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Conociendo a papá por Kaoru Himura

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Notas del capitulo:

Bueno, ya hemos llegado al final de esta historia, espero que hayáis disfrutado con ella como yo disfruté escribiéndola. Quería volver a agradecer de nuevo Fullbuster y agradeceros a todos los que habéis estado siguiente mi fic tanto como si me habéis dejado comentario como si no. Os lo agradezco a todos por igual.

Espero que disfrutéis del último capítulo ^^ Nos vemos en las notas finales.

 

 

Habían pasado tres semanas desde que se habían marchado de Konoha y habían regresado a su hogar. Todos habían intentado volver a la normalidad de sus vidas antes de la huida de la pelirroja, pero les había sido imposible. Demasiadas cosas habían pasado en la villa y demasiados sentimientos habían sido despertados de su letargo provocando que sus mundos tal y como los conocían, desparecieran.

 

 

 

Naruto había estado triste por la forma en que volvieron a terminar Sasuke y él pero al mismo tiempo se sintió liberado, por fin había podido decirle todo lo que se había guardado en su interior durante tanto tiempo. Por fin había sido capaz de contarle la verdad sobre su hija, sobre el sufrimiento que le causó, sus temores pero sobre todo, había podido decirle sus verdaderos sentimientos... lo mucho que le amó y seguiría haciéndolo, aunque no pudiesen estar juntos.

 

 

 

Kaoru, por su parte, había estado decaída. Las palabras de Sasuke habían hecho mella en su corazón, pero también lo había hecho toda la charla que tuvieron sus padres antes de marcharse. Se sentía culpable, su existencia había provocado que ellos se peleasen y se dijesen cosas horribles. También se culpaba por todo el miedo y el dolor que había sentido Naruto durante su embarazo. Ahora entendía mucho mejor la oposición tan férrea de Naruto sobre que Sasuke supiese la verdad y no quisiera que lo conociese.

 

 

 

 - Lo siento, papá – se disculpó la niña.

 

 

 

Los tres se encontraban almorzando en su casa donde había estado reinando el silencio hasta que la voz infantil habló. Ambos adultos la miraron confusos, Naruto no comprendía por qué se disculpaba de repente.

 

 

 

 - ¿Por qué pides perdón, Kao? - le preguntó.

 

 

 

La niña no respondió enseguida, se quedó cabizbaja mirando sus manos sin moverse.

 

 

 

 - Siento todo el dolor y miedo que sufriste por mi culpa, si yo no hubiese existido, no habrías pasado por todo eso y podrías estar con Sasuke – le dijo realmente apenada.

 

 

 

Los adultos estaban anonadados mirándose boquiabiertos, no habían pensado que la pequeña pudiese llegar a sentirse de esa forma por la última conversación entre Naruto y Sasuke. El rubio se levantó rápidamente de su asiento para agacharse al lado de la pequeña mientras le cogía su rostro entre sus manos para poder mirarla a los ojos.

 

 

 

 - Escúchame bien, Kaoru Uzumaki, jamás vuelvas a decir algo semejante en tu vida. No pienses que si no hubieses nacido todo hubiese sido mejor porque te prometo que no es así – le aseguró fervientemente – No fue una etapa fácil pero jamás me he arrepentido de ello, tenerte ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida y jamás lo lamentaré. Lo que pasó entre Sasuke y yo en el pasado sólo tuvo que ver con las decisiones que tomamos pero no porque tú aparecieras en nuestras vidas.

 

 

 

Naruto le sonrió viendo sus ojos aguados a punto de romper a llorar y le dio un tierno beso en la frente.

 

 

 

 - Eres todo lo que necesito en mi vida, eres mi luz, mi alegría y mi felicidad y cualquiera que no sea capaz de ver lo maravillosa que eres, es que no merece la pena. Te quiero y siempre te querré, eres mi pequeña y eso nadie podrá cambiarlo nunca.

 

 

 

Kaoru abrazó con todas sus fuerzas a su padre, escondiendo su rostro en el cuello del rubio y cerrando sus ojos liberando todas las lágrimas que se habían acumulado en ellos. Naruto también la estrechó fuertemente entre sus brazos, transmitiéndole todo el amor que sentía por ella.

