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Equivocado por Yae

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Notas del capitulo:

Enjoy!

 

 

 

III.-

 

 

 

 

— Quítame antes las cadenas — pidió, creyendo que el otro accedería.

— Podemos hacerlo así — ansioso el más joven empezó a destrabar la hebilla de su propio cinturón aflojando sus pantalones.

 

 

— ¡Sasuke!

Y Sasuke maldijo una y mil veces la existencia de Suigetsu.

Chasqueó la lengua más que irritado, justo en el momento que creyó podría satisfacer sus deseos, la molesta voz de su compañero se oyó claramente en el patio del lugar, sin otras opciones se acomodó el pantalón para salir cerrando la puerta con algo de violencia.

Una vez en soledad, Itachi se permitió un hondo suspiro de lo que podría considerarse alivio, retrocedió varios pasos chocando contra la cama, también estaba molesto pero no por la misma razón que su hermano, y honestamente no sabía del todo como manejar una situación así.

Con enfado arranco las sábanas y mantas para tirarlas al piso y cualquier cosa a su alcance, incluso jalando las cadenas que lo aprisionaban intentando inútilmente de zafarlas. La casi vacía habitación no le brindo gran material para desahogar su frustración, nuevamente se dejó caer para quedar sentado en el piso con la respiración apresurada.

Se preguntaba que debía hacer, era inviable e inaceptable el acceder a lo que Sasuke le proponía, lo que pedía a cambio de su supuesta libertad, sin siquiera tomar en cuenta que ambos fuesen hombres, eran hermanos.

Cerró los ojos buscando relajarse, hallar la manera correcta de resolver su situación, de salvar de algún modo el escaso sentido común que Sasuke aún conservaba, necesitaba ayuda, esta vez no podría abandonarlo aunque el intentar ayudar a su menor significase hundirse un poco con él.

 

 

La mirada de Sasuke no solía dejar entre ver nada que pudiese permitir el adivinar un poco lo que estuviese pensando, para Suigetsu era suficiente sacar algún provecho por estar de su lado así que jamás le presto importancia a cualquier gesto significativo del otro.

Pero en esta ocasión, era más que obvio el enfado en Sasuke.

—Solo vine a decirte que esta noche tenemos una presentación — el de cabellos blancos se cruzó de brazos cerrando los ojos tan solo unos instantes — no podemos faltar.

— Bien, dime el lugar y la hora, después vete.

Se rasco la nuca en un gesto despreocupado — Tenemos que ensayar Sasuke, ya ni estoy seguro de que podamos tocar al mismo tiempo sin desafinar.

— No lo necesito.

Suigetsu sonrió, la mayor parte de las veces no le importaba la actitud de “yo soy mejor que todos” que el Uchiha solía adoptar muy seguido, al final hacia méritos en las presentaciones y todo salía a pedir de boca, solo que esta vez dudaba mucho que las cosas saliesen bien, con la maniaca obsesión por parte del pelinegro en retener a su hermano por la fuerza, le incomodaba pensar en las consecuencias.

— Karin ya no está, ¿quién va a cantar en su lugar? — resopló.

Por fin Sasuke pareció meditar las cosas un poco, pese a lo pesada que pudiese ser esa mujer, había demostrado ser competente en cuanto al canto, a Sasuke jamás le gustó la idea de ser el vocalista, pese a haberlo sido un par de veces estaba satisfecho con tocar la guitarra… le resultaba más sencillo. — Busca a alguien.

— ¡Preocúpate un poco también! — Suigetsu no era una persona muy paciente — ¡De donde rayos quieres que encuentre a una chica que cante y se sepa las letras de nuestras canciones para esta noche!

El Uchiha resopló relajándose un poco, deslizó su mano despeinándose un poco, necesitaba el dinero, todo el dinero que pudiese reunir, no podría retener a Itachi en aquel lugar mucho más.

— Esta bien, yo lo hare — extendió la mano esperando los datos del lugar.

Su compañero suspiró enfadado entregándole una pequeña hoja de papel. — Llega antes, al menos así podremos ensayar cinco minutos antes de tocar.

 

 

 

En aquella impecable oficina iluminada a través de los enormes ventanales era el sitio ideal para una reunión, los grandes y mullidos sofás dispuestos como en algún recibidor con la mesita de café en el centro, los floreros sobre algunas repisas le brindaban elegancia a la decoración.

—  ¿Kisame hablaste con la policía?

