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Mayordomo Negro: Cenizas Azules por Richie Ness

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Notas del capitulo:

Para no cortarles el rollo del inicio, al final les dejo unos comentarios. Gracias por leer.

Pero antes: Gracias a todas las personas que se animaron a comentar en mis capítulos anteriores, no saben cuando me alegran el día y fomentan a seguir escribiendo los capítulos. ¡Muchas gracias y espero que más personas a animen a dejar un pequeño comentario!

Mayordomo Negro: Cenizas Azules

Capítulo Nueve

–Ese mayordomo, es testarudo–

 

    Las balas volaban de un lado para otro. El aire se sentía caliente en pequeñas ráfagas que seguían detrás del metal. Los sonidos no cesaban en un constante reverbero, y las balas se incrustaban en las paredes creando un chasquido y dejando un agujero del cual salía vapor.

    Orville agudizaba su vista entre cada disparo, por más que apretaba el gatillo y estaba cien por ciento seguro que la bala impactaría en su objetivo, fallaba. Parecía que el extraño era un fantasma o una ilusión, pero sus balas, eran endemoniadamente precisas. Si no fuera por Harvey que estaba desviándolas, Orville hubiera muerto hace mucho.

    En un punto Harvey entendió que no llegarían a nada con eso, entonces con un grito de batalla y una mirada feroz, se abalanzó sobre el extraño. Las pisadas contra el suelo apenas eran audibles a comparación de estruendo de los disparos. La tajada sanguinaria que preparaba era rápida y altamente letal. Un golpe le quitó el aire y se doblegó, entonces una patada en la barbilla lo extendió hacia atrás cayendo de espaldas. En ese trayecto, un fino hilo de sangre viajó de forma curva por el aire. Orville se preparaba a disparar cuando detuvo su dedo. El extraño tomó a Harvey como escudo, era tan familiar al mayordomo del Phantomhive.

    –Te encanta recibir mis disparos, ¿no es así? Harvey –. Susurró mientras intentaba encontrar una solución al problema, pero era diferente, ahora este adversario portaba armas y una precisión inhumana. Tal cual como los cowboys del viejo oeste.

    El cowboy dio un rápido giro sobre su eje y arrojó a Harvey contra Orville, de esta forma perdió de vista al extraño mientras impactaba contra su compañero, lo apartó para tener nuevamente visibilidad. Justo en frente de él, un cañón de pistola estaba apuntándole en la frente. Sus reflejos y habilidades fueron suficientes para disparar ambas pistolas en dirección del enemigo, éste se apartó con un giro. Harvey que aún estaba tambaleándose, fue golpeado por un puñetazo en la cara. Cayó por la ventana.

 

    Ciel estaba impactado por la escena, un cuerpo azotó contra el suelo y dos personas se disparaban como locos.

    –Sebastian –. Apenas vocalizó.

    –Yes, my Lord.

    Sebastian salió corriendo del carruaje para unirse a la disputa.

    –Tienes un mayordomo muy leal, no solo te complace sexualmente, también se arroja a una balacera cuando tú se lo dices.

    –¡Maldita mocosa! –. Exclamó Ciel mientras intentaba esconder su color fuego.

    –¿Está bien que te quedes aquí? No puedes dejar solo a tú amante.

    –No es mí… –. Saltó del carruaje y corrió en dirección de la batalla, cualquier cosa era mejor que quedarse con esa niña de lengua venenosa.

    Sebastian dudaba de entrar a la batalla, inmóvil frente al combate. Ciel no tardó en alcanzarlo.

    –¿Qué haces? –. Preguntó Ciel que jadeaba por la carrera explosiva que pegó.

    –El tipo extraño que parece un cowboy –. Exclamó Sebastian impresionado –. Posee un aura extremadamente asesina, se parece a la que sentí cuando fuimos con Leander Nasnarin.

    –No puedo sentir nada, pero esa destreza y habilidad son sobrehumanas –. Ciel estaba al lado de su mayordomo, mirando tremendo espectáculo de disparos.

    Ambos pegaron un respingo cuando escucharon gruñidos y quejidos a sus espaldas.

    –¡Ese bastardo! –. Harvey se palpaba el cuerpo para encontrar daños. –Tengo diversos cortes por el cristal y milagrosamente no me rompí na… dos costillas y posible contusión, estoy mareado.

    –¿Acostumbras a hablar contigo mismo cuando estas solo? –. Ciel lo miraba con ojos de odio, a pesar de ser pequeño, Harvey que estaba sentado en el suelo, lo miraba como a un gigante.

