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Painful love por Jesica Black

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Capitulo XII: La cura para tanto dolor

 

                Se miró al espejo frente a él, se encontraba ligeramente más delgado, su cabello no había sido cortado en mucho tiempo y fue teñido de color negro, la ropa le quedaba bastante grande pero era una réplica de la que solía usar años anteriores. No estaba triste ni feliz, sino ido, no tenía espíritu y su cuerpo había perdido el alma.
Quería ver a sus hijos, quería abrazarlos de nuevo, pero algo se lo impedía en ese momento, los brazos que le rodeaban con tanto amor, la mirada triste que reflejaba en el espejo, los ojos llorosos y el cabello rubio cayéndole por encima de los ojos. ¡No podía dejarlo, no podía abandonarlo! Pero a la vez, sus hijos le necesitaban, aunque estuviera muerto en palabras, aunque su cuerpo se pudriese, él necesitaba saber que se encontraban bien.
Aeneas había desaparecido unas horas para ir a ver a su hijo, gracias a Krest había comenzado una relación nuevamente con ambos, también el que echara a Miranda de su hogar había ayudado a que la relación con Kardia y Milo comenzara a evolucionar. 
Las manos decayeron a los costados y con una sacó del bolsillo un collar de oro, colocándolo lentamente por el cuello para terminar su obra de arte. Había trasformado a aquel Krest de cuarenta y tres años en un adolescente nuevamente, y le miraba con devoción, aunque esta vez, su cabello rojizo estaba teñido de negro noche.

 

–¿Cuándo podré salir? –preguntó el menor, temblando ligeramente, Aeneas le abrazó.

–Pronto mi amor, muy pronto –le vuelve a envolver–. Te amo, te amo ¿lo sabes?

–Tan enfermo es tu amor….que me enfermas a mí también –susurró bajando la cabeza, siendo abrazado violentamente, esa fuerza que sólo Aeneas tenía sobre él.

–Perdóname, perdóname…...–susurró–. No puedo evitar quedarme aquí, pero tengo trabajo que hacer.

–Lo sé.

–Fui a ver a mi hijo menor al hospital, parece que saldrá hoy a la tarde y necesito que estés conmigo para recibirlo.

–¿Le haz contado lo nuestro? –giró la cabeza para ver al rubio, este negó,

–No.

–¿Cómo me presentarás entonces? –preguntó inteligentemente, Aeneas sonrió.

–Mi nuevo amante……por supuesto –cerró los ojos y lo envolvió más fuerte aun, tanto que deseaba fundirse con el cuerpo ajeno.

–No sé si estás enfermo o enamorado.

–¿Acaso no es lo mismo? –se distanció ligeramente y dio dos pasos hacia atrás, Krest gira, su cabello era tan largo que le llegaba hasta los hombros, sus ojos verdes como siempre y su mirada serena, traía una vestimenta poco usual para su edad pero aun así bastante bien le adornaba.

–Quiero salir de aquí, me has tenido ya ocho o nueve meses ¿no te parece injusto? –Cuestionó acercándose, Aeneas asiste con la cabeza–. Yo te amo, no huiré, pero necesito ver a mis hijos….digo, a mi hijo.

–Hace un tiempo conocí a Dégel….–los ojos de Krest se abrieron de par en par, Aeneas miró hacia otro lado–. Se te parece muchísimo.

–Dégel….–se tapó la boca con la mano y unas lágrimas fluyeron por su hermoso rostro.

–Es tan hermoso como tú, casi ignoraría el hecho que tus padres eran demasiado grandes para tener un nuevo hijo hace diecinueve años….–Krest se dio la vuelta, dándole la espalda al hombre, mientras éste continuó hablando–. También es parecido a Kardia, mi hijo mayor….

–¡No hables más por favor!

–No soy estúpido, Krest…..no soy estúpido como para pensar que tus padres a los cincuenta o sesenta años han podido tener un hijo a esa edad….–le toma del brazo estirando la mano y dándole la vuelta–. ¿Qué es lo que pretendías hacer?

–¿Cómo te enteraste? –susurró, aun con la mano ligeramente encima de su boca.

