los ojos azules de Naruto estaban radiantes, como no recordaba.

— Lo de hoy fue solo suerte — respondió sonriéndole nimiamente — estaré esperándote.

— Yo estoy muy ocupada con mis prácticas, pero en cuanto tenga tiempo vendré a verte Sasuke-kun — la mujer de cabello rosa también sonreía.

Sasuke asintió en respuesta.

— Los estaremos esperando — Itachi les despedía amable, se había mantenido algo distante durante el día.

— Cuídate mucho Sasu, tu hermano estará al pendiente de todo, pero si necesitas algo llámame. — su madre le dio una abrazo a cada uno de sus hijos antes de marcharse con los demás invitados.

Al quedarse solos el silencio se hizo de inmediato presente.

— Tu habitación está arriba, deja que te la muestre — el mayor le indico a Sasuke que le siguiese — no es muy amplia pero estoy seguro que te gustara.

Sin decir palabra se dejó guiar, podía apreciar la espalda de su hermano, su negro cabello un poco más largo sujetado en esa coleta, apresuró sus pasos para poder  abrazarle por atrás. — No sabes cuánto te he extrañado.

— Si nos veíamos casi todos los días Sasuke — Itachi se dejó abrazar sonriendo ante la cercanía.

— Lo sé, pero ahora es diferente.

— Tienes razón — deshizo el abrazo para voltearse y poder verle a los ojos — ahora podremos empezar de nuevo.

— No quiero empezar de nuevo, Itachi. Quiero todo lo que vivimos, bueno o malo, no quiero olvidar nada nunca más.

Algo sorprendido el mayor asintió sin dejar de sonreírle, sabía que las cosas no serían sencillas desde ahora, pero como le dijeron una vez… de seguro seria más fácil que lo que ya pasó.

 

Sasuke se mostró interesado en los libros que Itachi seleccionó, ojeándolos se paseaba por su nueva habitación mientras su hermano desempacaba lo poco que había traído. Al ver el libro de cuentos que le regaló hace algún tiempo sonrió, dentro de este varias hojas con dibujos hechos a lápiz  se hallaban. — ¿Son tuyos?

El menor detuvo sus pasos para prestarle atención. — Si, ese lugar era demasiado aburrido y era poco lo que podía hacer — se acercó sentándose en la cama al lado de Itachi.

— Son buenos — pasando las hojas podía notar como si fuese una pequeña historia, una diminuta cigarra que antes de poder llegar a ser adulta debía esperar demasiados años. — Es un cuento…

— No del todo — algo apenado Sasuke se puso de pie dirigiéndose al cuarto de baño — voy a tomar una ducha — dijo antes de encerrarse en el lugar.

Itachi se quedó viendo las hojas dibujadas, en ellas se apreciaba a la pequeña cigarra recorriendo varios lugares y conociendo a otros insectos, pero todas esas aventuras al final parecían formar parte del sueño de aquel animalito en el que se hallaba durante los años que le llevaba alcanzar la adultez. Quedó absorto en aquellos trazos plomizos tratando de imaginarse lo que pensaba Sasuke al momento de dibujarlos, de seguro si se lo preguntara no le respondería.

Luego de algunos minutos el menor salió solo cubierto por una toalla de la cintura para abajo y con otra secaba su cabello.

— Ya deja de ver esos dibujos Itachi, no son tan interesantes.

Entonces el mayor posó toda su atención en su hermanito; que ya había madurado bastante no solo en apariencia desde ese reencuentro que fue el detonante de todo el presente, su cabello era algo más largo y la mayor parte del tiempo cubría estratégicamente el lado izquierdo de su rostro, toda su complexión era la de un adulto que se ejercitaba muy a menudo. Sin quererlo sus ojos se quedaron observándolo fijamente.

— ¿Me estas escuchando? — Sasuke se acercó sonriendo al apreciar la mirada fija de su hermano en si —creo que solo me estás viendo.

— Creo que si — algo apenado Itachi reaccionó, todo aquella era tan nuevo y a la vez tan nostálgico que le producía algo de ansiedad.

— ¿Estas nervioso? — apoyó una de sus manos sobre la cama para inclinarse a los labios de su hermano.

