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Equivocado por Yae

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VII.-

 

 

 

Vacilante y ligeramente adormecido condujo durante toda la noche, los escasos rayos de sol incrementándose le advertían que pronto amanecería, pero la luz que Sasuke deseaba no era la del sol, deseaba algo más complicado y catastrófico, algo tan destructivo capaz de arrasarlo a él y de paso a Itachi… solo entonces la idea de morir juntos no se le hizo tan mala.

Morir ayer, juntos.

Detuvo el automóvil cerca de una estación de servicio, con el motor aun encendido, por el retrovisor aun veía a Itachi dormir en el asiento trasero, el mayor no se había movido, tan solo su respiración pareció hacerse irregular en varias ocasiones.

Agotado se pasó al asiento de atrás con cuidado asegurando las puertas antes, sus frías manos se pasearon por el rostro de su hermano, la fiebre persistente no parecía querer abandonarlo, Sasuke mordió su labio inferior con duda, hace unas horas había deseado que Itachi no se recuperase, porque de hacerlo podría abandonarlo con facilidad. Y ahora que le veía colapsar debido a todo por lo que le hizo pasar, no sabía qué hacer, las heridas de las quemaduras podrían infectarse, casi no había comido en días, había arrastrado a Itachi a su límite y aun se negaba a corresponderle o al menos Sasuke lo sentía así.

— Por favor despierta… — trepándose sobre el otro pero sin aplastarlo con su peso, con cuidado tomó el rostro del mayor entre sus manos juntando su frente con la ajena de ese modo — nii-san… — le llamó farfullando quedito, pero no obtuvo respuesta salvo la tenue respiración de Itachi.

Aún estaba vivo, Sasuke parecía ceder al fin a la culpa de saberse responsable por la condición de su hermano mayor, como si un ápice de su sentido común hubiese resurgido de su letargo reclamándole lo equivocado de su proceder.

— Itachi… — volvió a llamarle ahogando en su garganta más de un gimoteo.

Y para su sorpresa los largos dedos de Itachi alcanzaron a rozarle la mejilla, los opacos y negros ojos del mayor se habían entreabiertos para verle con cansancio acentuando sus ojeras, los resecos labios se curvaron casi imperceptiblemente sonriéndole tan solo un poco.

— Me estoy perdiendo — Sasuke le susurró como suplica confesa de ser consciente de que evidentemente “había perdido quien era”, había cedido a todo pensamiento erróneo, había permitido que su rencor al creerse abandonado se convirtiese en simple locura. Desagraciadamente Sasuke era por completo consciente de que ya no actuaba racionalmente, lagunas mentales sobre su niñez no eran normales, de que algo malo había con él, pero nunca aceptaría que ese algo fuese su amor por Itachi.

El mayor pareció querer balbucear, sus labios se movieron pero no emitió ningún sonido, los temblorosos brazos le apresaron casi sin fuerza abrazándolo y Sasuke indudablemente sintió alivio ante aquel gesto, sin dudarlo correspondió al abrazo.

— No te preocupes Sasuke… yo estoy aquí para ti.

Le susurraron al oído y una desagradable sensación trepo desde su estómago hasta su garganta dándole la sensación de que se ahogaría, tal vez tan solo era la culpa, Itachi podría estar delirando por la fiebre pero a Sasuke eso no le importaba, quiso llorar y hasta gritar de frustración, pero no se lo permitió. A tientas buscó los labios de su mayor besándolo esta vez con cuidado, pudo sentir perfectamente como le correspondían y como deseó por un instante no haber hecho todo lo que ya había hecho…

Tal vez de haber actuado diferente podría haber conseguido el amor de su hermano mayor sin recurrir a tan innecesarias acciones, o tal vez de haber sido así, tampoco habría sido correspondido. De cualquier modo ya había escogido un camino y no desistiría, ahora no.

