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Painful love por Jesica Black

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Capitulo XI: Decisiones acabadas

 

                Ocho meses atrás.

 

El pequeño automóvil de Krest corría por las carreteras a una velocidad óptima. Sus ojos solamente se concentraban en la ruta mientras intentaba buscar en el mapa del carro una estación de servicio para cargar nafta. Se preguntaba si era una buena idea, pero no tenía pensado abandonar jamás a sus hijos. Solamente convencería a Aeneas de volver, esta vez, permitirle llevarse a Dégel y Camus consigo, pues no podía evitar dejarlos y unirse a lo que proponía su amante.
Su mirada triste no podía albergar en su corazón una decisión como esa, tal vez y sólo tal vez debería decir por primera vez la verdad, comunicarle a Aeneas que tenían un hijo, juntos. Giró la cabeza para ver las cajas de libros que llevaba con él y volteó hacia el frente para ver un camión a un lado de la ruta y a un muchacho rubio con el cabello largo delante de él, justo en el medio del camino. Aminó la marcha solamente para darse cuenta que Aeneas estaba dándole la espalda, justo allí. Abrió la boca y detuvo el vehículo para salir de él.

–¡Aeneas! –Gritó, el muchacho siguió dándole la espalda, se acercó un poco más–. ¡Aeneas!

–Krest…. –susurró dándose la vuelta y mirándolo a los ojos, aquellas esmeraldas que adornaban el joven rostro del hombre–. Al fin amor, estamos juntos….

–Necesitaba verte, necesitaba hablar contigo…

–¿Hablar? –Sonríe de costado–. Hablar, no hablaremos cariño….no…

–¿Qué? –Se sorprendió y sintió como dos hombres le tomaban de los brazos–. ¿Qué haces Aeneas?

–No te escaparás esta vez amor….no te escaparás….no me dejarás de nuevo….–se acercó lentamente y sacó un paño de su bolsillo para colocarse en lo cara.

 

                Krest sólo desfalleció en ese momento, no pudo decir nada más. A las pocas horas se encontró en una habitación oscura, encadenado….y a sabiendas que todos en su pueblo pensaban, incluyendo sus pobres padres, que había muerto en un accidente. ¡Un show! Todo un show se había montado Aeneas con la cantidad de dinero que tenía. Sacó un cadáver que no fue reclamado, lo abolló, para evitar que lo identifiquen, le esculpió las uñas, tiñó el cabello y lo cortó, le había quitado la ropa para colocársela al cadáver y lo dejó en el auto que volcó, casi prendiéndose fuego. La policía y los bomberos llegaron rápidamente y rescataron algunas de las pertenencias, dando por muerto al joven Krest que fue identificado por la ropa y por el auto, lo que no sabía nadie es que el mismísimo Diamond jamás había muerto, sino que había sido secuestrado y encadenado.
No pasaba hambre, pero hacía varios meses que no podía ver el sol, ni caminar por la casa, apenas se arrastraba en el cuarto repleto de lujos pero oscuro como su corazón. Extrañaba a sus hijos, los extrañaba con todo el alma y quería verlos. No había una noche que no llorara por su desgracia.

                ¿Por qué un hombre que decía amarlo le hacía algo así? No sabía, pero aun atado, encadenado y sin posibilidad de salir al exterior, todas las noches que Aeneas se acercaba para verle, hablar con él, besarlo y hacerle el amor, él aceptaba ésto, era su destino ser prisionero del amor que sentía por Antares, un amor enfermo que había traspasado a la sangre.

 

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                Actualidad

 

                Dégel había iniciado el papeleo para la exhumación del cadáver de su padre; se quería realizar el ADN así sea lo último que haga. Camus lo acompañaba (también para realizárselo) y le había hablado sobre lo dicho por su madre, pero ninguno de los dos le dio realmente importancia. Kardia, se aburría terriblemente y en ocasiones llamaba a Milo, quien se encontraba completamente devastado por el hecho de estar alejado de Camus, pero no le pedía a Kardia que lo hostigue para volver, claro que no, simplemente disfrutaba con saber que el pelirrojo estaba bien (Además, Kardia no sabía que salía estaba enamorado del sobrino de Dégel), probablemente tenía razón el director, se merecía eso porque fue el que inició todo, aunque la mayoría de sus compañeros se habían olvidado de la broma.
El mayor de los hermanos Diamond últimamente comenzaba a sentirse mal, sus mareos empeoraban, los vómitos comenzaban a ser molestos y a pesar que no comía nada por sus malestares digestivos, no podía evitar tener arcadas. No necesitaba para nada un profesional que le dijera que tenía problemas estomacales, pero aun así Kardia insistía en que sea revisado por si las dudas, ante la negativa del muchacho de cabello verde descolorido.