— No en el sentido propio de la palabra.

— Yo si lo estoy — casi como soñar despierto, quiso agregar pero prefirió besar a Itachi, delinear esos labios con los suyos, palpar la suave lengua de su hermano con la propia, sentir como le correspondían y embriagarse en esa sensación. — ¿Me esperabas como yo a ti? — preguntó cuándo sus bocas se separaron escasamente.

Pregunta que causo algo de gracia en Itachi, como si cuestionaran su lealtad. — Precisamente — le besó con desesperación dejando de lado los dibujos, atrayendo al menor con sus brazos palpando algo de humedad en la piel y cabello de Sasuke. Las caricias fueron demasiado tiernas, casi inocentes, tanto que le hacían sentir mal.

Deseaba de algún modo enmendarse por cada cosa a la que sometió a Itachi, por las veces que le golpeo y por todo  lo que le hizo pasar, por anteponer su deseo al bienestar de la persona que amaba. Los días que duro ese evento que jamás olvidaría le ocasionaban desazón que no había podido borrar. Sin  mucha prisa fue inclinándose cada vez más sobre Itachi, recostándolo con su peso y aprovechando para acariciar por debajo de la ropa el torso de su hermano. Quitando la camiseta que llevaba recreaba sus labios en la piel que le ofrecían sin dilación.

— Sa… Sasuke…

Le oía murmurar bajito, suspiros ahogados que se estrellaban en sus oídos. Sasuke también empezaba a gemir, su hermano había retirado la toalla que lo cubría para acariciarle en toda la extensión de su virilidad, era placentero pero demasiado diferente de la primera vez que hubo intimado con Itachi, ahora podía apreciar claramente la diminuta chispa de deseo que le trasmitía con sus caricias, como le invitaba a continuar.

Acariciaba con cuidado a su hermanito, podía sentir como el miembro de Sasuke respondía a sus atenciones y este contenía sus gemidos, también se sentía acalorado, deseoso, necesitado, como si aquello fuese una cuestión vital. Las manos del más joven le detuvieron dirigiéndolas a los pantalones que Itachi aun llevaba para que le ayudase a quitarlos y fue de aquel modo que ambos quedaron por completo desnudos.

Los minutos fueron ahogándose entre besos y caricias, entre nombres repetidos que no saldrían de aquellas paredes, cautos los dedos de Sasuke se posaron en los labios de su hermano, sugerentes quedaron esperando  a ser humedecidos.

Por hoy lo dejaría ser, no reclamaría, ni aspiraría algo diferente, tal vez el día de mañana… Itachi entonces entreabrió la boca lamiendo con cuidado sabiendo perfectamente lo que seguiría. Fue incomodo, ligeramente doloroso, todo aquel tiempo esperó a su hermano, no volvería a fijar su atención en ninguna persona, ahora podría dejarse llevar por cada emoción que asaltaba su corazón.

Sasuke suspiró quedamente una vez pudo sentirse atrapado en aquella asfixiante y ajustada posición, cuando los brazos de su mayor volvieron a estrecharlo empezó a moverse cauto y preciso. La manera en que Itachi le recibía y se acomodaba a sus movimientos era demasiado placentera, estaba gimiendo casi tan alto como su hermano lo hacía, de atrás a adelante. Pese al continuo movimiento se las ingenió para besarle en la boca y acariciar el miembro del mayor.

Sentía como Sasuke arremetía en su interior, con aquella sensación le era imposible pensar en algo más que no fuese pensar en su amor, candorosos los besos descendieron por su cuello disminuyendo brevemente los embates, entonces las manos del más joven se aferraron con fuerza a sus caderas retomando impetuosamente la velocidad, la cúspide de placer los alcanzó a ambos sin dificultad. La tibieza recorriendo sus entrañas le hicieron suspirar, tornando  flojas todas sus extremidades  quedó tendido sobre la cama jadeando escasamente.

Reteniendo lo más que pudo la sensación del orgasmo, Sasuke quiso dejarse caer sobre su hermano pero no lo hizo, con diligencia salió del interior de Itachi para quedar boca arriba al lado de este. Inspiró hondo palpando con una de sus manos la blanca esencia que manchaba su abdomen y que de seguro también escurría entre las piernas de su mayor.