 

 

 

 - Te quiero, papi. Eres el mejor papá y la mejor mamá del mundo.

 

 

 

No pudieron evitar echarse a reír por el comentario de la pelirroja a pesar del llanto de ésta.

 

 

 

 - ¡Hey! ¿Y qué pasa conmigo? - preguntó Bee fingiendo estar dolido - ¿A mí no me queréis?

 

 

 

Naruto y Kaoru se rieron con más ganas mientras le hacían un gesto a Bee para que se uniera a ellos en el abrazo. Éste obedeció encantado, atrapando a ambos entre sus brazos y levantándolos del suelo.

 

 

 

 - También te queremos, tío Bee – le dijo mucho más animada.

 

 

 

Unos golpes en la puerta detuvieron toda risa al instante. Bee dejó en el suelo a ambos y los tres se miraron extrañados porque no solían recibir visitas. Naruto fue a abrir cuando volvieron a tocar y al hacerlo se quedó petrificado delante de la puerta.

 

 

 

 - ¿Papi? ¿Estás bien? - le preguntó la pequeña.

 

 

 

Tras varios segundos, el rubio consiguió reaccionar y fue capaz de hablar.

 

 

 

 - ¿Qué haces aquí? - interrogó a su visitante.

 

 - Después de tantas veces que me buscaste en el pasado, ahora era mi turno de perseguirte – dijo la persona al otro lado de la puerta.

 

 

 

Kaoru y Bee reconocieron al instante a la persona a la que pertenecía esa voz. Era Sasuke.

 

 

 

 - Tú otra vez – saltó el jinchûriki de Gyûki - ¿no has hecho ya suficiente daño? Vuelve a Konoha y déjanos en paz.

 

 - ¡Bee! - le regañó Naruto – Sasuke, no es buena idea que estés aquí – se dirigió al moreno – creo que dejamos todo aclarado antes de marcharnos.

 

 - No me pienso rendir, te demostraré que sí podemos estar juntos aunque me cueste mil años hacerlo... además no tuve la oportunidad de hablar con Kaoru y pedirle perdón.

 

 - Ella no quiere hablar contigo, Sasuke.

 

 - Pero...

 

 

 

Sasuke no tuvo pudo decir nada más pues Naruto le había cerrado la puerta en sus narices.

 

 

 

 - ¡No pienso irme de aquí hasta que pueda hablar con ella! - gritó desde fuera de la casa.

 

 

 

Los otros tres se miraron desconcertados pero continuaron con su rutina ignorando los reclamos del moreno que se hallaba en el exterior.

 

 

 

 

 

Habían pasado cuatro semanas desde la visita inesperada de Sasuke. Éste había cumplido su palabra de no marcharse de allí. Había montado una pequeña tienda de campaña cerca de la casa de Naruto y todos los días tocaba a la puerta pidiendo hablar con ellos, pero era ignorado por las personas que vivían dentro, por lo que gritaba desde fuera que sentía mucho todo y que no se iba a dar por vencido.

 

 

 

Desde su habitación, Kaoru observaba cómo Sasuke se preparaba algo de comer en una fogata que había encendido. El moreno se tapó mejor con la capa que llevaba pues empezaba a refrescar bastante ahí fuera.

 

 

 

La pelirroja no sabía cómo sentirse, había oído perfectamente que el mayor quería pedirle perdón pero, a pesar de que seguía muy dolida por sus palabras, no pudo evitar sentir cierta compasión al verle allí fuera, congelado, esforzándose por una oportunidad. Se levantó de su cama, cogió un abrigo y algo más de su armario y se escabulló sin que su padre o su tío lo notasen.

 

 

 

 

 

Sasuke estaba concentrado cocinando cuando sintió que alguien dejaba una manta a su lado, alzó su mirada para encontrarse con el rostro de su hija que dirigía su vista hacia cualquier parte excepto a él.

 

 

 

 - Empieza a hacer frío – fue todo lo que dijo la niña.

 

 - Gracias – le agradeció mientras cogía la manta y se tapaba con ella.