Pasó así al menos una semana, mientras terminaba de alistarse los detalles, Dégel dejó una muestra de ADN para poder volver a Atenas y comenzar con los estudios nuevamente. Antares le había propuesto que ambos (tío y sobrino, o como ahora eran hermanos) fueran a vivir con él, pero el mayor se negaba tajantemente y su humor iba empeorando cada vez más.

–¿Sabes? –dijo Kardia algo cabreado–. Realmente no te entiendo, a la mañana estás amoroso, a la noche agresivo….me gritas, me golpeaste con un libro….

–¿No te gusta que te trate así? –bufó Dégel y giró su cabeza para ver a Camus dormir.

–Sí, ¡Pero cuando sigue el sexo! No cuando te enojas y encierras en tu cuarto –gruñó, el peliverde cruzó los brazos molesto–. ¡Odio no recibir sexo a cambio mínimamente! No te he tocado desde que llegamos acá.

–Ya te dije que no me siento bien….

–Si, te escuché quejarte todo el camino: que me duele la espalda, que me duele la cadera, que no quiero que me toques….creo que has dicho todas las frases baja miembros que pude escuchar –apretó fuertemente el volante.

–¿Sabes que existe una posibilidad que seamos medio-hermanos? –preguntó observándole, Kardia resopló.

–¿Y eso a mí qué? Si eres mi medio hermano, mi tío o mi hijo me importa un bledo, ¿crees que dejaría de tener el mejor sexo del mundo sólo por lazos sanguinos? –Suspiró pesadamente, sus ojos jamás abandonaron la ruta–. Aun así, me parece que todo ésto tiene un tinte bastante raro.

–¿Por qué?

–Milo me dice que papá se comporta raro, es decir, cuando yo vivía con él hace varios años atrás siempre estuvo algo demente, pero ahora Milo dice que está peor, que casi no lo deja andar en casa y pidió que su madre, Miranda, se vaya de allí….–bostezó y continuó hablando–. No sé qué le pasa al viejo ese.

–Deja de hablar mal de tu padre.

–Disculpe, señor renegado de la familia –le miró de solayo, Dégel frunció el ceño–. Cierto que hablo de su ‘papi’ querido….

–¡Detén el auto! –tomó el volante, Kardia se alteró y giró un poco para apartarlo.

–Espera Dégel ¿Qué crees que haces? –Pisó el freno y Dégel sale del auto rápidamente para vomitar en el pasto, Kardia frunce la mirada por el asco–. ¡Aaaagh, Dégel! Ve a un puto médico ¿quieres?

–Aaagh….cof….cof….–se toma el cabello para evitar mancharlo, Kardia le echa un vistazo a Camus quien duerme atrás y baja del auto para tomar el cabello de Dégel y ayudarlo, éste comienza a toser bastante fuerte–. Cof…..cof….gracias…

–¿No quieres que vayamos a un….?

–¡No! –gritó, Kardia suspira y le ata el cabello con el mismo pelo para que no le moleste.

–¡No entiendo por qué no quieres ir al médico! ¡Realmente me traes más problemas que soluciones, Dégel! –ayuda a Dégel a levantarse, pero éste le empuja–. ¿Qué mierda te pasa?

–¡Yo sé lo que me pasa, déjame tranquilo!

–¡¿QUE MIERDA TE PASA ENTONCES?! –gritó Kardia molesto, estaba comenzando a enojarse de verdad, Dégel le mira con odio.

–¡ESTOY EMBARAZADO!, ¡¿NO TE DAS CUENTA O ERES IDIOTA?! –los gritos se acallaron, Kardia echó dos pasos hacia atrás sorprendido, mientras Dégel se limpiaba la boca con su propia ropa por no tener trapo, solamente había vomitado flema dado que no había comido.

