SungMin se encontraba reparando el corazón de KyuHyun desde que él se había ido en la mañana. El sol del atardecer se filtraba por las pequeñas rendijas de la ventana, las sombras de sus instrumentos parecían pequeños cuadros reflejados en la pared. Min se recostó contra la mesa, no había descansado, le estaba resultando muy difícil reparar su corazón. Luego de varios intentos logró unir las piezas y soldar algunas fisuras, pero aún se veía muy mal. Varios trozos estaban tan lastimados que al mínimo toque se desintegraban.
SungMin suspiró cansado. Si seguía así, para el viernes el corazón de KyuHyun no estaría listo.
Su última opción sería…
-Hola. –SungMin giró rápidamente.
KyuHyun se encontraba en el umbral de la puerta sonriendo con sus manos estiradas, en ellas se encontraba una pequeña caja de color rosa con un lazo violeta sobre esta.
-Kyu…
-¿Cómo va el trabajo Min?
-Eh! –SungMin ojeó el corazón de Kyu detrás de él. Lo pensó un poco y al final solo dijo: -Bien.
-te traje esto. –KyuHyun caminó hasta la pequeña mesa que tenía Min y dejo la caja en su superficie. La abrió dejando ver un exquisito pastel de fresas. –espero que te guste. No sabía que sabor…
-¿Fresas? –dijo Min interrumpiendo a KyuHyun observando el pastel con una enorme sonrisa. –me encantan las fresas. Heenim las trae a veces.
-entonces te gustará.
Min corrió hasta la mesa arrodillándose y colocando sus brazos en la mesa, apoyando su mentón en sus manos. Sus ojos brillaban observando detenidamente los detalles del pastel.
Kyu sonrió satisfecho. –ten. –le tendió una pequeña cuchara. –pruébalo.
Min la tomo con rapidez y hundió el cubierto en la suave crema que cubría el pastel. La llevó a su boca gimiendo con deleite al sentir el dulce sabor del postre.
-mm… delicioso. ¡Wow! Nunca había probado algo así. –Min siguió llevándose pequeñas cucharaditas del pastel a la boca, sonriendo con cada probada.
KyuHyun solo lo miraba. Estudiando cada detalle de su rostro. Sus tiernos ojos, sus mejillas redondas, su pequeña y perfilada nariz y… sus labios. Nunca había visto unos labios así, tenían la forma perfecta de un corazón, rosados y voluptuosos. Sin querer se vio acercándose a SungMin, pasando su mano por la mejilla del castaño.
Min estaba tan concentrado disfrutando el pastel que brincó del susto cuando sintió una delicada mano acariciar su mejilla, aun con la cuchara en su boca giró su rostro observando a KyuHyun.
-due. –rió al escuchar su voz sonar así. Dejó la cuchara sobre la mesa. -¿Quieres pastel? –estaba tan delicioso que casi se había comido todo el pastel. Ahora solo quedaba una pequeña rebanada. Quizá KyuHyun estaba molesto porque se lo comió todo. –Kyu… -tomó nuevamente la cuchara recogiendo un poco de pastel. Lo acercó a los labios de Kyu. –lo siento… debí haberte dejado algo. –susurró SungMin con culpa.
-¿Qué? –KyuHyun movió la cabeza en forma negativa. –no me gustan los dulces. –le quitó la cuchara y la llevó a la boca de Min. Él aceptó gustoso el bocado de pastel. Volvió a gemir de gusto, el pastel era delicioso, cerró los ojos inconscientemente disfrutando del sabor.
Una extraña sensación abarcó sus labios. Abrió los ojos y vio a Kyu frente a él. Sus labios estaban presionados juntos. KyuHyun lo tomo de la cintura acercándolo más a su cuerpo.
Min no sabía que hacer, no entendía la razón de este gesto. Dejó de pensar en todo y cerró los ojos nuevamente.
“Esa sensación. Por eso todos vienen a mí… para sentir nuevamente este sentimiento, a pesar de sufrir anteriormente… ellos no pierden la fe. Ellos anhelan volver a amar”.
SungMin apoyó sus manos en los hombros de KyuHyun. No estaba siendo muy racional pero… todo esto… ayudaría a SungMin a reparar su corazón.
Por otro lado KyuHyun estaba eufórico. No pensaba besar a SungMin, pero verlo saborear aquel trozo de pastel, disfrutarlo con tanto deleite, terminó de romper si control y no logró contener sus deseos.
El primer contacto con los labios de SungMin le supo a ambrosia. Era obvio que Min no había besado a nadie y por muy retorcido que se escuchara, Kyu hubiera bailado la macarena en esos instantes solo con aquel conocimiento.
El dulce del pastel y la esencia única de SungMin tenían a KyuHyun al borde del climax, si no se controlaba, estaba seguro de que no dudaría en tirar a SungMin sobre el heno y poseerlo.
Delicadamente se separó de Min, notando que él seguía con los ojos cerrados, sus mejillas mostraban un lindo tono carmín. Dio un último beso a aquellos labios tan exquisitos y se alejó.
-creo… que es hora de que me retire. –sonrió el mayo levantándose. –Adiós. –se despidió saliendo de la casa.
SungMin seguía con las rodillas plantadas en el piso de tierra. Respiró unas cuantas veces y se levantó dirigiéndose a su mesa de trabajo. Su corazón aún seguía latiendo rápidamente.
-estás listo corazón. –susurró pasando su mano por su pecho.
Los primeros rayos de luz solar se filtraban por los orificios de la pared. Al parecer se pronosticaba un hermoso día.
