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Gordo por kitsune loli

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Notas del capitulo:

Hola aqui el capitulo tres, con esto sera claro el titulo de la historia espero les guste deen reviews y nos vemos pronto

Eran pasadas las 11 de la noche de seguro esos donceles caprichosos ya habrían emigrado  cada uno a su propia casa y si tenía suerte podría terminar este maldito periodo de abstinencia al que estaba confiando.

Entro a la casa y miro a su Taiga guardando los platos y vasos que habían usado, camino despacio, lo abrazó por la espalda y susurró a su oído- Estoy en casa-

-Ya lo sé tonto, bienvenido – se dio vuelta y se plantaron un beso lleno de lujuria, hasta que el aire les hizo falta.

Aomine se abrazó fuerte hacia el pelirrojo y escondió su cara en el cuello de este- ¿Cómo estuvo  tu día?

Taiga que correspondió el abrazo – Bien cariño, ¿quieres algo de comer o prefieres ir a dormir ya?- preguntó Taiga.

-Comer solo si es para devorarte a ti – sonrió lujurioso.

-Daiki, yo- la cara del tigre se puso sombría.

-Maldición Taiga, ¿hasta cuando vas a estar así? – reclamó el moreno.

-Lo siento Daiki solo he estado muy cansado- triste tomo la mano del moreno- Ya pasará. Sabes que te amo.-

Daiki lo tomo del mentón y lo hizo verlo a los ojos- Yo también te amo – y se besaron.

 

En silencio subieron a su habitación, Taiga se acostó por inercia en la cama, en verdad estaba agotado; Daiki lo había notado, tenía unas pequeñas ojeras en su hermoso rostro y se notaba un poco pálido. Aomine se acercó a la cama, se posó al lado del más bajo y comenzó a desabotonar la camisa, pero sin nada sexual solo era el encuentro íntimo de dos esposos que  se amaban- ¿Qué contaron esos chismosos?- preguntó.

-¿No serás más chismoso tú que quieres saber?- cuestionó el pelirrojo mientras se ponía de costado para quedar cara a cara.

-Umm. No creo que sea lo mismo- dijo en un tono cínico.

-Bueno Kouki y Takao posiblemente estén en espera- habló Taiga.

-Eso lo sabía, Akashi y Midorima hablaron de eso también – respondió, mientras se acercaba más al cuerpo de su amado, hasta tenerlo entre sus brazos.

-¿Enserio?, Kise y los demás estuvieron repitiendo que a lo mejor era hora de tener los propios también – se apegó más al pecho del moreno.

-¿Tú quieres tenerlos Taiga? – preguntó ansioso Daiki.

-Sabes lo que pienso, si es nuestro destino tenerlos, llegara por si solo el milagro – contestó secamente mientras ponía una mano sobre su plano abdomen.

Daiki lo sabía, siempre era la misma respuesta. Desde que habían empezado a salir en secundaria nunca había sido cuidadoso a la hora del sexo; porque con todo el sexo que tenía y haciéndolo desenfrenadamente y sin protección hacía más de 5 años, Taiga nunca había quedado en estado, bueno había dos posibilidades; él no podía o Taiga no podía. El hecho es que Taiga jamás había dado el paso a visitar un médico y él por respeto al su adorado Tigre tampoco lo había hecho, pero estaba muy seguro de que tan pronto sus amigos empezaran a tener bebes, Taiga podría caer en depresión por no poder tenerlos.

 

-Lo se cariño y sabes que estoy de acuerdo- besó su cabeza  y se durmieron abrazados.

 

Otros 15 días habían pasado y otra vez tocaba reunión. Ese día Taiga había amanecido de buen humor, preparaba gustoso lo bocadillos, comiendo uno que otro.

 

-Bien todo listo- viendo cada cosa en su lugar y lista, faltaba una hora para que llegaran sus invitados; ya quería saber la noticas de Kouki y Takao, pero primero tomaría un baño o mejor un helado y después el baño. Caminó hacia el refrigerador y ahí estaba, un delicioso bote de helado de chocolate, lo tomó, después una cuchara y se sentó a ver uno de sus últimos partidos de básquet, sin darse cuenta ya no había más helado. Miró la hora y faltaba menos de 30 minutos para que llegaran a sí que decidió subir tomar una ducha rápido y algo de ropa limpia.