–¿Ha…hace cuánto….lo sabes? –preguntó, Dégel miró hacia otro lado.

–Hace unos días, antes de venir aquí –murmuró, estaba algo nervioso y bastante enrojecido. Kardia se acercó, solamente un paso.

–¿Y por qué no me lo dijiste? –nuevamente cuestionó, ¿eso significa que sería padre?

–Porque no me amas….y aun no sé qué hacer con ésto…..no sé qué debería hacer con el niño…

–¿No sabes que deberías hacer? ¡Tenerlo! ¡Tenerlo Dégel….! Escuchame –le toma del brazo–. Siempre quise demostrar que podía ser mejor padre de lo que Aeneas puede serlo, pero dado que jamás estuve mucho tiempo con una persona, salvo Celestine a quien solamente usaba para ver los movimientos de Unity pero con quien casi no tenía sexo, nunca pude pensar en planificar una familia, además no hay espécimen en la tierra que quiera engendrar un hijo conmigo …..eres la primera persona que soporta mi estilo de vida y a la que pude abrirle mi corazón…

–Suéltame por favor…–sus ojos caídos se encontraban en los zapatos de Kardia, no quería mirarlo a la cara.

–¡Tendré un hijo, Dégel! Y no con cualquiera, sino contigo, eso debe significar algo ¿no?

–Significa que quiero que me sueltes.

–Ay, no empezaremos ahora haciendo la reina del drama ¿no, Dégel?

–Lo siento…..puedo tener una relación sin amor, con sexo agresivo….pero –le mira a los ojos–. No puedo traer a un niño al mundo sin amor….

–Dégel…

–Mi papá lo hizo en su momento….él me dejo con mis abuelos y fui feliz por más que ahora quiera saber si él era mi verdadero padre….pero –le toma el rostro a Kardia mirándolo a los ojos–. Quiero que mi hijo crezca en una familia con amor…

–La tendrá…..que me guste el sexo duro no significa que no pueda amarlos, Idiota….–le abraza–. Necesito amar….enséñame a amar….

–¿Quién me enseña a mí? –sonrió mientras se fundía en su abrazo. Kardia también sonrió.

–Tú ya sabes hacerlo….

 

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                ¿Por qué soy así? ¿Por qué? ¿Me quieren? ¿Por qué destrozo a los que si me quieren? ¿Por qué enaltezco a los que no? ¿Merezco seguir así? Probablemente no, a veces cuando siento que he defraudado a alguien no puedo evitar pensar ¡Milo, eres una decepción! ¿Qué te han enseñado en esta vida? ¿Te han enseñado a defraudar? ¿Te han enseñado a ser lo que eres?
Tardé, tardé muchísimo pero tomé la decisión.
Aquel filo helado que cruza por mi brazo, aquella que derrite mi alma y corta mi piel, dejándome sangrar. Siento dolor, un terrible dolor; pero no puedo evitar pensar que ésto es pequeño ante todo lo malo que te he hecho. Traicioné tu confianza, a la única persona que realmente me quería, porque a pesar que en mis ojos no había demasiado amor (o al menos no el amor que merecías) tú si me mirabas con asombro, admiración y sobre todo cariño.

¡Te extraño Camus! Por favor, perdóname.

 

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                Dégel se encontraba como todos los lunes, listo para trabajar en su sector dentro de la librería. Celestine  y Unity se habían integrado nuevamente a la labor. Kardia cada vez que iba le miraba al mayor de los hermanos Blueice con recelo, y éste a su vez se acercaba mucho a Dégel adrede, pero inocentemente intentando no armar conflicto. Pero en el peliazul, sólo ver esa cara cerca de su ‘pareja’ le producía arcadas.
Uno de esos tantos días, donde Camus había ido a clases temprano y Dégel se encontraba delante de todos, al lado de la caja registradora leyendo un libro, el teléfono sonó. Kardia le miró, también estaba reclinado y aburrido allí, sentado  con los codos en la mesada.

–Podrías atender el teléfono, ya que estas aquí sin hacer nada –masculló Dégel dejando su libro de lado.

–Tú eres el empleado aquí, además con sólo verte leer me siento enfermo –murmuró, el menor tomó el auricular.