-¿Por qué siempre lo haces? –Dijo serio HeeChul sentado en la mesa con sus piernas cruzadas.
-Hola Heenim. –saludó cansado SungMin.
-es que deseas morir… porque sacrificarte así por alguien que ni siquiera conoces.
-tu no lo entiendes HeeChul. –Min dejó el corazón de KyuHyun en un bonito cofe de cristal rosa y se sentó frente a HeeChul. –no se lo digas. –pidió.
-no te entiendo… si sigues haciendo esto… uno de estos días no sobrevivirás.
-estás preocupado. –rió Min.
-no digas idioteces. Solo no creo que ese hombre merezca una parte de tu corazón. A decir verdad, no creo que nadie sea lo suficientemente bueno para merecerla.
-yo solo deseo que sea feliz. –SungMin se levantó pero sus piernas no obedecieron y cayó.
-lo ves… ahora dime porque utilizaste más de lo necesario.
-estabas espiándome. –Min se encontraba de espaldas a HeeChul aun en el suelo, mirando sus piernas. –él se casará con otra.
-lo sé.
-entiendes porque… si no será tuyo entonces porque te empeñas tanto en salvarl.
-no lo entenderías. Alguien que no posee un corazón no sería capaz de comprender la fuerza de los sentimientos.
-¿Sin corazón? –HeeChul llevó su mano al pecho, levantando parte de su capa roja y observó el agujero que había en su lugar. Paso su mano por el orificio, notando el frío que emanaba.
SungMin se levantó caminando hacia él tocando su pecho. Min amaba mucho a HeeChul. Él había sido el único que no lo abandonaba luego de conseguir lo que deseaba. El corazón de Hee había estado demasiado dañado, Min no había podido hacer nada para restaurarlo. Milagrosamente HeeChul logró sobrevivir sin necesidad de uno, pero todas las emociones y sentimientos humanos eran desconocidos para él.
-te quiero. Lo sabes verdad. –habló Min tomando su rostro entres sus manos.
-lo sé. Me lo dices a menudo… aunque no entiendo lo que significa.
-¿Quisieras tener un corazón?
-no quiero corazones… yo los vendo. ¿Lo olvidas?
-¿Por qué no deseas uno?
-porque los humanos son todos tan egoístas. –apartó las manos de Min. –y déspotas. Prefiero ser frío a tener aquellos sentimientos tan repugnantes. –sotó con asco.
-y sí te diera el mío. –Hee lo miró sorpredido. –me darías tu corazón.
-yo no he experimentado esas emociones ruines que tu afirmas… si las tuviera no podría arreglar corazones… así que. ¿Lo quieres?
-¡Sí! –exclamó. –un momento… que pasará contigo si haces eso.
-nada.
-¿Nada?
-sol espera hasta el sábado.
-el… sábado. ¿Por qué?
-necesito asegurarme de que mi último trabajo tuvo éxito.
-lo dices por la boda de KyuHyun.
-deseo poder ver que consiguió ser feliz.
-Minnie…
-Hola. –KyuHyun entró sonriente con un gran ramo de flores. Se acercó a SungMin besando su mejilla y entregándole los hermosos lirios que llevaba.
-Oh… Hola Hee.
-¿Qué haces aquí? –reclamó Hee sin moverse.
-vine a secuestrar a SungMin.
-¿Qué? –dijo esta vez Min.
-te estoy invitando a salir.
-¿Por qué? –dijeron Hee y Min al mismo tiempo.
-Bueno… has salido alguna ves de este lugar. –dijo KyuHyun girándose para ver a Min.
-no lo ha hecho… Tal vez debas dejar que Kyu te secuestre Minnie. –dijo HeeChul sonriéndole sinuosamente a Min.
-¿Minnie?
-así le llamo yo… ¿Tienes algún problema con eso?
-no. Solo… podría llamarte también Minnie.
-Eh! –SungMin se sorprendió un poco. –supongo que no habría problema. Yo… he… iré a poner las flores en… agua. –Min desapareció tras el segundo compartimento de la pequeña casa.
-HeeChul. –KyuHyun se sentó a lado de Hee.
-¿Qué? –dijo el renuente mirándolo con desconfianza.
-podrías ayudar a Min a probárselo.
-¿Qué es esto? –tomó la caja que le entrego Kyu.
-ropa. –contestó.
-¿Ropa?
-algo me dice que Min no tiene más que esos enormes overoles y desgastadas camisas.
-bueno… en eso tienes razón. ¿Por qué quieres que se cambie?
-porque lo llevaré a conocer la cuidad.
KyuHyun salió dejando a Hee con la caja en sus manos. Un ruido llamó su atención. Dejó la caja y se acercó a la mesa de trabajo de Min, observando todo hasta que otra vez aquel sonido hizo eco en la habitación. Hee siguió buscando entre las cosas de Min hasta que dio con el cofre que guardaba el corazón de KyuHyun.
HeeChul lo abrió cuidadosamente. Se suponía que este debía de estar en reposo por unas horas hasta que las partes del corazón de Min se acoplaran. Cada vez que Min hacía esto ocurría lo mismo. Los corazones tardaban un día completo en que sus piezas volvieran a solidificarse.
-¡Qué rayos!
El corazón estaba latiendo y no solo eso… ¡Brillaba! No se parecía en nada al corazón que vio cuando Min lo guardo hace unos instantes. Este corazón estaba envuelto en unos destellos tan rojos y llenos de vida.
-él está enamorado.
-¡KyuHyun!
Hee rápidamente cerró el cofre y se alejó del lugar para volver a sentarse en la mesa con su usual posición despreocupada.
-y KyuHyun…