— No hay nada nuevo, siguen buscándolo, ya fueron a su departamento y hablaron con todos sus conocidos. — Un hombre alto de piel azulada se hallaba sentado en uno de los sofás, su apariencia podría rayar en lo peculiar o aterrador, debido a su aspecto. — Por eso te pedí que nos reuniéramos Nagato.

— Ya hable con Konan y los demás, ya lo están buscando por su lado, si es que ha desaparecido en contra de su voluntad — la otra persona lucia algo más joven, de cabellos rojizos y apariencia hasta algo enfermiza.

— ¿Insinúas que Itachi-san se escapó o algo así?

— Podría ser, tiene familia en algún lugar, tal vez…

— Estoy seguro de que no se iría a hacer una visita sin decírselo a absolutamente a nadie y dejar el trabajo tirado.

— Kisame, tal vez solo está evadiendo a alguien.

El mayor y más robusto se cruzó de brazos con un gesto desaprobatorio, conocía a Itachi lo suficiente como para asegurar que el pelinegro no se escondería de ningún problema, al menos así lo creía.

— De todos modos lo estamos buscando, si hay algo que este fuera de lugar lo averiguaremos muy pronto — el pelirrojo se puso de pie dando por finalizada la reunión — por ahora solo queda esperar.

 

 

 

 

Luego de ese fallido encuentro Sasuke prefirió evitar del todo a su hermano mayor, una pustulosa plaga de ira parecía haberse instalado en su subconsciente amenazando con proliferar para buscar cualquier válvula de escape a riesgo de lastimar a quien estuviese a su alcance de llegar a suceder.

Analizaba en su maltrecha habitación la segunda parte de su apresurado plan, según sus expectativas a estas alturas contaba con que Itachi ya hubiese cedido a sus deseos y aceptase quedarse a su lado por propia voluntad.

Se había equivocado.

Fue un mal cálculo, Itachi se empecinaba en rechazarlo y tratar de ignorar el gran amor que le profesaba, argumentando aquel par de palabras que empezaban a hastiarlo…

“Somos hermanos”

Como si pudiese olvidar ese hecho, como si alguna vez lo dejaran olvidarlo, terminó de arreglarse para tocar esa noche, aunque no deseaba hacerlo, era de imperiosa necesidad reunir más dinero… tengo que sacarlo de aquí, su plan de emergencia incluía el alejar a Itachi lo más posible de Tokio, pero si por casualidad Suigetsu tenía razón y la policía lo estaba buscando las cosas se complicarían si hallaban a Itachi antes de que pudiese someterlo a su deseo.

Con su guitarra colgando en su espalda salió del lugar asegurándose de dejar todo muy bien cerrado.

 

Llegó media hora antes, Suigetsu lo esperaba ansioso, sonriendo aliviado al verlo llegar.

— Creí que aparecerías en el último momento — el albino sonrió arrojando el cigarrillo que había estado fumando pisándolo para apagarlo

— ¿Y Juugo?

Su compañero negó un par de veces — Le llame en la mañana y me dijo que estaría aquí, pero mira qué horas son y no llega.

— De seguro no tarda. — Sasuke sacó su guitarra eléctrica de su estuche para probar que esté correctamente afinada, tocando la intro de alguna de sus canciones.

Los minutos avanzaron y ya podían oír el bullicio del público, tras bambalinas continuaban esperando a que Juugo llegase, pero eso no sucedió.

 

 

 

— ¿¡Pero donde se ha metido!? — impaciente Suigetsu caminaba de un lado a otro, para su mala suerte tuvieron que ser reemplazados por una banda de novatos que ahora podría tener su oportunidad. No les pagarían nada y tal vez en algunos años volverían a tocar en aquel lugar.

Sasuke se había mantenido silente durante todo el tiempo, meditaba las opciones que tenía para conseguir dinero de otra manera, un trabajo estable a tiempo completo podría ser útil, pero no le entusiasmaba en lo más mínimo. Lo mejor ahora era regresar y quizá con algo de suerte podría dormir arrimado a Itachi.

— ¡Me lleva! ¡Pero ya verá cuando aparezca!

Ya no le prestó atención a la quejas de su compañero, empacó su guitarra y salió del lugar.

— ¡Oye Sasuke, espera! ¡Al menos vamos a comer algo!

Ni bien hubieron salido del lugar el móvil de Sasuke empezó a repiquetear, contestando pese a su mal humor. Lo que oyó le sonó tan irreal que de no haber sido Juugo quien hablase al otro lado de la línea no lo hubiese creído.

 

 

 

Su ligero estado de aletargamiento le bastaba para reposar lo que quedase de noche, no tenía el suficiente ánimo para planear su fuga con detalle, no había probado bocado desde el desayuno, así que lo mejor era conservar energía… de seguro iba a necesitarla después.

