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Conociendo a papá por Kaoru Himura

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Sasuke se había quedado impresionado. Recordaba perfectamente aquel instante en el que le dijo todas esas cosas a Naruto, pero en ningún momento pensó que cuando el rubio le preguntó si él no sería un buen candidato para tener sus hijos, éste lo había hecho porque una pequeña criatura estaba creciendo en su interior. Jamás se le hubiese pasado por la cabeza, era inconcebible. Ahora se daba cuenta de que una simple respuesta había tenido tanto peso y tanta influencia en su vida.


 


''Todo podría haber sido tan diferente si... ¡No! ¡Debió contármelo de todas formas!'', pensaba dolido el moreno.


 


El Uchiha dio varios pasos hasta llegar a Naruto y le agarró de la camisa acercándolo a él de forma amenazadora. Sus caras estaban tan cerca que la punta de su nariz casi rozaba la del rubio pudiendo sentir la respiración del otro sobre su rostro.


 


 - Debiste decírmelo – le recriminó – era mi hija también.


 - Fue tu culpa, tú me dijiste que no querías tener un bebé conmigo si fuese posible, tú nos echaste de tu vida así que no te atrevas a echármelo en cara. Tú nos abandonaste - le afirmó de forma severa.


 


Sasuke empujó levemente al rubio soltándole en el proceso. Sabía que el otro tenía algo de razón, pero seguía pensando que debió explicarle la situación de todas formas, tenía derecho a saberlo.


 


''Porque si lo hubieses hecho, yo...'', pero interrumpió su propio pensamiento. No podía dejar de sentirse traicionado, su enfado no parecía disminuir, se estaba dejando llevar por sus emociones y no conseguía razonar.


 


 - Lárgate, no quiero ver tu cara por aquí – le dijo dando media vuelta.


 - Tranquilo, lo haré, estoy acostumbrado a que me abandones, es lo único que sabes hacer – le recriminó – Vámonos, Kao, no pintamos nada en este sitio – se dirigió a su hija.


 


Naruto se giró a la esquina en la que estaba la niña pero al hacerlo, no la encontró. Extrañado, la buscó con la mirada por toda la sala y al no verla empezó a ponerse nervioso.


 


 - ¿Kao? - la llamó esperando oír su voz desde algún rincón donde hubiese podido esconderse.


 


El moreno, desconcertado, se giró hacia Naruto para ver qué pasaba.


 


 - Kao, ¿dónde estás? - empezó a impacientarse al no oír respuesta - ¡Contesta!


 


Recorrió la casa mirando por cada rincón, llamándola desesperado pero la niña no aparecía por ningún lado.


 


 - ¿Qué ocurre? - le preguntó Sasuke cuando el rubio volvió al salón.


 - ¿Acaso te importa? – le reprochó.


 


El moreno abrió la boca para contestar pero Naruto le interrumpió.


 


 - Se ha ido por tu maldita culpa – le dijo enfadado.


 - Saldré a buscarla – informó el moreno.


 - No, mejor vete con tus ligues que es lo que de verdad te importa, yo me ocuparé de mi hija - le recriminó.


 


Sasuke se quedó callado, no tenía ningún argumento para rebatirle pues había sido él mismo el que había repudiado a su hija por segunda vez. Naruto salió de la casa en busca de su hija, estaba muy preocupado. La niña debía estar devastada por las palabras de su padre y no quería que pasase ese mal trago ella sola, quería encontrarla rápidamente para envolverla entre sus brazos y reconfortarla.


 


El moreno, al ver salir a Naruto, tuvo el impulso de acompañarlo pero se contuvo. Sabía que éste tenía razón, la pequeña había huido por lo que le había dicho.


 


 - ¡Joder! - gritó cabreado consigo mismo.


 


Se había dejado dominar por la ira y el dolor sin pensar en el terrible daño que le podían causar sus palabras. Decidió que saldría a buscarla, como bien le había remarcado Naruto, era su culpa, por lo que era su deber arreglarlo.