 

La ducha había sido refrescante; comenzó a buscar algo de ropa pues a pesar de todo fuera en su casa no quería decir que lo vieras desaliñado. Tomó unos jeans negros, eran de sus favoritos pues quedaban al talle justo, pero había algo diferente… no podía prensarlos con facilidad. Dirigió su vista al espejo, había aumentado de peso, se vio y bueno todo se veía bastante normal, en esos se escuchó el timbre, tomó una camisa y espero que solo sea su imaginación y que los jeans se acomodaran en el transcurso de las horas.

 

Poco a poco fueron llegando sus amigos donceles todos reían y platicaban tranquilamente, pero al llegar Takao todos quedaron en silencio. Pusieron a Kouki y al pelinegro juntos e hicieron la gran pregunta- ¿Cuál fue el resultado?- preguntaron todos.

Ambos ukes se vieron y asintieron con la cabeza respondiendo al mismo tiempo- ¡POSITIVO!-

Kise emocionado preguntó- ¿Cuánto tiempo tienen Kuzunarichi, Koukichi?

Otra vez se quedaron viendo y respondieron – Un mes.-

Los dos donceles se quedaron viendo y comenzaron reír – No puede ser, están iguales- habló Shun feliz.

-Será que los mocosos quieran nacer el mismo día- dijo Makoto.

-Es poco probable, pero no pierden nada soñando- habló Tatsuya.

-¡Ohhh! Yo quiero decirles algo-llamó la atención de todos- Yukiochin y yo estamos buscando bebe también- sonriendo.

-¡Que! Entonces no puedo quedarme atrás- dijo Shun con determinación.

-Muy bien chicos que les parece si celebramos con algo que quieran los embarazados- Habló en alto, Taiga.

-Yo no quiero nada – dijo el castaño.

-Pues yo sí, pizza mucha pizza- exigió el pelinegro haciendo reír a todos.

 

Taiga llamó a la pizzería y rápidamente llegaron. Comieron, bebieron y rieron mucho, pero el pelirrojo estaba incómodo. Esos estúpidos pantalones le apretaban y lo estaban llevando a la desesperación. Disimuladamente caminó detrás del mostrador de la cocina metió la mano bajo su camisa “Por suerte es de Daiki y me queda bastante larga” y desabrocho el botón, bajando un poco la cremallera, haciendo que respirara con tranquilidad- “Estúpidos pantalones, debieron haberse encogido en la lavadora”- Excusándose, caminó hacia el refrigerador y cogió un bote con gelatina y comenzó a comerlo.

- Parece que alguien necesita dieta.-

Era Kise.

-¿De qué hablas? – cuestionó el pelirrojo.

-Ten entiendo, estas en la etapa de negación pero, tu rostro no miente.-

-¿Mi rostro? no te entiendo- preguntó extrañado.

-Estas comiendo mucho y vi lo del pantalón – sonriendo, mientras el pelirrojo se moría de la vergüenza.

-Yo no he engordado, además siempre como mucho – dijo excusándose.

-¿Y porque desabrochaste el pantalón? – comentó riendo.

-Porque hoy comí de más simple Ryota, no molestes con esas tonterías- explicó molesto.

-Bien, pero sabes que si necesitas una dieta, yo puedo darte la mía- dijo sonriendo.

 

Taiga estaba molesto. Él no estaba gordo, el pantalón se había encogido, además si lo estuviera el primero en decírselo sería Daiki, ¿cierto?

 

Los minutos pasaron y poco después pasaron horas donde sus amigos se fueron marchando con la promesa de verse dentro de 15 días más.

 

123

 

Daiki veía a Taiga mirarse todo el cuerpo en el espejo, la vista era deliciosa y no podía esperar para probar un poco de eso, pero el llamado de su amante lo sacó de sus lujuriosos pensamientos.

 

-Daiki, ¿crees que estoy gordo?- preguntó Taiga.

-¡Que! – exclamó atontado.

-¿Qué si engorde?- preguntó de nuevo.

-Taiga por favor, ¿quién te dijo eso? – replicó el moreno.

-Ryota- contestó con un puchero.

-Kise, es un modelo superficial y anoréxico-se levantó de la cama y abrazó a su adorado tigre – Te vez hermoso, siempre lo has sido, y créeme cuando te digo que un par de libras mas no harían que te deseara menos- dijo besando con ternura la espalda del más bajo.

Notas finales:

Saluditos a todos 


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