Capítulo 11 fin de la velada.
-¿Qué le ha parecido su instancia hasta el momento Duque Gaara?- preguntó Itachi al pelirrojo mientras dejaba el cubierto sobre su plato.
-A pesar del hecho de solo llevar unas cuantas horas aquí debo decir que me parece un lugar agradable hay cosas interesantes por conocer.- afirmó bebiendo un poco de su copa.
-Y usted joven kiba ¿qué piensa?- se dirigió Hizashi al castaño.
-Sí me agrada el sitio de hecho creo que deberíamos quedarnos hasta el día de la boda, claro si no le molesta.
-¿Lo dice en serio?- cuestionó Neji con un tono que nadie en la mesa supo descifrar.
-¿Por qué no? ¿Tenemos algún otro compromiso importante qué atender?- le habló el alegre chico a su amigo quien después de observar la copa vacía frente a él aclaro la garganta y mirando a su compañero contesto.
-Nada tan importante como para alejarnos de la hacienda Hyuuga claro si a nuestros anfitriones no les molesta nuestra presencia creo que sería una magnífica oportunidad para conocer un poco más acerca de las necesidades de este lado del reino.
-Joven Duque estaremos encantados de ternerlos en nuestro humilde hogar por el tiempo que deseen hacernos compañía.- respondió el marqués por simple trámite después de la obvia auto invitación simplemente lo podía hacerles un desaire.
-La comida estuvo deliciosa pero creo que es hora del baile y si el vizconde me lo permite me encantaría una pieza con su bella prometida.-habló Kiba alegre.
-Sin duda alguna le concedo el honor. Aseguro el pelinegro levantándose al mismo tiempo que lo hacía el castaño -después de que nosotros hayamos abierto el baile, vamos princesa.- pidió ofreciéndole su mano a la chica junto a él quién algo nerviosa tomó su mano, bajando la mirada al pasar junto a Kiba que permanecía de pie.
-Claro.- sonrió de medio lado el castaño al ver a la pareja alejarse, al parecer el vizconde mostraba por primera vez los colmillos, lo que no sabía era que él estaba acostumbrado a tratar con perros salvajes.
El duque observo la mirada de su amigo entendiendo que sería difícil hacerlo retroceder de su empresa. Pensó que lo mejor sería hablar con él seriamente en otro momento. Un aroma a hierba fresca lo saco de sus pensamientos viendo la cabellera negra pasar por un lado inclinándose para llenar nuevamente su copa.
-Gracias.- murmuró casi sobre su oído, con una semi invisible sonrisa mientras el sirviente asentía levemente y se retiraba.
-Y dígame Duque Gaara usted tiene algún plan en puerta respecto a estos temas.- pregunto abruptamente el marqués de ojos lilas.
-Disculpe no creo saber de qué temas hablamos.
-Matrimonio supongo que tendrá muchas ofertas. Es el Duque después de todo, muchas damiselas deban de estar ansiosas.
-Supongo que no más de las que estén solicitando su atención marques.
-Tal vez pero verá nuestras situaciones son diferentes sin duda, mi padre ya no es joven y su salud no es la mejor, así que mi prioridad esta en mantener esta hacienda como el marquesado funcionando.- Hizashi lo miro extrañado pero no quiso contradecirlo en el momento ya tendría tiempo de hablar con su hijo.
-Supongo que ambos tenemos más en nuestro pensamiento que la conquista de doncellas casaderas.
-Eso creo- afirmo mirando al copero pelinegro que sonreía al desempeñar su labor, lo cual resultaba de lo más natural, lo que llamó su atención fue descubrir que el Duque miraba hacia el mismo lugar.
-Caballeros si me permiten creo que es hora de ir a bailar.- habló Kiba dirigiéndose a la pista de baile.
-Lamento que su otro acompañante no haya podido estar aquí.- habló Itachi preguntando indirectamente por el paradero del extraño sujeto de gafas.
-Shino se sintió un poco mal pero no es nada serio un poco de descanso le hará sentirse bien nuevamente- mintió el duque dando por concluida esa conversación.