 


 


Naruto llevaba un buen rato buscando a la pelirroja pero no había rastro de ella. Había creado varios clones y los había mandado a diferentes partes de la villa para encontrarla más rápido pero nada. No conseguía dar con ella, ni siquiera sentía su chakra. Empezaba a sentirse desesperado, eso no era normal. Tenía un mal presentimiento.


 


Se detuvo, necesitaba calmarse y pensar con claridad. Necesitaba pensar que estaba bien, que sólo estaba escondida donde nadie pudiese verla para desahogarse...


 


''¡El bosque! Cuando se siente deprimida, se va al bosque cercano a casa... pero está demasiado lejos...'', razonaba. ''Revisaré el bosque más cercano'', pensó mientras se dirigía allí.


 


 


Sasuke estaba en el puente donde se reunía su equipo cuando eran niños pues era el lugar donde encontró a Kaoru la noche que se disgustó con la llegada de Sôjirô, pero allí no había nadie. Pensó dónde podría haber ido pero no se le ocurrió nada, apenas conocía a la pelirroja y eso, en parte, le molestaba. Se distrajo cuando sintió por un segundo, un chakra extraño que no reconocía dirigirse al bosque, lo que le inquietó. Había algo en ese chakra que no le estaba dando buenas vibraciones por lo que decidió seguirlo.


  


Naruto había llegado hasta el bosque y se concentró para localizar el chakra de su hija. Tras varios minutos, consiguió detectarlo pero era muy débil, lo que hizo que se preocupara aún más y saliese disparado hacia el lugar de donde provenía.


 


Cuando llegó al lugar, se sintió aliviado. Frente a él, estaba Sôjirô con la niña en su brazos, parecía que estaba desmayada. El rubio se acercó rápidamente al hombre para comprobar cómo estaba la pequeña.


 


 - Menos mal que la has encontrado – le agradeció mientras cogía a la niña - ¿Sabes qué le ha pasado? - preguntó alarmado.


 - Sí – le respondió con una inquietante sonrisa mientras agarraba el brazo de Naruto.


 


El rubio sintió cómo sus fuerzas desaparecían, sus piernas temblaban y era incapaz de mantenerse en pie. Al final, cayó al suelo con Kaoru encima de él mientras el otro hombre seguía con su mano agarrándole. Observó cómo un chakra oscuro salía de la palma y absorbía el suyo propio. Estaba desconcertado, no entendía por qué Sôjirô le estaba haciendo eso, él siempre se había portado bien con él y con su hija.


 


 - ¿Por qué... haces... esto? - logró decir.


 - Porque es la oportunidad perfecta para llevarme a la cría.


 - ¿Qué? - preguntó alarmado con los ojos abiertos de par en par.


 - ¿Quién crees que le contó al Uchiha la verdad sobre ti? - se jactó con una sonrisa de satisfacción – Necesitaba quitármelo de en medio, estaba siendo un problema aunque esta noche me ha sido útil, gracias a vuestra pelea, la niña se ha escapado dándome la oportunidad perfecta para atraparla y tú has bajado la guardia como toda mamá gallina preocupada por su polluelo – se burló.


 - Creí que... tú me... - intentaba decir pero cada vez se sentía más débil.


 - ¿Creías que estaba interesado en ti? - preguntó – Tengo que confesarte que la primera vez que te vi me llamaste la atención y quise llevarte a la cama, por eso tropecé contigo y te invité a comer, pero me rechazaste – hizo una mueca fingiendo estar dolido. – La verdad es que eso hizo que me interesaras más, eras un desafío y eso me excitaba. Esa fue la razón de que empezase a ir detrás de ti, quería que fueras una de mis conquistas...


 


Sôjirô soltó a Naruto, le había absorbido suficiente chakra como para que no pudiese pelear pero sin llegar a matarlo. Le arrebató a la pelirroja agarrándola por la cintura y colocándola bajo su brazo quedando sus extremidades colgando inertes como si fuese una muñeca sin vida.