 

 

 

Ninguno de los dos volvió a decir nada. Kaoru mantenía su vista en el suelo mirando de vez en cuando de reojo al adulto mientras mecía sus pies. Sasuke alternaba su mirada de la niña a la comida y viceversa. Se percató de que la pelirroja no llevaba sus habituales coletas, una cascada de cabello rojizo caía sobre su espalda y parte de sus hombros.

 

 

 

 - Tienes un pelo muy bonito – comentó intentando deshacer la incomodidad que había entre ellos.

 

 - Gracias – murmuró la chica.

 

 

 

De nuevo se sumieron en el silencio dedicándose algunas miradas de vez en cuando.

 

 

 

 - ¿Tienes hambre? Está casi listo – le preguntó el moreno.

 

 - No, gracias, he comido ramen hace poco.

 

 

 

Sasuke resopló ante la respuesta pensando que no entendía cómo Naruto y ella podían adorar tanto ese plato.

 

 

 

 - Será mejor que vuelva dentro, seguro que papi se dará cuenta de que no estoy en mi cuarto – dijo dándose media vuelta.

 

 - Espera – la retuvo Sasuke – por favor, no te vayas – le pidió – yo... siento lo que te dije – se disculpó realmente arrepentido.

 

 - Está bien – susurró.

 

 - No, no está bien, no debí pagar mi cabreo contigo, ni siquiera estaba realmente enfadado por que me mintieses. Entiendo que solamente estabas protegiendo al dobe.

 

 

 

La chica escuchaba atentamente al ninja pero no mostraba ningún tipo de emoción en su rostro.

 

 

 

 - Sólo me dejé dominar por la ira... sé que no es excusa para las palabras tan crueles que te dije...

 

 - ¿Me odias? - le interrumpió

 

 - ¡No! - contestó con rapidez.

 

 - ¿Desearías que no hubiese nacido? - le preguntó con un hilo de voz.

 

 - Jamás he pensado algo así... me alegro mucho de haberte conocido – le dijo completamente sincero – estoy feliz de que irrumpieses en mi vida.

 

 

 

Sus ojos conectaron por primera vez desde la noche de la pelea con la mirada violeta de la pelirroja. Ésta no pudo evitar llorar llevándose sus manos a su cara intentando controlar sus lágrimas. Sasuke se acercó y la estrechó entre sus brazos mientras la pequeña escondía su rostro en el pecho de éste.

 

 

 

 - ¿Podrás perdonarme algún día por haberte hecho tanto daño?

 

 - No lo sé – respondió entre sollozos.

 

 

 

Cuando la niña consiguió tranquilizarse, Sasuke volvió a su sitio y Kaoru se sentó a su lado. El moreno los tapó a ambos con la manta.

 

 

 

 - Haré lo que sea para que me perdones, te demostraré cada día lo mucho que lo siento y lo mucho que significa que estés en mi vida – le aseguró.

 

 - ¿Lo que sea? - preguntó pensativa.

 

 - Lo que sea – le respondió convencido.

 

 - Entonces... tendrás que gritar desde la torre de Kakashi que los genes Uzumaki son más fuertes que los Uchiha – le dijo seria.

 

 - ¿Qué? - no se había esperado que le pidiese algo así.

 

 - El primer día que nos vimos dijiste que con sólo mirarme se sabía que no era tu hija, que si fuese así los genes Uchiha hubiesen tomado el control y tendría el pelo negro – le explicó mientras cogía un mechón de su cabello y se lo enseñaba – pues ya ves que no ha sido así, por lo que los genes Uzumaki han vencido a los Uchiha.

 

 - Si hago eso, ¿me perdonarás? - preguntó esperanzado.

 

 - No, pero es un primer paso – le contestó esbozando una muy pequeña sonrisa.

 

 - De acuerdo – le dijo sonriendo también – pero antes habrá que convencer a tu otro padre de volver a Konoha.

 

 

 

La pelirroja se removió incómoda y Sasuke se percató de la duda que la carcomía.