Cuando algunos pasos se oyeron en medio del sepulcral silencio fue que sus sentidos parecieron reactivarse, no es que poseyese una memoria eidética, pero en esos días pudo aprender el ritmo del caminar de Sasuke y en menor medida el de Juugo, lo curioso de esas pisadas era que no le recordaban a ninguno. Se levantó con sigilo buscando acercarse a la puerta lo más que las cadenas que lo sujetaban se lo permitieran.

Un peculiar aroma inundo sus fosas nasales, un desagradable olor, dio un paso hacia atrás, no podía estar equivocándose…

Apestaba a gasolina.

Retrocedió aún más, esperando las acciones del visitante que no demoraron en llegar, el toxico olor se fue repartiendo por todas partes en especial en la puerta que lo mantenía encerrado. Sus sentidos le advirtieron del inminente peligro y algo de su temple se agostó cuando las llamas se proliferaron con alarmante rapidez, la maltrecha edificación brindó mucho material dispuesto a calcinarse, el sofocante humo hizo acto de aparición dificultándole el respirar atontando sus sentidos, pese al creciente pánico se forzó a mantenerse calmado, debía salir antes de que terminara muerto en aquel enorme fogonazo.

Al no tener nada a su alcance no pudo quebrar alguna ventana arrojándole algo para disipar un poco el humo que se condensaba obligándolo a toser con demencia. La puerta no tardó mucho en consumirse y ahora las llamas parecían trepar por las paredes y el techo como alguna alimaña dispuesta a devorarlo. Podía sentir la desesperación buscando hacerse con sus acciones, casi forzándolo a gritar, a tirar de las cadenas hasta fracturarse los huesos y lograr zafarse.

— ¡Sasuke! — Gritó sin querer — ¡Sasuke! — repitió sin estar seguro del porqué, retrocedió lo más que pudo, el oxígeno era sustituido por el nocivo humo llenando sus pulmones obligándolo a cerrar la boca, levantó la cama para trabar la cadena que sujetaba su muñeca derecha y lograr una especie de apoyo para intentar arrancarla del piso y poder soltarse.

Tiró varias veces sin lograr su cometido, el calor abrasador lo mareaba debilitando sus intentos, la adrenalina no parecía ser suficiente para liberarse.

Quería escapar.

Necesitaba una salida.

Sus pulmones comenzaron a saturarse, sofocándose, el fuego lo rodeaba brincándole encima para calcinar su piel, buscó refugiarse en el diminuto baño de junto, abrió el grifo del lavabo tratando de empaparse con la miserable agua que salía, respirar se estaba tornando en una tarea imposible.

No fue consiente del tiempo que permaneció allí, ni de como la silueta de su pequeño hermano se dibujó en su horizonte, más que sofocado no tardo en ceder a la inconciencia.

 

 

 

Cubierto por una manta empapada de agua fue que alcanzó a entrar, los nervios y el pánico apenas le permitieron abrir las cadenas.

Si tan solo Itachi también lo amase.

Con la ayuda de Juugo y Suigetsu pudo sacar a su hermano de aquel voraz incendio que de seguro atraería a la policía y a los bomberos.

— ¡Hay que llevarlo a un hospital!

Sabía que la sugerencia de sus compañeros era acertada, pero no podía permitirse que lo separasen de Itachi después de haber logrado retenerlo a su lado.

— No, iremos a otro lugar.

— Pero…

— ¡Dije…! que iremos a otro lugar — interrumpió al albino colocando a su hermano con cuidado en la parte del automóvil rentado hace más de una semana. Podía apreciar la piel chamuscada en los brazos de Itachi, pese a toda la culpa que estuviese sintiendo no quería que le arrebataran lo único que ahora le importaba, se inclinó besando los labios de su mayor apreciando perfectamente el sabor del vacío.

Juugo y Suigetsu quedaron casi perplejos al ver la casi incestuosa escena delante del incendio que seguía proliferándose y que no se detendría hasta consumir los cimientos del lugar.

Suigetsu se mordió los labios mascullando algo entrando al lugar del conductor, esperando que el de cabellos anaranjados también se subiera al automóvil para ponerlo en marcha.

 

 

 

 

Su turno no terminaría al menos hasta la seis de la madrugada y solo a las ocho podría volver a casa para dormir, la medicina era una carrera que requería demasiados desvelos. En horas de trabajo mantenía su celular en modo silencioso y solo respondía a las llamadas de algún familiar.