La velada terminó poco después de que Hizashi e Itachi anunciaran oficialmente el compromiso de Sasuke y HInata quienes fueron aplaudidos por todos los asistentes, claro que algunas jovencitas suspiraban en decepción al ver tan buen partido casarse. Aunque la noche no acabo para todos en ese momento.
-Ammnh Noo por favor.-sollozó Lee al sentir la fusta cayendo una vez más en su adolorido trasero. Estaba en cuatro sobre la cama podía sentir como el ardor en su piel incrementaba.
-Te vi Lee, sonriéndole a todos, contoneándote por el salón ¿te gusto atraer esas miradas sobre ti?
-Sólo hice lo que me pidió señor. Aaaah por favor…. Deténgase nnmnh…
-Voltéate y mantén las piernas separadas.- Ordeno el castaño viendo el temor en los ojos de Lee, dios cómo disfrutaba esos breves momentos pues sabía que el hermoso pelinegro soportaría el dolor y en cuanto volviera a sus actividades la determinación en su mirada reaparecería. Pero justo ahí en ese momento podía ver el miedo cuando acaricio sus testículos con la fusta.
-¡Aaaaaah!- gritó al sentir como la parte interna de sus muslos era fustigada sin piedad, sus piernas se cerraron instintivamente tratando de alejar el dolor.
-¡Te dije que las mantuvieras separadas!- amenazó el marques colocándose entre las fuertes piernas y sin dudar golpeo esta vez el corto camino entre sus testículos y su ano, vio como la cadera de su víctima se levantaba violentamente alejándose del colchón, así que relamiéndose los labios fustigo más y más en aquel lugar.
-Noooomnh por favor mnnh no mnmh.- gemía al sentir sus lágrimas correr una vez más. El marqués separo sus piernas hasta hacerlas crujir y se internó en él feroz. – Por favor mmnh.- gimió girando el rostro, sabía que pedir compasión era inútil ante ese animal pero no podía dejar de hacerlo.
Era difícil moverse en tan estrecha entrada sin lubricación y esas tibias paredes que lo apretaban con fuerza cada vez que intentaba moverse eran el cielo, pero lo que le gustaba más er ver el rostro sonrojado cubierto de lágrimas que no dudo en probar, saciándose con su salado sabor mientras golpeaba salvajemente contra esas dlces caderas que lo llevarían al paraíso.
-¡Aaaaaaaaah! ¡Nomnh! Aaamnh- gimió al sentir como su pene era apretado brutalmente.
-Pensé que necesitabas ayuda para pararte mmnh Lee en cuanto más te aprieto aquí te contraes más mmnh delicioso ¿puedes sentirlo? Murmuro imprimiendo más fuerza en su mano derecha.
-Nooyyyaaaamnh noooommh pooor favooor nommmh.- gritaba tratando de alejarlo empujando con sus brazos su pecho, tratando de mover su cuerpo para alejarse del contacto.
La manera en que se movía, la forma en que lo apretaba Lee le estaba dando la más deliciosa de las cogidas que jamás hubiera tenido. Pronto la mitad superior de su sirviente colgaba fuera del colchón mientras arremetía contra él cada vez con más fuerza.
Casi por todos sus allegados era sabido que el Duque sufria de un constante e irremediable insomnio, así que, las caminatas nocturnas eran de lo más habitual para él, casi una costumbre estuviera en donde estuviera. Caminaba despacio por los pasillos de la desconocida mansión cuando escucho ruidos ¿gemidos, gritos? Alguien estaría divirtiéndose sin duda, aunque él no era de los que les gustara espiar algo que simplemente no podía explicar lo hizo acercarse un poco más. Empujó suavemente la puerta de la habitación que para su sorpresa se encontraba abierta y lo que vio le hirvió la sangre. El imbécil del hijo del marques y el mozo pelinegro retozando en el lecho. Si lo que lo había llevado a entrar a la habitación no tenía explicación lo que hizo a continuación era sencillamente el más claro sin sentido.
Continuara……………
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