–No es difícil ver tus ojos en él…..estoy tan obsesionado que me di cuenta que en tu cuerpo hay una cicatriz de una cesaría o algo así…..no sé siquiera como pasó, no tenía idea…que tú….

–Empecé a tomar esas pastillas hace años, aun antes que te volviera a encontrar, es algo familiar –bufó molesto de tener que contarle la historia–. Por lo que mi hijo puede también…..

–¿Qué tomaste? ¿Cuándo? ¿Por qué?

–¡No hace falta que te expliques lo que ya sabes! ¿No ves las noticias acaso? –exclamó–. Cuando supe que Angeline estaba embarazada de quien ahora es tu hijo Kardia, me di cuenta que jamás podría tener un bebé contigo y me frustré tanto. ¡No fue la infidelidad lo que me dañó! Sino que fue el no poder hacerte feliz…

–¡Tú me hacías feliz!

–Silencio, cállate por favor, por amor de dios, por favor…. –levanta la mano y la pone frente a la cara de Aeneas, éste silenció automáticamente–. Yo estoy realmente triste por no decirte sobre Dégel, pero también sabía que ser una familia feliz no estaba dentro de mis posibilidades.

–Krest….

–Yo, soy mediocre, un estúpido iluso que se dejó engañar de joven, que se enamoró tan fuertemente que pensó en abandonar a su pequeño Camus y que dejó a Dégel a manos de sus padres, no sirvo para tener los maravillosos hijos que tengo –utilizó su mano para taparse la cara y llorar a viva voz–. No sirvo…

–Krest, por favor, no digas eso mi amor….–se abraza a él.

 

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                Milo había abandonado el hospital y regresó al colegio con las muñecas vendadas, todos le preguntaron que le había pasado pero el muchacho le ignoró, miraba de solayo a los gemelos con una bronca que le hizo desgarrarse el alma. ¡Ya se las haría tragar! Aun no tenía la menor idea de cómo o cuando, pero estaba seguro que esos dos no se quedarían así como así.
Su relación con Camus mejoró considerablemente y se sintió por primera vez en su vida amado, no es como si todo hubiera surgido de la nada, claro que no. Camus había ido todos los días a verlo luego de su intento de suicidio, además que le llevaba flores, caramelos y chocolates que algunos de los compañeros le entregaban a él y se las mandaba directamente.
Algunas noches se quedaban conversando, y en ocasiones Camus se dormía con medio cuerpo encima de él y Milo lo cubría con las sábanas.

                Uno de esos tantos días donde el rubio llegó temprano, sonrió para sus adentros y caminó hacia Camus, quien se encontraba repasando para el examen de Biología. Milo tomó un mechón de los largos cabellos de Camus, lo que hizo al chico alertarse.

–¿Qué haces? –preguntó sorprendido, Milo sonrió.

–Tengo lo que Saga y Kanon necesitan por haberte hecho lo que te hicieron –Sacó de su mochila unas impresiones, el pelirrojo miró sorprendido.

–¡Por dios! ¿Qué es eso? –preguntó, Milo sonrió.

–Es la clave de mi éxito, las conseguí muy baratas de un amigo de mi hermano, ¿eh? ¿Qué tal? Parece que los hermanitos se lo tenían escondidos. Chantajeémoslos con ésto.

–¿No sería caer tan bajo como ellos? –el mayor piensa y asiste con la cabeza.

–Ellos se lo buscaron, te hicieron pasar un mal rato.

–No….tú se las mandaste las imágenes y ellos se aprovecharon. Así que tú tienes la culpa –Milo refunfuña y Camus sonríe ante este gesto simpático–. Tranquilo, ya no estoy enojado.

–Gracias a dios…–le tomó la mano y miró una a una las uñas pasando el dedo–. Camus ¿tú piensas que es hora de…..ya sabes?

–¿Qué?

–Hm…..que le pongamos “nombre” a nuestra relación –Camus se sorprendió y le miró de una manera que Milo no conocía, pero que estaba a punto de volverse cotidiana.

–¿Me estas proponiendo ser novios? –cuestionó, asiente con la cabeza y sonríe–. Bueno, si lo pones así.

–¿Hm? –Milo levantó la mirada y Camus le envolvió en un abrazo.