Sentía su cuerpo arder, como si Itachi le estuviese contagiando su fiebre, un calor asfixiante le obligó a romper el beso, empezó a aflojar la ropa del mayor haciéndolo jadear al contacto con sus manos, veía las mejillas de su mayor rojas, los ojos casi cerrados por completos, viéndole a través de una delgada línea, Sasuke volvió a besarle pero recorriéndole el rostro descendiendo al cuello, ocupando sus manos en delinear su piel, piel maltratada y con leves quemaduras pero no le importó. Si Itachi se había negado a complacerlo, él no se retractaría, aflojó los pantalones y sin dudarlo cogió el miembro de su hermano mayor para estimularlo con sus manos.

Itachi jadeaba agobiado, Sasuke podía apreciar claramente que lo estaba disfrutando, el placer dentro del sopor producido por la fiebre no le permitían negarse, sin esperar más se metió la virilidad de su hermano en la boca casi haciéndolo desfallecer, subiendo y bajando con rapidez ese era su cometido. Podía oír frases inconexas y gemidos ahogados, los dedos de Itachi se aferraron a su cabello tirando con demasiada fuerza, pero no se detuvo hasta que sintió su boca llenarse de la esencia de su hermano, tragó todo lamiendo de paso los residuos que se hubieran escapado antes de separarse, frente a sus ojos Itachi yacía derrengado sobre el asiento trasero de ese auto con la boca entreabierta farfullando algo inentendible con los ojos cerrados, demasiado sudoroso y agotado, como si fuese a quedar inconsciente otra vez, Sasuke deseaba continuar ansiaba satisfacerse en el cuerpo de su mayor, acomodarse en medio de esa piernas que ahora temblaban y que Itachi le recibiese con satisfacción.

Pero cuando se inclinó un poco su hermano ya había regulado su respiración cayendo de nuevo en la inconciencia, tan solo pudo acomodarle la ropas, cubriéndolo de nuevo con esa única manta que hubo traído.

No se quedaría callado, no hasta que sus sentimientos alcanzasen su cometido, Sasuke deseaba creer que de algún modo el placer que le brindo a Itachi no se evanescería cuando este despertara como un simple sueño húmedo fruto de su estado febril.

 

 

 

 

 

 

Había recorrido todo el lugar, cabaña por cabaña había revisado cada esquina e interrogado a cada huésped pero no tenía ni el más mínimo rastro de Itachi o Sasuke. Tan solo contaba con la poca información que la chiquilla que hallo en recepción le pudo brindar, en cambio el padre de la muchacha dueño del lugar parecía estar omitiendo mucha información, como si estuviese encubriendo a alguien.

Naruto inspiró hondo recorriendo con la vista los alrededores una vez más, ya daban más de la diez de la mañana e incluso Shikamaru se había apersonado para ayudar en el asunto, con su ayuda al menos ya tenía los datos del automóvil que supuestamente estaba usando Sasuke para transportar a su rehén.

— ¿Vas a quedarte mirando?

Naruto se volteó viendo a Kisame Hoshigaki, quien le miraba acusador.

— Ya nos estamos encargando de todo — respondió el rubio — no es necesario que estés aquí.

— Ya ha pasado mucho tiempo y no veo resultados, fue un error pensar que la policía esta vez haría algo —el sujeto alto hablaba con reproche, le parecía imposible que alguien pudiese forzar a Itachi con tanta facilidad para mantenerlo prisionero en lo que más parecía un plan a prisas que daba pataletas de ahogado.

— Tenemos muchos casos por resolver, muchas personas que buscar y le damos la importancia necesaria a cada uno — Naruto caminó pasando de largo al sujeto — vamos a encontrar a Itachi tenlo por seguro. — Y estaba seguro que sería demasiado pronto, pese a ser un automóvil rentado el que buscaban no tardarían en hallarle la pista. La habitación llena de ropa y algunos víveres que no se usaron además de ligerísimas manchas de sangre y de la descripción que dio la muchacha eran indicio de que Sasuke en verdad estaba reteniendo a su hermano por la fuerza, la verdadera interrogante estaba en por qué Itachi teniendo oportunidad para contactar a la policía o huir no lo hizo.

