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Gordo por kitsune loli

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Notas del capitulo:

No se enoen conmigo si pienso actulizar mis otros trabajos solo que este esta demasiado enmi mente y nome deja escribir los otros ya solo flatan 2 cap. y termino gracias por sus comentarios y deen reviews 

Otra reunión se celebraba, pero esta vez estaban en un restaurante. El motivo, Ryota quería que fueran ahí y reservó una mesa para ellos, además los embarazados estaban encantados por comer comida italiana.

 

-Entonces yo le dije a Himuro que debía ponerse a trabajar enserio y darme un bebe- dijo Izuki.

Ryota no podía parar de reír- Como haces para decirle esas cosas-

-¡Eh! No es gracioso– replicó desconcertado.

-No mocoso, solo que no creo las tonterías que salen de tu boca – de repente se levantó y camino rápido al baño.

Todos se quedaron serios y preocupados – ¿Que le habrá pasado a Makoto-sempai?- preguntó Kuroko.

-Ni idea- contestó Shun.

-A lo mejor fue mucha pasta- sugirió Takao, ya habían pasado unos minutos y se estaban preocupando, así que Kuroko se levantó y dijo- Iré a ver qué pasa con Makoto sempai.-

-Alto- dijo Kise- hay viene –

Makoto venia un poco pálido y sudoroso; se podría decir que molesto también.

 

-Makoto-san, ¿está bien?- preguntó Furihata, mientras le ofrecía un vaso con agua.

Kagami en verdad, bueno si estaba preocupado pero, el postre de chocolate delante de él parecía demasiado tentador como para despegar su cuchara de él.

 

-Sí. Pero es culpa de ustedes y del puto de Kiyoshi que este así- los miró amenazadoramente – sobre todo de Kiyoshi-

-¿Que tiene que ver Kiyoshi-sempai y nosotros en todo esto? – cuestionó Shun.

-Pues… ¡Ah!, mierda lo diré. Estoy esperando – dijo molesto.

-¡Queeee!- dijeron todos al unísono, menos Taiga que casi se atragantaba con el pastel.

-Sí que acaso no saben que es normal cuando se tiene sexo sin protección, ustedes lo saben muy bien –  recalcó señalando a Kouki y a Kazunari.

-Calma Makoto-sempai, solo estamos sorprendidos y alegres además usted no es el único – dijo Kuroko – yo también voy a tener un bebe.-

 

-No. No es justo Kurokochi está esperando un bebe – se quejó Kise fingiendo llorar.

-¿Y, cuánto tienen?- preguntó Kazunari con ojos brillosos.

-El parasito tiene mes y medio ya- contestó el pelinegro.

-Pues bebe pastelero tiene dos meses- respondió Kuroko.

-¿Qué? No ahora si- se puso de pie Izuki- Himuro no puede negarme un hijo y si es necesario hoy mismo tiene que empezar a ser duro en todo momento.-

Todos comenzaron a reír.

-Bueno, parece que cada vez van aumentando las mamis – rio Ryota.

-¿A quién llamas mami, imbécil? – replicó Makoto.

-Ya calma, Makoto-sempai no es bueno para el bebe- dijo Furihata tratando de clamarlo.

-Bueno chicos felicidades – habló Taiga mientras levantaba la mano para llamar al mesero y pedir otro postre.

-Kagamichi, ¿estás seguro de esa otra porción de pastel? – preguntó preocupado el rubio.

-¿De qué hablas Kise?-  dijo sacado de lugar.

-Que estas engordando Kagami-kun – habló Kuroko.

-¡Que tontería es esa!- exclamó molesto el pelirrojo.

-No es ninguna tontería mocoso, es cierto- dijo Makoto mientras metía la mano en la camisa de Taiga y agarraba un morrito de gordura, lo cual hizo que el mayor se sonrojara bastante.

-Yo- no tenía palabras.

-Calma cuñado a todos nos ha pasado- respondió Izuki.

-Nada de eso Kagamichi, debes comenzar a controlar lo que comes ya no somos unos adolescentes- comentó Kise en un tono serio.