    –Phantomhive –. Gruñó Harvey mientras hacía ademan de querer desenfundar.

    –Tú espada esta por allá –. Señaló con la cabeza.

    Harvey miró cautelosamente sin quitarle la vista de encima a los dos sujetos frente a él. Su espada estaba clavada en el suelo, posiblemente la soltó mientras caía y esta dio vueltas en el aire.

    Harvey los seguía mirando, no con odio, si no como un niño pequeño frente a un grupo de brabucones que querían robarle el dinero del almuerzo.

    –No nos interesas tú, por el momento, el cowboy que se enfrenta a tu compañero es mucho más peligroso.

    –¿Sentiste su aura? –. Harvey ya se estaba levantando para recoger su arma.

    –No, pero mi mayordomo sí.

    –Bien, pues es mejor que tenga cuidado –Tomó la empuñadura y sacó el acero de la tierra –Es extremadamente peligroso.

 

    Orville apenas seguía el ritmo de su enemigo. Las balas rozaban su carne pero no la atravesaban. Finos hilos de sangre manchaban su piel y teñía la ropa de rojo. En cambio, el cowboy  sonreía y tomaba eso como entretenimiento, sus pistolas no dejaban de tronar. Escupían el mismísimo sonido a muerte.

    Sus dedos comenzaban a fallar en la rapidez cuando una bala paso zumbando a un costado de su cabeza, pudo sentir un ardor. Como en cámara lenta, apreció una segunda y tercera. Sabía que no podía esquivarlas, cerró los ojos y apretó los dientes esperando el impacto. Un estruendo de metal contra metal llegó a sus oídos. Orville abrió los ojos, lo primero que apreció fueron chispas y un largo acero que hacía de escudo. Harvey estaba de regreso a la acción.

    Sebastian estaba quitándose los guantes y al saco. A Ciel lo embargó un calor.

    –¿Qué estás haciendo? –. Tartamudeó.

    –Preparándome para combatir –. Sebastian portaba una afilada mirada roja.

    –Si ese es el caso… Sebastian, acaba con el cowboy. ¡Es una orden! –. El viento que dejó a su paso Sebastian al salir disparado, ondulo el cabello y las ropas del niño. Bajo su parche, una luz morada brillaba con intensidad solar. Su pacto ya no estaba enlazado solamente por un contrato, ahora era (posiblemente) una relación sentimental.

    Sebastian bailó entre las balas que viajaban en el aire. Cara a cara con el cowboy se preparó para conectar un puñetazo pero fue detenido por una palma abierta que envolvió al puño en cuanto lo interceptó. El cowboy giró la muñeca para doblegar el brazo de Sebastian, este aprovecho la inercia para propinar una patada directa en la cabeza, pero fue detenida por el brazo libre del contrincante. Sin ceder ninguno de los dos, comenzaron a arrojar puñetazos y patadas a una velocidad increíble.

    –Esa velocidad me trae dolorosos recuerdos –. Comentó Harvey desde la distancia.

    –En ese caso supongo que también mis balas.

    Harvey quedó mirando a su compañero con rencor.

    –¿Qué hacemos? –. Orville estaba recargando sus pistolas.

    –Uno es un demonio y el otro se asemeja a uno, si no es que lo es, la verdad pocas cosas me sorprenden ahora.

    –En ese caso, atacamos a ambos –. Una sonrisa se extendió de oreja a oreja antes de terminar la recarga con un satisfactorio clic metálico y el sonido del tambor girando antes de detenerse listo para disparar.

 

    Leander seguía tomando ese vino añejado de hace ochenta años. Recordaba que la historia de ese vino comenzó hace cuarenta años, con el nacimiento de un bastardo entre un Nasnarin y una prostituta. Meneó la copa haciendo girar el líquido rojo hasta formar un remolino.

    –La historia de los Nasnarin y los Lioncourt está llena de traiciones, infidelidades y demás pecados. Al final, todo se resume en una extraordinaria fortaleza entre ambos: La sangre del origen. A           aquellos que la poseen, necesitan un compañero que sea compatible con él en el acto sexual, sellar un pacto –. La voz de Leander se arrastraba por su boca.

    –Antes de irnos, anciano –. Comenzó a hablar uno de ellos. –Dinos algo que no sepamos.

    –¿A ustedes? ¿A los hermanos del origen? Ustedes escribieron la historia de ambas familias. Tú eres el primer Lioncourt y él es el primer Nasnarin.

    –¿En dónde están los imbéciles de Harvey y Orville?