Pero cuando vio un número desconocido en la pantalla del móvil se lo pensó dos veces antes de contestar, motivada más por la curiosidad que por el sentido del deber que le recordaba que ya debía hacer una visita a los pacientes contestó.

 

— ¿Sasuke-kun? — emocionada y contrariada apenas si presto atención a lo que le decía del otro lado — ¡¿Estas herido?! — solo cuando la mandaron a callar y cuando su amor de juventud le dio indicaciones estrictas fue que prestó más atención.

Hace años que dejo de saber de Sasuke y aunque al parecer siguiese enamorada de él no reparo en abandonar su puesto dejando todo en manos de su amiga Ino que salió del hospital con su maletín y algunas medicinas que se surtió en ese momento y sin permiso.

 

 

 Con extremo cuidado pudo introducir a su hermano mayor en su departamento en la ciudad, aunque viviese en un barrio algo peligroso debía ser precavido para que nadie lo viese. Lo deposito en la cama con delicadeza y procedió a retirar la ropa estropeada que lo cubría. Se tomó todo el tiempo que pudo para hacerlo, memorizando cada detalle de la epidermis maltratada, el fuego había lesionado varias partes, lo cubrió con las sábanas dejándolo en su habitación, en el pequeño recibidor Suigetsu se paseaba nervioso como temiendo que en cualquier momento llegase la policía para detenerlos acusándolos de secuestro y pirómanos.

Juugo se mostraba más calmado, se mantenía de pie apoyado en una pared cerca de una ventana para observar por ella de rato en rato. Y fue solo entonces que Sasuke requirió explicaciones.

— Como es que supiste del incendio — se acercó al más alto de todos — Juugo — jamás había dudado de la lealtad de esa persona en particular, pero que fuese precisamente el nombrado quien lo llamase alertándolo del peligro en el que estaba Itachi, incluyendo el hecho de que no se presentó para tocar los que lo alertaban.

— Tú me pediste que lo vigilara — fue la respuesta dicha con simpleza.

Suigetsu podía palpar a la perfección lo tenso del ambiente, así que cuando llamaron a la puerta abrió de inmediato sin importarle que fuese la policía.

— ¡Sasuke-kun! — una nerviosa mujer de cabello rosado entro sin pedir permiso buscando con la mirada a cierto pelinegro. — ¿Estas bien? — a riesgo de abrazarlo en contra de sus deseos se plantó delante suyo viéndole de pies a cabeza buscando alguna herida.

— ¿Ella es el médico?

 

— Sígueme — ignorando la observación del albino, Sasuke guio a la chica a su habitación — antes que nada, nadie debe enterarse de esto, Sakura.

La fría y amenazante mirada bastó para que ella asintiera sin estar segura de a que se refería y cuando vio al convaleciente hermano mayor de su adorado pelinegro que entendió un poco de lo que podría estar pasando.

— ¿Pe… pero que le paso? — y tratando de ser buena profesional se acercó de inmediato revisando al paciente.

— Solo limítate a atenderlo.

 

 

 

 

 

 

“Nii-san” corriendo el pequeño niño se acercó.

“¿Sasuke?” el mayor le miro curioso en tanto le daban alcance.

Ya quiero ir a casa, estoy cansado”

“Hoy dormiremos en otro lugar” le sonrió tratando de animarlo.

“¿Es porque mamá hizo otra fiesta?” los negros ojos del menor le miraban con duda. Itachi asintió en respuesta para tomar la mano del pequeño y guiarlo por la calle.

“No te preocupes Sasuke, yo estoy aquí para ti”

 

 

 

Continua.

 

 

 

 

Notas finales:

Siento el retraso, en verdad.

Mi laptop se arruinó y entre todo lo que paso para arreglarla ya no había podido continuar, escribir desde mi celular me resulta imposible, escribo fatal sin tener un teclado a mano, solo incoherencias.

Muchísimas gracias a sus reviews (y a la ligera presión para continuar :D puede que hubiese tardado más sin ella) motivan la continuación que espero les haya resultado algo entretenida, ahora con todo en orden buscare sacarme más tiempo libre y publicar con frecuencia como siempre deseo.

Sin más que decir muchas gracias por sus lecturas y más por sus comentarios, espero leerlos en el siguiente capítulo.

Y algo más, bueno pienso que Sakura es la única que podría correr en cuanto Sasuke le pidiese ayuda, es la triste verdad, por eso pensé que solo ella podría colaborar en una situación así. No me gusta hacerle bashing (?) a ningún personaje, en fin no creo que sea nada relevante.

Yae.


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