 

 

 

 - Me gustaría que volvieseis conmigo a la aldea y que me dieseis una oportunidad para demostraros que quiero estar con vosotros, formar una familia pero... si vuestra felicidad está en este lugar, me quedaré aquí con vosotros para siempre – se sinceró.

 

 - Me gusta este lugar y estar cerca de Shukaku y los demás bijûs pero también me gusta Konoha y los amigos que hice allí – le comentó – pero es Naru quien tiene la última palabra... lo siento.

 

 - No tienes por qué disculparte – le dijo acariciando su cabeza.

 

 - Vas a conseguir que mi hija pille una pulmonía – oyeron una voz cerca de ellos.

 

 

 

Naruto se había dado cuenta de que la pelirroja no estaba en su dormitorio, por lo que decidió buscarla por la casa y pudo ver desde una de las ventanas que estaba fuera con Sasuke. Salió de la vivienda y se aproximó hasta ellos sin delatar su presencia escuchando gran parte de la conversación entre ambos.

 

 

 

Kaoru se sobresaltó y se levantó de su sitio alejándose de Sasuke.

 

 

 

 - Perdona, papá, yo...

 

 - No te preocupes, Kao – le interrumpió – no estoy enfadado – le dedicó una cálida sonrisa.

 

 

 

El rubio acarició una de las mejillas de la pequeña notando que la tenía muy fría y suspiró.

 

 

 

 - Será mejor que volvamos dentro, estás helada – le dijo.

 

 - Pero...

 

 - Tú también puedes entrar – se dirigió al moreno – no me apetece tener la casa rodeada de animales salvajes cuando vengan a alimentarse con tu cadáver.

 

 - ¡Papi! - le regañó la pequeña.

 

 - Es una broma – le dijo levantando las manos en son de paz.

 

 - ¿Estás seguro? - le preguntó el moreno refiriéndose a su invitación a entrar en su casa.

 

 - Sí, no pasa nada, yo me ocupo de Bee – le comentó adivinando los pensamientos del otro.

 

 

 

 

 

Las horas pasaron llegando la noche. Sasuke estaba acomodando los cojines del sofá donde dormiría esa noche siendo observado por la pelirroja y por Bee que le miraba con cara de pocos amigos. Naruto llegó en ese momento llevando consigo un par de mantas limpias.

 

 

 

 - Toma – le pasó las mantas a Sasuke – creo que esto será suficiente para que no pases frío.

 

 

 

El moreno le dio las gracias y continuó preparando su lugar de descanso. Naruto se quedó pensativo mirando a todos los presentes, necesitaba aclarar algo con Sasuke a solas.

 

 

 

 - Bee, ya es hora de que Kao vaya a dormir – le insinuó – Despídete de todos, dentro de un rato iré a hacerte compañía – le dijo a su hija.

 

 - De acuerdo – obedeció – Buenas noches, Sasuke – le deseó sin acercarse a él.

 

 - Buenas noches, que descanses – le respondió el moreno sonriendo levemente.

 

 

 

La pelirroja fue hasta donde se encontraba Naruto y le dio un beso en la mejilla.

 

 

 

 - Buenas noches, papá.

 

 

 

Naruto también le deseó buenas noches y la niña se dirigió a su dormitorio seguida por Bee que había captado la indirecta del rubio. Sasuke ya se había acomodado en el sofá dispuesto a dormir cuando vio que Naruto se sentó en el sillón de enfrente.

 

 

 

 - ¿De veras estarías dispuesto a hacer el ridículo gritando desde lo alto de la torre del Hokage que los genes Uzumaki son más fuertes que los genes Uchiha?

 

 - Si con eso consigo estar más cerca de que Kaoru me perdone, sí – le contestó sorprendiéndose de que el rubio hubiese estado escuchando su conversación.

 

 

 

Al oír su respuesta, Naruto se quedó en silencio sumido en sus pensamientos mientras Sasuke le observaba con interés.

 

 

 

 - De acuerdo – dijo después de un rato.

 

 - ¿Qué? - preguntó el otro sin entender.

 

 - Estoy dispuesto a volver a Konoha pero – se adelantó a Sasuke que estaba a punto de interrumpirle – será bajo mis términos.

 

 - ¿Cuáles son? - demandó.