–¿Hola?......si….–su rostro cambió rápidamente–. Sí, soy la pareja de Kardia, ¿por qué asunto? –el mayor sonrió al escuchar lo último pero podía observar que la noticia no era linda, la mirada de Dégel cambió y palideció con violencia–. Inmediatamente iremos allá –cuelga y toma su abrigo–. Vamos al hospital Atlas.

–¿Eh? ¿Por qué?

–¡Tu hermano se acaba de cortar las venas!

–¿Milo? –Dégel afirma aterrado e inmediatamente Kardia toma las llaves y corre hasta el auto.

 

                Dégel subió al copiloto lo más rápido que le dio el cuerpo (ahora más abultado), ni siquiera pudo avisarle a Seraphine pero ya se encargaría de mandarle un mensaje, total Unity estaba en la librería encargándose de todo, por lo que se encontraba en buenas manos. El viaje estuvo repleto de terror, el peliverde comenzaba a temblar ligeramente. ¿Qué llevaría a un chico de quince años cortarse las venas de esa manera?
Cuando llegaron, Milo estaba fuera de peligro pero fueron horas difíciles para todos, incluyendo quienes lo atendieron; se había desangrado rápidamente y una de las mucamas lo encontró. Kardia golpeó fuertemente la pared, ni en momentos así su padre había tenido algo de dignidad de aparecerse al hospital, por lo que él se quedaría junto a su hermano todo el tiempo que fuera necesario, no por nada, Milo era su hermanito pequeño al que amaba con todo su corazón.

El celular sonó, Dégel se encontraba en la sala de espera cuando miró el nombre de Camus en la pantalla. Inmediatamente atendió.

–¿Camus?

Tío, ¿dónde estás? Vine a casa y no te encontrabas –Camus parecía alterado y Dégel no sabía el por qué.

–Estoy en el hospital, el hermanito de Kardia está internado por intento de suicidio, acaba de despertar hace una hora y está hablando con él….

¿Hermanito? No sabía que tenía un hermano –susurró, Dégel sonrió.

–Claro, es Milo Antares, creo que va al mismo colegio que tú –inmediatamente el silencio reinó del otro lado–. ¿Camus?

¿Dónde están?

–En el hospital Atlas, es bajando la calle Zeus al 200… ¿por qué? ¿No me digas que vendrás hasta acá?, son varias cuadras, Camus. ¿Camus? ¿CAMUS? –mira la pantalla, había colgado–. Este chico….

 

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                Había recibido unas fotos comprometedoras del celular de Milo con la inscripción: “Úsalas como quieras, lamento haberte herido. Milo”. No pudo sino llamarlo de inmediato y al ver que el celular no respondía fue corriendo hasta su casa. El día había pasado tranquilo desde su re-incorporación al colegio, pareciera que todos habían olvidado su incidente con las fotos y la mayoría hablaba sobre Scapio y su nuevo ataque a un alumno que le costó su carrera profesional. Al llegar a la vivienda y no encontrar a su tío, inmediatamente llamó por teléfono y lo que le dijeron lo sorprendió.

Ahora se encontraba corriendo calle abajo hasta el hospital que podía ver en el fondo, con su mochila en la espalda y su mirada rojiza perdida entre la gente no dudo hasta llegar a su tío, quien esperaba allí con el teléfono en la mano aun.

–¡Tío…! ¿Dónde está? –preguntó, el muchacho señaló una habitación y sin medir palabra.

 

                Ingresó al cuarto donde Kardia estaba sentado junto a su hermano, éste giró la cabeza para ver al chico entrar y caminar suavemente hasta la cama donde Milo se encontraba con los brazos vendados, y sedante inyectado.

–¡Milo! –la mirada del rubio se dirige al pelirrojo, Kardia se levanta sorprendido al ver que el ‘hermanito’ de Dégel se encontraba allí–. ¿Qué demonios haces, idiota?

–¿Eh? ¿De qué hablas? –Camus se le acerca y le abofetea, Kardia se aleja unos pasos al ver ésto quedando pasmado.

–¡Tonto! ¿Por qué hiciste ésto? –Preguntó señalándole los brazos–. ¡Eres un idiota!

–Ca…Camus…. ¿cómo supiste que estaba acá? –Casi no le había dado importancia a la bofetada que había recibido y que su mejilla estaba hinchada.