 

— Si ese día… — Sasuke empezó a hablar refiriéndose al momento donde secuestró a su hermano — no hubieses accedido a verme me hubiese perdido completamente… en un inmenso vacío.

Itachi volteó ligeramente para ver a su hermano. — Nunca habría podido negarme — le sonrió amablemente — ya no tiene caso hablar de eso Sasuke.

El nombrado se giró del todo para acurrucarse a su hermano mayor, embotado por cada sensación que aun asaltaba su cuerpo se arrimó aún más, hasta el punto de poder oír los latidos del corazón de Itachi. — Sigo pensándolo, aun no hallo el preciso momento donde todo empezó a salir mal. ¿Dónde me equivoque?

— Los dos no equivocamos Sasuke — con una de sus manos se tomó la tarea de acariciar los cabellos de su hermano buscando relajarlo.

Tal vez tengas razón, se guardó su respuesta para sí, lo mejor que podía hacer en adelante seria disfrutar cada momento que pasaría junto a Itachi, apreciar cada minuto ya sin preguntarse en qué momento empezó a equivocarse o el momento justo en que su hermano mayor supo cómo salvarle la vida.

 

 

Apenas cubiertos con una manta quedaron dormidos, cuando Itachi despertó y vio el reloj de pared pudo percatarse de que daban las dos de la madrugada… en unas horas más Sasuke tendría que tomar sus medicamentos. Suspiró en silencio levantándose con cuidado de no despertar a su hermanito, quedó sentado en la cama apreciando el cielo nocturno que se escabullía por la ventana, las diminutas estrellas que brillaban a lo lejos.

— ¿No puedes dormir? — la voz de Sasuke de inmediato resonó en medio de la oscuridad.

— No del todo, ¿te desperté?

— Desperté hace un rato — Sasuke se mantuvo recostado buscando a tientas la mano de su hermano para estrecharla con la suya. — No vuelvas a dejarme.

— Estoy aquí para ti, Sasuke — le miró distinguiéndole en la penumbra — estas sonriendo.

— Al final lograste escucharme — dijo sonriendo un poco más, no podía evitar sentirse complacido al saber que sus sentimientos fueron escuchados, que fueron correspondidos, que siempre fue de ese modo. — Quédate despierto conmigo toda la noche Itachi.

Entonces el mayor volvió a recostarse para quedar de lado y poder ver a su hermano lo mejor que podía en la oscuridad.

— En ese caso tendremos mucho de qué hablar, ¿quieres preguntarme algo Sasuke?

— No, no necesito saber nada más.

 

 

 

Ende.

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

Bien este si es el final, espero que les gustase este extraño y cortito epílogo, es lo más romántico que he escrito en este fic, con esto si se acabó. Muchas gracias a quienes se tomaron su tiempo para leer y en especial para quienes por medio de un comentario me hicieron saber su punto de vista y me impulsaron a terminar esto.

Debo decir que me siento realmente satisfecha, me gustó mucho escribir este fic pese a no ser el más leído ni comentado de por acá (:D) fue gratificante leer en sus comentarios su apreciación de la historia, de nuevo muchas gracias para quienes leyeron o leerán este fic.

Algunas cosas con respecto al fic:

- La historia debía tener dos partes en cuanto a periodo temporal, pero el secuestro se comió casi todos los capítulos.

- Nunca hubo la necesidad de aclararlo pero en este fic ya que es un AU, las edades de Sasuke e Itachi no eran tan diferentes, se llevaban solo dos años, con veintiséis y veintiocho años respectivamente al inicio de la historia.

- El juego que más odiaba Sasuke era el de “las escondidillas”, ya que de niño no recordaba en qué momento se ponían a jugar o dejaban de hacerlo (sinceramente no hubo momento para detallarlo).

- En este último capítulo debía incluir a Suigetsu diciéndole a Sasuke que iría a buscar a Karin, pero decidí obviarlo por diversas razones.

 

Eso es todo, espero podamos leernos de nuevo en algún fic, cuídense mucho y espero que disfrutaran leyendo esta historia. Cuídense mucho.

Yae.

 

 


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