 

 - Primero, que acepte volver no significa que te vaya a dar una oportunidad, ya te expliqué que no es posible...

 

 - Haré que cambies de opinión, me da igual lo que tarde, te demostraré que te amo, pienso pelear por ti – le interrumpió.

 

 - ...segundo – continuó con su lista de condiciones ignorándole – Kaoru vivirá conmigo en mi antiguo apartamento. Kakashi me dijo que nadie había vuelto a vivir allí, que tú te habías encargado de ello – le explicó al ver su cara de sorpresa.

 

 

 

El moreno desvió su mirada al verse descubierto, maldijo a Kakashi por ser un bocazas pero pensó que ya se vengaría cuando regresase.

 

 

 

 - Y tercero, si vuelves a hacerle daño a Kao, te juro que me la llevaré tan lejos de ti que jamás nos podrás encontrar y nunca volverás a saber de nosotros – hizo una pausa para observar la reacción de Sasuke - ¿Aceptas?

 

 - Acepto – contestó sin dudar ni un segundo – No es que me queje pero, ¿por qué has cambiado de opinión?

 

 

 

El rubio se reclinó en el sillón cerrando los ojos mientras suspiraba cansado.

 

 

 

 - Como has podido notar, os he escuchado mientras hablabais... aunque esté herida, aún quiere estar contigo y conocerte. En estas semanas, he visto cómo se formaba un conflicto en su interior, cómo se debatía internamente por ello... – le explicó – si no se hubiese acercado a ti por iniciativa propia, ni hubiese considerado la opción de regresar a Konoha pero... lo ha hecho, a pesar de todo el daño que le causaste, quiere y necesita estar con su otro padre. Que quede claro que lo hago sólo por ella – le dijo abriendo los ojos y mirándole directamente – aunque también es porque tengo que convertirme en el próximo Hokage – comentó con una sonrisa – nunca renuncié a mi sueño, sólo lo pospuse temporalmente.

 

 - Te prometo que no te arrepentirás de esta decisión – le afirmó con una sonrisa sincera en sus labios.

 

 - Eso espero...

 

 

 

A los pocos días, prepararon todas su pertenencias y regresaron a Konoha.

 

 

 

 

 

Habían pasado dos años desde su vuelta, Killer Bee aceptó a regañadientes la elección de su amigo volviendo así a su villa junto a su hermano, pero les prometió que regresaría para verlos con bastante frecuencia y que seguirían visitando a los bijûs juntos.

 

 

 

En todos esos meses, Sasuke y Naruto cumplieron las condiciones que este último había demandado, pero el moreno también había cumplido con su palabra de demostrarles a Naruto y a Kaoru que estaba arrepentido, que les quería y que jamás volvería a abandonarlos de nuevo.

 

 

 

Por supuesto, también tuvo que gritar ante todos los ciudadanos de Konoha lo que le prometió a su hija. El Hokage y todos sus amigos estuvieron burlándose de él durante semanas y, cuando Temari se lo contó a sus hermanos mediante un mensaje, Gaara se lamentó no haberse podido quedar más tiempo en la villa para disfrutar de ese momento.

 

 

 

Aunque a Sasuke no le agradaron todas las burlas que recibió, pensó que había merecido la pena y que lo volvería a repetir si con eso conseguía el perdón de las dos personas que más le importaban.

 

 

 

 

 

Durante esos dos años, el moreno se había dedicado a ganarse de nuevo la confianza de Naruto y Kaoru, a recuperar su amistad con el rubio y establecer una verdadera relación de padre e hija con la pelirroja. En ningún momento sobrepasó los limites cuando Naruto mantuvo una relación, que duró varios meses, con otro ninja de la villa. Respetó la decisión del rubio y nunca intentó interferir en su noviazgo con el otro hombre, tan sólo permaneció a su lado como amigo y padre de su hija, le dijo que si era feliz con otra persona, él también sería feliz.