–¿Por qué? –le preguntó sin responderle la anterior cuestión, Milo bajó la mirada suspirando.

–Yo te lastime… ¿no?

–¡Idiota! No debes hacer algo tan estúpido por mí –se le acerca y lo abraza, Milo abre sus ojos sorprendido–. En el viaje estuve pensando, es parte de mi vida estar con una persona y hacer esas clases de cosas, no hay nadie en ese maldito colegio que no las hagas….no debería avergonzarme de ello, porque estuve con la persona que amaba.

–Ca…Camus…

–¡No vuelvas a hacerlo! –Levanta la cabeza–. Prométeme que no harás ésto otra vez ¡prométemelo!

–Te…te lo prometo…–susurró bajito.

–¡Más alto!

–¡Te lo prometo! –responde, esta vez se escucha mejor su voz, Kardia sonríe mientras Camus se abraza a él (Milo).

                Decide que es momento de dejarlos solos, por lo que se retira del cuarto para ver a Dégel mirando extrañado su celular. Inmediatamente se sienta junto a él y le pone una mano en su rodilla.

–¿Qué sucede?

–Me acaban de mandar por email los exámenes de ADN que me hicieron en Francia –murmuró pestañando rápidamente.

–¿No entiendes francés? –bromeó, Dégel le mira frunciendo el ceño pero automáticamente sonríe.

–No bobo.

–¿Entonces?

–Es extraño…. –suspiró–. Mira, aquí dice que Camus y yo somos hermanos de sangre por parte de uno de los dos progenitores.

–Eso es genial, quiere decir que eres hermano de Camus… ¿no?

–Sí, pero también dice que no tengo ningún vínculo con el cadáver de Krest….–la mirada de Kardia cambia–. Y no solamente eso, Camus tampoco tiene vínculo con el cadáver.

–¡Eso es imposible! Camus y tú son iguales a esa fotografía de Krest que he visto, imposible que no sean hijos de esa persona o al menos que no tengan vínculos sanguíneos –Kardia se levantó violentamente.

–Pues según el estudio, no lo tenemos…..solo existe dos posibilidades –murmuró cerrando con la tapa su celular–. Uno….que Krest no sea mi padre ni tampoco el de Camus, por casualidad nosotros dos somos hermanos….pero Krest no nos engendró….o…

–¿O?

–Que el cadáver que estaba en la tumba de mi hermano no sea de él –levanta la mirada para ver a Kardia, quien estaba con los ojos abiertos de par en par–. Y si es así ¿dónde está el cuerpo de mi hermano? Mamá me dijo que lo reconoció por su vestimenta dado que estaba muy magullado y también el auto….

–¿Puede ser que ese cadáver no sea tu padre?

–¡Tenía su ropa! –se levantó–. Venía en su auto, con sus cosas….si ese no es mi padre entonces ¿dónde está mi padre?

Continuará.

Notas finales:

¡ESTA CON AENEAS! Ah cierto, que no me escuchan jajajajaja bueno espero que les guste este capítulo, me costó mucho terminarlo. Ya está comenzando a palpitarse el final.

ACLARACIÓN: Ante la duda que pueden tener y que a mí también me sorprendió al re-leer este capítulo es que nunca expliqué por qué Camus y Milo no saben que sus hermanos están saliendo. Como bien tienen entendido, Camus y Kardia se conocieron hace relativamente poco, y a su vez Kardia y Milo tienen una buena relación entre ellos y el mayor le comenta lo que hace con Dégel (¡No todo! Pero le contó que será padre y toda esa cosa). Por lo que Milo sabe que Camus es el sobrino de Dégel. Pero a diferencia de ello, Dégel no le comentó nunca a Camus que Kardia es su ‘amante’ por así decirlo (yo creo que es vergüenza por ser sodomizado por el mayor de los Antares) y a su vez, Camus jamás supo que Kardia se apellida Antares (aunque no sé cómo no se da cuenta del embarazo de su tío).

Espero haber explicado esto y que me hayan entendido ¡GRACIAS POR SUS HERMOSOS REVIEWS, YA SON 102! Estaba pensando en hacer un tercer fic pero aún no lo tengo cocinado así que no se emocionen, éste tendría más que ver con la serie real en vez de un UA. Cuando tenga todo listo seguramente lo verán por aquí.


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