Capitulo XVI: Epilogo.
Fin……
Fue lo último que puso mientras tecleaba suavemente en su computadora. Sonrió y tiró hacia atrás su hermoso cabello mientras se levantaba dispuesto a imprimir. Suspiró, ese libro le había llevado al menos todo un año, y le dolía enormemente tener que dejar esa desgarradora herida en el vientre de sus lectores, pero lo mejor era terminar de una manera abrumadora una historia igual de abrumadora.
Su vientre hinchado daba la señal que estaba a punto de parir su tercer hijo y no era para menos, se había casado hacía tres años y llevaba una cómoda vida en un paraíso terrenal, cerca de las playas, con un aire fresco y puro que embriagaba.
Respiró profundamente y acomodó las hojas que salían de la impresora dispuesto a llevar a la editorial su libro más reciente: Painful love.
–¡Mi amor! –Gritó un muchacho de mediana edad mientras caminaba por los pasillos–. Mi amor, ¿haz visto mis pantalones vaqueros? –preguntó; el más joven giró y le observó.
–¿No están para planchar? –cuestionó a lo que el muchacho niega con la cabeza.
–No, cariño. Si estuvieran ahí iría a buscarlos…..–se acerca y le toma de la cintura–. Este bebé ya quiere nacer, espero que sea niña.
–Sigue soñando porque también es niño –bufa el muchacho.
–¿Ya terminaste de escribir? –Le besa la mejilla–. Me gustaría tener ese talento que tienes, pero no me fue heredado a pesar de tener el mismo padre.
–Kardia, me haces cosquillas –Dégel se apartó–. Y yo al menos usé el intelecto que me dio papá….
–¿De qué se trata su historia oh gran Dégel Antares? –hace una señal como si se estuviera presentando a una excelencia.
–Compra el libro y léelo cuando esté listo –susurró, Kardia bufó.
–¡Pero hasta que llegue a la editorial y se imprima pueden pasar varios meses amor, anda, dame una pista!
–Bueno….es una historia de lo que hubiera pasado si papá y mamá no se hubieran casado y mamá no le hubiera dicho a papá sobre mi nacimiento –cruzó los brazos y miró a su marido–. Probablemente tú y yo no hubiéramos sido tan unidos y te hubieras convertido en un idiota insolente.
–¡Oye! Siempre fui alegre y desinhibido, ¿por qué piensas que sería un idiota? –preguntó burlón, Dégel sonrió.
–No sé, llámalo sexto sentido.
–Bueno, aun así papá Aeneas y mamá Krest pudieron hacer de nosotros una gran familia. Nació Milo y Camus….mellizos.
–Si, por supuesto, mellizos incestuosos –niega con la cabeza y Kardia se ríe.
–Tú y yo también hacemos incesto a menudo ¿quieres que te lo recuerde? Hay dos razones allá afuera –sonrió acariciando el vientre–. Y una acá.
–Tú y yo no somos hermanos completamente de sangres como Camus y Milo, idiota –Kardia se acerca y lo besa suavemente, Dégel le acepta.
–Eso no quita que tuvieran gemelos hace dos meses atrás….–le acaricia el vientre–. Bueno, otro niño.
–El tercero….
–El tercero ¿y a éste como quieres llamarlo? ¿Algo poético? ¿Tal vez Heart o algo así? –preguntó, Dégel sonrió.
–Heart suena atrevido, me gusta…..–le abraza.
–¡Mamá, mamá! Mira lo que me hizo en el cabello –un pequeño de cabello corto y rubio apareció de repente mostrando a sus padres que su hermanito menor había puesto goma de pegar en su cabello–. ¡Castígalo!
–Tiene cuatro años….–regañó Kardia–. Tú eres dos años mayor, ve y golpéalo.
–¡Kardia! –esta vez era Dégel quien retó a su marido, el cual sonríe.
–¿Qué haces mami? –preguntó el pequeño, Dégel le muestra las hojas.
–Es la nueva novela que publicará mamá…..Painful love….
–¿Y de qué trata….? –preguntó, Dégel sonrió y miró a su esposo.
–Es una historia de lo que podría pasar….
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–Milo, quiero dormir…no sé si sabes lo que significa –habló Camus desde el pasillo, llevaba el cabello rojo recogido, unos shorts de color blanco de tela liviana y una camiseta de igual tono.
–Ya lo sé, pero empieza este programa que tanto me gusta y no quiero perderme el final…por cierto, Dégel llamó, dice que mañana hará el baby shower del tercer principito –sonrió mientras ponía los pies encima de la mesa ratona, llevaba sólo unos bóxer negros y con su mano cambiaba los canales apretando los botones de control.
–Lo sé –camina hasta el sillón donde se encuentra su novio y se sienta–.Tendrá a su tercer bebé, agradezco que los gemelos se durmieran rápido.
–Los nenes duermen 23 horas al día, sólo se levantan para llorar, comer, hacer sus necesidades en el pañal e interrumpir el sexo –se quejó.
–Tú quisiste tenerlos…..además, solo a ti se te ocurre tener sexo cuando los nenes quieren comer.
–No, no, no, mi pequeño pelirrojo, yo quería tener sexo contigo, no tener hijos –Camus entonces sonríe y se le coloca encima, sentándose en sus caderas–. ¿Qué haces?
–¿No querías tener sexo? –Preguntó, Milo pestañó varias veces–. Elige, tu programita, o 40 kilos de carne francesa….
–Por supuesto que cuarenta kilos de carne francesa, mientras tú soportes la delicia griega…
–No eres griego, nacimos en Francia…
–Papá es griego y es suficiente para mí –Camus se baja y le besa suavemente mientras Milo presiona sus manos en las nalgas–. Hmmm….delicioso, me gusta que recuperaras tu cuerpo rápido después de parir gemelos.
–¿Y quién tiene la culpa que pariera gemelos? Yo esperaba uno….no dos….
–¿Crees que yo mientras te follaba decía ‘no, espera, mejor me vengo despacio dentro porque si no es así, tendre dos nenes’? ¡Claro que no!, yo sólo pensaba en lo bueno que estabas….
–Carne francesa…
–De primera calidad bebé, ahora dame más cariño, ya ni me importa lo que miraba, es más ¿qué estamos haciendo acá? Vamos a la cama….–lo levanta en brazos apretándolo de atrás mientras lo besaba, guiaba el cuerpo por los extensos pasillos.
Fin….