 

 

 

Cuando la relación terminó por mutuo acuerdo, Naruto decidió comprobar si de verdad Sasuke estaba cambiando, pues el detalle que tuvo al respetar su vida amorosa, le hizo pensar que era posible, por lo que le puso a prueba sin que el moreno se enterase, cerciorándose de si era capaz de dejar a un lado su ego y orgullo, incluso de humillarse un poco, por él y su hija. Y lo hizo, Sasuke fue pasando las pruebas con éxito. A todo esto, había que añadir el hecho de que el moreno no volvió a su vida de mujeriego, no volvió a acostarse con nadie más en todo ese tiempo.

 

 

 

Hacía un par de semanas que Naruto había accedido a darle una segunda oportunidad a Sasuke tras la constancia y perseverancia de éste, aunque iban despacio y no habían vuelto a vivir juntos. El moreno se había esforzado mucho por curar las heridas del corazón del rubio con mucha dedicación y paciencia, sin llegar en ningún momento a presionarle, fortaleciendo su amistad pero sobre todo su amor.

 

 

 

En ese instante, los tres se hallaban en el salón de la casa de Sasuke pasando un rato juntos.

 

 

 

 - Ya te llega el cabello por debajo de la cintura – comentó Naruto que estaba cepillando el pelo de su hija – Quizás deberías cortártelo.

 

 - ¡No! - se negó en rotundo la niña con un puchero en los labios – siempre intentas que me lo corte.

 

 - ¿Por qué no quieres que lo lleve largo? - preguntó Sasuke.

 

 - No es que no quiera, es sólo que desde que estuve tanto tiempo como mujer, empecé a odiar el pelo largo.

 

 - Por eso llevas siempre el pelo tan corto ahora – razonó el moreno - ¿Y por qué al final nunca se lo has cortado?

 

 - Porque es muy testaruda y no me deja – respondió Naruto.

 

 - Y porque dice que le recuerda al cabello de mi abuela Kushina – intervino la niña.

 

 

 

Naruto sonrió al pensar en sus padres, seguro que estarían muy orgullosos de su nieta.

 

 

 

 - Entonces, ¿ahora soy Uchiha o Uzumaki? - cuestionó la pequeña.

 

 - Uzumaki – respondió el rubio.

 

 - Uchiha – dijo Sasuke al mismo tiempo.

 

 

 

Ambos se miraron desafiantes y empezaron a discutir sobre el apellido de la niña mientras que ella sonreía divertida, le gustaba que sus padres se llevasen tan bien y volviesen a tener la misma relación de antes o puede que incluso mejor, porque ahora eran sinceros completamente el uno con el otro y se demostraban cuánto se amaban cada día.

 

 

 

 - ¿Y qué os parece si uso los dos? Kaoru Uzumaki Uchiha – comentó feliz.

 

 - ¿Por qué el apellido del dobe tiene que ir primero? - se quejó Sasuke.

 

 - Cuando te salga un bebé de entre las piernas, le podrás poner Uchiha antes que Uzumaki – le dijo el rubio.

 

 

 

Sasuke gruñó derrotado, no podía rebatir un argumento tan sólido.

 

 

 

 - Además, recuerda que los genes Uzumaki vencieron a los Uchiha – le picó su hija.

 

 - Os ponéis de acuerdo para molestarme – se volvió a quejar el moreno.

 

 - Es divertido – contestaron a la vez padre e hija echándose a reír por la coincidencia.

 

 

 

Naruto siguió cepillando el cabello de la pelirroja mientras Sasuke se dedicaba a observar la escena con una sonrisa de felicidad en su rostro. Por fin estaba con las personas que quería y haría lo que fuese para no perderlas jamás. Un pensamiento cruzó su mente, dudó por un instante en si decirlo en voz alta pero al final decidió hacerlo.

 

 

 

 - Naruto – le llamó – me gustaría que...

 

 - ¿Sí? - le animó al ver las dudas en la mirada del otro.

 

 - Me gustaría que aumentáramos la familia. No tiene que ser ahora mismo – añadió cuando vio el pánico en los ojos azules.

 

 - Sasuke, sabes que no puedo... - murmuró.

 

 - Sé que lo pasaste mal la primera vez, pero ahora estoy aquí contigo, a tu lado para ayudarte y apoyarte, no pienso irme a ninguna parte – le dijo acercándose hasta él cogiéndole las manos – además está Tsunade para ayudar en todo el proceso.