 


 - ...pero cuando escuché vuestra conversación y me enteré de que esta mocosa era una Uchiha, creí que me había tocado la lotería – se empezó a reír como un loco. – Esta cría valía una fortuna, podía venderla al mejor postor, ¿quién no estaría dispuesto a pagar por sus ojos? Y cuando se los sacasen, podían usar su cuerpo para otros fines. No es que a mí me atraigan las crías pero hay muchos pervertidos que disfrutarían con ella – aclaró. - Mataba dos pájaros de un tiro: conseguía follarme ese trasero tan delicioso que tienes y me sacaba una pasta por la mocosa.


 


Sôjirô se carcajeaba ruidosamente regodeándose por su plan pero su risa se detuvo cuando sintió como un kunai se le clavaba en el codo provocando que soltase a Kaoru. El hombre se alejó unos pasos de ella mirando a su alrededor para intentar ver a su atacante mientras se sacaba el arma del brazo.


 


De repente, el cuerpo de Naruto desapareció en una bola de humo sorprendiéndole.


 


''Mierda'', pensó alarmado.


 


El hombre se asustó, sus planes se estaban desmoronando y su vida corría un grave peligro. Echó a correr intentado huir de allí para salvar su pellejo, pero era demasiado tarde. Frente a él, estaban Sasuke, que le atacó con un chidori, y Naruto que se lanzó hacia él con un rasengan en la mano.


 


 - Esto te pasa por cabrear a unos padres – le dijo Sasuke antes de alcanzarle con su ataque.


 - ¡No deberías haberte metido con mi hija! - le gritó Naruto a la misma vez.


 


Ambos ataques le alcanzaron hiriéndole de gravedad, lanzándolo al otro extremo y chocando contra varios árboles destrozándolos al instante.


 


Naruto fue el primero en acercarse a la pequeña para cogerla en brazos y comprobar cómo estaba, se sintió aliviado al ver que sólo estaba inconsciente debido a la falta de chakra. Sasuke se acercó hasta ellos pero la voz del rubio le impidió que diese un paso más.


 


 - Ve a revisar si está vivo. Si es así, llévaselo a Kakashi, infórmale de lo que tramaba y que lo encierre donde no lo pueda encontrar porque si vuelvo a ver su cara juro que lo mato – le dijo cabreado.


 


Sasuke obedeció y comprobó que Sôjirô apenas seguía con vida y le ató las manos como precaución. Mientras tanto, el rubio activó el chakra de Kurama para pasarle un poco a su hija y que despertase.


 


 - ¿Has dejado que absorbiese la energía de tu clon para ganar tiempo? - preguntó Sasuke.


 - Sí, al sentir que mi copia se debilitaba y darme cuenta de que era Sôjirô el culpable, no se lo he impedido para llegar aquí a tiempo y pillarlo por sorpresa pero, no esperaba encontrarte a ti también.


 - Salí a buscarla a pesar de tu negativa y sentí un chakra extraño en el bosque así que decidí investigarlo – le explicó.


 - ¿Por qué viniste a por ella? - cuestionó curioso.


 - Yo...


 


Pero antes de que pudiese contestar, la pelirroja se despertó.


 


 - Mmm... ¿dónde estoy? - preguntó desorientada.


 - Shh, tranquila, Kao, estoy aquí – la tranquilizó Naruto.


 


Kaoru se incorporó lentamente llevándose una mano a la cabeza pues se sentía un poco mareada. Cuando se sintió mejor, miró a su alrededor viendo los árboles destrozados y a lo lejos el cuerpo inerte de Sôjirô e hizo una mueca de disgusto.


 


 - Te dije que no te convenía – le reprochó a Naruto.


 - Tenías razón, siento no haberte escuchado – le dijo acariciándole la cabeza.


 - ¿Estás bien? - preguntó Sasuke.


 


La niña se sorprendió al oír esa voz, no esperaba que se encontrase allí después de lo que había pasado. Se miraron a los ojos durante un segundo pero Kaoru desvió su mirada haciendo que Sasuke se sintiese mal. La pelirroja cogió de la mano a Naruto y le miró con ojos suplicantes.


 


 - Papi, quiero volver a nuestra casa – le pidió.


 - Como quieras, Kao.


 


El moreno sintió como se le clavaban mil dagas al oír esas palabras.


 


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