Algo estaba utilizando Sasuke para retenerlo pese a las circunstancias, siendo ambos hermanos no era de extrañar que Itachi tal vez estaba evitando que pudiesen acusar a su hermanito de secuestro, de todos modos de hallarlos y aunque el mayor de los hermanos decidiera no poner una denuncia ya había otra; la de Kisame.

 

 

 

 

 

 

 

Maldijo entre dientes al tener que dejar el auto botado en algún callejón, pero no podía arriesgarse a que lo atraparan o a ser visto al cargar gasolina, se reprochaba el haber abandonado a Yuugo, ahora resentía su ausencia pero para su desgracia su móvil se había quedado sin batería y no podía localizarlo a menos que fuese a un teléfono público, por ahora eso era imposible llevando a cuestas a su hermano inconsciente. Escabulléndose por callejuelas sucias cuidándose de no ser visto llegó a una pequeña y algo maltrecha casa, golpeó con fuerza esperando a que le abriesen.

— ¿Sasuke? — una mujer algo mayor le abrió, de cabello negro y bastante parecido al nombrado, parecía confundida al verle.

— Déjanos entrar — pidió, casi en tonó de orden, la mujer se apartó dándole espacio y cerrando la puerta una vez que entró.

— ¿Qué está pasando? — Su curiosa mirada esculcó hasta reconocer a quien Sasuke llevaba en la espalda — ¡¿Qué haces con Itachi?! — se alarmó, hace días se había enterado de que su hijo mayor había desaparecido pero jamás pensó que este aparecería así.

Al menor le pareció graciosa la reacción de quien era su madre y de lo poco que recuerda siempre le habló mal de su hermano. — Tiene mucha fiebre, necesito que me ayudes.

La mujer negó un par de veces, después de tanto tiempo veía a sus hijos, en especial a Itachi, pero no le agrada en lo más mínimo verlos juntos, era como si un mal recuerdo reapareciese gritándole que era una mala madre.

— ¡Madre! — Sasuke le gritó haciéndola reaccionar.

— Si… si, llévalo arriba.

El interior de la casa estaba bastante desordenado, la diminuta sala y comedor estaban cubiertos de ropa y envases de comida instantánea. Afortunadamente la habitación de la madre de Sasuke se veía mejor, una cama individual junto a un buró y un armario en frente además de la cómoda, el piso de simple madera y el techo con ligeras manchas oscuras.

Sasuke esperó, su madre no le hubo permitido entrar en la habitación mientras le cambiaba la ropa a Itachi y limpiaba sus heridas, esperaba que no notase nada raro con respecto a lo sucedido en el automóvil hace poco.

La pelinegra salió de la habitación llevando en manos la ropa que Itachi vestía hace poco dejándola dentro de un cesto dispuesto contra la pared. — Le di unos analgésicos, la fiebre tendría que mejorar con eso, por las quemaduras no puedo hacer mucho, no se ven graves pero…

Le miraba con mortificación y Sasuke se sentía acorralado, pero ya no tuvo a quien recurrir, solo con su madre, no podía asegurar que la policía no lo estuviese siguiendo e ir con Yuugo o Suigetsu ya no era una buena idea de ser así. Debía replantearse su apresurado plan y salir cuanto antes de la ciudad, aunque dudaba el poder hacerlo a estas alturas.

— Lo vi en los diarios hace poco… — su madre se acercó — acaso… ¿tu rescataste a Itachi?... o tal vez tu…

Lo secuestré.

Quiso responder, pero estaba seguro de que ella no lo entendería, solo lo juzgaría. — Nos iremos en cuanto Itachi despierte y no volveré a molestarte.