–Me has gustado desde el momento que te vi….pero como siempre te las ingeniabas para hacerme rabiar, pensé que nunca podría estar a tu lado –murmuró, Milo le da un beso en la boca y se separan lentamente de forma instantánea al observar la llegan de los compañeros.

–Buen día –habló Aioros y se sentó detrás de Camus–. Camus, tienes un letrero en la espalda.

–¿Qué? –Camus observa con odio a Milo, que sonríe–. ¿Qué dice?

–Propiedad de Milo Antares, no te acerques o te patearé el trasero… ¿quieres que te lo quite? –Camus sonrió.

–No, déjalo así jajaja….

–¿En serio? –preguntó dudoso, Shaka se sentó del otro lado junto a Camus con un pasillito entre ellos.

–Seguro

 

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                Kardia ingresa al local donde Dégel trabajaba en la registradora, había tenido mucha actividad esa misma mañana por lo que en la tarde se relajaban bastante. Unity le miró de reojo al verlo entrar y le echó una mirada asesina. El peliazul se acercó a Dégel con una bolsa de papel madera y la colocó frente al muchacho, le miró con una sonrisa de oreja a oreja  y pudo notar que su compañero no le prestaba absoluta atención. Bufó algo molesto y golpeó la mesada para hacerle reaccionar.

–Kardia, estoy trabajando –susurró, el mayor se inclinó en la mesa y le observó fuertemente–. ¡No vuelvas con ese tipo de seducción, porque me enfermas!

–Puedes tomarte dos minutos para que te dé algo ¿no? –Dégel volteó con cara de pocos amigos y arqueó la ceja–. Tengo algo muy especial para ti. Aquí, en esta bolsa.

–Si es un nuevo vibrador te juro que…

–No, no, no….no es nada sexual, te lo garantizo –le extiende la bolsa y el chico la toma en sus manos, era liviana, pero le causaba mala espina–. ¿Qué?

–No confió mucho en ti, Kardia.

–¡Ay por favor! Me lo dices ahora que tienes un bombo, era normal que me lo dijeras hace cinco meses atrás, pero ahora…. –empuja la bolsa que Dégel extendió nuevamente hacia Kardia–. Es tuyo.

–No sé…. –pone la bolsa en la mesa–. Algo que venga de ti no es muy……común, sobre todo para menores de edad.

–¡Por favor, Dégel! Hemos hecho cosas peores que abrir una bolsa, si quieres la abro yo –desprende el sticker que la cerraba e inmediatamente saca de allí dos escarpines (botitas tejidas para bebés)–. ¡Mira! ¿No son hermosos?

–¿Qué…..qué es eso….?

–Escarpines, tonto. Para el bebé –Dégel no podía con su sorpresa y obviamente miró a su compañero completamente pasmado.

–¿Escarpines? –preguntó sin entender, ¿acaso Kardia le estaba haciendo el primer regalo a su nuevo hijo? –. Kardia…

–Quiero que los tengas, es para el bebé, en realidad no sabía si sería niño o niña así que compré dos azules y dos rosas….–estira la mano y la apoya en el vientre algo abultado–. ¿Sabes? Seré todo un sádico perverso en la cama, pero amo a mi hijo, tonto.

–¡Ya lo sé! –Le aparta la mano–. Sólo que, me da…..me da una sensación rara…..que te preocupes por el bebé.

–Bueno, es nuestro hijo ¿no? –El peliverde sonríe de costado–. Además quiero mostrarte que soy más que un psicópata loco que viola a muchachitos como tú jajajaja.

–Lo sé, dejaste de ser eso cuando supe tu historia, Kardia….–abre la caja registradora para guardar algunos billetes que estaba acomodando.

–Quiero que me acompañes a mi casa a la tarde, tengo algunos juguetes y ropa de bebé en mi cuarto, los tengo guardados todo encima de mi mueble, quiero que los veas y elijas los que te gusten para llevarlos. También tengo la antigua cuna de Milo guardada en el ático –se rascó la cabeza y continuó–. No es que no tenga plata para comprarle cosas nuevas al niño, pero quiero que tenga algo mío….tal vez te guste….

–Es un lindo gesto –susurró, muy bajito.