    –¿Les habló Jeptha? Ese bastardo, tiene de su lado a la Reyna y cree que puede hacer lo que se le hinche el…

    –No lo preguntaré otra vez –. La voz del encapuchado se notaba molesta y un brillo rojizo podía verse entre el semblante ensombrecido. –¿En dónde están Harvey y Orville?

    –¿Acaso no se los dijo Jeptha? Ese puto loco parece que tiene una bola de cristal, sabe cosas que ni siquiera yo entiendo.

    Un encapuchado gruñó y se precipito contra Leander, pero su compañero lo detuvo en seco con su mano.

    –Fueron a la casa de Jane Vincent –. Leander soltó un fuerte olor a alcohol antes de tomar otro sorbo de la copa.

    –Orville fue a la casa de… –. A pesar de la oscuridad que brindaba la capucha, se pudo apreciar una blanca sonrisa. –Esto será interesante.

    Los encapuchados se preparaban a marcharse cuando Leander agregó.

    –No los maten de manera brutal. Son buenos chicos.

    –No nos interesan ellos, nos interesa Seth.

 

    Ahora el combate era de cuatro personas. Sebastian estaba a abatiendo a Harvey a golpes mientras Orville apostaba todo en un tiroteo contra el cowboy. Sebastian impactaba golpe tras golpe. Harvey despertó entre sangre y después de tantas tajadas y estocadas, el filo por fin alcanzó la piel.

    Orville intentaba acercarse al cowboy, pero no fue necesario. El extraño con una increíble velocidad tomó el cuello de Orville y lo apretó.

    –¿Sabes por qué sentiste enojo cuando tu estúpido compañero asesino de esa forma a Jane? ¿Lo sabes? –. Más que burla, el tono de voz del cowboy parecía irritado, casi rasgando la furia.

    –¿Eso que importa? –. Orville podía dispararle, estaba tan cerca y con los brazos libres, pero algo en él quería escuchar lo que tenía que decir, un secreto.

    –Te importa, las lágrimas que soltaste eran de dolor, de furia. ¿Sabes de donde sacaste esta habilidad para disparar?

    –Practica –. Apenas pudo pronunciar, la respiración se cortaba y fruncía el ceño intentando buscar aire.

    –Herencia –. Bramó. –Mí herencia. Jane Vincent era tu madre, y yo soy tu padre. Eres mi hijo. ¡Y el bastardo de tú camarada la asesino!

    No importaba que le estuvieran asfixiando, aquella declaración, fuera falsa o no, impidió que pudiera respirar. Un torbellino arrasaba su mente con preguntas e incógnitas. El cowboy frente a él decía ser su padre, pero lo más importante. Harvey había asesinado a su posible madre. Una garra rasgó su interior. Buscaba sangre que derramar.

–Fin del capítulo Nueve–

 

Nota del autor:

(Sé que puedo ponerlas en la sección de abajo, pero prefiero esta manera)

    Realmente agradezco que más personas se animen a comentar, no saben cuánto. Saber que las personas se toman la molestia de leer mi fanfic (por cierto, es el segundo que hago, el primero fue de Steins;Gate, y no, no fue yaoi) y después de eso, comentar sus sentimientos, ideas o simplemente decir que continúe, es suficiente para dejar lo que estaba haciendo y escribir, de esa forma, si no acabo mis estudios universitarios y me ponen a trabajar en un Oxxo, ya sé a quién echarle la culpa. Hay tantas cosas que podría comentar, pero son cosas redundantes. Finalizare diciendo 2 cosas:

1._ Espero que más gente se anime a comentar y compartir este fanfic.

2._ No me enoja nada los comentarios largos, de hecho, son mis favoritos, así que si una persona quiere escribir una biblia, la leeré completa, hablo enserio.

PD: Como supondrán por el NickName, Username o como le quieran llamar, soy hombre (no soy gay) por lo tanto espero tengan paciencia a mi poca tolerancia con las escenas <<lemonezcas>> que escribo. La única forma de poder cumplirles es imaginando que Ciel es una Loli (cosa poco difícil, le pones un vestido y peluca y bueno…) pero eso se rompe hasta que debo poner que esa loli tiene pene… ¿sabes? Creo que es suficiente por hoy. Gracias por leer mis actualizaciones.

 

Les daré un pequeño spoiler: En los siguientes capitulo habrá violaciones y posiblemente sexo hard yaoi con sangre incluida. Si a alguien no le apetece, simplemente coméntenlo y veré que hacer.

Notas finales:

Espero les haya gustado este capitulo, la verdad tenía pensado hacerlo más digerible, pero simplemente creí que el progreso general de la historia era más importante que una escena sexual sin sentido.

Espero más gente se anime a comentar.


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