La mujer se cubrió la boca con una mano conteniendo sollozos adivinando algunas cosas, pese a que por años acusó a Itachi de intentar corromper a su pequeño hermano, ambos eran sus hijos y le dolía cualquier cosa que les sucediese. Se sintió fracasada una vez más al imaginar la razón porque su pequeño Sasuke hubiese hecho algo así. — Si te vas ahora nadie podrá acusarte… yo les diré a todos que tu no hiciste nada y sé que Itachi no diría nada — conteniendo sus lágrimas hizo aquel ofrecimiento.

Ofrecimiento que descolocó a Sasuke, esa mujer frente suyo que siempre le pareció distante y que se la pasaba divirtiéndose con hombres en lugar de cuidarlos pretendía ahora encubrirlo, pero no iba a huir abandonando a Itachi después de haber hecho tanto, sería ridículo claudicar justo ahora que albergaba una diminuta esperanza de ser correspondido.

— Sasuke… — los sollozos de su madre le suplicaban que le hiciera caso.

— No me voy a ir sin Itachi.

Y al oírlo la mujer rompió en llanto. — ¡¿Qué hice mal con ustedes?! Sé que no fui buena madre… pero esto… — llorando se dejó caer quedando de rodillas al piso.

— Yo — Sasuke la miraba sin sentir culpa realmente, era su madre pero siempre le pareció una figura distante y poco afectuosa — estoy enamorado de Itachi.

— ¡Cállate! — Gritó entre llantos lastimeros — ¡Son hermanos!

Jamás olvidaría que eran hermanos, pero eso no cambiaba lo que sentía y lo que estaba dispuesto a hacer para retenerlo a su lado.

— Siempre… siempre creí que era solo culpa de tu hermano… — siguió llorando sintiéndose decepcionada y confundida.

Lo último dicho por su madre hizo eco en los oídos de Sasuke, como si se refiriese a algún incidente del pasado, tal vez exactamente a la razón por la cual Itachi lo abandonó.

— A que te refieres.

— ¡Son hermanos! — volvió a gritar furiosa poniéndose de pie — ¡Que no se te olvide! — casi corriendo se encerró en otra habitación antes de seguir oyendo grotescas declaraciones de amor de Sasuke hacia Itachi o algo aún más repugnante.

Sumido en la soledad de la diminuta casa podía oír los llantos de su madre, con lo sucedido no podría quedarse mucho tiempo allí, solo esperaba que Itachi se recuperase pronto, pero tampoco podía seguir arrastrando a su hermano en tan pésimo estado de salud. Ingresó a la habitación donde Itachi se encontraba, el mayor dormía apaciblemente con pausada respiración, al arroparlo vio que ahora llevaba una camiseta azul holgada y unos pantalones blancos que le sugerían que su madre no vivía sola, no disponía de mucho tiempo.

Cansado se acomodó al lado de su hermano aferrándose a él quedándose dormido sin dificultad.

 

 

 

 

 

 

Naruto junto a un par de policías revisaban el automóvil que Sasuke había dejado abandonado, no hallaron nada relevante o que pudiesen identificar en ese instante. Tomaron fotografías y se llevarían el motorizado para una completa inspección. Habían varios policías haciendo preguntas por los alrededores, de seguro pronto alguno se presentaría con algo de información útil, porque hasta donde pudieron evidenciar Sasuke solo tenía unas cuantas horas de ventaja.

— ¡Señor! — Y como lo predijo uno de los policías asignado a la investigación se acercó a prisa — Tenemos información, vieron al sospechoso hace unas tres horas pasar por aquí, se dirigía hacia la zona norte.

— De acuerdo, todos repliéguense, para evitar cualquier intento de escape o poner en riesgo a la víctima haremos esto con la mayor discreción posible — Naruto inspiró hondo, una parte suya tenía un mal presentimiento sobre todo aquel asunto y lo que sucedería cuando encontrase a Sasuke.

 

 

 

Continua.

 

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Bueno, tuve problemas en casa y como que me quito el ánimo de todo, gracias a quienes se toman su tiempo para leer y más para comentar. Espero que este capítulo le haya resultado interesante a alguien y si es así nos leemos en el siguiente.

Yae.


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