–¿Estás arrepentido de tener un hijo conmigo?

–¡No…….! Sé que elegí un buen padre para mi hijo.

–Y yo elegí un buen chico para mi vida…. –le toma la mano.

–¡KARDIA! –un grito le hizo darse vuelta para ver a Celestine, quien había dejado atrás el yeso, se había incorporado hace unos días pero no había tenido la posibilidad de encontrarse cara a cara con su ex novio–. Tú, hijo de puta….

–¿Cómo está tu pierna, cariño? –sonrió de costado, la muchacha se le acerca con una mirada repleta de odio.

–¡Eres un infeliz! Y ahora te veo de romántico con ese…..con ese….–Dégel dio un paso atrás ante la histérica muchacha que le señalaba.

–No te atrevas a ponerle una mano encima o te la sacaré del cuerpo… ¿me escuchaste? –la mirada desafiante de Kardia se hizo presente de inmediato, y Celestine suspiró.

–Ésto no se quedará así Kardia, sé qué esperas un niño con ese idiota….pero no te preocupes, así como tú me tiraste de una patada por las escaleras, te quitaré a ese niño de una patada también –feroz como cualquier otra se dio la vuelta y salió de allí, dejando a Dégel más asustado aun y con el jesus en la boca.

–No le tengas miedo –masculló con rabia y se dio la vuelta para ver como el muchacho se aferraba a su vientre y cerraba los ojos–. No dejaré que respire a tu lado, te lo prometo.

–¿Por qué quiere hacerle eso a mi hijo? –susurró, con bronca, con odio, con asco.

–Por qué se trata también de mi hijo y no me quiere ver feliz…..tú tranquilo –se le acerca para abrazarlo, Dégel le devuelve el abrazo.

–¿Y si quiere matar a mi bebé? Se la ve loca, puede hacer cualquier cosa…

–Puede, pero no lo hará –Kardia gira su cabeza y mira con odio la puerta donde se había ido–. Así sea lo último que haga, protegeré a mi hijo.

–No quiero que pienses que soy débil….–musitó cerca del oído del joven–. Yo también lucharé por él….

–Lo sé, Dégel…..lo sé.

 

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                ¿Existe una cura para el dolor? ¿Existe? Necesito eso, necesito esa cura para no seguir llorando. Necesito entender la cabeza de mi amante, necesito poder expresar lo que quiero y ser fuerte. Al fin de cuentas, es un dolor tan inmenso que creo que moriré encerrado.
Se abrió aquella puerta que separaba mi agonía del destino, y me permitió salir. Caminé por los extensos pasillos y bebí de la fresca agua que las mucamas me daban. Pude notar los ojos celestes de Aeneas impregnados en su hijo más pequeño, al igual que su cabello.
Me presentó como su nuevo amante, sin decir mi nombre, a nadie le importaba tampoco. Y le abracé fuerte, era de la misma edad de mi hijo, por lo que me permitió padecer ese sentimiento que había anhelado, el sentimiento de ser padre.

Necesito ver a mis hijos, huir pero sin huir, con verlos en foto me conformo, pero Aeneas siempre estaba allí, observado, temiendo, y Milo podía olerlo en cada momento. Me pregunto ¿cuánto más aguantaré con este dolor?

 

Continuará.

Notas finales:

Hola gentuchita, antes que nada quiero avisarles que es probable que haga otro fic pero me tardaré un poco, no quiero darles algo mediocre y necesito ajustar algunos detalles, así que esperenlo ¿Si? Sé que ustedes gustan de leer buenos fics con buena escritura y siento que mientras más largos son más se me va el cansancio y desgano por lo que me tomaré todo el tiempo del mundo para hacer algo de calidad.

Hasta ahora solamente tengo una duda existencial pero parece que será nuevamente un AU, con Kardia y Dégel como absolutos protagonistas y Camus con Milo la relación de atrás. Hasta el momento casi siempre Camus y Milo tenían más preponderancia en el escrito que sus antecesores (o igual), pero puede ser que esta nueva historia los tenga un poco de fondo.  También tendría violación, tortura y sadomasoquismo, además de muertes de personajes (calma, serian personajes OC XD)

Bueno eso es todo ¡Saludos!


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