-Eso es muy cierto Taiga- mencionó Takao- Antes podíamos comer lo que quisiéramos al final hacíamos el suficiente ejercicio como para sacarlo de nuestro cuerpo, pero admitámoslo, ¿hace cuánto que sales a jugar baloncesto o correr o cualquier tipo de actividad física que no sea sexo?-

Taiga lo pensó en verdad después que se había casado ya no jugaba tanto básquet y menos ahora que Daiki era el jefe de la estación de policía.

-A lo mejor tienen razón- un poco sudoroso respondió Taiga, que al ver llegar al mesero con el pastel comenzó a sentir un poco de nauseas.

-Claro que si mocoso – respondió Makoto.

-Si. Además Daiki es un policía; él siempre se ejercita, tú me entiendes- dijo Kise.

-No creo que eso sea apropiado Ryota-kun- habló Furihata.

-¿Qué quieres decir con que Daiki se ejercita Ryota?- cuestionó un poco molesto.

-Quiere decir que él siempre está en forma y al final él no es feo, puede que alguien se interese en él- respondió Kuroko.

-Él nunca me dejaría por algo así – respondió el pelirrojo recordando las palabras de su marido “Te vez hermoso, siempre lo has sido, y créeme cuando te digo que un par de libras mas no harían que te deseara menos”.

-Sí que eres un estúpido mocoso, los hombres siempre dicen cosas como que no les importa tu peso, pero si lo sabré yo. Kiyoshi podrías decir que sería la última persona que cometería una infidelidad, pero si hay una mujer o doncel que se insinué y los tiente con un cuerpo candente, todos son débiles de caer y lo sabes Taiga, tú sabes lo que paso con Riko hace tres años – comentó Makoto terminando de hablar.

 

Claro que lo sabía, todos lo sabían. La entrenadora y Kiyoshi-sempai habían sido encontrados por Makoto en una incómoda y poca explicable situación, por lo cual casi termina el matrimonio, pero su sempai no dejo que fuera así y por un milagro seguían juntos hoy en día. Ahora todo era muy claro, Daiki era el jefe de la estación, había muchos donceles y mujeres bien trabajados físicamente y su esposo esa demasiado guapo; él no podía darse el lujo de engordar y ponerse feo, vio el pastel y las náuseas subieron brutalmente por su garganta haciendo que corriera al baño y vomitara toda la cena.

 

Kise y Kuroko habían ido rápidamente detrás del pelirrojo – Kagamichi lo sentimos, ¿estás bien?-

-Si-  contestó casi como en un susurro mientras lo veían salir del cuarto de baño – Solo quiero que llamen a Daiki.-  

-Kagami kun- dijo el peli celeste, antes de ver como palidecía de nuevo el más alto y cerraba la puerta para seguir descargando su estómago en el baño.

 

123

Daiki estaba en casa esperando a su amado pelirrojo cuando escuchó el celular, era Kise.

-Aominechi- dijo el rubio.

-¿Que pasa Ryota, Kagami se quedó sin batería o algo así? – solo eso podría ser porque ¿para que más lo llamaría el rubio?

-Bueno, sí llamo por Taigachi, el – nervioso.

-¿El qué? ¡¿PASO ALGO CON TAIGA?! – pregunto exaltado y molesto.

-Cálmate Aomine-kun- Kuroko había tomado el teléfono – Kagami-kun no se siente bien, ven por él.-

-Calmarme, ¿cómo quieres que me calme?, hablas de mi Tigre – habló mientras tomaba una chaqueta y salía corriendo de la casa.

 

Minutos más tarde estaba en el restaurante y su Tigre se miraba pálido, más de lo que a él le gustaría. Miro furioso a los donceles y pregunto;

-¿Que le paso?-

-Parece que tu niño se atraganto demasiado y vomito – Contesto Makoto, en un tono cortante.

-Solo fue eso o acaso paso algo mas – sospechó viendo serio a Ryota, sabiendo que le había dicho cosas la vez pasada a su esposo.

-No Aomine-san – habló Furihata, nervioso.

-Así es Daiki, vámonos a casa. Quiero descansar.- le pidió el pelirrojo mientras se aferraba a los brazos del moreno.

-Está bien amor- respondió Daiki.

 

El camino de regreso fue tranquilo y silencioso, pero la mente de Taiga solo maquinaba una cosa “Tenia que bajar de peso, él no podía estar gordo”.

 

Notas finales:

no es xq sea mi historia pero siento que va linda


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