Capítulo 10 El banquete comienza
La cena empezaba con la promesa de ser inolvidable, aunque la gente realmente importante como el Duque y sus acompañantes estaban acostumbrados a ese trata en la región no solían darse ese tipo de eventos con frecuencia, llegaron algunos señores de casa menores ataviados elegantemente y pronto el salón estaba lleno.
-Dios mío ¿por qué quiere qué este aquí?- comento nervioso Lee al caporal de la hacienda.
-Probablemente quería un pretexto para verte vestido de manera elegante.- afirmó riéndose de la manera en que su compañero jalaba el cuello de su camisa.
-No juegues conmigo ¿cómo alguien puede andar con esta ropa?
-Te acostumbraras.
-¿Qué se supone que debo hacer?
-Sólo me dijo que te trajera aquí, y que siguieras el ejemplo de Naruto. Probablemente te pida que sirvas su vino arregles su servilleta, verifiques que su cabello no se despeine cosas así.
-Ja ja ja creo que eso puedo hacerlo.
-Lee ven conmigo- ordeno el marques llevándoselo con él.
-¿De qué hablaban tan alegres?
-Nada importante señor.
-Yo seré quien juzgue eso así que no me hagas preguntar una segunda vez- amenazó mirándolo de frente a unos centímetros de su rostro.
-Sólo comentaba que me es extraño este tipo de ropa señor.
-Supongo que así debe ser.- habló imaginando que aquello ciertamente podría ser causa de risa para el capataz volviendo a caminar por el salón.- Aunque no te va mal sin duda te prefiero desnudo y abierto para mí.
Murmuro en un tono tan calculador y lascivo a la vez que incluso Lee no pudo evitar sentir como se le revolvía el estómago.
-¿Cuáles serán mis deberes en este lugar señor?- preguntó tratando de sonar calmado.
-Ayudaras a servir el vino.
-Claro señor.- el mozo hizo una reverencia para acudir a atender su encargo cuando el otro le detuvo por el brazo y susurro a su oído.
-Y mantente cerca.
-Sí señor.
-Me extraña que su prometido no pase cada segundo a su lado señorita Hinata. Pero por lo que he visto parece no despegarse de ese jovencito rubio.- habló el marqués Inuzuka acercándose a la novia entregándole una copa de vino.- Se ve hermosa esta noche.
-Es usted muy amable señor…..
-Por favor sólo llámame Kiba y permítame hablarle simplemente por su nombre.
- Esta bien Kiba.
-¿Y desde cuando conoces a tu prometido?
-Hace muchos años desde que éramos niños.
-¿Y te agrada?
-Discúlpame pero creo que esa pregunta es ruda y de mal gusto.
-No es algo difícil de contestar ¿te agrada el sujeto o no?
-Señor no creo que sea una conversación apropiada y lo mejor será que me retire.
-Está bien, está bien, retiro la pregunta, no me dejes solo en este salón. Prometo no volver a tocar el tema. Es más escoge tú un tema.
-De acuerdo entonces me gustaría que me hablaras del lugar donde vives.
-Creo que te gustaría.- comenzó su relato sentándose junto a ella en la mesa principal.
Lee sonreía a pesar de sentirse como pez fuera del agua. Miraba a Naruto que parecía ser el copero exclusivo del vizconde y trataba de comportarse como él, después de todo le había dicho que cuando tuviera duda actuara como él, quien ya se había acostumbrado a esas reuniones. Su amigo de hecho no parecía muy feliz y había notado como de hecho en algunas ocasiones su cuello se había tensado al recibir alguna orden al oído de su patrón. Y comenzó a preguntarse si, no lo mejor es que no dejara volar su imaginación.
-Espero que mis caballos se encuentren bien. No me gustaría pensar que te escabulliste aquí abandonando tu trabajo.- dijo el pelirrojo
-Yo jamás haría eso señor, estoy aquí porque me pidieron mi ayuda como copero.-respondió girando alegre de escuchar una voz conocida, conocida hacía unas pocas horas pero aun así el Duque había sido verdaderamente amable.
-Ya veo en ese caso ¿podrías?- pidió levantando la copa en su mano. Notó como el chico sonrió atendiendo a su petición, también pudo ver como sus modales no eran del todo lo que se esperaría de un sirviente acostumbrado a los banquetes, pero eso era lo que le agradaba de él parecía ser alguien directo, honesto y positivo al punto de lo ridículo. Esta última una cualidad que normalmente lo haría alejarse de él pero arena había visto algo en él y quería averiguar que era.
El vizconde lo llevó lo más lejos posible y se colocaron detrás de las cortinas en un balcón lo acorraló entre el muro y comenzó a besarlo demandante yendo hacia abajo recorriendo su cuello mientras acariciaba su pecho por sobre la ropa.
-Señor por favor …. Alguien podría vernos… mnnh
-Por eso mantente callado.- habló regresando a sus labios mientras colocaba sus manos sobre sus nalgas acariciándolas y apretándolas duramente haciéndolo gemir suavemente. –Eres tan caliente Naruto.- murmuró sobre sus labios.-Ya no aguanto.
-¡NO! Por Favor señor, si alguien nos ve…- suplico una vez más al ver como el sujeto bajaba sus pantalones.
-Ya te dije sólo mantente callado.- pronto lo desnudo de la cintura hacia abajo y llevando sus piernas hasta su cintura lo penetro despacio, el rubio respiraba acelerado, lo abrazaba fuertemente por sobre los hombros y se mordía los labios tratando de acallar sus gemidos.
-Ammn mmnh dess…pacio por…favor mmnh.- pidió cerrando fuertemente los ojos.
-Lo haces bien sigue mmn así.- susurro sobre su cuello mordiéndolo suavemente.
-Despa aamnh nnmnh.- hacía lo mejor que podía tratando de hacer el menor ruido posible pero a su señor parecía no importarle demasiado cada vez más rápido.- Por fa….vor mmnh ammnh aamn.
-Si Mnnh así resiste mmnh. Gimió ronco embistiéndolo violentamente.
-Aaamnh nomnh nnmnh Dios nnoo pue…- Ya no aguantaba tenía que gritar sus ojos lloraban copiosamente sintiendo la velocidad del pelinegro luego la embestida que lo lleno con la semilla del vizconde mientras este mordía fuertemente su cuello. –Ammnh mmmnh!- gimió fuerte a pesar de morder el interior de su mano derecha tratando de guardar silencio.
-Bien hecho.- afirmó al observar al chico frente a él, algunas lágrimas cubrían su rostro y había un hilo de sangre que iba de sus labios hasta su barbilla.- Bien límpiate un poco y espera un poco antes de salir.- ordeno al tiempo que tomaba su mano derecha y lamía la herida que el rubio de había infligido.
El ojiazul obedeció al pie de la letra aunque no entendía como era que nadie los hubiera escuchado, salió con la mirada baja cuando se topo de frente con el marqués de ojos lilas tomando una copa con el vizconde.
-Te debo una.- le dijo el menor de los Uchiha.
-No fue nada. De hecho fue divertido.- aseguró sin siquiera voltear a mirarlo –Ahora acompáñame que la fiesta continua y la gente a preguntado por ti.
Continuara…………..
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