 

 - No lo sé... – dijo apenado.

 

 

 

El moreno le levantó la barbilla y depositó un suave beso sobre sus labios.

 

 

 

 - Como he dicho, no tiene por qué ser ahora. Te ayudaré a superar tu trauma, iremos despacio... empezando por tu pelo. Dejarás que crezca hasta que esté como lo solías llevar – le volvió a besar.

 

 

 

 - Paso a paso – le susurró sonriéndole de forma dulce para después devolverle el beso.

 

 - ¡Listo! - gritó entusiasmada la pequeña interrumpiendo el momento.

 

 

 

Ambos adultos la miraron desconcertados viendo cómo alzaba sus brazos sosteniendo algo entre sus manos.

 

 

 

 - ¿Qué está listo, Kao? - preguntó Naruto.

 

 - Mi regalo para Gaara. Se lo daré cuando llegue esta tarde para tu nombramiento de mañana como Hokage – respondió risueña.

 

 - ¿Y qué le vas a regalar? - cuestionó curioso el rubio.

 

 - Un anillo – contestó feliz enseñándoles el anillo que había hecho con una flor y su tallo – Cuando sea mayor me casaré con él – dijo con convicción.

 

 

 

Sus padres se quedaron sorprendidos ante tales palabras. Naruto no pudo evitar echarse a reír por la ocurrencia de la pequeña.

 

 

 

 - ¿Sabes que normalmente suele ser al revés? Suelen ser los hombres los que regalen los anillos de compromiso y propongan matrimonio.

 

 - ¿Está mal que yo lo haga? - preguntó apenada.

 

 - Para nada – le sonrió – Que suela hacerse así, no significa que no puedas hacerlo a tu manera.

 

 

 

La pequeña le sonrió feliz pero dirigió su mirada a Sasuke que empezaba a emanar un aura oscura a su alrededor, los ojos le brillaban con malicia y una sonrisa sádica se le formaba en la cara. Se puso de pie, sacando su katana de a saber dónde y empezó a hablar con voz de ultratumba.

 

 

 

 - Como ese mapache se atreva a poner un solo dedo a mi pequeña, le cortaré en pedacitos.

 

 - Teme, cálmate – intentó tranquilizarle.

 

 - ¡Pero si le triplica la edad! ¡No permitiré que se acerque a ella y le arrebate su pureza! - gritaba exaltado.

 

 - Estás exagerando, sólo es un amor infantil, ya se le pasará.

 

 

 

Continuaron discutiendo mientras que la pequeña les observaba sin entender de qué hablaban para luego mirar su anillo y sonreír.

 

 

 

Y así pasaba otro día más en la familia Uzumaki-Uchiha, entre discusiones, peleas e insultos pero sobre todo entre risas, felicidad y amor... mucho amor.

 

 

 

 

 

FIN

 

 

Notas finales:

Agradeceros de nuevo a todos por haber seguido mi humilde historia hasta el final ^^ aunque haya división de opiniones en cuanto a si debían o no terminar juntos xD

Quería recomendaros el fic Desesperante sumisión escrito por Fullbuster, porque aparte de ser una gran historia como todas las que ella escribe, deja pequeños guiños hacia este fic y sería divertido que descubrieseis cuáles son :P

 

Para aquellos que pensasen que Naruto y Sasuke no deberían acabar juntos, sólo quiero aclararles que si Sasuke no se hubiese esforzado por cambiar, tened por seguro que Naruto no le hubiese dado otra oportunidad. Además, el rubio no es que cambiase de opinión de la noche a la mañana xDD han pasado años para que pudiese aliviar su dolor pero si Sasuke volviese a hacerle daño a él o su hija, le dejaría sin dudarlo y no le volvería dar ninguna oportunidad más.

Dicho esto, aviso que en unos días subiré un one-shot que escribí en agosto para un concurso y que estoy en proceso de escribir otro fic largo ^^ Así que cuando lo tenga terminado, nos volveremos a leer por aquí.

Gracias a todos y muchos besos y abrazos ^^


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